El precio de la foto
Marcela Gómez Zalce
• ¿¡Cuál es el Plan B?!
• Tache a la Coparmex
Hacerlo bien, mi estimado, interesa más que sólo hacerlo. Absolutamente genial la revelación de que un ex elemento de los mAFIosos estuvo involucrado en la travesura capitalina para darle flit a un alto jefe de la policía local. Y qué decir del divertido exhorto de Joel Ortega, director de la SSP, al procurador Medina Mora para que porfa (deje de flotar) se ponga las pilas y actúe en consecuencia ya que el mAFIoso involucrado contaba con protección oficial, faltaba más.
Los botones de corrupción ya sobran en una atiborrada mercería donde alguna vez la AFI, my friend, fue ejemplo de orgullo foxista… hasta que los traviesos ganaron su ronda de amparos donde se les tuvo que restituir y ahí se jodió la cosa.
Y tan jodida está que, junto con el tema de los derechos humanos —donde en escasos meses el gobierno de Felipe Calderón recibió varios tubazos internacionales donde, por cierto, el escándalo de la salida de Amérigo Incalcaterra sigue estando en el centro de una genuina preocupación— ya recibieron su primera señal de alerta con la reducción en los fondos de la simpática Iniciativa Mérida donde nuestros inquietos vecinos le están poniendo los puntos a las íes calderonistas.
Sobre todo porque en el recreativo patio trasero, donde juega el Gymboree presidencial, da alarmantes indicaciones de estar un poquito fuera de control... poniendo en riesgo asuntos que son, además de estratégicos, de seguridad nacional. Y como tentempié está la incertidumbre y la desconfianza que hay en los cuerpos policiacos y ya encarrerados... en nuestras fuerzas armadas. Porque hay algunas entretenidas cositas que, de acuerdo con un estupendo informe, no tienen, digamos, explicación lógica para ellos. O sea, cómo se desborda el narcotráfico o cómo suceden eventos narcosociales en territorios como Sinaloa y Durango sin ser detectados por algún pétalo verde olivo.
Y la Iniciativa Mérida será la justificación ideal para poner todo tipo de singulares controles… que ya tienen el visto bueno de la Casa Blanca y del Departamento de Estado. Este aviso debería ser sopesado en serio por Felipe, la cancillería y su bola de geniales asesores.
Porque el fondo no es que México necesite 400 millones de dólares, my friend, en seleccionados y etiquetados gadgets, no, no,… el fondo es la foto de la cooperación bilateral. De confianza mutua. De certidumbre para este régimen. De credibilidad, yes?
La pregunta —hecha varias veces en este irreverente espacio— es cuánto le va a costar al gobierno esa instantánea que ya da color de ser un maravilloso botón estadunidense más para el control (del desmadre) doméstico.
Porque es sabido que la ICE (Inmigration and Customs Enforcement) con su poderoso brazo investigador (léase el OI) del DHS (Department of Homeland Security) realiza atractivas operaciones (unilaterales, ¿hay de otras?) en nuestro país para ir eliminando potenciales riesgos en la seguridad del gobierno norteamericano y… para ir recabando información de inteligencia sobre algunas de las múltiples travesuras y planes de the usual narcosuspects.
Sus huellas en asuntos como el célebre DC-9, “desplomes” de aviones con seductora carga, amenas explosiones, lavado de dinero y otras linduras más han sido, digamos, distintivas.
La llamativa señal de que la Casa Blanca haya pintado su raya anunciando que no hay tos en dejarle las manos libres a los legisladores para ponerle condiciones a los fondos de la mentada iniciativa, no debe ser subestimada. La lectura ante la imparable ola de violencia, ante el rol de nuestro ejército en las calles, ante la corrupción en los gobiernos y las autoridades del orden, ante la descoordinación y desencuentros en el gabinete de seguridad, ante las denuncias sobre las violaciones a los derechos humanos, ante la improvisación del Gymboree y el titubeo presidencial, son semillas que abonan a un simpático terreno de intereses.
Porque más allá de que el gobierno mexicano y el Congreso rechacen algunas delicadas cuestiones de la Iniciativa Mérida que van desde cadenas de mando, vistos buenos, controles de confianza, explicaciones y radiografías, la pregunta, my friend, es... ¿qué sigue the day after? O sea, ¿cuál es el Plan B?
Se entiende que el de ambas partes, yes?…
Por la Mirilla
Evidente molestia en la Coparmex, donde Ricardo González Sada le dio grotesco flit a la competente Maite Ramos por hacer bien su trabajo… además de aderezarlo con su dosis de delicados mensajes. Se ve que Ricardo no conoce aquello del que se ríe se lleva… y el que se lleva, se aguanta.
• ¿¡Cuál es el Plan B?!
• Tache a la Coparmex
Hacerlo bien, mi estimado, interesa más que sólo hacerlo. Absolutamente genial la revelación de que un ex elemento de los mAFIosos estuvo involucrado en la travesura capitalina para darle flit a un alto jefe de la policía local. Y qué decir del divertido exhorto de Joel Ortega, director de la SSP, al procurador Medina Mora para que porfa (deje de flotar) se ponga las pilas y actúe en consecuencia ya que el mAFIoso involucrado contaba con protección oficial, faltaba más.
Los botones de corrupción ya sobran en una atiborrada mercería donde alguna vez la AFI, my friend, fue ejemplo de orgullo foxista… hasta que los traviesos ganaron su ronda de amparos donde se les tuvo que restituir y ahí se jodió la cosa.
Y tan jodida está que, junto con el tema de los derechos humanos —donde en escasos meses el gobierno de Felipe Calderón recibió varios tubazos internacionales donde, por cierto, el escándalo de la salida de Amérigo Incalcaterra sigue estando en el centro de una genuina preocupación— ya recibieron su primera señal de alerta con la reducción en los fondos de la simpática Iniciativa Mérida donde nuestros inquietos vecinos le están poniendo los puntos a las íes calderonistas.
Sobre todo porque en el recreativo patio trasero, donde juega el Gymboree presidencial, da alarmantes indicaciones de estar un poquito fuera de control... poniendo en riesgo asuntos que son, además de estratégicos, de seguridad nacional. Y como tentempié está la incertidumbre y la desconfianza que hay en los cuerpos policiacos y ya encarrerados... en nuestras fuerzas armadas. Porque hay algunas entretenidas cositas que, de acuerdo con un estupendo informe, no tienen, digamos, explicación lógica para ellos. O sea, cómo se desborda el narcotráfico o cómo suceden eventos narcosociales en territorios como Sinaloa y Durango sin ser detectados por algún pétalo verde olivo.
Y la Iniciativa Mérida será la justificación ideal para poner todo tipo de singulares controles… que ya tienen el visto bueno de la Casa Blanca y del Departamento de Estado. Este aviso debería ser sopesado en serio por Felipe, la cancillería y su bola de geniales asesores.
Porque el fondo no es que México necesite 400 millones de dólares, my friend, en seleccionados y etiquetados gadgets, no, no,… el fondo es la foto de la cooperación bilateral. De confianza mutua. De certidumbre para este régimen. De credibilidad, yes?
La pregunta —hecha varias veces en este irreverente espacio— es cuánto le va a costar al gobierno esa instantánea que ya da color de ser un maravilloso botón estadunidense más para el control (del desmadre) doméstico.
Porque es sabido que la ICE (Inmigration and Customs Enforcement) con su poderoso brazo investigador (léase el OI) del DHS (Department of Homeland Security) realiza atractivas operaciones (unilaterales, ¿hay de otras?) en nuestro país para ir eliminando potenciales riesgos en la seguridad del gobierno norteamericano y… para ir recabando información de inteligencia sobre algunas de las múltiples travesuras y planes de the usual narcosuspects.
Sus huellas en asuntos como el célebre DC-9, “desplomes” de aviones con seductora carga, amenas explosiones, lavado de dinero y otras linduras más han sido, digamos, distintivas.
La llamativa señal de que la Casa Blanca haya pintado su raya anunciando que no hay tos en dejarle las manos libres a los legisladores para ponerle condiciones a los fondos de la mentada iniciativa, no debe ser subestimada. La lectura ante la imparable ola de violencia, ante el rol de nuestro ejército en las calles, ante la corrupción en los gobiernos y las autoridades del orden, ante la descoordinación y desencuentros en el gabinete de seguridad, ante las denuncias sobre las violaciones a los derechos humanos, ante la improvisación del Gymboree y el titubeo presidencial, son semillas que abonan a un simpático terreno de intereses.
Porque más allá de que el gobierno mexicano y el Congreso rechacen algunas delicadas cuestiones de la Iniciativa Mérida que van desde cadenas de mando, vistos buenos, controles de confianza, explicaciones y radiografías, la pregunta, my friend, es... ¿qué sigue the day after? O sea, ¿cuál es el Plan B?
Se entiende que el de ambas partes, yes?…
Por la Mirilla
Evidente molestia en la Coparmex, donde Ricardo González Sada le dio grotesco flit a la competente Maite Ramos por hacer bien su trabajo… además de aderezarlo con su dosis de delicados mensajes. Se ve que Ricardo no conoce aquello del que se ríe se lleva… y el que se lleva, se aguanta.
posted by H2AGUA at
3:26 p.m.
