Las andanzas del gallego orejón por tierras Mexicanas 8
Cuando Vicente Fox llegó a la Presidencia de la República se comprometió con los mexicanos a tener un gobierno honesto y transparente y a trabajar
contra la «corrupción en el gobierno», pero esta promesa nunca llegó.
Primero fue el escándalo de los Amigos de Fox y después fueron los hijos de Martita Sahagún los que mancharon la palabra y terminó el sexenio en un total desprestigio y el repudio de la población.
Por su parte el presidente Calderón se ha comprometido ante los mexicanos a que su gobierno será de transparencia absoluta, pero ahora resulta que no es así, que resultó que su secretario de Gobernación aprovechaba muy bien las relaciones con él cuando fue secretario de Energía en el gobierno foxista.
Resulta ahora que Mouriño como representante legal de las empresas de su familia, hizo el negocio de su vida con Pemex, bajo la complacencia de Felipe Calderón y ahora López Obrador a sacado a la luz pública toda la mugre que constituye el tráfico de influencias, así pues el secretario de Gobernación, Mouriño, ha recibido un golpe mortal que alcanza al gobierno de Calderón.
Este nuevo escándalo protagonizado por los panistas en el poder empieza a levantar el repudio popular, el cual se manifiesta en el sentido de que los panistas en el gobierno resultaron ser unos pillos igual que cuando estaban los priístas, los cuales hicieron grandes fortunas a costa de pueblo trabajador, en pocas palabras, la corrupción cabalga desde Bucareli hasta Los Pinos.
Este escándalo de los contratos millonarios de Mouriño como apoderado legal de las empresas de su familia se da en el contexto de la iniciativa de los panistas con la complicidad de los priístas y hasta ahora con los perredistas, en el sentido de modificar el régimen legal de Pemex para que la iniciativa privada tanto nacional como extranjera haga su gran negocio con la privatización de la paraestatal petrolera.
Hasta Cuauhtémoc Cárdenas, líder moral del PRD, está de acuerdo en que se cambie el marco legal de la empresa petrolera que genera el 40 por ciento de los ingresos financieros del gobierno, cuando en semanas pasadas declaró que era conveniente buscar un mecanismo jurídico para que los empresarios invirtieran en la exploración del petróleo mexicano.
Por otra parte, López Obrador está llamando a la resistencia civil y denunciando las corruptelas de los panistas en el gobierno, sin embargo la estrategia impulsada por El Peje no es suficiente para evitar lo que ya es un hecho que es la contrarreforma al régimen de propiedad de Petróleos Mexicanos, porque seguramente detrás de esa modificación constitucional están los grandes intereses tanto de los empresarios nacionales como extranjeros que tienen relación directa con Calderón y Mouriño, donde seguramente se harían los grandes negocios a costa de una conquista histórica del pueblo de México como fue la expropiación petrolera en 1938, encabezada por el General Lázaro Cárdenas del Río y que ahora su hijo Cuauhtémoc Cárdenas también está por la privatización de Pemex.
No cabe duda que está en marcha el proceso de la privatización de Pemex, donde panistas, priístas y perredistas están de acuerdo y de esa manera liquidar una gran conquista del pueblo de México, que si bien es cierto que fue gracias al gobierno de Lázaro Cárdenas del Río la expropiación de 1938, no fue tal, porque el gobierno cardenista tuvo que indemnizar a las petroleras extranjeras, principalmente las norteamericanas con gran parte de las aportaciones económicas del pueblo de México.
La denuncia hecha por López Obrador contra Mouriño, no es más que una faramalla del Peje para ganar el espacio político perdido entre la población, pero su propuesta para defender a Pemex como parte del patrimonio nacional es insuficiente porque no llama a los trabajadores petroleros a que discutan de manera democrática un plan de lucha para defender el patrimonio nacional, y con ello, también convocar a todos los sindicatos y el pueblo de México a la movilización y preparación de una jornada nacional por la defensa del sector energético como parte del patrimonio nacional, que culmine en una huelga general para echar abajo los intentos privatizadores tanto de Felipe Calderón, los priístas, panistas y perredistas.
Finalmente, el secretario de Gobernación tiene que irse del gobierno y al mismo tiempo se le tiene que abrir juicio político por tráfico de influencias a favor de su familia, porque es indignante que mientras los trabajadores están peleando por mejores salarios, la defensa del empleo y de autonomía sindical, ahora la clase política ponga en ganga para los capitalistas tanto nacionales como extranjeros, como es la familia Mouriño.
Los trabajadores no deben de confiar ni un minuto en la propuesta de López Obrador para defender la privatización de Pemex.
Juan Camilo Mouriño Terrazo, Secretario de Gobernación, no ha logrado sustraerse del conflicto mediático que le construyó Manuel Andrés López Obrador y que pareciera comienza a preocupar hondamente al inquilino de Los Pinos. Por ahora los servicios de inteligencia han logrado dar con la identidad del infidente, Senador de la República por cierto, a quien muchos miembros de su partido han retirado el habla y al cual seguramente le aparecerá una dolencia y se verá obligado a solicitar licencia. Esto no será inmediato, y en consecuencia el nombre del autor del desaguisado lo habremos de conocer después de algunos meses, pero el fuego amigo provino de una corriente inconforme con los movimientos realizados en el gabinete por el Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa.
Ante la poca efectividad de la estrategia empleada por el directo afectado la semana pasada donde recorrió los espacios más importantes del cuadrante radiofónico y televisivo, y antes que el señor López de a conocer algún otro documento incriminatorio, es importante descalificar el hecho de que los perredistas no quieran acudir a la instancia investigadora para aclarar el escándalo, sabedores de que mientras mantengan el litigio en los medios de comunicación el desprestigio al que será sometido el señor Mouriño tendrá mayores efectos en el ánimo ciudadano. Eso explica que el Presidente de la Comisión de la Función Pública en la Cámara de Diputados, Benjamín González Roaro, haya señalado que las acusaciones no son más que una estrategia distractora del PRD para atacar políticamente al funcionario.
Intentando lavar su “oficioso” silencio la fracción parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional votó ayer a favor de la creación especial para investigar a Juan Camilo Mouriño Terrazo, después de aceptar que el apoyo que le manifestaron les estaba acarreando una mala imagen mediática al ser considerados como “tapaderas” del funcionario. Mientras tanto en el Senado de la República enviaron la discusión hasta después del período vacacional de Semana Santa para decidir si se crea una comisión similar, a la vez que tanto PRI como PAN señalaron que están de acuerdo en que se investiguen y transparenten los contratos petroleros firmados por el Secretario de Gobernación, pero juzgan que no es la colegisladora la instancia adecuada y citaron a la Procuraduría General de la República. De cualquier forma se creará un grupo de expertos que analizarán la documentación entregada por Carlos Navarrete, que contiene presuntas pruebas sobre el tráfico de influencias.
Intentando adelantarse a todos los hechos a que me he referido, Juan Camilo Mouriño informó la tarde de ayer que envió a la PGR, a la Secretaría de la Función Pública y a los órganos de gobierno del Congreso de la unión los expedientes con los contratos que firmó como representante legal de la empresa Ivancar con Petróleos Mexicanos, con el propósito de facilitar las investigaciones y deliberaciones sobre la denuncia por supuesto conflicto de intereses presentada por López Obrador. Mientras tanto bien haría Juan Camilo Mouriño en seguir adelante con la intensa agenda que por razones de su encargo tiene como Secretario de Gobernación, pues este escándalo mediático no puede por ningún motivo paralizar las actividades del Estado Mexicano.
Desde luego que los hechos que se han sucedido en los últimos días deben preocupar al Primer Mandatario, máxime que se involucra al segundo hombre en importancia del país, pero no por ello se le tiene que condicionar su presencia en la mesa en el caso de la realización de las negociaciones en torno a la Reforma Energética, porque un linchamiento en medios como siempre lo ha acostumbrado el perredismo para entrar en una fase de ganar ganar en las negociaciones en que participa, no es el resultado de lo que mandatan las leyes. Insito, esa fue la tónica del gobierno de López Obrador en la Capital de la República para deshacerse de sus potenciales enemigos. Si mal no recuerdo, en el caso de la lideresa de Ambulantes, Alejandra Barrios, primero se le juzgó en los medios buscando que la percepción pública la condenara antes de ser sometida a un juicio, y cuando llegó ante la justicia, se le exoneró por la carencia de pruebas. Esta es la pena de infamia que prohíbe la Constitución, pero es elemento fundamental de la estrategia mediática del perredismo.
Lo mismo ocurre con Juan Camilo Moriño, y de resultar el linchamiento habrán logrado su propósito, y de dejarlo caer el Presidente de la República estará sellando su propio destino porque el siguiente puede ser él. Pémex tiene contratos con grupos de intereses heredados del sexenio pasado, y uno de ellos es Oceanografía, quien contaba como sus cabilderos a los hermanos Bribiesca y cuyos activos no valen mucho pero sus contratos resultan estratosféricos. Me parece que ocho pipas que transportan combustible no tienen comparación con barcos que presuntamente trasladaban cientos de miles de barriles de crudo, y que después eran cobrados dobles. Así de simple era el negocio de los anteriores funcionarios de la paraestatal. No quiero culpar a Juan Camilo antes de conocer las pruebas de ambos lados, pero me parece que las leyes mexicanas tutelan la inocencia de los acusados hasta que no se demuestre lo contrario, pero una campaña mediática busca linchar, aunque después poco importa si se es culpable o inocente. Al tiempo.
¡Ese niño Mouriño, tan vivito que es, que se quiere llevar la tubería a su casa!
1. No importa que sea español, gallego o mexicano, lo que importa es que siendo ya Camilo Mouriño el personaje primero del gabinete del presidente Felipe Calderón, podrá hacer lo que Martha Sahagún hizo con el presidente Fox: que aprovechando el enorme cariño de su marido hizo de él una piltrafa humana, un personaje acabado que bien pudo arrojarse a los buitres. Y Fox, el dicharachero presidente, sólo sirvió para cumplirle sus ambiciones a tan funesta señora. Hoy, para que recuerde Calderón, por la enorme corrupción de Sahagún y de los familiares de ambos, el sexenio que pudo ser diferente a los anteriores, aparecerá en la historia como uno de los dos más nefastos, quizá igual al de Salinas de Gortari. No se si por eso le llamen “el martito” a Mouriño, pero quien lo haya bautizado así tiene un diez. Obvio no sólo fue Martha, sino la combinación Fox/Sahagún; tampoco será sólo Mouriño, sino la complacencia de los queridos amigos: Camilo y Felipe.
2. ¿Por qué Mouriño destacó rápidamente en política, al grado que puede ser candidato presidencial de los panistas? En primer lugar porque es “hijo de papi”, es decir, de un personaje español que se ha hecho multimillonario haciendo negocios por todos lados, particularmente con el petróleo del estado de Campeche, donde se obtuvieron las riquezas más grandes de las últimas décadas. ¿Cuántas poderosas amistades se pueden hacer cuando se tiene mucho dinero y se firman contratos? El padre de Mouriño lo hizo todo: recomendó al hijo por aquí y por allá y se arrimó, “desinteresadamente”, al árbol frondoso del Fox/panismo en el poder. Inmediatamente una diputación y otra, una asesoría y cargos en sectores energéticos. Fox había descubierto a un ricachón dispuesto a satisfacerle con algunos gustos y que además entregaba a su hijo como futuro pilar del panismo. Así comenzó a “sacrificarse” Mouriño por México, haciendo negocios al amparo del poder.
3. ¿ Y los panistas de “pura sepa”, los que han batallado durante décadas para que el PAN tenga más votos, qué opinan”? En el PAN, como en cualquier partido de derecha, no hay discusiones ideológicas sobre principios y doctrinas; mucho menos en estos tiempos donde el pragmatismo está por encima de cualquier diferencia doctrinal. En el PAN no se discute si Mouriño tiene razón o no, si las críticas hacia él arrojan elementos que deberán tomarse en cuenta. Nada. Lo importante para los panistas es, con los ojos cerrados, defender a Mouriño aunque sea un delincuente. Eso les ha permitido la “unidad” y que aparezcan frente a la opinión pública como un partido decente y sin broncas. En el PRD sucede exactamente lo contrario: si los empresarios y los medios de información se joden a alguien, porque lo hayan estado cazando, entonces los otros grupos se unen a los medios para aplastarlo más porque es parte de la competencia.
4. El PRI apoya a Mouriño por aquel viejo acuerdo firmado desde el sexenio de Fox, más bien desde el sexenio de Salinas. En noviembre de 1988, a unos días de la toma de posesión de la presidencia, Salinas y sus asesores se reunieron con los panistas Álvarez, Cevallos y Castillo Peraza para pedirles que apoyen la toma de posesión cuestionada de Salinas a cambio de reconocerles todos los “triunfos” electorales que logren, otorgarles presupuestos millonarios al partido y concederles un buen número de legislares. Al terminar la reunión el panorama política había cambiado totalmente: Salinas lleno de gozo aceleró los preparativos para la toma de posesión y el PAN feliz de contento porque había negociado una especie de cogobierno con Salinas. Cuauhtémoc Cárdenas perdió apoyo de masas y día tras día Salinas fue consolidando su gobierno con el apoyo total del PAN. Salinas cumplió sus compromisos y el PAN alcanzó fuerza con el apoyo de Salinas.
5. En unos cuantos años, con el apoyo total del presidente Salinas, logró el PAN una presencia muy superior a los que sumaban sus anteriores cincuenta años. No cabía la menor duda de que Álvarez, Cevallos y Castillo, en esa negociación, pusieron al PAN en el camino de la Presidencia; pero también lo dejaron sin principios ideológicos o éticos. Siempre fue el PAN un partido de empresarios y clericales, pero a partir del salinismo, los empresarios más poderosos, los peores ladrones del país, ingresaron rápidamente al PAN. Mientras la izquierda mexicana durante casi un siglo había recibido represiones bárbaras, encarcelamientos y muertes, la derecha panista sin arriesgar nada, con una simple negociación, gozaba de todos los privilegios del sexenio salinista. Incluso a Fernández de Cevallos se le bautizó como “la ardilla” porque, como ese animal, siempre estaba en Los Pinos”, es decir, en la casa presidencial. ¡Qué tal!
6. El niño Mouriño, incluso en el PAN, es un usurpador; pero como la dirigencia panista vale un cacahuate porque sólo obedece órdenes de Calderón/Mouriño, y en el partido no hay ni siquiera un tímido personaje que por dignidad se atreva a contradecir al presidente, todos están muy contentos con la paletita que les dieron a chupar para entretenerse. Pero también, como la oposición política de izquierda y centro izquierda es muy débil y tiene miedo de que la acusen de “violentar las instituciones”, lo seguro es que las cosas queden como están con el apoyo del PRI, del PAN y de los medios de información. Peor aún si se toma el camino de las demandas legaloides que sólo sirven para entretener. La única salida es la denuncia amplia y permanente buscando la movilización de masas, porque incluso si no cae o no se logra lo que se desea, el proceso de politización queda con la posibilidad de que más adelante sirva para algo.
7. Se espera que la movilización del próximo 18 de marzo, programada por la Convención Nacional Democrática (CND) dirigida por López Obrador sirva de algo; que no se convierta en una simple movilización de desahogo de coraje para luego mandar a todos a sus casas. Si no se toman o bloquean avenidas, carreteras, bancos y embajadas, por el tiempo necesario para lograr demandas, quizá habría que pensar que sólo se busca entretener. ¿Qué vamos a hacer contra la inminente privatización de la electricidad y el petróleo, así como para arrancar a los presos políticos de las cárceles? Los atenquenses y los oaxaqueños nos enseñaron en algunas ocasiones que así como injustamente se llevan presos a nuestros compañeros deberíamos hacer lo mismo con los funcionarios de gobierno para intercambiarlos. La realidad es que los gobiernos nos ven la cara de imbéciles al no hacer nada por nuestros presos sin culpa alguna. Mientras tanto el policía Mouriño sigue en Gobernación.