Nada que celebrar: La LEY GESTAPO va
Por Esto / María Teresa Jardí
No nos equivoquemos. No hay nada que celebrar. Primero se empezó a criminalizar a los luchadores sociales y se usó para eso a algunos gobernantes a modo de la usurpación, como los priístas de Oaxaca y Veracruz y como el perredista de Chiapas --¿o acaso no llegó Sabines como gobernador postulado por el PRD?-- y por poner un último caso a cargo de ese impresentable individuo ya llegaron en Chiapas a la tortura inflingida, por un ministerio público, a un maestro y a su hijo de seis años:
“El Profesor Felipe Hernández Yuena, con la representación legal del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, A.C., presentó el día 20 de febrero formal querella penal en contra de policías ministeriales y demás funcionarios adscritos al Ministerio de Justicia del Estado de Chiapas que participaron en hechos de privación ilegal de la libertad, tortura e incomunicación. Situación que también afrontó su hijo Pavel Santiago Hernández, de seis años de edad, quien permaneció detenido en el Ministerio de Justicia cerca de nueve horas antes de ser entregado físicamente a sus familiares el pasado 5 de febrero”, denuncia el Frayba.
Luego aprobaron la prohibicionista Ley Antitabaco y la Asamblea capitalina, manejada por los invaluables, para el usurpador, “Chuchos”, que se oponen a los bloqueos ciudadanos para defender a PEMEX de las garras usurpadoras al servicio de las empresas transnacionales, fue más allá incluso de la ley federal en la materia. Se trata de acostumbrar a la sociedad a las prohibiciones en el ámbito de las decisiones de la vida privada. En un país donde las ejecuciones han pasado a ser causa de muerte natural es obvio que no tienen la menor importancia los que puedan morir, o no, de un cáncer en el pulmón. Más allá de que no es prohibiendo como se controla nada. Es previniendo y la prevención cae dentro del ámbito de la educación y de la socialización del conocimiento. Mientras que la prohibición incita al consumo incluso para los que nunca fumamos.
Y así llegaron a la llamada reforma judicial, que no es tal, a pesar de ser otra descarriada modificación constitucional, que es una reforma a las leyes penales dándoles un marco constitucional, en aras de convertir al narco estado mexicano en un Estado policiaco, para que pueda seguir funcionando, sin opositores, como narco estado al servicio de las familias políticas y empresarias mafiosas que controlan el poder.
Nada que celebrar. La Ley GESTAPO va. Apenas dio un saltito atrás en la monumental aberración que era dejar en manos de los “AFIS de día que por la noche se convierten en Zetas” la posibilidad de a patada limpia entrar en cualquier domicilio de cualquier hijo de vecino, como usted y como yo, ante la insinuación inventada, ¿por qué no?, por ellos mismos, de que “levantamos” a una persona, bastando para justificar el allanamiento con que lo anterior se aloje en el imaginario de la policía que no tenemos.
La legalización de la violación a elementales derechos humanos, garantizados para todos los habitantes de los países miembros de la ONU --¿o no es ya así la cosa? desde que se regaló la ONU al impresentable asesino gobierno gringo-- quedó intocada en La LEY GESTAPO por los diputados de todos los partidos, incluido el PRD, que no sólo votaron a favor sino que cabeza contra cabeza se felicitaron los coordinadores parlamentarios, tan iguales todos, porque se podría entender que convivan Gamboa Patrón y Héctor Larios, pero un poco demasiado es que el perredista González Garza no se cuide de que un día sí y el otro también lo retraten riendo acompañado de tan impresentable personaje, menos que acusado de ser un infeliz pederasta, feliz de la vida dejando que se le note la alegría del acercamiento en las fotografías que plasmadas como testimonio grafico van quedando para cuando se escriba la historia de la ignominia de la infame legislatura del usurpador a modo del imperio yanqui.
Y apenas aprobada en la Cámara Baja la infame Ley GESTAPO ya anuncia el impresentable secretario del Trabajo del usurpador que “va mandar la reforma a la ley laboral”, la que también aprobarán y la que, como es obvio, para imponerse necesita de la Ley GESTAPO.
No nos equivoquemos. No hay nada que celebrar. Primero se empezó a criminalizar a los luchadores sociales y se usó para eso a algunos gobernantes a modo de la usurpación, como los priístas de Oaxaca y Veracruz y como el perredista de Chiapas --¿o acaso no llegó Sabines como gobernador postulado por el PRD?-- y por poner un último caso a cargo de ese impresentable individuo ya llegaron en Chiapas a la tortura inflingida, por un ministerio público, a un maestro y a su hijo de seis años:
“El Profesor Felipe Hernández Yuena, con la representación legal del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, A.C., presentó el día 20 de febrero formal querella penal en contra de policías ministeriales y demás funcionarios adscritos al Ministerio de Justicia del Estado de Chiapas que participaron en hechos de privación ilegal de la libertad, tortura e incomunicación. Situación que también afrontó su hijo Pavel Santiago Hernández, de seis años de edad, quien permaneció detenido en el Ministerio de Justicia cerca de nueve horas antes de ser entregado físicamente a sus familiares el pasado 5 de febrero”, denuncia el Frayba.
Luego aprobaron la prohibicionista Ley Antitabaco y la Asamblea capitalina, manejada por los invaluables, para el usurpador, “Chuchos”, que se oponen a los bloqueos ciudadanos para defender a PEMEX de las garras usurpadoras al servicio de las empresas transnacionales, fue más allá incluso de la ley federal en la materia. Se trata de acostumbrar a la sociedad a las prohibiciones en el ámbito de las decisiones de la vida privada. En un país donde las ejecuciones han pasado a ser causa de muerte natural es obvio que no tienen la menor importancia los que puedan morir, o no, de un cáncer en el pulmón. Más allá de que no es prohibiendo como se controla nada. Es previniendo y la prevención cae dentro del ámbito de la educación y de la socialización del conocimiento. Mientras que la prohibición incita al consumo incluso para los que nunca fumamos.
Y así llegaron a la llamada reforma judicial, que no es tal, a pesar de ser otra descarriada modificación constitucional, que es una reforma a las leyes penales dándoles un marco constitucional, en aras de convertir al narco estado mexicano en un Estado policiaco, para que pueda seguir funcionando, sin opositores, como narco estado al servicio de las familias políticas y empresarias mafiosas que controlan el poder.
Nada que celebrar. La Ley GESTAPO va. Apenas dio un saltito atrás en la monumental aberración que era dejar en manos de los “AFIS de día que por la noche se convierten en Zetas” la posibilidad de a patada limpia entrar en cualquier domicilio de cualquier hijo de vecino, como usted y como yo, ante la insinuación inventada, ¿por qué no?, por ellos mismos, de que “levantamos” a una persona, bastando para justificar el allanamiento con que lo anterior se aloje en el imaginario de la policía que no tenemos.
La legalización de la violación a elementales derechos humanos, garantizados para todos los habitantes de los países miembros de la ONU --¿o no es ya así la cosa? desde que se regaló la ONU al impresentable asesino gobierno gringo-- quedó intocada en La LEY GESTAPO por los diputados de todos los partidos, incluido el PRD, que no sólo votaron a favor sino que cabeza contra cabeza se felicitaron los coordinadores parlamentarios, tan iguales todos, porque se podría entender que convivan Gamboa Patrón y Héctor Larios, pero un poco demasiado es que el perredista González Garza no se cuide de que un día sí y el otro también lo retraten riendo acompañado de tan impresentable personaje, menos que acusado de ser un infeliz pederasta, feliz de la vida dejando que se le note la alegría del acercamiento en las fotografías que plasmadas como testimonio grafico van quedando para cuando se escriba la historia de la ignominia de la infame legislatura del usurpador a modo del imperio yanqui.
Y apenas aprobada en la Cámara Baja la infame Ley GESTAPO ya anuncia el impresentable secretario del Trabajo del usurpador que “va mandar la reforma a la ley laboral”, la que también aprobarán y la que, como es obvio, para imponerse necesita de la Ley GESTAPO.