Las facturas pendientes
Revista Siempre
2008 parece ser el plazo que los grupos del poder real dieron al gobierno de Felipe Calderón para que pague las facturas que quedan pendientes por su elección como presidente en 2006. Las de mayor peso serán, según todos los indicios, la apertura al capital privado de Petróleos Mexicanos y la Ley de Radio y Televisión; joyas del paquete de beneficios y privilegios para esos grupos corporativos que deberán concretarse antes de las elecciones federales intermedias de 2009 de las que, es previsible, resultará un cambio en la correlación de las fuerzas políticas en el Congreso de la Unión.
Calderón ya pagó un primer paquete de facturas políticas desde el momento de que asumió la Presidencia y en el transcurso de su primer año de gobierno. Elba Esther Gordillo y sus huestes magisteriales cobraron con varias y diversas posiciones en el gabinete. El PRI, por su parte, ha vendido caro su respaldo a las primeras decisiones de Calderón: protección para los corruptos y represores gobernadores de Puebla y Oaxaca, una concertacesión electoral en Yucatán y vía libre de acción a cacicazgos como los que ejercen los gobernadores de Coahuila, Veracruz y Tamaulipas.
En la lógica de este pago de facturas, el gobierno de Estados Unidos ha aprovechado muy bien la debilidad de Calderón. Ya se ha llevado extraditados a cuanto narcotraficante ha querido y parece que está por imponer una versión de su ley patriótica (que no repara en derechos humanos o sociales cuando de combate al terrorismo se trata) con una reforma judicial dictada desde Los Pinos y que se negoció con el PRD y el PRI a cambio de la reforma electoral.
Pero la principal factura que quieren cobrar de nuestros vecinos del norte es la apertura de Pemex al capital privado, principalmente el de ellos; pues el gobierno de Washington está urgido de reacomodar sus piezas en el rompecabezas energético mundial y de asegurar la libre disponibilidad de los hidrocarburos mexicanos.
Es inminente, por la tanto, la apertura de Pemex al capital privado local y extranjero; y en esa dinámica trabajan los legisladores del PAN y del PRI.
2008 parece ser el plazo que los grupos del poder real dieron al gobierno de Felipe Calderón para que pague las facturas que quedan pendientes por su elección como presidente en 2006. Las de mayor peso serán, según todos los indicios, la apertura al capital privado de Petróleos Mexicanos y la Ley de Radio y Televisión; joyas del paquete de beneficios y privilegios para esos grupos corporativos que deberán concretarse antes de las elecciones federales intermedias de 2009 de las que, es previsible, resultará un cambio en la correlación de las fuerzas políticas en el Congreso de la Unión.
Calderón ya pagó un primer paquete de facturas políticas desde el momento de que asumió la Presidencia y en el transcurso de su primer año de gobierno. Elba Esther Gordillo y sus huestes magisteriales cobraron con varias y diversas posiciones en el gabinete. El PRI, por su parte, ha vendido caro su respaldo a las primeras decisiones de Calderón: protección para los corruptos y represores gobernadores de Puebla y Oaxaca, una concertacesión electoral en Yucatán y vía libre de acción a cacicazgos como los que ejercen los gobernadores de Coahuila, Veracruz y Tamaulipas.
En la lógica de este pago de facturas, el gobierno de Estados Unidos ha aprovechado muy bien la debilidad de Calderón. Ya se ha llevado extraditados a cuanto narcotraficante ha querido y parece que está por imponer una versión de su ley patriótica (que no repara en derechos humanos o sociales cuando de combate al terrorismo se trata) con una reforma judicial dictada desde Los Pinos y que se negoció con el PRD y el PRI a cambio de la reforma electoral.
Pero la principal factura que quieren cobrar de nuestros vecinos del norte es la apertura de Pemex al capital privado, principalmente el de ellos; pues el gobierno de Washington está urgido de reacomodar sus piezas en el rompecabezas energético mundial y de asegurar la libre disponibilidad de los hidrocarburos mexicanos.
Es inminente, por la tanto, la apertura de Pemex al capital privado local y extranjero; y en esa dinámica trabajan los legisladores del PAN y del PRI.
posted by H2AGUA at
9:56 p.m.
