El caso del AMLO
Campañas negativas: un peligro para México
Líneas introductorias
Según el mito griego, Pan, el dios de los pastores, mitad hombre, mitad macho cabrío, a un tiempo monstruoso y seductor, podía aparecer de la sombra de un árbol y provocar un terror repentino entre los habitantes de la tranquila Arcadia.
A principios de 2006, se veía a López Obrador como el próximo presidente de México. A inicios de campaña el candidato perredista a la presidencia estaba diez puntos porcentuales por arriba del candidato de Acción Nacional. De no haber recurrido a la campaña negativa (en la cual se construye una imagen negativa del oponente) y a estrategias de propaganda de guerra, es muy probable que Felipe Calderón no ocupase en la actualidad la Silla Presidencial.
Este trabajo tiene la finalidad de demostrar la utilización de los principios fundamentales de propaganda de guerra en el contexto de las pasadas elecciones presidenciales, cuyo destinatario principal fue Andrés Manuel López Obrador, y la influencia de ésta en la generación de la opinión pública. Los principios mencionados son esbozados por teóricos como Arthur Ponsoby, P. Quentin, Jean Marie Domenach y recientemente por Anne Morelli. Los autores mencionados coinciden en la existencia de tres elementos fundamentales para que la propaganda de guerra funcione: 1) una población aterrorizada, 2) la construcción del enemigo y 3) la justificación del fin último. A efectos de corroborar la influencia de la propaganda de guerra y la campaña negativa sobre la imagen de López Obrador, se realizó un sondeo de opinión en el municipio mexiquense de Naucalpan de Juárez.2
La efectividad de la campaña negativa, explican los politólogos,3 consiste en que los electores son más influidos por los ataques que se hacen entre sí los candidatos, e identifican la capacidad de hacer ataques con la capacidad de liderazgo y a que la prensa suele ponerles mayor atención que a las propuestas del candidato.
El pánico es inducido en situaciones de tensión extrema y de crisis inminente, se designa una amenaza sorda, la amenaza de que las cosas se tambaleen y se vuelque en un abominable caos.4 Así, se conforma la opinión pública a través del pánico moral. Infringir el miedo en los electores es una forma de presionar a los electores, lo cual es considerado en otros países como un grave delito electoral.5 El objetivo principal de esta estrategia, como lo expresa Jenaro Villamil, fue “utilizar todo el poder de la pantalla televisiva y de las principales frecuencias de radio para generar miedo ante la posibilidad de un triunfo del candidato de la izquierda”6. En el caso de las elecciones presidenciales de 2006, se utilizaron sobre todo imágenes fuera de contexto para presentar a López Obrador como un peligro para el país.
No solo el pueblo se dejó manipular, también el empresariado que temiendo perder sus privilegios fiscales con López Obrador, optó por sumarse a la campaña negativa contra él.
1. Biografía de Manuel Andrés López Obrador
“No es AMLO, es MALO. Se sabe por los lugareños de Tabasco que fue bautizado y registrado con el nombre de Manuel Andrés, cambiándose el nombre en su juventud.
Es culpable de numerosos delitos. Siendo menor de edad mató de un balazo en la cabeza a su hermano José Ramón.
Le dicen el Whiskas porque ocho de cada diez gatas lo prefieren. No sabe hablar inglés (ni siquiera ha salido del país), con trabajos habla el español, y no es licenciado porque no se ha titulado.
Durante su gestión como Jefe de Gobierno del Distrito Federal se rodeó de una mafia de corruptos que le hacían el trabajo sucio. López Obrador es el culpable de la inseguridad en la Ciudad de México. Manejó el Distrito Federal como dictador. Dejó una deuda que supera los cuarenta mil millones de pesos al impulsar obras como “segundos pisos”, “pensiones” y “distribuidores viales”.
En su campaña hacia la presidencia, López Obrador manipuló y engañó a los votantes. Les propuso el camino fácil de hacer dinero despojando a los que tienen. El mesías tropical prometió quitarle sus casas a quienes tuvieran más de una. Era un peligro para la clase media, iba a expropiar sus bienes y a limitar que sólo se tuviera un departamento, un carro y dos hijos por familia, los cuales iban a ser enviados a Cuba y Venezuela para adoctrinarlos.
López Obrador es una amenaza para los negocios. De haber quedado como presidente, los centros de trabajo estarían cerrados y se hubieran perdido miles de empleos. Pretendía nacionalizar empresas, perseguir a los empresarios y emular al presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
En suma, López Obrador es un fraticida, ladrón, tramposo, hipócrita, subversivo, conspirador, chantajista, inculto, vulgar y manipulador. López Obrador es un peligro para México.”
Los datos anteriores fueron extraídos de la propaganda negativa que utilizaron el Partido Acción Nacional, el empresariado mexicano y la Iglesia católica contra Andrés Manuel López Obrador.7 Se evidencia el odio y sobre todo la mentira de estos núcleos contra el ex candidato de la izquierda y sus seguidores, no obstante que el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales prohíbe en su artículo 38 la difamación y la calumnia en la propaganda electoral.
La intensa difusión de estos datos dan como resultado que, al cuestionar a la gente sobre la imagen de López Obrador, la gente le dé atributos negativos como “ignorante”, “ladrón”, “loco”, “mentiroso” y “radical”.8
2. El enemigo viola las leyes
El Ejecutivo Federal, la Procuraduría General de la República, la Suprema Corte de Justicia y la Cámara de Diputados tergiversaron las leyes con el fin de impedirle a López Obrador participar como candidato en la contienda electoral hacia la presidencia.
Desde el 2004 se pretendió criminalizar a López Obrador. En el mes de marzo Televisa difundió dos videos de funcionarios del Distrito Federal cometiendo actos ilícitos. El primero correspondía al entonces Secretario de Finanzas capitalino, Gustavo Vargas, apostando en un casino del hotel Bellagio, en las Vegas. El segundo presentó a René Bejarano, uno de los principales operadores políticos de López Obrador, embolsándose fajos de dólares en una oficina del empresario Carlos Ahumada. La línea editorial de las televisoras cuestionaron la “honestidad valiente” y la austeridad, ejes del discurso político de Andrés Manuel López Obrador.
Más tarde se le acusó de desobedecer una orden judicial para detener la construcción de un camino hacia el Hospital ABC. Con esto se le tachó de “irrespetuoso con la ley y la justicia”: “es una persona que no respeta las leyes, que quiere ponerse encima de ellas y que, en consecuencia, adopta una actitud mesiánica y populista”. Lo anterior fue motivo para desaforarlo. Más tarde se comprobaría que López Obrador defendía el patrimonio de la Ciudad de México y que los documentos presentados por el demandante eran falsos.9
De esta manera se emprendió una ofensiva publicitaria a favor del “estado de derecho y de la legalidad”, aunque en realidad era una trama armada llevada a cabo con intención malévola por personeros del régimen para obtener beneficios políticos. La discusión pública de los actos cometidos contra López Obrador para impedir que éste se postulara como candidato presidencial, no harían más que llevarlo a la cumbre de su popularidad.10
3. Nosotros no queremos la guerra,es nuestro adversario quien quiere la guerra
Joseph Goebbels, ministro de propaganda nazi, señaló que para lograr el apoyo a la guerra por parte de la población, bastaba con convencerla de que iba a haber un ataque.
En meses previos al 2 de julio, Vicente Fox llenó sus discursos con frases que identificaban a Felipe Calderón con su proyecto de nación: “cambiemos de “jinete pero no de caballo”, “el proyecto que nos hará mejor que ayer”, “ir hacia delante”, “más vale paso que dure y no trote que canse”, “preservar el esfuerzo”, “proteger el patrimonio”, “proteger la estabilidad”, “seguir avanzando”, “sigamos juntos por este camino”.11 De esta manera los fines reales de la guerra (electoral) eran enmascarados y presentados como “causas nobles”, lo cual es un principio (también llamado mandamiento) de propaganda de guerra.12
Por otro lado, se pagó una costosa campaña de spots para hacer un llamado a que el pueblo votara por la continuidad del gobierno foxista. Casi dos mil millones de pesos fueron utilizados en la transmisión de 462 mil spots en radio y televisión de enero a mayo de 2006. Los programas del gobierno, como Oportunidades, Seguro Popular, Becas, Vivienda, Economía y Trabajo, eran difundidos a un ritmo de 115 mil spots por mes o 3,800 por día.13
Se difundió la idea de que el presidente Fox había manejado bien el país con políticas sociales y económicas adecuadas y que con López Obrador, el país colapsaría.
“¿No te parece maravilloso que tus hijos ya no entiendan lo que nosotros tuvimos que sufrir? Esto es producto de diez años de estabilidad económica. Apostarle a algo distinto es retroceder. Defendamos lo que hemos logrado.” 14
Lo anterior fue denominado por el equipo de Felipe Calderón como “campaña de contraste”15; se enfrentaba la “sensación de estabilidad económica” con la “sensación de riesgo” que suscitaba López Obrador:
“México no puede quedarse sentado a la orilla del camino o volver hacia atrás a los esquemas oscuros de economía cerrada, de gobierno gastalón, de políticas de endeudamiento que ya quebraron a México varias veces, y que es lo que propone López Obrador…”16
Desde que los publicistas de Calderón convirtieron la expresión popular “cállate chachalaca” en un insulto, se vincularon no solamente el estilo de hablar y la imagen de López Obrador, sino también sus propuestas, con la figura del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.17 Incluso se inventó de manera calumniosa que el presidente venezolano financiaba la campaña de López Obrador.
Vinculada la figura de Chávez con la de López Obrador, el Consejo Coordinador Empresarial y el Centro de Liderazgo y Desarrollo Humano dibujaron a través de spots televisivos un contexto violento y dictatorial –de guerra– de llegar López Obrador a la presidencia relacionándolo con el contexto venezolano:
“(Chávez) Ahora se prepara para las agresiones físicas a través de la compra de grandes cantidades de armamento. No sólo persigue a los que se oponen; hace que les quiten el trabajo y los reprime violentamente… Bajo este clima altamente preocupante ya ha iniciado su dictadura vitalicia… Esto sucede cuando no se defiende la democracia. Defiende la democracia de México. Este 2 de julio, vota.”18
A esta campaña de desprestigio contra López Obrador se sumaron empresas como Jumex, Grupo Infra, Dulces la Rosa, Alsea, Sabritas y Coppel, las cuales además de distribuir entre sus empleados información a favor de Calderón y en contra de López Obrador, lanzaron anuncios subliminales en televisión abierta –como el que llamaba a votar el 2 de julio, que utilizaba los colores que identifican al PAN.
El Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) en su artículo 48 que es derecho exclusivo de los partidos políticos contratar tiempos en radio y televisión para difundir mensajes orientados a la obtención del voto y la prohibición del contrato de propaganda en radio y televisión por parte de terceros.
4. La orquestación de la campaña del miedo y terror contra López Obrador
Quienes estuvieron a cargo de la maquinación de la guerra sucia fueron el español Antonio José Solá Reche y los estadounidenses Dick Morris y Rob Allyn, a pesar de que las leyes mexicanas prohíben la intervención de extranjeros en los procesos electorales.19 Dick Morris fue quien esbozó la frase “Un Peligro para México” y quien la convirtió en una marca asociada a López Obrador.
La estrategia radicó en la identificación y detección de los miedos y odios de la sociedad mexicana para transformarlos en una campaña negativa donde las propuestas de los candidatos se tornan insustanciales. Se tiene conocimiento que desde 2005 el Partido Acción Nacional investigó las principales preocupaciones de los mexicanos, encontrando que éstas eran “economía”, “inseguridad” y “desempleo”.20 De esta manera se ligó la figura de Andrés Manuel López Obrador con las palabras “deuda” y “crisis”, “delito” y “ladrón”, y “desempleo”. Lo anterior obedece a la ley de propaganda política y de guerra llamada de transfusión, la cual se refiere a la capacidad de recoger el apoyo popular apelando a sentimientos e ideas ya enraizados en el colectivo –como emociones, fobias, mitos y gustos– en el mensaje principal de campaña.21
Lo señalado queda ilustrado en el argumento del siguiente spot, el primero de la campaña negativa emprendida por el PAN:
“Éste es el segundo piso de la Ciudad de México. ¿Cómo pagó López Obrador por él?... Se endeudó… ¿Las pensiones?... Se endeudó… Triplicó la deuda del D.F…. Si llega a presidente nos va a endeudar más y vendrá una crisis económica, devaluación, desempleo. Éstos son los grandes planes de López Obrador, un peligro para México.”22
Y Felipe Calderón en entrevista radiofónica con Joaquín López Dóriga:
“Andrés Manuel va a significar también un pasado de quiebra, de devaluaciones, de gasto irrefrenado del gobierno, de endeudamiento. (…) Él ha endeudado a esta ciudad de México. La deuda del D.F. ha pasado en los gobiernos perredistas de 16 mil millones de pesos a 44 mil millones de pesos y sigue subiendo.” 23
Esta estrategia tuvo éxito dado que los mexicanos han experimentado una serie de crisis económicas producto de la deuda contraída por el Gobierno Federal. Y es que, como apunta Ángeles Diez Rodríguez, “las emociones surgen más fácilmente respecto a aquello que el ciudadano siente como próximo o cercano… Siente temor respecto a una amenaza inminente, que está cercana en el tiempo o en el espacio.”24
La realidad es que durante la administración de López Obrador no sólo no se endeudó más a la ciudad, sino que se alcanzó una tasa mínima de endeudamiento, al tiempo que se aumentó la inversión social.25
5. Desacreditar al enemigo: satanizarlo
La campaña negativa consiste en crear una imagen negativa del oponente. La frase “Un peligro para México” obedeció la ley de propaganda política y de guerra de simplificación o del enemigo único.26 “Un peligro para México” era un mensaje breve y sencillo que evocaba fácilmente sentimientos e ideas (contra López Obrador), huyendo de los razonamientos y buscando una buena retención en la memoria; lo anterior en el supuesto de que el lenguaje genera y controla el pensamiento, de tal modo que, si se controla el lenguaje, es casi imposible que se produzcan, desarrollen y comuniquen pensamientos contrarios al sistema.
De la misma manera los estrategas de Calderón siguieron la ley de propaganda política y de guerra llamada de ampliación y desfiguración. El emisor propagandístico transmite en los medios, información desfigurada a favor de su causa; se destaca lo interesante, se descontextualizan frases, se hace una adaptación al nivel lingüístico del receptor y se huye de los detalles.27
Durante los meses previos a la elección, la “pareja presidencial” dio discursos saturados por una serie de palabras destinadas a López Obrador: acelerados, circo, clientelismo, crisis financiera, dádivas, demagogia, desorden, devaluaciones, Distrito Federal, endeudamiento, engaño, exceso de gasto, falsas ilusiones, izquierda, mentira, no somos habladores, paternalismo, populismo de izquierda, populismo, promesas fáciles, socialismo, teatro, tentación del populismo, vomito el populismo.28
Entre marzo y mayo de 2006, se difundieron spots en televisión en donde se sobreponían las imágenes de Luis Echeverría y José López Portillos, “demonios populistas”, con la de Andrés Manuel López Obrador. 29
Quizá el personaje más impopular de la política mexicana contemporánea sea el expresidente Carlos Salinas de Gortari. El Partido Acción Nacional, no conforme con comparar de manera poco fundamentada al presidente venezolano Hugo Chávez con el entonces candidato perredista a la presidencia, llegó al extremo de comparar a Salinas de Gortari con López Obrador. En un spot financiado por los Candidatos del Partido Acción Nacional al Congreso de la Unión se hacía un efecto en donde el rostro de Salinas de Gortari se convertía en el rostro de López Obrador, mientras una voz en off decía:
“… el culpable de la crisis (del 95) fue Salinas por la irresponsable política de endeudamiento que López Obrador pretende de nuevo implantar.”30
Incluso por medio de spots se acusó a Andrés Manuel López Obrador de mentir y de manipular videos contra Felipe Calderón.
“De manera fraudulenta manipuló un video para engañarte. Lo que realmente propuso Felipe Calderón fu esto: devolver dinero en efectivo a los más pobres, reducir el impuesto sobre la renta. López Obrador te quiere ver la cara.”31
“López Obrador miente con descaro a México. Mintió con lo del Fobaproa. Mintió con el IVA en alimentos y medicinas, y mintió de nuevo en el debate.”32
El candidato panista llamó a López Obrador “el candidato de las mentiras”.33 Los videos a los cuales hace alusión aquel spot, mostraban a un Calderón que hablaba de aplicar el IVA a alimentos y medicinas, además de beneficiar a los ricos quitándole dinero a los pobres, resaltaban la participación de Calderón en la aprobación del Fobaproa, su silencio ante el escándalo de los hijos de Marta Sahagún, su paso por Banobras (donde se otorgó un crédito inmobiliario), su aceptación a la Ley de Medios y su interés porque fueran aprobadas las reformas energéticas y eléctricas. Datos totalmente ciertos y que, incluso, en el mes de junio de 2007 se evidenciaría que quien mentía era Felipe Calderón al conocer su propuesta de reforma fiscal. Si los videos fueron manipulados, lo fueron en el sentido de que dramatizaban la realidad: hacían de la realidad un drama para capturar al público, transmitían con verdad sucesos reales, sólo que de manera emotiva.34
No solo en México se satanizó a López Obrador, sino también en el extranjero. En un artículo para el periódico The New York Times, publicado el 3 de abril de 2006, y firmado por Dick Morris, se le llamó una amenaza para México y para los Estados Unidos dados “los vínculos” que tenía con Hugo Chávez y Fidel Castro.35
Un mes antes de la elección, Andrés Manuel López Obrador no solamente era una amenaza o un peligro para México, era un loco (como lo llamó Martha Sahagún en una cena en Guanajuato), era un desquiciado (como lo difundían supuestos estudios psicológicos sobre su persona). Eduardo Ruiz Healy, comentarista económico de Radio Formula, cuyo programa afirma “hacer de la noticia un suceso”, se refirió al candidato perredista como pejeloco y posteriormente pejeimbécil.
Si se toma en cuenta el sondeo de opinión realizado para este trabajo, se puede conjeturar que estas calumnias tuvieron un índice de recordación de 84%, siendo la más recordada la del “peligro para México”.36
6. Nuestra causa tiene un carácter sagrado, defendemos una causa justa
Presentar a la causa como sagrada es otro principio de la propaganda de guerra.37 Felipe Calderón y sus colaboradores recurrieron a la fe y a la religión católica para hacerse de votos con el argumento de consumar la sagrada misión, encomendada por Dios, que le tocaba cumplir al candidato panista (esto a pesar de que el código electoral prohíbe utilizar símbolos religiosos en campaña).
Se dice que Felipe Calderón fue el primer candidato presidencial que utilizó la religión en su propaganda.38 Durante sus mítines se repartieron estampas de la Virgen de Guadalupe firmadas por el candidato, separadores de libros con el Espíritu Santo y la leyenda “Te pedimos por Felipe para que lo protejas, lo bendigas, en esta noble tarea de tener un México Mejor” y folletos que promovían el voto y que concluían de la siguiente manera: “Te presentamos algunos de los puntos que debes tener claro al momento de ejercer tu derecho a votar: Democracia… Voto… Populista… Inflación… Globalización…”
Asimismo se detectó que en ciertas iglesias católicas –sobre todo de estados como Guanajuato, Jalisco y Michoacán–, desde el púlpito se invitaba a votar por Felipe Calderón.
La causa justa era mantener la estabilidad y el desarrollo económico promovido por la paz foxista y evitar que un autoritario ambicioso, un loco como López Obrador, condujera al país a los peores escenarios de crisis y caos político y económico.
7. Nuestro enemigo provoca atrocidades excepcionales
La propaganda de guerra necesita atrocidades excepcionales que rebasen la imaginación, aterren a la Opinión Pública, toquen las cuerdas de lo irracional y de lo emocional.39
En este caso las atrocidades eran inventadas, como se mencionó en el apartado correspondiente a la satanización del enemigo, se acusó a López Obrador principalmente de haber endeudado a la Ciudad de México, de violar el marco de derecho, de intolerante y de que si quedara como presidente actuaría como Hugo Chávez.
Los publicistas calderonistas utilizaron el comentario de López Obrador hacia Vicente Fox, donde le decía “chachalaca”, para tacharlo de intolerante. Así, sacaron un spot donde una voz en off que decía “esto es intolerancia” y a continuación presentaba al presidente venezolano diciendo “Presidente Fox: no se meta conmigo, caballero, porque sale espinado”, seguido de López Obrador diciendo “cállese ciudadano presidente” y “cállate chachalaca”.40
En un país donde por tradición se respeta a la figura presidencial, el “cállate chachalaca” –atrocidad excepcional– pudo haberle costado a López Obrador la pérdida de puntos porcentuales en la preferencia de la gente.
8. Los que se oponen a nuestra causa son unos traidores
Joseph Goebbels, propagandista de Hitler, señaló que para que el pueblo apoye una causa es necesario acusar a los opositores de ésta de faltos de patriotismo y de traidores por exponer al país al peligro.41 Los enemigos son tales porque constituyen un “mal” que reclama ser eliminado, no explicado ni enfrentado con los mecanismos del sistema democrático.42
Se difundió que el estado de derecho sería vulnerado por las “huestes” del “izquierdismo”. A los seguidores de López Obrador se les llamó “renegados” y en casos extremos “nacos” o “gatos”.43
Incluso periodistas, dieron muestras de intolerancia, como es el caso de Carlos Marín, director del diario Milenio, que en su columna “El asalto a la razón”, llamó a los simpatizantes del PRD –y aún lo hace– “fundamentalistas de la izquierda perrediana”.44
La multipremiada escritora, Elena Poniatowska fue víctima de los calderonistas. Gracias a la autoridad moral de esta escritora, los publicistas de Andrés Manuel decidieron que era el personaje ideal para decirle a los panistas, a través de un spot televisivo, que mentían:
“…Es mentira que tenga relación con Hugo Chávez. Es mentira que con deuda pública se hayan pagado los segundos pisos y el apoyo a nuestros viejitos; se hicieron con buen gobierno, apoyo y honradez. No calumnien.” 45
Los calderonistas se mofaron de la escritora en un spot, enmarcado con música de cuna, superponiendo la imagen de Elena Poniatowska con la de René Bejaron y Gustavo Ponce
“Ahora resulta que los segundos pisos y las pensiones de López Obrador se hicieron con buen gobierno, ahorro y honradez. ¿A quién quieren engañar? López Obrador permitió estos delitos. No se puede confiar en él. López Obrador es un peligro para México.”46
A un año de la elección se sigue satanizando a los simpatizantes del Partido de la Revolución Democrática. El Consejo Mexicano de la Juventud difundió después de la elección spots televisivos donde afirmaban que “el PRD sí le está pegando a México” al pretender el totalitarismo, la anarquía y la violencia.47 En el sondeo de opinión realizado para efectos de este trabajo, cuando se les preguntó a los encuestados sobre qué imagen tenían de los perredistas, el 28% contestó que son radicales, que están en contra de todo, que son mitoteros y descripciones que están en el mismo campo semántico.48
Como señala Jenaro Villamil49, la intolerancia del grupo triunfador, hace que los sectores que se sienten agraviados ensayen medidas desesperadas de protesta.
9. Nosotros sufrimos muy pocas pérdidas, las del enemigo son enormes
Este principio o mandamiento también es conocido como la ley de unanimidad y contagio, la cual se basa en el principio de presionar al individuo a través de la presentación de un clima o una ilusión de unanimidad social sobre el tema en cuestión con la finalidad de homogeneizar opiniones.50
Se infló a un candidato que en septiembre de 2005 tenía sólo el dos por ciento de las simpatías electorales: un candidato, como lo describen Alejandro Almazán y Óscar Camacho, “tan gris como sus trajes”. 51
Desde el mes de mayo, Edgar González Ruiz, filósofo, sospechó del papel que fungiría el texano Rob Allyn como asesor de Calderón. Escribió que Allyn era un “genio del engaño colectivo”, un especialista en publicidad y manipulación de encuestas e incluso del fraude electoral.52 El semanario Proceso documentó una reunión llevada a cabo entre Josefina Vázquez Mota, Manuel Espino y Bernardo Gómez (vicepresidente de Televisa), donde se pactó aplicar estrategias para aumentar el puntaje del abanderado del PAN.53
Entre abril y mayo de 2006 de 26 encuestas registradas por el IFE, siete daban ventaja a López Obrador, 16 a Felipe Calderón y 3 registraban un empate entre ambos candidatos, el impacto de la campaña negativa era evidente, inducir el miedo entre la población hizo avanzar al panista. 54 La difusión de estos datos influiría en los resultados si se toma en cuenta la tendencia de la gente de ir con el ganador.55
Días antes de la elección, se difundió que ésta estaba muy cerrada, que había un “empate técnico” en las encuestas. En los noticiarios de Televisa los conductores hablaban de un empate a pesar de tener frente a ellos evidencia contraria, como ocurrió en la entrevista que Joaquín López Dóriga le hace a Roy Campos. El Director General de Consulta Mitofsky presenta al conductor de Televisa una encuesta donde el perredista estaba tres puntos arriba del panista. Para López Dóriga era un empate técnico, Roy Campos respondió que “tres puntos de ventaja es mejor que tenerlos de desventaja”56
Se buscaba, como lo expresó Federico Arreola en su momento, de convencer a las mayorías de que eran minorías y a las minorías de que ganarían la elección.57
10. Si lo ves en televisión, debe ser real
A pesar de que los tiempos comerciales de Televisa y TV Azteca estaban saturados de spots publicitarios a favor de Felipe Calderón, dentro de los programas aparecía la imagen del candidato panista como “integración de producto”, como en el caso de Muévete y La fea más bella, donde salían espectaculares del PAN de fondo y los personajes se pronunciaban a favor del candidato.58
En el programa cómico de Televisa, El privilegio de mandar, se destinaron dos emisiones a difundir “la pesadilla de las chachalacas” donde se ridiculizaba al extremo a López Obrador.
Los medios, especialmente las televisoras, mantuvieron una actitud crítica en contra de López Obrador y una clara preferencia por el candidato del PAN.59 Mientras los medios electrónicos dedicaban 6% de cobertura negativa a Felipe Calderón, 23% de cobertura negativa fue destinada a López Obrador. Las críticas más importantes al candidato perredista se realizaron en los noticiarios de mayor audiencia.60
Como se mencionó en apartados anteriores, las campañas paralelas a la llevada a cabo por el Partido Acción Nacional abundaron. Empresas como Jumex y Sabritas, el Consejo Coordinador Empresarial, la Asociación Civil Ármate de Valor y Víctor González Torres (el doctor Simi), gastaron cerca de 350 millones en campaña negativa contra López Obrador
Como lo señala el mismo López Obrador, “Televisa prácticamente se hizo cargo de la estrategia publicitaria del PAN y transmitió sin límites todos los mensajes negativos en contra de nosotros, con el emblema de ese partido, del Consejo Coordinador Empresarial y de supuestas organizaciones civiles”.
Las televisoras alentaron el miedo y la sensación de vulnerabilidad, narraron hechos mediante la dramatización, privilegiaron imágenes sobre el análisis, crearon una expectativa ante una amenaza inexistente.61
En este marco cabe la ley de propaganda política y de guerra conocida como de orquestación. Se repiten de manera incansable los ataques al rival, dando la apariencia de que éstos provienen de diversas fuentes de información.62 “Los medios masivos, al seleccionar algunos temas y dejar en el silencio a otros, van elaborando una agenda que a lo largo de los meses se convierte en un temario reiterado, a partir del cual las personas construyen sus preocupaciones públicas.”63 En imagen pública imagen es percepción y percepción es realidad.
Conclusiones
Calderón fue elegido por eliminación. No se votó a favor de Felipe Calderón, se votó contra Andrés Manuel López Obrador gracias a las estrategias de campaña negativa y propaganda de guerra. El mismo Calderón reconocería esto al afirmar que “Me ayudaron mucho las circunstancias porque había temor a mi oponente, así que mucha gente lo único que buscaba era mi triunfo”.64
Guerra sucia es toda acción ilegal, anónima, violenta, subrepticia, sorpresiva, encubierta, desproporcionada, fraudulenta y sin ningún límite moral, que se emprende para conseguir un propósito político –como las elecciones– a toda costa.65 Los hechos mencionados en este trabajo caben en esta definición; no es casual que algunos periodistas66 describen al proceso electoral de 2006 como una guerra sucia.
Este trabajo mostró la utilización y la influencia de fórmulas de campaña negativa y propaganda de guerra por parte del Partido Acción Nacional en el contexto electoral mexicano. Resulta paradójico que un partido como el PAN, que se dice de inspiración humanista e incluso cristiana, se sirva de la calumnia y la desinformación para ganar elecciones.
Es imposible aislar la influencia de los medios sobre los electores, como señala Florence Tussaint.67 La crispación política difundida en los medios de comunicación –sobre todo en las televisoras– se transformó en una hiperrealidad mediática que se impuso a los hechos. Imagen se tornó en realidad. Al respecto recordemos aquella afirmación de Joseph Goebbels, en cuanto a que una mentira repetida cien veces se convierte en realidad. No en vano, Andrés Manuel López Obrador calificó a esta estrategia propagandística como fascista.68
Las autoridades electorales del país –el Instituto Federal Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación– rechazaron que la “propaganda negra” y “campañas negativas”, como llamaron a las irregularidades mencionadas en este trabajo, hubieran sido determinantes para el resultado electoral. Para los consejeros del Consejo General del IFE la campaña negativa no violó la ley electoral, fue una muestra de libertad de expresión.69 Tampoco fue delito sembrar el odio ni convulsionar a la sociedad al inventar amenazas y peligros para la nación.
La campaña contra López Obrador, como señala Carlos Monsiváis, despreció la racionalidad, la inteligencia y los derechos electorales de los partidarios de la izquierda y de los convencidos por la civilidad electoral.70
Hoy el estado de pánico moral sigue vivo gracias al grado de influencia de los medios de comunicación que inducen esta reacción social y la sensación de incertidumbre.
Por si no fuera suficiente, otro efecto de estas artimañas es generar desinterés en los ciudadanos en los asuntos políticos y alejar al electorado de las urnas (en un país en donde difícilmente se rebasa el 60% de participación en elecciones federales71).
Epílogo
La campaña presidencial culminó con el triunfo de Felipe Calderón –cuestionable por lo expuesto en este trabajo y por otras situaciones dignas de ser tratadas en proyectos alternos al presente–; sin embargo, a un año de la elección, las calumnias y difamaciones contra López Obrador continúan (baste con leer algunas editoriales de los periódicos Milenio y Reforma para comprobarlo). No es de extrañarse que hoy, el 23% de los que votaron por López Obrador, hoy no lo harían.72
Comentario: Y ahora que diran los pendej..... que votaron por el borracho de fecal? gasolinazo, aumento del isr, aumento de la canasta básica, aumento en las tortillas, aumento al salario minimo de 2 pesos, ley del issste privatización de pemex, desempleo, etc. etc. etc.
Sera cierto que cuando Jesucristo fue clavado en la cruz levanto su cara miro a la gente y dijo: YA ME VOY Y AQUI LOS DEJO, PARA QUE EL VIVO VIVA DEL MAS PENDEJO?
Líneas introductorias
Según el mito griego, Pan, el dios de los pastores, mitad hombre, mitad macho cabrío, a un tiempo monstruoso y seductor, podía aparecer de la sombra de un árbol y provocar un terror repentino entre los habitantes de la tranquila Arcadia.
A principios de 2006, se veía a López Obrador como el próximo presidente de México. A inicios de campaña el candidato perredista a la presidencia estaba diez puntos porcentuales por arriba del candidato de Acción Nacional. De no haber recurrido a la campaña negativa (en la cual se construye una imagen negativa del oponente) y a estrategias de propaganda de guerra, es muy probable que Felipe Calderón no ocupase en la actualidad la Silla Presidencial.
Este trabajo tiene la finalidad de demostrar la utilización de los principios fundamentales de propaganda de guerra en el contexto de las pasadas elecciones presidenciales, cuyo destinatario principal fue Andrés Manuel López Obrador, y la influencia de ésta en la generación de la opinión pública. Los principios mencionados son esbozados por teóricos como Arthur Ponsoby, P. Quentin, Jean Marie Domenach y recientemente por Anne Morelli. Los autores mencionados coinciden en la existencia de tres elementos fundamentales para que la propaganda de guerra funcione: 1) una población aterrorizada, 2) la construcción del enemigo y 3) la justificación del fin último. A efectos de corroborar la influencia de la propaganda de guerra y la campaña negativa sobre la imagen de López Obrador, se realizó un sondeo de opinión en el municipio mexiquense de Naucalpan de Juárez.2
La efectividad de la campaña negativa, explican los politólogos,3 consiste en que los electores son más influidos por los ataques que se hacen entre sí los candidatos, e identifican la capacidad de hacer ataques con la capacidad de liderazgo y a que la prensa suele ponerles mayor atención que a las propuestas del candidato.
El pánico es inducido en situaciones de tensión extrema y de crisis inminente, se designa una amenaza sorda, la amenaza de que las cosas se tambaleen y se vuelque en un abominable caos.4 Así, se conforma la opinión pública a través del pánico moral. Infringir el miedo en los electores es una forma de presionar a los electores, lo cual es considerado en otros países como un grave delito electoral.5 El objetivo principal de esta estrategia, como lo expresa Jenaro Villamil, fue “utilizar todo el poder de la pantalla televisiva y de las principales frecuencias de radio para generar miedo ante la posibilidad de un triunfo del candidato de la izquierda”6. En el caso de las elecciones presidenciales de 2006, se utilizaron sobre todo imágenes fuera de contexto para presentar a López Obrador como un peligro para el país.
No solo el pueblo se dejó manipular, también el empresariado que temiendo perder sus privilegios fiscales con López Obrador, optó por sumarse a la campaña negativa contra él.
1. Biografía de Manuel Andrés López Obrador
“No es AMLO, es MALO. Se sabe por los lugareños de Tabasco que fue bautizado y registrado con el nombre de Manuel Andrés, cambiándose el nombre en su juventud.
Es culpable de numerosos delitos. Siendo menor de edad mató de un balazo en la cabeza a su hermano José Ramón.
Le dicen el Whiskas porque ocho de cada diez gatas lo prefieren. No sabe hablar inglés (ni siquiera ha salido del país), con trabajos habla el español, y no es licenciado porque no se ha titulado.
Durante su gestión como Jefe de Gobierno del Distrito Federal se rodeó de una mafia de corruptos que le hacían el trabajo sucio. López Obrador es el culpable de la inseguridad en la Ciudad de México. Manejó el Distrito Federal como dictador. Dejó una deuda que supera los cuarenta mil millones de pesos al impulsar obras como “segundos pisos”, “pensiones” y “distribuidores viales”.
En su campaña hacia la presidencia, López Obrador manipuló y engañó a los votantes. Les propuso el camino fácil de hacer dinero despojando a los que tienen. El mesías tropical prometió quitarle sus casas a quienes tuvieran más de una. Era un peligro para la clase media, iba a expropiar sus bienes y a limitar que sólo se tuviera un departamento, un carro y dos hijos por familia, los cuales iban a ser enviados a Cuba y Venezuela para adoctrinarlos.
López Obrador es una amenaza para los negocios. De haber quedado como presidente, los centros de trabajo estarían cerrados y se hubieran perdido miles de empleos. Pretendía nacionalizar empresas, perseguir a los empresarios y emular al presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
En suma, López Obrador es un fraticida, ladrón, tramposo, hipócrita, subversivo, conspirador, chantajista, inculto, vulgar y manipulador. López Obrador es un peligro para México.”
Los datos anteriores fueron extraídos de la propaganda negativa que utilizaron el Partido Acción Nacional, el empresariado mexicano y la Iglesia católica contra Andrés Manuel López Obrador.7 Se evidencia el odio y sobre todo la mentira de estos núcleos contra el ex candidato de la izquierda y sus seguidores, no obstante que el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales prohíbe en su artículo 38 la difamación y la calumnia en la propaganda electoral.
La intensa difusión de estos datos dan como resultado que, al cuestionar a la gente sobre la imagen de López Obrador, la gente le dé atributos negativos como “ignorante”, “ladrón”, “loco”, “mentiroso” y “radical”.8
2. El enemigo viola las leyes
El Ejecutivo Federal, la Procuraduría General de la República, la Suprema Corte de Justicia y la Cámara de Diputados tergiversaron las leyes con el fin de impedirle a López Obrador participar como candidato en la contienda electoral hacia la presidencia.
Desde el 2004 se pretendió criminalizar a López Obrador. En el mes de marzo Televisa difundió dos videos de funcionarios del Distrito Federal cometiendo actos ilícitos. El primero correspondía al entonces Secretario de Finanzas capitalino, Gustavo Vargas, apostando en un casino del hotel Bellagio, en las Vegas. El segundo presentó a René Bejarano, uno de los principales operadores políticos de López Obrador, embolsándose fajos de dólares en una oficina del empresario Carlos Ahumada. La línea editorial de las televisoras cuestionaron la “honestidad valiente” y la austeridad, ejes del discurso político de Andrés Manuel López Obrador.
Más tarde se le acusó de desobedecer una orden judicial para detener la construcción de un camino hacia el Hospital ABC. Con esto se le tachó de “irrespetuoso con la ley y la justicia”: “es una persona que no respeta las leyes, que quiere ponerse encima de ellas y que, en consecuencia, adopta una actitud mesiánica y populista”. Lo anterior fue motivo para desaforarlo. Más tarde se comprobaría que López Obrador defendía el patrimonio de la Ciudad de México y que los documentos presentados por el demandante eran falsos.9
De esta manera se emprendió una ofensiva publicitaria a favor del “estado de derecho y de la legalidad”, aunque en realidad era una trama armada llevada a cabo con intención malévola por personeros del régimen para obtener beneficios políticos. La discusión pública de los actos cometidos contra López Obrador para impedir que éste se postulara como candidato presidencial, no harían más que llevarlo a la cumbre de su popularidad.10
3. Nosotros no queremos la guerra,es nuestro adversario quien quiere la guerra
Joseph Goebbels, ministro de propaganda nazi, señaló que para lograr el apoyo a la guerra por parte de la población, bastaba con convencerla de que iba a haber un ataque.
En meses previos al 2 de julio, Vicente Fox llenó sus discursos con frases que identificaban a Felipe Calderón con su proyecto de nación: “cambiemos de “jinete pero no de caballo”, “el proyecto que nos hará mejor que ayer”, “ir hacia delante”, “más vale paso que dure y no trote que canse”, “preservar el esfuerzo”, “proteger el patrimonio”, “proteger la estabilidad”, “seguir avanzando”, “sigamos juntos por este camino”.11 De esta manera los fines reales de la guerra (electoral) eran enmascarados y presentados como “causas nobles”, lo cual es un principio (también llamado mandamiento) de propaganda de guerra.12
Por otro lado, se pagó una costosa campaña de spots para hacer un llamado a que el pueblo votara por la continuidad del gobierno foxista. Casi dos mil millones de pesos fueron utilizados en la transmisión de 462 mil spots en radio y televisión de enero a mayo de 2006. Los programas del gobierno, como Oportunidades, Seguro Popular, Becas, Vivienda, Economía y Trabajo, eran difundidos a un ritmo de 115 mil spots por mes o 3,800 por día.13
Se difundió la idea de que el presidente Fox había manejado bien el país con políticas sociales y económicas adecuadas y que con López Obrador, el país colapsaría.
“¿No te parece maravilloso que tus hijos ya no entiendan lo que nosotros tuvimos que sufrir? Esto es producto de diez años de estabilidad económica. Apostarle a algo distinto es retroceder. Defendamos lo que hemos logrado.” 14
Lo anterior fue denominado por el equipo de Felipe Calderón como “campaña de contraste”15; se enfrentaba la “sensación de estabilidad económica” con la “sensación de riesgo” que suscitaba López Obrador:
“México no puede quedarse sentado a la orilla del camino o volver hacia atrás a los esquemas oscuros de economía cerrada, de gobierno gastalón, de políticas de endeudamiento que ya quebraron a México varias veces, y que es lo que propone López Obrador…”16
Desde que los publicistas de Calderón convirtieron la expresión popular “cállate chachalaca” en un insulto, se vincularon no solamente el estilo de hablar y la imagen de López Obrador, sino también sus propuestas, con la figura del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.17 Incluso se inventó de manera calumniosa que el presidente venezolano financiaba la campaña de López Obrador.
Vinculada la figura de Chávez con la de López Obrador, el Consejo Coordinador Empresarial y el Centro de Liderazgo y Desarrollo Humano dibujaron a través de spots televisivos un contexto violento y dictatorial –de guerra– de llegar López Obrador a la presidencia relacionándolo con el contexto venezolano:
“(Chávez) Ahora se prepara para las agresiones físicas a través de la compra de grandes cantidades de armamento. No sólo persigue a los que se oponen; hace que les quiten el trabajo y los reprime violentamente… Bajo este clima altamente preocupante ya ha iniciado su dictadura vitalicia… Esto sucede cuando no se defiende la democracia. Defiende la democracia de México. Este 2 de julio, vota.”18
A esta campaña de desprestigio contra López Obrador se sumaron empresas como Jumex, Grupo Infra, Dulces la Rosa, Alsea, Sabritas y Coppel, las cuales además de distribuir entre sus empleados información a favor de Calderón y en contra de López Obrador, lanzaron anuncios subliminales en televisión abierta –como el que llamaba a votar el 2 de julio, que utilizaba los colores que identifican al PAN.
El Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) en su artículo 48 que es derecho exclusivo de los partidos políticos contratar tiempos en radio y televisión para difundir mensajes orientados a la obtención del voto y la prohibición del contrato de propaganda en radio y televisión por parte de terceros.
4. La orquestación de la campaña del miedo y terror contra López Obrador
Quienes estuvieron a cargo de la maquinación de la guerra sucia fueron el español Antonio José Solá Reche y los estadounidenses Dick Morris y Rob Allyn, a pesar de que las leyes mexicanas prohíben la intervención de extranjeros en los procesos electorales.19 Dick Morris fue quien esbozó la frase “Un Peligro para México” y quien la convirtió en una marca asociada a López Obrador.
La estrategia radicó en la identificación y detección de los miedos y odios de la sociedad mexicana para transformarlos en una campaña negativa donde las propuestas de los candidatos se tornan insustanciales. Se tiene conocimiento que desde 2005 el Partido Acción Nacional investigó las principales preocupaciones de los mexicanos, encontrando que éstas eran “economía”, “inseguridad” y “desempleo”.20 De esta manera se ligó la figura de Andrés Manuel López Obrador con las palabras “deuda” y “crisis”, “delito” y “ladrón”, y “desempleo”. Lo anterior obedece a la ley de propaganda política y de guerra llamada de transfusión, la cual se refiere a la capacidad de recoger el apoyo popular apelando a sentimientos e ideas ya enraizados en el colectivo –como emociones, fobias, mitos y gustos– en el mensaje principal de campaña.21
Lo señalado queda ilustrado en el argumento del siguiente spot, el primero de la campaña negativa emprendida por el PAN:
“Éste es el segundo piso de la Ciudad de México. ¿Cómo pagó López Obrador por él?... Se endeudó… ¿Las pensiones?... Se endeudó… Triplicó la deuda del D.F…. Si llega a presidente nos va a endeudar más y vendrá una crisis económica, devaluación, desempleo. Éstos son los grandes planes de López Obrador, un peligro para México.”22
Y Felipe Calderón en entrevista radiofónica con Joaquín López Dóriga:
“Andrés Manuel va a significar también un pasado de quiebra, de devaluaciones, de gasto irrefrenado del gobierno, de endeudamiento. (…) Él ha endeudado a esta ciudad de México. La deuda del D.F. ha pasado en los gobiernos perredistas de 16 mil millones de pesos a 44 mil millones de pesos y sigue subiendo.” 23
Esta estrategia tuvo éxito dado que los mexicanos han experimentado una serie de crisis económicas producto de la deuda contraída por el Gobierno Federal. Y es que, como apunta Ángeles Diez Rodríguez, “las emociones surgen más fácilmente respecto a aquello que el ciudadano siente como próximo o cercano… Siente temor respecto a una amenaza inminente, que está cercana en el tiempo o en el espacio.”24
La realidad es que durante la administración de López Obrador no sólo no se endeudó más a la ciudad, sino que se alcanzó una tasa mínima de endeudamiento, al tiempo que se aumentó la inversión social.25
5. Desacreditar al enemigo: satanizarlo
La campaña negativa consiste en crear una imagen negativa del oponente. La frase “Un peligro para México” obedeció la ley de propaganda política y de guerra de simplificación o del enemigo único.26 “Un peligro para México” era un mensaje breve y sencillo que evocaba fácilmente sentimientos e ideas (contra López Obrador), huyendo de los razonamientos y buscando una buena retención en la memoria; lo anterior en el supuesto de que el lenguaje genera y controla el pensamiento, de tal modo que, si se controla el lenguaje, es casi imposible que se produzcan, desarrollen y comuniquen pensamientos contrarios al sistema.
De la misma manera los estrategas de Calderón siguieron la ley de propaganda política y de guerra llamada de ampliación y desfiguración. El emisor propagandístico transmite en los medios, información desfigurada a favor de su causa; se destaca lo interesante, se descontextualizan frases, se hace una adaptación al nivel lingüístico del receptor y se huye de los detalles.27
Durante los meses previos a la elección, la “pareja presidencial” dio discursos saturados por una serie de palabras destinadas a López Obrador: acelerados, circo, clientelismo, crisis financiera, dádivas, demagogia, desorden, devaluaciones, Distrito Federal, endeudamiento, engaño, exceso de gasto, falsas ilusiones, izquierda, mentira, no somos habladores, paternalismo, populismo de izquierda, populismo, promesas fáciles, socialismo, teatro, tentación del populismo, vomito el populismo.28
Entre marzo y mayo de 2006, se difundieron spots en televisión en donde se sobreponían las imágenes de Luis Echeverría y José López Portillos, “demonios populistas”, con la de Andrés Manuel López Obrador. 29
Quizá el personaje más impopular de la política mexicana contemporánea sea el expresidente Carlos Salinas de Gortari. El Partido Acción Nacional, no conforme con comparar de manera poco fundamentada al presidente venezolano Hugo Chávez con el entonces candidato perredista a la presidencia, llegó al extremo de comparar a Salinas de Gortari con López Obrador. En un spot financiado por los Candidatos del Partido Acción Nacional al Congreso de la Unión se hacía un efecto en donde el rostro de Salinas de Gortari se convertía en el rostro de López Obrador, mientras una voz en off decía:
“… el culpable de la crisis (del 95) fue Salinas por la irresponsable política de endeudamiento que López Obrador pretende de nuevo implantar.”30
Incluso por medio de spots se acusó a Andrés Manuel López Obrador de mentir y de manipular videos contra Felipe Calderón.
“De manera fraudulenta manipuló un video para engañarte. Lo que realmente propuso Felipe Calderón fu esto: devolver dinero en efectivo a los más pobres, reducir el impuesto sobre la renta. López Obrador te quiere ver la cara.”31
“López Obrador miente con descaro a México. Mintió con lo del Fobaproa. Mintió con el IVA en alimentos y medicinas, y mintió de nuevo en el debate.”32
El candidato panista llamó a López Obrador “el candidato de las mentiras”.33 Los videos a los cuales hace alusión aquel spot, mostraban a un Calderón que hablaba de aplicar el IVA a alimentos y medicinas, además de beneficiar a los ricos quitándole dinero a los pobres, resaltaban la participación de Calderón en la aprobación del Fobaproa, su silencio ante el escándalo de los hijos de Marta Sahagún, su paso por Banobras (donde se otorgó un crédito inmobiliario), su aceptación a la Ley de Medios y su interés porque fueran aprobadas las reformas energéticas y eléctricas. Datos totalmente ciertos y que, incluso, en el mes de junio de 2007 se evidenciaría que quien mentía era Felipe Calderón al conocer su propuesta de reforma fiscal. Si los videos fueron manipulados, lo fueron en el sentido de que dramatizaban la realidad: hacían de la realidad un drama para capturar al público, transmitían con verdad sucesos reales, sólo que de manera emotiva.34
No solo en México se satanizó a López Obrador, sino también en el extranjero. En un artículo para el periódico The New York Times, publicado el 3 de abril de 2006, y firmado por Dick Morris, se le llamó una amenaza para México y para los Estados Unidos dados “los vínculos” que tenía con Hugo Chávez y Fidel Castro.35
Un mes antes de la elección, Andrés Manuel López Obrador no solamente era una amenaza o un peligro para México, era un loco (como lo llamó Martha Sahagún en una cena en Guanajuato), era un desquiciado (como lo difundían supuestos estudios psicológicos sobre su persona). Eduardo Ruiz Healy, comentarista económico de Radio Formula, cuyo programa afirma “hacer de la noticia un suceso”, se refirió al candidato perredista como pejeloco y posteriormente pejeimbécil.
Si se toma en cuenta el sondeo de opinión realizado para este trabajo, se puede conjeturar que estas calumnias tuvieron un índice de recordación de 84%, siendo la más recordada la del “peligro para México”.36
6. Nuestra causa tiene un carácter sagrado, defendemos una causa justa
Presentar a la causa como sagrada es otro principio de la propaganda de guerra.37 Felipe Calderón y sus colaboradores recurrieron a la fe y a la religión católica para hacerse de votos con el argumento de consumar la sagrada misión, encomendada por Dios, que le tocaba cumplir al candidato panista (esto a pesar de que el código electoral prohíbe utilizar símbolos religiosos en campaña).
Se dice que Felipe Calderón fue el primer candidato presidencial que utilizó la religión en su propaganda.38 Durante sus mítines se repartieron estampas de la Virgen de Guadalupe firmadas por el candidato, separadores de libros con el Espíritu Santo y la leyenda “Te pedimos por Felipe para que lo protejas, lo bendigas, en esta noble tarea de tener un México Mejor” y folletos que promovían el voto y que concluían de la siguiente manera: “Te presentamos algunos de los puntos que debes tener claro al momento de ejercer tu derecho a votar: Democracia… Voto… Populista… Inflación… Globalización…”
Asimismo se detectó que en ciertas iglesias católicas –sobre todo de estados como Guanajuato, Jalisco y Michoacán–, desde el púlpito se invitaba a votar por Felipe Calderón.
La causa justa era mantener la estabilidad y el desarrollo económico promovido por la paz foxista y evitar que un autoritario ambicioso, un loco como López Obrador, condujera al país a los peores escenarios de crisis y caos político y económico.
7. Nuestro enemigo provoca atrocidades excepcionales
La propaganda de guerra necesita atrocidades excepcionales que rebasen la imaginación, aterren a la Opinión Pública, toquen las cuerdas de lo irracional y de lo emocional.39
En este caso las atrocidades eran inventadas, como se mencionó en el apartado correspondiente a la satanización del enemigo, se acusó a López Obrador principalmente de haber endeudado a la Ciudad de México, de violar el marco de derecho, de intolerante y de que si quedara como presidente actuaría como Hugo Chávez.
Los publicistas calderonistas utilizaron el comentario de López Obrador hacia Vicente Fox, donde le decía “chachalaca”, para tacharlo de intolerante. Así, sacaron un spot donde una voz en off que decía “esto es intolerancia” y a continuación presentaba al presidente venezolano diciendo “Presidente Fox: no se meta conmigo, caballero, porque sale espinado”, seguido de López Obrador diciendo “cállese ciudadano presidente” y “cállate chachalaca”.40
En un país donde por tradición se respeta a la figura presidencial, el “cállate chachalaca” –atrocidad excepcional– pudo haberle costado a López Obrador la pérdida de puntos porcentuales en la preferencia de la gente.
8. Los que se oponen a nuestra causa son unos traidores
Joseph Goebbels, propagandista de Hitler, señaló que para que el pueblo apoye una causa es necesario acusar a los opositores de ésta de faltos de patriotismo y de traidores por exponer al país al peligro.41 Los enemigos son tales porque constituyen un “mal” que reclama ser eliminado, no explicado ni enfrentado con los mecanismos del sistema democrático.42
Se difundió que el estado de derecho sería vulnerado por las “huestes” del “izquierdismo”. A los seguidores de López Obrador se les llamó “renegados” y en casos extremos “nacos” o “gatos”.43
Incluso periodistas, dieron muestras de intolerancia, como es el caso de Carlos Marín, director del diario Milenio, que en su columna “El asalto a la razón”, llamó a los simpatizantes del PRD –y aún lo hace– “fundamentalistas de la izquierda perrediana”.44
La multipremiada escritora, Elena Poniatowska fue víctima de los calderonistas. Gracias a la autoridad moral de esta escritora, los publicistas de Andrés Manuel decidieron que era el personaje ideal para decirle a los panistas, a través de un spot televisivo, que mentían:
“…Es mentira que tenga relación con Hugo Chávez. Es mentira que con deuda pública se hayan pagado los segundos pisos y el apoyo a nuestros viejitos; se hicieron con buen gobierno, apoyo y honradez. No calumnien.” 45
Los calderonistas se mofaron de la escritora en un spot, enmarcado con música de cuna, superponiendo la imagen de Elena Poniatowska con la de René Bejaron y Gustavo Ponce
“Ahora resulta que los segundos pisos y las pensiones de López Obrador se hicieron con buen gobierno, ahorro y honradez. ¿A quién quieren engañar? López Obrador permitió estos delitos. No se puede confiar en él. López Obrador es un peligro para México.”46
A un año de la elección se sigue satanizando a los simpatizantes del Partido de la Revolución Democrática. El Consejo Mexicano de la Juventud difundió después de la elección spots televisivos donde afirmaban que “el PRD sí le está pegando a México” al pretender el totalitarismo, la anarquía y la violencia.47 En el sondeo de opinión realizado para efectos de este trabajo, cuando se les preguntó a los encuestados sobre qué imagen tenían de los perredistas, el 28% contestó que son radicales, que están en contra de todo, que son mitoteros y descripciones que están en el mismo campo semántico.48
Como señala Jenaro Villamil49, la intolerancia del grupo triunfador, hace que los sectores que se sienten agraviados ensayen medidas desesperadas de protesta.
9. Nosotros sufrimos muy pocas pérdidas, las del enemigo son enormes
Este principio o mandamiento también es conocido como la ley de unanimidad y contagio, la cual se basa en el principio de presionar al individuo a través de la presentación de un clima o una ilusión de unanimidad social sobre el tema en cuestión con la finalidad de homogeneizar opiniones.50
Se infló a un candidato que en septiembre de 2005 tenía sólo el dos por ciento de las simpatías electorales: un candidato, como lo describen Alejandro Almazán y Óscar Camacho, “tan gris como sus trajes”. 51
Desde el mes de mayo, Edgar González Ruiz, filósofo, sospechó del papel que fungiría el texano Rob Allyn como asesor de Calderón. Escribió que Allyn era un “genio del engaño colectivo”, un especialista en publicidad y manipulación de encuestas e incluso del fraude electoral.52 El semanario Proceso documentó una reunión llevada a cabo entre Josefina Vázquez Mota, Manuel Espino y Bernardo Gómez (vicepresidente de Televisa), donde se pactó aplicar estrategias para aumentar el puntaje del abanderado del PAN.53
Entre abril y mayo de 2006 de 26 encuestas registradas por el IFE, siete daban ventaja a López Obrador, 16 a Felipe Calderón y 3 registraban un empate entre ambos candidatos, el impacto de la campaña negativa era evidente, inducir el miedo entre la población hizo avanzar al panista. 54 La difusión de estos datos influiría en los resultados si se toma en cuenta la tendencia de la gente de ir con el ganador.55
Días antes de la elección, se difundió que ésta estaba muy cerrada, que había un “empate técnico” en las encuestas. En los noticiarios de Televisa los conductores hablaban de un empate a pesar de tener frente a ellos evidencia contraria, como ocurrió en la entrevista que Joaquín López Dóriga le hace a Roy Campos. El Director General de Consulta Mitofsky presenta al conductor de Televisa una encuesta donde el perredista estaba tres puntos arriba del panista. Para López Dóriga era un empate técnico, Roy Campos respondió que “tres puntos de ventaja es mejor que tenerlos de desventaja”56
Se buscaba, como lo expresó Federico Arreola en su momento, de convencer a las mayorías de que eran minorías y a las minorías de que ganarían la elección.57
10. Si lo ves en televisión, debe ser real
A pesar de que los tiempos comerciales de Televisa y TV Azteca estaban saturados de spots publicitarios a favor de Felipe Calderón, dentro de los programas aparecía la imagen del candidato panista como “integración de producto”, como en el caso de Muévete y La fea más bella, donde salían espectaculares del PAN de fondo y los personajes se pronunciaban a favor del candidato.58
En el programa cómico de Televisa, El privilegio de mandar, se destinaron dos emisiones a difundir “la pesadilla de las chachalacas” donde se ridiculizaba al extremo a López Obrador.
Los medios, especialmente las televisoras, mantuvieron una actitud crítica en contra de López Obrador y una clara preferencia por el candidato del PAN.59 Mientras los medios electrónicos dedicaban 6% de cobertura negativa a Felipe Calderón, 23% de cobertura negativa fue destinada a López Obrador. Las críticas más importantes al candidato perredista se realizaron en los noticiarios de mayor audiencia.60
Como se mencionó en apartados anteriores, las campañas paralelas a la llevada a cabo por el Partido Acción Nacional abundaron. Empresas como Jumex y Sabritas, el Consejo Coordinador Empresarial, la Asociación Civil Ármate de Valor y Víctor González Torres (el doctor Simi), gastaron cerca de 350 millones en campaña negativa contra López Obrador
Como lo señala el mismo López Obrador, “Televisa prácticamente se hizo cargo de la estrategia publicitaria del PAN y transmitió sin límites todos los mensajes negativos en contra de nosotros, con el emblema de ese partido, del Consejo Coordinador Empresarial y de supuestas organizaciones civiles”.
Las televisoras alentaron el miedo y la sensación de vulnerabilidad, narraron hechos mediante la dramatización, privilegiaron imágenes sobre el análisis, crearon una expectativa ante una amenaza inexistente.61
En este marco cabe la ley de propaganda política y de guerra conocida como de orquestación. Se repiten de manera incansable los ataques al rival, dando la apariencia de que éstos provienen de diversas fuentes de información.62 “Los medios masivos, al seleccionar algunos temas y dejar en el silencio a otros, van elaborando una agenda que a lo largo de los meses se convierte en un temario reiterado, a partir del cual las personas construyen sus preocupaciones públicas.”63 En imagen pública imagen es percepción y percepción es realidad.
Conclusiones
Calderón fue elegido por eliminación. No se votó a favor de Felipe Calderón, se votó contra Andrés Manuel López Obrador gracias a las estrategias de campaña negativa y propaganda de guerra. El mismo Calderón reconocería esto al afirmar que “Me ayudaron mucho las circunstancias porque había temor a mi oponente, así que mucha gente lo único que buscaba era mi triunfo”.64
Guerra sucia es toda acción ilegal, anónima, violenta, subrepticia, sorpresiva, encubierta, desproporcionada, fraudulenta y sin ningún límite moral, que se emprende para conseguir un propósito político –como las elecciones– a toda costa.65 Los hechos mencionados en este trabajo caben en esta definición; no es casual que algunos periodistas66 describen al proceso electoral de 2006 como una guerra sucia.
Este trabajo mostró la utilización y la influencia de fórmulas de campaña negativa y propaganda de guerra por parte del Partido Acción Nacional en el contexto electoral mexicano. Resulta paradójico que un partido como el PAN, que se dice de inspiración humanista e incluso cristiana, se sirva de la calumnia y la desinformación para ganar elecciones.
Es imposible aislar la influencia de los medios sobre los electores, como señala Florence Tussaint.67 La crispación política difundida en los medios de comunicación –sobre todo en las televisoras– se transformó en una hiperrealidad mediática que se impuso a los hechos. Imagen se tornó en realidad. Al respecto recordemos aquella afirmación de Joseph Goebbels, en cuanto a que una mentira repetida cien veces se convierte en realidad. No en vano, Andrés Manuel López Obrador calificó a esta estrategia propagandística como fascista.68
Las autoridades electorales del país –el Instituto Federal Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación– rechazaron que la “propaganda negra” y “campañas negativas”, como llamaron a las irregularidades mencionadas en este trabajo, hubieran sido determinantes para el resultado electoral. Para los consejeros del Consejo General del IFE la campaña negativa no violó la ley electoral, fue una muestra de libertad de expresión.69 Tampoco fue delito sembrar el odio ni convulsionar a la sociedad al inventar amenazas y peligros para la nación.
La campaña contra López Obrador, como señala Carlos Monsiváis, despreció la racionalidad, la inteligencia y los derechos electorales de los partidarios de la izquierda y de los convencidos por la civilidad electoral.70
Hoy el estado de pánico moral sigue vivo gracias al grado de influencia de los medios de comunicación que inducen esta reacción social y la sensación de incertidumbre.
Por si no fuera suficiente, otro efecto de estas artimañas es generar desinterés en los ciudadanos en los asuntos políticos y alejar al electorado de las urnas (en un país en donde difícilmente se rebasa el 60% de participación en elecciones federales71).
Epílogo
La campaña presidencial culminó con el triunfo de Felipe Calderón –cuestionable por lo expuesto en este trabajo y por otras situaciones dignas de ser tratadas en proyectos alternos al presente–; sin embargo, a un año de la elección, las calumnias y difamaciones contra López Obrador continúan (baste con leer algunas editoriales de los periódicos Milenio y Reforma para comprobarlo). No es de extrañarse que hoy, el 23% de los que votaron por López Obrador, hoy no lo harían.72
Comentario: Y ahora que diran los pendej..... que votaron por el borracho de fecal? gasolinazo, aumento del isr, aumento de la canasta básica, aumento en las tortillas, aumento al salario minimo de 2 pesos, ley del issste privatización de pemex, desempleo, etc. etc. etc.
Sera cierto que cuando Jesucristo fue clavado en la cruz levanto su cara miro a la gente y dijo: YA ME VOY Y AQUI LOS DEJO, PARA QUE EL VIVO VIVA DEL MAS PENDEJO?