Botín y fraude
Revista Siempre
De los fraudes, botín, contratos y tráfico de influencias para el enriquecimiento ilícito de los foxistas (y sus interpósitas personas, encabezados por la mamá Sahagún y sus hijos Bribiesca) el de la megabiblioteca José Vasconcelos, es suficiente para llevar ante los tribunales a Fox, ex presidente del montón, al que sus fans vieron “como diamante en bruto” y le sobró lo del diamante.
Tamez, mediocre ex secretario de Educación. Larrazábal, director del Capfce, principal sospechoso de las raterías; y Sari, ex directora de Conaculta, cómplice de Mart(h)a sin la menor idea de la cultura y encubridora de Larrazábal Bretón. También, protegido de Emilio Gamboa y Ricardo Canavati, priístas aliados del panista, nacido oaxaqueño con braguetazo en Monterrey, donde aspira a gobernador tras su alcaldía de San Nicolás de los Garza y miembro de la oligarquía.
Principal responsable del botín y fraude que hundió en un desastre la casi totalmente destruida biblioteca es el diputado neoleonés Fernando Larrazábal Bretón, quien contrató 34 empresas para lo que resultó un monumental fracaso. Mañosamente no contrató ni les exigió seguros y así 20 de ellas dejaron de cumplir con sus obligaciones y sólo dos han sido sancionadas. La crónica de Carmen García Bermejo (El Financiero: 26/XII/07) pone en evidencia más despilfarros, entre los que está lo que fue el jardín Botánico y demás áreas convertidas en un desierto.
La inversión inicial fue de 2 mil millones de pesos, de los cuales se dice que apenas mil se gastaron... ¿y los otros mil millones? Esto sin contar los cientos de miles más que se han invertido en ese pozo sin fondo, pero de donde han salido los salarios de Jesús Esteva Medina, Ugalde Salas, Gonzalo Retana, Bautista Morales, para lo que ya es un enredo burocrático al que la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, con su secretario Alfonso Suárez del Real, no han podido desenredar para deslindar responsabilidades. Es necesario desaforar a Larrazábal Bretón, amparado en la inmunidad legislativa, fincarle juicio político y después un proceso penal para que responda de sus negligencias o, en su caso, de sus intencionales abusos.
Calderón y Sergio Vela tienen la palabra, aunque parece que se trata de encubrir al ex presidente, y buscan la manera de al menos fincarle responsabilidades a Larrazábal con su grupo que estuvo al frente de la obra que requiere para más o menos ponerla a funcionar, más de otros mil millones de pesos. ¿El calderonismo optará por la impunidad?
De los fraudes, botín, contratos y tráfico de influencias para el enriquecimiento ilícito de los foxistas (y sus interpósitas personas, encabezados por la mamá Sahagún y sus hijos Bribiesca) el de la megabiblioteca José Vasconcelos, es suficiente para llevar ante los tribunales a Fox, ex presidente del montón, al que sus fans vieron “como diamante en bruto” y le sobró lo del diamante.
Tamez, mediocre ex secretario de Educación. Larrazábal, director del Capfce, principal sospechoso de las raterías; y Sari, ex directora de Conaculta, cómplice de Mart(h)a sin la menor idea de la cultura y encubridora de Larrazábal Bretón. También, protegido de Emilio Gamboa y Ricardo Canavati, priístas aliados del panista, nacido oaxaqueño con braguetazo en Monterrey, donde aspira a gobernador tras su alcaldía de San Nicolás de los Garza y miembro de la oligarquía.
Principal responsable del botín y fraude que hundió en un desastre la casi totalmente destruida biblioteca es el diputado neoleonés Fernando Larrazábal Bretón, quien contrató 34 empresas para lo que resultó un monumental fracaso. Mañosamente no contrató ni les exigió seguros y así 20 de ellas dejaron de cumplir con sus obligaciones y sólo dos han sido sancionadas. La crónica de Carmen García Bermejo (El Financiero: 26/XII/07) pone en evidencia más despilfarros, entre los que está lo que fue el jardín Botánico y demás áreas convertidas en un desierto.
La inversión inicial fue de 2 mil millones de pesos, de los cuales se dice que apenas mil se gastaron... ¿y los otros mil millones? Esto sin contar los cientos de miles más que se han invertido en ese pozo sin fondo, pero de donde han salido los salarios de Jesús Esteva Medina, Ugalde Salas, Gonzalo Retana, Bautista Morales, para lo que ya es un enredo burocrático al que la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, con su secretario Alfonso Suárez del Real, no han podido desenredar para deslindar responsabilidades. Es necesario desaforar a Larrazábal Bretón, amparado en la inmunidad legislativa, fincarle juicio político y después un proceso penal para que responda de sus negligencias o, en su caso, de sus intencionales abusos.
Calderón y Sergio Vela tienen la palabra, aunque parece que se trata de encubrir al ex presidente, y buscan la manera de al menos fincarle responsabilidades a Larrazábal con su grupo que estuvo al frente de la obra que requiere para más o menos ponerla a funcionar, más de otros mil millones de pesos. ¿El calderonismo optará por la impunidad?