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jueves, 24 de enero de 2008

Amigos de Felipe

Diario Libertad / Julio Hernández López

* El IFAI, cuidador de imagen pública
* Lujambio, transparente conflicto de intereses
* Fiesta cumpleañera de FC con recursos públicos

Alonso Lujambio (AL) es amigo del actual ocupante de Los Pinos, a tal grado que, según sus propias palabras, llegó a asistir “a algunas reuniones de amigos y colaboradores de Felipe Calderón desde antes, incluso, de la selección interna de candidato presidencial en el PAN” (comunicado oficial emitido el 8 de agosto de 2006). La revelación de nexos y sesiones no fue un exceso de claridad en la que por voluntad propia hubiera caído el ex consejero del IFE sino un intento de salir al paso de la difusión pública de que había participado en reuniones del consejo de imagen pública del comité de campaña presidencial de Calderón. Nombrado presidente del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) el 10 de julio de 2006, AL ya antes había sido tachado de parcialidad hacia el panismo, en que familiares suyos han hecho carrera; incluso AL presentó en septiembre pasado una recopilación de escritos de Carlos Castillo Peraza, El porvenir posible, que hicieron el propio Lujambio y el ahora presidente nacional panista, Germán Martínez.

Pero tan claro y aceptado sesgo no fue asumido por el protagonista como demostración de algún conflicto de intereses. “He reiterado en diversas ocasiones, como así lo han consignado algunos medios de comunicación, mi relación de amistad con Felipe Calderón –escribió en aquel temprano agosto de 2006, en que había quienes le daban el beneficio de la duda–, circunstancia que en ningún momento ni medida ha tenido repercusión alguna ni ha normado mi actuar profesional”. Por ello, ir a “reuniones de amigos y colaboradores” de un candidato presidencial era entendido por Lujambio como un “ejercicio de mis libertades y derechos civiles y políticos que realizo sin cortapisas, entendiendo siempre el ámbito de mis responsabilidades como servidor público”.

El paso del tiempo ha demostrado, sin embargo, que en mucho ha influido la amistad y colaboración interesada (¡cuidado de imagen!) de Lujambio con el hombre cuyos actos controvertidos de poder debe teóricamente hacer diáfanos. El IFAI, bajo la presidencia del amigo Alonso, ha reducido notablemente sus ánimos indagatorios y justicieros en casos que políticamente interesan al amigo Felipe. Varios de esos casos de especial interés de quien formalmente preside el país han sido tomados por el propio Lujambio para que su criterio frío, independiente, sin intereses confrontados, les confine al católicamente inexistente limbo que en el IFAI ha sido restituido mediante resoluciones en que se declaran infundadas las peticiones ciudadanas de información, o se excusa a las autoridades de presentar los datos requeridos, o se trazan vías argumentales amables para que los hechos en demanda de luz sigan en la oscuridad (entre otros expedientes condenados a la “reserva”, “confidencialidad” o “inexistencia” destacan el relacionado con la nacionalidad del entonces jefe de la oficina de la Presidencia de la República, Juan Camilo Mouriño Terrazo, y el correspondiente a los bienes que Vicente Fox y Marta Sahagún se llevaron –tan sólo– de Los Pinos al dejar el gobierno).

Ayer el asunto de las amistades peligrosas llegó a terrenos propios del surrealismo. El amigo Lujambio se opuso a que se obligara al gobierno del amigo Felipe a informar con detalle sobre los gastos hechos para celebrar su cumpleaños en un edificio público y con uso de recursos públicos, fiesta a la que fue invitado el propio adalid de la transparencia que ni siquiera aceptó presentar su propio testimonio de evidente primera mano. Juan Pablo Guerrero, quien ha mantenido en el citado instituto una notable postura de dignidad y decoro, se esforzó en impedir un nuevo portazo amigo a las peticiones de transparencia, al grado de dirigirse a Lujambio así: “Se tiene información privilegiada por parte tuya, Alonso, y he tratado de personalizar lo menos posible esta discusión, pero lo extraño es que quien forma parte de este cuerpo que dirime se convierta en un testigo que podría compartir información, porque le consta”. El amigo Lujambio no había aceptado excusarse de la discusión y votación del tema porque, a su entender, no tiene conflicto alguno de intereses, ni “amistad íntima” con Calderón, pues “no basta la simple amistad, sino que haya vínculos, y éstos deben ser superlativos” y, sobre las notas periodísticas de aquel viernes 17 de agosto de 2007, en que se mencionaba su presencia en el festejo de cumpleaños con recursos públicos, Lujambio filosofó: “no comprueban la amistad, sino la asistencia al mismo”. Finalmente, los comisionados aceptaron que Los Pinos deberá seguir rascándole más al asunto del cumpleaños incómodo para dar información transparente.

Sobre la fiesta, Claudia Herrera Beltrán reportó en La Jornada el 18 de agosto que el banquete servido en Los Pinos “consistió en sopa de tortilla, chiles en nogada y mousse de mango. En punto de las cinco, las notas de las trompetas y el guitarrón retumbaron. El mariachi de la Secretaría de Marina se arrancó con Las mañanitas, acompañadas de tronantes fanfarrias”. Desde luego, sólo estuvieron los Amigos, unos más transparentes que otros.

Astillas

Campeche está de moda. En los diarios españoles y mexicanos se ha mencionado en estos días al estado sureño como sede del emporio de los Mouriño y ayer se supo que un nativo de allí (nacido física, no jurídicamente allí), Wilbert de Jesús Palomo Carrillo, escribió el torcido renglón futbolero de ser el primer jugador en ser expulsado en la historia de la Clericus Cup –un torneo patrocinado por el Vaticano para sacerdotes, monjes y otros religiosos balompédicos–. El paisano se le fue encima al portero del equipo contrario, recibió tarjeta roja e hizo historia, como sucedió en 1988 con los famosos cachirules que jugaron en un partido eliminatorio rumbo a los Olímpicos de Seúl a pesar de tener más años de los permitidos en esa categoría. ¿Habrá ahora, por allí, algún otro cachirul con ánimos de ganar la copa nacional de 2012 aunque sea mediante adulteración de documentos natalicios?... ¡Hasta mañana, entre vientos y tormentas!