Metralla de saliva en el "TALI-PAN"
Indice Político
MUY GALLITO. GERMÁN Martínez Cázares sorprendió a propios y extraños con sus primeras palabras como dirigente del Partido Acción Nacional. Metralleta verbal en mano, el (también) michoacano lanzó ráfagas de saliva en contra de sus competidores electorales. Milagrosamente, reseñan las crónicas, no escupió al Cielo… pero sí en contra del PRI y del PRD.
El salivazo mortífero en contra de los priístas –indiscutibles aliados del señor Felipe Calderón, en su afanosa y hasta hoy infructuosa búsqueda de legitimidad y consensos— cayó en el flanco del abuso y arbitrariedad que durante décadas han caracterizado a los tricolores:
Al tricolor le advirtió que su plan para el PAN es "un porvenir de victorias electorales que detengan, de una vez por todas y para siempre, a esos retoños priístas que sueñan con volver a ser bosques de impunidad".
Excretaron sus glándulas salivales con mayor intensidad al referirse a los perredistas, ya que recordó el incidente del 18 de noviembre en la catedral Metropolitana, cuando un grupo de seguidores de Andrés Manuel López Obrador interrumpió una celebración religiosa, tras haber sido provocados por el tañer de una singular "política" de campanario:
"En el PAN no aceptamos las lecciones que nos pretenden dar algunos desde la izquierda pedestre sobre nuestro comportamiento frente a las iglesias", dijo el nuevo líder entre aplausos de los consejeros.
"No está para dar lecciones en materia de respeto a las religiones el partido del tropel violento sobre la catedral de la ciudad de México".
El gargajo fue rabisoamente aplaudido por los asistentes, claro está.
Muy gallito, pues. Cocky, diría Marcela Gómez Zalce.
La metralleta babeante o salivosa.
Su portador --como talibán, ¿o tali-PAN --, se ve crecido, gracias al escolta que le han asignado.
Lleva desde el domingo, cuidándole las espaldas al "primer compadre del país", Guillermo Anaya Llamas, a quien el señor Calderón le bautizara una de sus hijas en septiembre de 2006, cuando aún ostentaba el calificativo de "electo".
Anaya Llamas, controversial ex alcalde de Torreón, recuérdese, es uno de los senadores acusados por el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, de poseer ligas y parientes involucrados en actividades que, en lenguaje políticamente correcto, podrían llamarse peligrosas.
Junto con el portador de la metralleta babeante, Anaya Llamas es de cuidado, entonces.
Ambos en la dirigencia del "Tali-PAN", incluso podrían dinamitar los acuerdos –también de saliva-- hasta ahora alcanzados con el PRI y con la facción chucho-cardenista del PRD.
Con los primeros, por su ataque a mansalva --¿o mansaliva?—llamándolos impunes. Pero con los segundos, sobremanera, al considerarlos "izquierdistas pedestres".
El inicio de temporada en el "Tali-PAN" se pone interesante. Si usted asiste a alguna de las próximas funciones, lleve impermeable. Los salivazos son el acto principal de estas veladas mediático-político-erótico-literario-musicales, con alipuses al calce ¿o no?
MUY GALLITO. GERMÁN Martínez Cázares sorprendió a propios y extraños con sus primeras palabras como dirigente del Partido Acción Nacional. Metralleta verbal en mano, el (también) michoacano lanzó ráfagas de saliva en contra de sus competidores electorales. Milagrosamente, reseñan las crónicas, no escupió al Cielo… pero sí en contra del PRI y del PRD.
El salivazo mortífero en contra de los priístas –indiscutibles aliados del señor Felipe Calderón, en su afanosa y hasta hoy infructuosa búsqueda de legitimidad y consensos— cayó en el flanco del abuso y arbitrariedad que durante décadas han caracterizado a los tricolores:
Al tricolor le advirtió que su plan para el PAN es "un porvenir de victorias electorales que detengan, de una vez por todas y para siempre, a esos retoños priístas que sueñan con volver a ser bosques de impunidad".
Excretaron sus glándulas salivales con mayor intensidad al referirse a los perredistas, ya que recordó el incidente del 18 de noviembre en la catedral Metropolitana, cuando un grupo de seguidores de Andrés Manuel López Obrador interrumpió una celebración religiosa, tras haber sido provocados por el tañer de una singular "política" de campanario:
"En el PAN no aceptamos las lecciones que nos pretenden dar algunos desde la izquierda pedestre sobre nuestro comportamiento frente a las iglesias", dijo el nuevo líder entre aplausos de los consejeros.
"No está para dar lecciones en materia de respeto a las religiones el partido del tropel violento sobre la catedral de la ciudad de México".
El gargajo fue rabisoamente aplaudido por los asistentes, claro está.
Muy gallito, pues. Cocky, diría Marcela Gómez Zalce.
La metralleta babeante o salivosa.
Su portador --como talibán, ¿o tali-PAN --, se ve crecido, gracias al escolta que le han asignado.
Lleva desde el domingo, cuidándole las espaldas al "primer compadre del país", Guillermo Anaya Llamas, a quien el señor Calderón le bautizara una de sus hijas en septiembre de 2006, cuando aún ostentaba el calificativo de "electo".
Anaya Llamas, controversial ex alcalde de Torreón, recuérdese, es uno de los senadores acusados por el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, de poseer ligas y parientes involucrados en actividades que, en lenguaje políticamente correcto, podrían llamarse peligrosas.
Junto con el portador de la metralleta babeante, Anaya Llamas es de cuidado, entonces.
Ambos en la dirigencia del "Tali-PAN", incluso podrían dinamitar los acuerdos –también de saliva-- hasta ahora alcanzados con el PRI y con la facción chucho-cardenista del PRD.
Con los primeros, por su ataque a mansalva --¿o mansaliva?—llamándolos impunes. Pero con los segundos, sobremanera, al considerarlos "izquierdistas pedestres".
El inicio de temporada en el "Tali-PAN" se pone interesante. Si usted asiste a alguna de las próximas funciones, lleve impermeable. Los salivazos son el acto principal de estas veladas mediático-político-erótico-literario-musicales, con alipuses al calce ¿o no?
posted by H2AGUA at
8:44 p.m.
