Hermano, hazme una estatua en el sucio remolino
Rafael Cardona
Domingo 28 de Octubre de 2007
La vida pública mexicana de estos días se ha visto particularmente sucia sin previsiones lógicas de mejoría. Las ráfagas de porquería han llegado a los grandes ventiladores y su salpicadura hiere y mancha a medio mundo. Las injurias se producen contra todos y desde todos los puntos y no hay “mandarinas” en las cuales guarecerse. Y cuando las hay no sirven de salvamento sino de catafalco.
Hay fiestas de caníbales en todas partes: en el PRD comienza con Ruth Zavaleta en el perol; Petróleos Mexicanos sufre uno de los más graves accidentes de su historia y su director general, Jesús Reyes Heroles apenas balbucea explicaciones tardías indignas de su linaje: “Lo que hacemos nosotros es coadyuvar con todas y cada una de esas instancias, como el órgano interno de control de Pemex, la Secretaría de la Función Pública, la Auditoría Superior de la Federación y otras del Congreso, y a todas les respondemos con oportunidad y de manera veraz, en la medida que tengamos la información. No participamos en ejercicios especulativos, porque no corresponde a Pemex hacerlo”.
Manlio Fabio Beltrones manda al siquiatra al parlanchín profesional Vicente Fox (ahora trabaja de conferenciante en Estados Unidos), quien le responde desde San José, California, con un “récord” de la DEA lleno de telarañas.
Y como si las cosas no fueran suficientes, el acuerdo llamado a falta de nombre más preciso y descriptivo de los fines perseguidos, Iniciativa Mérida nos remite a los rencores antiamericanos y las suspicacias de toda la vida cuando se trata de la relación con Estados Unidos, país cuyo papel en nuestra historia es a un tiempo de nodriza y vampiro. Nos amamantan y nos debilitan. Ellos son quienes nos hacen todos los trabajos para los cuales estamos incapacitados y después se quedan con todo: nuestros bancos, ferrocarriles; líneas aéreas y hasta supermercados, papelerías y tiendas de martillos y pinturas.
Ellos sí saben procesar, enjuiciar y castigar a los narcotraficantes bajo cuyo dominio los enviamos; ellos nos prestan dinero cuando estamos en la ruina; son ellos quienes educan a nuestras elites y operan en sus hospitales a nuestros ricos y poderosos; por su benevolencia nos llegan las únicas confirmaciones válidas de la calidad de nuestros cineastas; sin sus premios nuestra música nada vale, somos poca cosa sin el auxilio económico de sus turistas y la construcción del muro fronterizo nos pesa por la amenaza de mermar las salvíficas remesas, no por el agravio a la buena vecindad.
El acuerdo, pacto, plan, proyecto, mecanismo o iniciativa entre México y Estados Unidos, bautizado con el nombre de Mérida ha sido pretexto para soltar golpes bajos y en muchas ocasiones desinformados y colocar en el Congreso a la secretaria de Relaciones (Negaciones) Exteriores, Patricia Espinosa en una posición tan frágil e inerme como una pasajera ecuatoriana en desolado vagón del Metro catalán. Y para acabarla manos misteriosas nos agreden el consulado en Nueva York.
Pero en el centro de todo el remolino nacional, ya alejados de tan binacionales confusiones, se alza la figura de Vicente Fox, convertido —o descubierto— por la avalancha informativa en capo protector de coyotes y coyotas; amo y señor de los disimulos provechosos, iracundo orador y pésimo redactor, como más adelante se probará, cuya gestión presidencial merece indagatorias en la Cámara de Diputados; obsesiva víctima auto exculpada; esposo de la Primera Gestora de la Nación, cruzado de honras familiares perdidas, inverecundo internauta por cuyos mensajes cibernéticos se desempolvan caducos y nulos expedientes.
Pero vayamos por partes, como habría dicho José Luis Calva.
El pistoletazo de salida para todo este destape de la corrupción foxista no se dio como dicen a partir de la publicación del rancho del ensueño en los otrora yermos parajes temporaleros de San Cristóbal, feudo próspero al amparo de los negocios primero del gobernador y después del presidente.
Se inició desde la instalación de la primera comisión legislativa cuya finalidad era evaluar la legalidad de los contratos de empresas paraestatales con las rentables empresas de los señores Bribiesca Sahagún. La comisión fue instituida y después cancelada para luego renacer con una segunda edición cuyas conclusiones y pedimentos de pesquisa duermen injusto sueño en la Procuraduría General de la República como se ha cansado de decirlo el ex diputado Jesús González Schmall quien en su tiempo supo de las amenazas de Marta Sahagún desde Los Pinos.
—Se le va acabar el fuero a ese lenguaraz, le dijo.
Y reviró el coahuilense: “pues a ella se va a acabar la presidencia”.
Y hoy ambos carecen de protección jurídica. Uno sigue en sus cosas y la señora se enreda en sus desplantes y furias de madre protectora y esposa indignada. Hoy se ha abierto otra comisión, lo cual no servirá sino como antecedente histórico: nunca se había hecho tal con un ex presidente. Eso es suficiente para una sentencia popular: comienzas en los cuernos de la luna y terminas bajo la lupa de las sospechas.
Pero nada le habrán de probar ni a ella ni a sus hijos ni a su marido ni a nadie, pues como contaba Juan Bustillo Oro, el gran cineasta mexicano cuando quiso hacer negocios en los tiempos de Ávila Camacho.
—Llegué al edificio de Comunicaciones (donde hoy está el Museo Nacional de Arte) y uno de los ayudantes me llevó a un cuarto cercano al despacho de Maximino.
—¿Cuánto trajo? Me dijo de pronto. No entendía nada.
—“¿De qué?, le pregunté”.
—No se haga, ya sabe cómo le gusta al general: en “efe” y “por adela”.
Quien busque vinculaciones notariadas de los hermanos Bribiesca o de las exigencias chantajistas de respaldo para Vamos México no las va a encontrar. Es la misma circunstancia de cuando Luis Cabrera era exigido de pruebas contra los obregonistas a quienes acusaba de innúmeros despojos; “pruebas, pruebas” le gritaban. Y la frase quedó para la historia:
“Los estoy acusando de rateros; no de pendejos”.
Por ejemplo: “19 de octubre (La Jornada).- En los últimos días del gobierno de Vicente Fox, Petróleos Mexicanos (Pemex) firmó siete contratos por 86 millones 256 mil 440.16 dólares con Oceanografía, empresa para la que los hermanos Manuel y Jorge Alberto Bribiesca Sahagún actuaban como gestores, y que está asociada con una trasnacional naviera.
“Los convenios tendrán que ser pagados por la actual administración, pues obligan a la paraestatal a rentar a esa empresa lanchas rápidas y dos barcos procesadores entre 2008 y 2009, explicó el presidente de la Comisión de Marina de la Cámara de Diputados, José Manuel del Río Virgen”.
Y de ahí se pasa al pleito Fox-Beltrones, pues éste aludió en el accidente de Campeche a la empresa favorecida. Sin embargo la firma Oceanografía (equívocamente llamada “Oceanográfica”) por Manlio Fabio cuando reclamó una pesquisa de su participación en el fatal accidente de la sonda campechana, no estaba metida en esa plataforma, lo cual no exime a los señores Bribiesca de ser investigados por influyentes gestiones desde el teléfono carmesí de la señora su madre.
Hoy vemos cómo la guerra se prolonga de las hojas de los diarios a las pantallas de las computadoras personales y en sitios, “blogs”, páginas, “pod casts” y cuanto haya. Nunca antes se habían dirimido en el ciberespacio cuestiones antaño reservadas al debate político en recintos parlamentarios y cuando más en desplegados o artículos de prensa.
Ya no somos lectores sino navegantes.
Y en una de esas navegaciones encuentro en un portal veracruzano (“Al calor político”) la siguiente carta de Vicente Fox al todavía presidente del Partido Acción Nacional, Manuel Espino y lo mejor, una respuesta con el membrete del Centro Fox.
“Manuel Espino:
“Se perdió la llamada, mira estoy platicando con Marta que debes de vigilar lo de la estatua en Boca del Río, no te confíes de nadie hazlo tú en forma personal, Paco Gutiérrez es entrón para los apoyos como su padre, pero no es listo, mira me preocupa que está influenciado por Miguel Ángel y éste trae muchas broncas, ya ves que te comenté lo que me dijo Elba Esther que él decía que se afiliaría al partido hasta que salieras tú y anda con lo del hijo que gana y no gana, acuérdate que es convenenciero e impredecible, bien decía Marta aguas con Miguel y a ella no le falla nada (sic).
“Cae en buen momento mi homenaje, pero para difundirlo busca a Rubén él (sic) ya habló (sic) con el gringo Clark que se encargará en los medios de Estados Unidos,
Paco Gutiérrez ya cooperó para diez mil libros Revolution of Hope pero dile que se caiga para la edición al español, dile que ya no me busque en estos días por teléfono acuérdate que nos checan todo y los teléfonos de los hoteles no son de fiar, tú no le des el teléfono que te di para emergencias, fíjate anda llamando para decirme que con lo que pagó a el (SIC) escultor por mi doble, le salió hasta para una estatua de Doña Marta.
“Esta campañita en mi contra se les va a caer rápido, y tú ya decidiste si vas a aceptar algo para ti, sería bueno que lo pensaras, pero no les resuelvas rápido, que te den los pagos pendientes del viaje que hicimos a Europa, hay que alentar la polémica estos días, nos está favoreciendo, tenemos voces divididas. Recibe mi respeto y que Dios te bendiga. Vicente Fox”.
Y esta otra joya con el membrete del Centro Fox y la firma del ex:
“Licenciado Jorge Reyes Peralta.
“En relación con la carta que envía el presidente Vicente Fox (sic) a el líder nacional del PAN, Manuel Espino cuya copia llegó a sus manos (y supuestamente de sus manos salió a los medios) filtrada por los traidores que quieren el partido al servicio de sus proyectos políticos y que enmascarados como herederos del centro liberal son los autores de la insidia y la difamación pretendiendo afectar la imagen del Presidente Fox.
“Al respecto le queremos precisar ya que es público el texto que los nombres que no tiene apellido no son los que le pretenden sobreponer los medios de comunicación (o sea; Miguel Ángel no es Yunes, pues), los cuales han dado rienda suelta a tejer historias (cómo serán, de veras), solo queremos precisar que el señor presidente municipal de Boca del Río, Veracruz, Francisco Gutiérrez de Velasco Urtaza, benefactor de este centro, ha realizado varias aportaciones de su propio peculio, es de dominio público la solvencia económica de la familia Gutiérrez de Velasco, por ello precisamos que todas las aportaciones que ha hecho y seguirá haciendo (“cáite” cadáver) ni provienen de las arcas municipales”, y bla, bla, bla…”.
¡Lindo, che!, diría la argentinita…
Domingo 28 de Octubre de 2007
La vida pública mexicana de estos días se ha visto particularmente sucia sin previsiones lógicas de mejoría. Las ráfagas de porquería han llegado a los grandes ventiladores y su salpicadura hiere y mancha a medio mundo. Las injurias se producen contra todos y desde todos los puntos y no hay “mandarinas” en las cuales guarecerse. Y cuando las hay no sirven de salvamento sino de catafalco.
Hay fiestas de caníbales en todas partes: en el PRD comienza con Ruth Zavaleta en el perol; Petróleos Mexicanos sufre uno de los más graves accidentes de su historia y su director general, Jesús Reyes Heroles apenas balbucea explicaciones tardías indignas de su linaje: “Lo que hacemos nosotros es coadyuvar con todas y cada una de esas instancias, como el órgano interno de control de Pemex, la Secretaría de la Función Pública, la Auditoría Superior de la Federación y otras del Congreso, y a todas les respondemos con oportunidad y de manera veraz, en la medida que tengamos la información. No participamos en ejercicios especulativos, porque no corresponde a Pemex hacerlo”.
Manlio Fabio Beltrones manda al siquiatra al parlanchín profesional Vicente Fox (ahora trabaja de conferenciante en Estados Unidos), quien le responde desde San José, California, con un “récord” de la DEA lleno de telarañas.
Y como si las cosas no fueran suficientes, el acuerdo llamado a falta de nombre más preciso y descriptivo de los fines perseguidos, Iniciativa Mérida nos remite a los rencores antiamericanos y las suspicacias de toda la vida cuando se trata de la relación con Estados Unidos, país cuyo papel en nuestra historia es a un tiempo de nodriza y vampiro. Nos amamantan y nos debilitan. Ellos son quienes nos hacen todos los trabajos para los cuales estamos incapacitados y después se quedan con todo: nuestros bancos, ferrocarriles; líneas aéreas y hasta supermercados, papelerías y tiendas de martillos y pinturas.
Ellos sí saben procesar, enjuiciar y castigar a los narcotraficantes bajo cuyo dominio los enviamos; ellos nos prestan dinero cuando estamos en la ruina; son ellos quienes educan a nuestras elites y operan en sus hospitales a nuestros ricos y poderosos; por su benevolencia nos llegan las únicas confirmaciones válidas de la calidad de nuestros cineastas; sin sus premios nuestra música nada vale, somos poca cosa sin el auxilio económico de sus turistas y la construcción del muro fronterizo nos pesa por la amenaza de mermar las salvíficas remesas, no por el agravio a la buena vecindad.
El acuerdo, pacto, plan, proyecto, mecanismo o iniciativa entre México y Estados Unidos, bautizado con el nombre de Mérida ha sido pretexto para soltar golpes bajos y en muchas ocasiones desinformados y colocar en el Congreso a la secretaria de Relaciones (Negaciones) Exteriores, Patricia Espinosa en una posición tan frágil e inerme como una pasajera ecuatoriana en desolado vagón del Metro catalán. Y para acabarla manos misteriosas nos agreden el consulado en Nueva York.
Pero en el centro de todo el remolino nacional, ya alejados de tan binacionales confusiones, se alza la figura de Vicente Fox, convertido —o descubierto— por la avalancha informativa en capo protector de coyotes y coyotas; amo y señor de los disimulos provechosos, iracundo orador y pésimo redactor, como más adelante se probará, cuya gestión presidencial merece indagatorias en la Cámara de Diputados; obsesiva víctima auto exculpada; esposo de la Primera Gestora de la Nación, cruzado de honras familiares perdidas, inverecundo internauta por cuyos mensajes cibernéticos se desempolvan caducos y nulos expedientes.
Pero vayamos por partes, como habría dicho José Luis Calva.
El pistoletazo de salida para todo este destape de la corrupción foxista no se dio como dicen a partir de la publicación del rancho del ensueño en los otrora yermos parajes temporaleros de San Cristóbal, feudo próspero al amparo de los negocios primero del gobernador y después del presidente.
Se inició desde la instalación de la primera comisión legislativa cuya finalidad era evaluar la legalidad de los contratos de empresas paraestatales con las rentables empresas de los señores Bribiesca Sahagún. La comisión fue instituida y después cancelada para luego renacer con una segunda edición cuyas conclusiones y pedimentos de pesquisa duermen injusto sueño en la Procuraduría General de la República como se ha cansado de decirlo el ex diputado Jesús González Schmall quien en su tiempo supo de las amenazas de Marta Sahagún desde Los Pinos.
—Se le va acabar el fuero a ese lenguaraz, le dijo.
Y reviró el coahuilense: “pues a ella se va a acabar la presidencia”.
Y hoy ambos carecen de protección jurídica. Uno sigue en sus cosas y la señora se enreda en sus desplantes y furias de madre protectora y esposa indignada. Hoy se ha abierto otra comisión, lo cual no servirá sino como antecedente histórico: nunca se había hecho tal con un ex presidente. Eso es suficiente para una sentencia popular: comienzas en los cuernos de la luna y terminas bajo la lupa de las sospechas.
Pero nada le habrán de probar ni a ella ni a sus hijos ni a su marido ni a nadie, pues como contaba Juan Bustillo Oro, el gran cineasta mexicano cuando quiso hacer negocios en los tiempos de Ávila Camacho.
—Llegué al edificio de Comunicaciones (donde hoy está el Museo Nacional de Arte) y uno de los ayudantes me llevó a un cuarto cercano al despacho de Maximino.
—¿Cuánto trajo? Me dijo de pronto. No entendía nada.
—“¿De qué?, le pregunté”.
—No se haga, ya sabe cómo le gusta al general: en “efe” y “por adela”.
Quien busque vinculaciones notariadas de los hermanos Bribiesca o de las exigencias chantajistas de respaldo para Vamos México no las va a encontrar. Es la misma circunstancia de cuando Luis Cabrera era exigido de pruebas contra los obregonistas a quienes acusaba de innúmeros despojos; “pruebas, pruebas” le gritaban. Y la frase quedó para la historia:
“Los estoy acusando de rateros; no de pendejos”.
Por ejemplo: “19 de octubre (La Jornada).- En los últimos días del gobierno de Vicente Fox, Petróleos Mexicanos (Pemex) firmó siete contratos por 86 millones 256 mil 440.16 dólares con Oceanografía, empresa para la que los hermanos Manuel y Jorge Alberto Bribiesca Sahagún actuaban como gestores, y que está asociada con una trasnacional naviera.
“Los convenios tendrán que ser pagados por la actual administración, pues obligan a la paraestatal a rentar a esa empresa lanchas rápidas y dos barcos procesadores entre 2008 y 2009, explicó el presidente de la Comisión de Marina de la Cámara de Diputados, José Manuel del Río Virgen”.
Y de ahí se pasa al pleito Fox-Beltrones, pues éste aludió en el accidente de Campeche a la empresa favorecida. Sin embargo la firma Oceanografía (equívocamente llamada “Oceanográfica”) por Manlio Fabio cuando reclamó una pesquisa de su participación en el fatal accidente de la sonda campechana, no estaba metida en esa plataforma, lo cual no exime a los señores Bribiesca de ser investigados por influyentes gestiones desde el teléfono carmesí de la señora su madre.
Hoy vemos cómo la guerra se prolonga de las hojas de los diarios a las pantallas de las computadoras personales y en sitios, “blogs”, páginas, “pod casts” y cuanto haya. Nunca antes se habían dirimido en el ciberespacio cuestiones antaño reservadas al debate político en recintos parlamentarios y cuando más en desplegados o artículos de prensa.
Ya no somos lectores sino navegantes.
Y en una de esas navegaciones encuentro en un portal veracruzano (“Al calor político”) la siguiente carta de Vicente Fox al todavía presidente del Partido Acción Nacional, Manuel Espino y lo mejor, una respuesta con el membrete del Centro Fox.
“Manuel Espino:
“Se perdió la llamada, mira estoy platicando con Marta que debes de vigilar lo de la estatua en Boca del Río, no te confíes de nadie hazlo tú en forma personal, Paco Gutiérrez es entrón para los apoyos como su padre, pero no es listo, mira me preocupa que está influenciado por Miguel Ángel y éste trae muchas broncas, ya ves que te comenté lo que me dijo Elba Esther que él decía que se afiliaría al partido hasta que salieras tú y anda con lo del hijo que gana y no gana, acuérdate que es convenenciero e impredecible, bien decía Marta aguas con Miguel y a ella no le falla nada (sic).
“Cae en buen momento mi homenaje, pero para difundirlo busca a Rubén él (sic) ya habló (sic) con el gringo Clark que se encargará en los medios de Estados Unidos,
Paco Gutiérrez ya cooperó para diez mil libros Revolution of Hope pero dile que se caiga para la edición al español, dile que ya no me busque en estos días por teléfono acuérdate que nos checan todo y los teléfonos de los hoteles no son de fiar, tú no le des el teléfono que te di para emergencias, fíjate anda llamando para decirme que con lo que pagó a el (SIC) escultor por mi doble, le salió hasta para una estatua de Doña Marta.
“Esta campañita en mi contra se les va a caer rápido, y tú ya decidiste si vas a aceptar algo para ti, sería bueno que lo pensaras, pero no les resuelvas rápido, que te den los pagos pendientes del viaje que hicimos a Europa, hay que alentar la polémica estos días, nos está favoreciendo, tenemos voces divididas. Recibe mi respeto y que Dios te bendiga. Vicente Fox”.
Y esta otra joya con el membrete del Centro Fox y la firma del ex:
“Licenciado Jorge Reyes Peralta.
“En relación con la carta que envía el presidente Vicente Fox (sic) a el líder nacional del PAN, Manuel Espino cuya copia llegó a sus manos (y supuestamente de sus manos salió a los medios) filtrada por los traidores que quieren el partido al servicio de sus proyectos políticos y que enmascarados como herederos del centro liberal son los autores de la insidia y la difamación pretendiendo afectar la imagen del Presidente Fox.
“Al respecto le queremos precisar ya que es público el texto que los nombres que no tiene apellido no son los que le pretenden sobreponer los medios de comunicación (o sea; Miguel Ángel no es Yunes, pues), los cuales han dado rienda suelta a tejer historias (cómo serán, de veras), solo queremos precisar que el señor presidente municipal de Boca del Río, Veracruz, Francisco Gutiérrez de Velasco Urtaza, benefactor de este centro, ha realizado varias aportaciones de su propio peculio, es de dominio público la solvencia económica de la familia Gutiérrez de Velasco, por ello precisamos que todas las aportaciones que ha hecho y seguirá haciendo (“cáite” cadáver) ni provienen de las arcas municipales”, y bla, bla, bla…”.
¡Lindo, che!, diría la argentinita…