EL AUTISMO DE LOS INTELECTUALES Y LA MIERDA QUE SE TRAGAN CON TAL DE SEGUIR MAMANDO DEL PRESUPUESTO

Diálogo no tan ficticio

martes, 23 de octubre de 2007
Por María Teresa Jardí

De visita, por unos días, en el Distrito Federal, quiero compartir con ustedes un diálogo ficticio, que no tiene nada de ficticio cuando se establece con intelectuales, que sin haberse corrompido económicamente, simplemente ganan bien y están, como es natural, contentos con el salario que tienen y el que además devengan, pero los que de todas maneras lo son a modo del sistema, en aras de no perder el confort ganado, repito, honestamente, pero el que los convierte en la clase media pasto del fascismo, como ha quedado una y otra vez demostrado por la historia, como si a ellos no los fuera a alcanzar lo que viene, como les ocurrió a los integrantes de la misma clase, que también eligieron cerrar los ojos, hasta que se dieron cuenta que ya habían llegado a buscar al vecino y entendieron que ya era demasiado tarde para lograr que no fueran también por ellos.

En el pasado reciente en América Latina. Y siendo, además, doblemente lamentable el hecho, porque tienen la inteligencia suficiente para formar parte, sin enojar a aquellos con los que trabajan, del debate que el mundo a gritos necesita y en el que están inmersos intelectuales de otros privilegiados países de todas las latitudes.

De un lado, me identificarán enseguida, estoy yo sola, del otro son varios los dialogantes pero las generalizadas respuestas son siempre las mismas.

-- El PRI está de regreso.

-- El PRI no se ha ido, simplemente se fue convirtiendo la cúpula en PRIAN. Pero tampoco es que importen los partidos, en México, liquidados como el resto de instituciones. El debate no está ahí. El debate tiene que ver con la ideología de la derecha y con la de izquierda.

-- AMLO pagó los segundos pisos con dinero destinado a sectores vulnerables.

-- Sin ninguna duda así fue. Pero AMLO es el único presidente legítimo de la República, porque ganó la elección que Calderón perdió y regreso a lo que decía el debate no está en lo que hizo o dejó de hacer AMLO. El debate debe darse en torno al imperio de ultraderecha, encabezado por el asesino Bush, que destruye al mundo en aras de los más bastardos intereses económicos.

-- AMLO insistió en que el bueno para Chiapas fuera Sabines y así le va con Sabines.

-- Sí, en que Ana Rosa Payán lo fuera para Yucatán y si no se sumó a esa barbaridad después fue por el malestar ciudadano que el hecho despertó. Pero el debate no versa sobre los errores o las virtudes de AMLO. El debate anda por otros lares.

-- Pero AMLO se habría convertido en un Chávez y se habría sumado a la jalada de república bolivariana.

-- Ojalá, pero no, en absoluto, AMLO simplemente ganó la Presidencia y por ende es el único Presidente legítimo. AMLO habría sido tan neoliberal como Ebrard, aunque mucho menos entreguista que el usurpador.

-- Beltrones va a la grande por el PRI y Ebrard se enfila por el PRD.
-- Puede ser, pero, repito, el sistema de partidos está tan agotado en México como el resto de instituciones. También la estructura de los partidos sufrió el desarme ético del resto de las instituciones. Y ese no es el debate. El debate está en la construcción de la izquierda para parar a la derecha.

-- AMLO habría sido terrible, peor que Calderón.

-- Peor que Calderón en absoluto. AMLO no es un entreguista y la corrupción no habría alcanzado los niveles que alcanza con el PAN. Pero aunque AMLO fuera la calca de Calderón, AMLO ganó y el usurpador perdió y otra vez regreso al debate que importa porque en él está la posibilidad de cambiar las cosas y de construir otro mundo posible para todos.

AMLO

Podría seguir llenando páginas y no variaría un ápice el sentido de las respuestas con las que se evidencia hasta dónde AMLO está presente en aquellos que lo niegan y hoy aplauden a los traidores que reconocen como válido para el país la legalización del fraude.

Pero ni siquiera eso es lo grave. Lo aterrador es el cómo se están sumando personas cultas que vienen de la izquierda, incluso en algunos casos de manera genética, a una de las causas: el autismo de los intelectuales, destinados a jugar el papel contrario, a los golpes que en América Latina ensangrentaron para siempre a esos pueblos hermanos.