INDICE POLITICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
GOBIERNO DE CÍNICOS
*Cínico: un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada.
Oscar Wilde
¿QUIÉN LO DIJERA? Han sido los gobernantes surgidos de las filas de Acción Nacional quienes han llevado a México al estadio vislumbrado y maldecido por don José López Portillo hace ya casi treinta años: "país de cínicos".
Cinismo e hipocresía. Porque luego, sin dar el crédito al ex Presidente, el mismo señor Calderón uso la frase, siendo aún secretario de Energía de Vicente Fox. En Guadalajara, en una reunión sobre energéticos celebrada a principios de enero de 2004, el ahora ocupante de Los Pinos dijo: "el peligro verdadero amigas y amigos es combatir a nuestro país en un país de cínicos, en un país donde se puede actuar impunemente a mansalva, en un país donde se puede explotar y abusar el recurso de todos".
Tal es el verdadero peligro para México. El cinismo.
También, claro, la hipocresía.
Pero, ¡momento! No somos aún una sociedad cínica. Padecemos liderazgos políticos cínicos. Y eso es, todavía, otra cosa. Campean, sí, el cinismo y la hipocresía de quienes se dicen a sí mismos "gobernantes".
Ha sido en la anterior y en la actual administración federal que como nunca se ha observado la desvinculación entre la ética y el ejercicio del poder.
Con los panistas, el poder ha perdido legitimidad y la ética se limita a pregonar valores inmutables. La ética se extingue cuando, lejos de ser la práctica de un poder, se circunscribe a limitar su ejercicio mediante la denuncia. Cuando se denuncia en un discurso, sostiene Jacques Lacan, no se hace más que perfeccionar la existencia de lo denunciado.
Hegel afirma que en las comunidades originarias existía identidad entre el poder y la ética. Pero con la desaparición de la polis comenzó a quebrarse la unión entre política y ética, ruptura que se consuma con el cristianismo: que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda, por ejemplo.
Hoy es el momento justo para que el señor Calderón pase de las palabras a los hechos. Un día antes de que le explote en la cara la bomba que en Washington le tiene preparada Zhenli Ye Gon, a través de sus abogados.
Destrabar, por ejemplo, la investigación de los hijos de Marta Sahagún, Manuel y Jorge Bribiesca que, aunque exonerados de sus verificables corruptelas el último día de la malhadada administración foxista, deben estar ya fuera del país, "huidos", prófugos, si no es que bajo las faldas de su progenitora.
¿Por qué no actúa Calderón en contra de ellos, como lo demanda la mayoría de la sociedad, si sus panegiristas dijeron que "sería Presidente" cuando tuviera el control de su partido, el PAN?
¿Todavía no lo tiene? ¿Todavía pueden chantajearlo los panistas identificados con El Yunque? ¿Tienen estos, Fox y Espino, la misma Marta, "el disco duro" de las controvertidas elecciones de 2006?
¿Por eso campea el cinismo de estos "gobernantes"?
*Cínico: un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada.
Oscar Wilde
¿QUIÉN LO DIJERA? Han sido los gobernantes surgidos de las filas de Acción Nacional quienes han llevado a México al estadio vislumbrado y maldecido por don José López Portillo hace ya casi treinta años: "país de cínicos".
Cinismo e hipocresía. Porque luego, sin dar el crédito al ex Presidente, el mismo señor Calderón uso la frase, siendo aún secretario de Energía de Vicente Fox. En Guadalajara, en una reunión sobre energéticos celebrada a principios de enero de 2004, el ahora ocupante de Los Pinos dijo: "el peligro verdadero amigas y amigos es combatir a nuestro país en un país de cínicos, en un país donde se puede actuar impunemente a mansalva, en un país donde se puede explotar y abusar el recurso de todos".
Tal es el verdadero peligro para México. El cinismo.
También, claro, la hipocresía.
Pero, ¡momento! No somos aún una sociedad cínica. Padecemos liderazgos políticos cínicos. Y eso es, todavía, otra cosa. Campean, sí, el cinismo y la hipocresía de quienes se dicen a sí mismos "gobernantes".
Ha sido en la anterior y en la actual administración federal que como nunca se ha observado la desvinculación entre la ética y el ejercicio del poder.
Con los panistas, el poder ha perdido legitimidad y la ética se limita a pregonar valores inmutables. La ética se extingue cuando, lejos de ser la práctica de un poder, se circunscribe a limitar su ejercicio mediante la denuncia. Cuando se denuncia en un discurso, sostiene Jacques Lacan, no se hace más que perfeccionar la existencia de lo denunciado.
Hegel afirma que en las comunidades originarias existía identidad entre el poder y la ética. Pero con la desaparición de la polis comenzó a quebrarse la unión entre política y ética, ruptura que se consuma con el cristianismo: que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda, por ejemplo.
Hoy es el momento justo para que el señor Calderón pase de las palabras a los hechos. Un día antes de que le explote en la cara la bomba que en Washington le tiene preparada Zhenli Ye Gon, a través de sus abogados.
Destrabar, por ejemplo, la investigación de los hijos de Marta Sahagún, Manuel y Jorge Bribiesca que, aunque exonerados de sus verificables corruptelas el último día de la malhadada administración foxista, deben estar ya fuera del país, "huidos", prófugos, si no es que bajo las faldas de su progenitora.
¿Por qué no actúa Calderón en contra de ellos, como lo demanda la mayoría de la sociedad, si sus panegiristas dijeron que "sería Presidente" cuando tuviera el control de su partido, el PAN?
¿Todavía no lo tiene? ¿Todavía pueden chantajearlo los panistas identificados con El Yunque? ¿Tienen estos, Fox y Espino, la misma Marta, "el disco duro" de las controvertidas elecciones de 2006?
¿Por eso campea el cinismo de estos "gobernantes"?