DEL EDITORIAL DE DIARIO LIBERTAD

Peligrosos retrocesos.

Aunque los tiempos no parecen ser los mismos, en nuestro México, en base a la experiencia, es costumbre decir que nunca pasa nada. Esgrimiendo como prueba de mayor peso que si no pasó nada con el FOBAPROA, el mayor latrocinio que jamás haya sufrido nación alguna a manos de sus gobernantes, difícil es que ahora pase algo.

Sobre todo porque aparte del mencionado FOBAPROA ya llevamos dos monumentales fraudes electorales (en el 88 y en el 2006) y por lo visto el Pueblo, mediante selectivos boicots económicos, aún no se decide a tomar las riendas de su propio destino.

Y las deja en manos de las poderosas transnacionales, como la Igle$ia judía de Roma, que cobrando facturas por los “granos de arena aportados” a la campaña de Felipe Calderón, ahora quiere de lleno entrar al juego de la política (reservado en nuestra Patria exclusivamente para la delincuencia organizada).

Y solicita al Gobierno se le faciliten medios de comunicación; y se acepte su participación directa en la educación, mediante la enseñanza de la religión judía de Roma en las escuelas.

Y por si lo anterior fuera poco, también participación directa en la política. Con la salvedad, según ellos mismos, de que no podrán tomar partido por ninguno de los Institutos Políticos.

Lo que evidentemente lleva consigo el podrido juego de la conveniencia y las alianzas por debajo de la mesa (y sobre los púlpitos) como la que llevó a Vicente Fox a la Presidencia y no pudo hacer lo mismo con el Lic. Felipe Calderón, al que hubieron que legitimar por medio de la imposición y por supuesto por medio de las armas.

Por el momento el PAN (no podría haber sido de otra manera) aceptó de buen grado la propuesta vaticana. El PRD la rechazó y solo falta saber lo que opinará el PRI al respecto; que prostituído como está, seguramente tratará de sacar ventajas.

Cabiendo comentar que las matanzas que tras de sí dejó el polaco Juan Pablo II, con sus supuestos “viajes pastorales” fueron por diferencias religiosas entre los propios hermanos.

Razón por la cual los mexicanos no podemos permitir de ninguna manera que en nuestro suelo se vuelva a imponer la teocracia que antaño nos trajo la $anta Inquisición; y posteriormente la guerra cristera en la que al grito de ¡Viva Cri$to Rey! los seguidores de Roma asesinaron profesores que se negaron a impartir sus creencias.

El Gobierno literalmente está jugando con fuego; a tal grado que se puede pensar que eso es lo que desean.