PLAZA PUBLICA
Miguel Ángel Granados Chapa
Notimex
La Suprema Corte de Justicia de la Nación asestó tardíamente un revés al presidente Fox, al resolver una acción de inconstitucionalidad iniciada por el procurador general de la República, Daniel Cabeza de Vaca -de regreso ahora a su condición de consejero jurídico de la Presidencia-destinada a inhibir el funcionamiento de la agencia de noticias Notimex, bajo el disfraz de combatir una facultad del Senado, establecida en la ley que creó esa entidad informativa, promulgada a regañadientes por Fox el dos de junio del año pasado. La decisión judicial, asumida por ocho votos contra dos, tiene una doble importancia, pues por un lado concierne a las capacidades de nombramiento del Ejecutivo y por otro a la vida de la propia entidad informativa a que se refiere.
En varias leyes se ha generado una nueva forma de colaboración de poderes que va más allá de la establecida libertad del Ejecutivo para designar a ciertos miembros de la administración pública y de los casos excepcionales en que se requiere la confirmación de los nombramientos por el Senado. Se trata de una facultad senatorial para objetar una designación presidencial. Hay varios casos en curso donde el Ejecutivo estima que esa atribución del Senado es indebida, y los ministros de la Corte, que ya resolvieron el primero, parecen estar de acuerdo que la facultad de objetar vale en tratándose de organismos descentralizados, como es Notimex, y no de órganos desconcentrados, como la Comisión Federal de Telecomunicaciones.
Firme la disposición relativa a la agencia de noticias, el presidente Calderón, que se escudaba en la tramitación del recurso iniciado por su antecesor para incumplir la ley, como también lo hizo su testador, con lo cual han incurrido en seria irresponsabilidad, tendrá que acatar la ley, para integrar su Consejo Editorial Consultivo y su Junta de Gobierno y nombrar al director general y al defensor de la audiencia, valiosa innovación de la ley refrendada por la justicia. Se verá obligado, en consecuencia, a dirimir así sea contra su voluntad, el viejo problema del PAN con esa agencia. En más de una oportunidad, durante la discusión del presupuesto federal, legisladores miembros del partido ahora gobernante propusieron su liquidación. Y hace tres años esa decisión apareció prefigurada en el proyecto enviado por Fox. La mayoría opositora rehusó cancelar ese proyecto informativo y, al contrario, preparó el camino para fortalecerlo.
En abril del año pasado se aprobó la ley que confiere a Notimex el carácter de agencia de noticias del Estado -un estatuto semejante al de la española Efe-, dotada de personalidad jurídica y patrimonio propio, con autonomía técnica y de gestión destinada a "coadyuvar al ejercicio del derecho a la información mediante la prestación de servicios profesionales en materia de noticias al Estado mexicano y a cualquiera otra persona, entidad u organismo público y privado, nacional o extranjero, con auténtica independencia editorial".
Es probable que Fox haya calculado vetarla, pero al menos retardó más de un mes su publicación. Al quedar la ley en vigor, el secretario de Gobernación Carlos Abascal impulsó la candidatura de Enrique Aranda, su subsecretario encargado de la normatividad de los medios, para dirigir la agencia. Era ostensiblemente un mal modo de iniciar la ruta independiente de la agencia, nombrado a un funcionario del Gobierno. De modo que el cabildeo no prosperó y entonces Fox inició la acción de inconstitucionalidad, con lo que trasladó el tema al sexenio siguiente. Se desacataron de ese modo los términos para realizar la liquidación de la sociedad anónima que daría lugar al órgano descentralizado y para que en consecuencia cesara el dominio de la Secretaría de Gobernación sobre la agencia. Obrando sobre hechos consumados el nuevo subsecretario de Normatividad, Juan María Naveja asumió funciones que no le correspondían, como negociar incrementos salariales con el sindicato y tomando decisiones sobre el personal directivo. Aurelio Bueno, un antiguo reportero que se había especializado en oficinas de prensa y era a la sazón el director provisional de la agencia, recibió el 20 de febrero la instrucción de Naveja de despedir a la directora de Operaciones Nacionales, Beatriz Rojas. Fiel a la disciplina jerárquica pero también a su conciencia, Bueno cumplió la orden de quien se ostentaba como su superior y poco después renunció a su cargo, por lo que Notimex está descabezada desde marzo.
Fundada en agosto de 1968, la agencia obró al servicio del Gobierno y, más directamente del Ejecutivo y de la Secretaría de Gobernación, de que dependía orgánicamente. Al arribo del gobierno panista, y en una de las oscilaciones del ánimo de ese partido, se decidió fortalecerla y encaminarla hacia ser lo que ahora es formalmente, una agencia de Estado. Se confió la dirección al magnífico reportero Francisco Ortiz Pinchetti, que careció del apoyo de su superior el subsecretario José Luis Durán Reveles, quien lo despidió en 2002. Con base en la nueva y revalidada estructura legal debe refundarse la agencia, donde se impida la censura de que fue objeto la periodista Teresa Gurza, sólo por recordar las demoras en la aplicación de la ley.
Junto con los nombres de Aranda y Bueno, funcionarios de prensa del Gobierno, cuando el año pasado se pensó en nombrar al director de Notimex se consideró el de Alejandro Ramos, director editorial de El financiero. Si de independencia se trata, he allí un buen candidato.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación asestó tardíamente un revés al presidente Fox, al resolver una acción de inconstitucionalidad iniciada por el procurador general de la República, Daniel Cabeza de Vaca -de regreso ahora a su condición de consejero jurídico de la Presidencia-destinada a inhibir el funcionamiento de la agencia de noticias Notimex, bajo el disfraz de combatir una facultad del Senado, establecida en la ley que creó esa entidad informativa, promulgada a regañadientes por Fox el dos de junio del año pasado. La decisión judicial, asumida por ocho votos contra dos, tiene una doble importancia, pues por un lado concierne a las capacidades de nombramiento del Ejecutivo y por otro a la vida de la propia entidad informativa a que se refiere.
En varias leyes se ha generado una nueva forma de colaboración de poderes que va más allá de la establecida libertad del Ejecutivo para designar a ciertos miembros de la administración pública y de los casos excepcionales en que se requiere la confirmación de los nombramientos por el Senado. Se trata de una facultad senatorial para objetar una designación presidencial. Hay varios casos en curso donde el Ejecutivo estima que esa atribución del Senado es indebida, y los ministros de la Corte, que ya resolvieron el primero, parecen estar de acuerdo que la facultad de objetar vale en tratándose de organismos descentralizados, como es Notimex, y no de órganos desconcentrados, como la Comisión Federal de Telecomunicaciones.
Firme la disposición relativa a la agencia de noticias, el presidente Calderón, que se escudaba en la tramitación del recurso iniciado por su antecesor para incumplir la ley, como también lo hizo su testador, con lo cual han incurrido en seria irresponsabilidad, tendrá que acatar la ley, para integrar su Consejo Editorial Consultivo y su Junta de Gobierno y nombrar al director general y al defensor de la audiencia, valiosa innovación de la ley refrendada por la justicia. Se verá obligado, en consecuencia, a dirimir así sea contra su voluntad, el viejo problema del PAN con esa agencia. En más de una oportunidad, durante la discusión del presupuesto federal, legisladores miembros del partido ahora gobernante propusieron su liquidación. Y hace tres años esa decisión apareció prefigurada en el proyecto enviado por Fox. La mayoría opositora rehusó cancelar ese proyecto informativo y, al contrario, preparó el camino para fortalecerlo.
En abril del año pasado se aprobó la ley que confiere a Notimex el carácter de agencia de noticias del Estado -un estatuto semejante al de la española Efe-, dotada de personalidad jurídica y patrimonio propio, con autonomía técnica y de gestión destinada a "coadyuvar al ejercicio del derecho a la información mediante la prestación de servicios profesionales en materia de noticias al Estado mexicano y a cualquiera otra persona, entidad u organismo público y privado, nacional o extranjero, con auténtica independencia editorial".
Es probable que Fox haya calculado vetarla, pero al menos retardó más de un mes su publicación. Al quedar la ley en vigor, el secretario de Gobernación Carlos Abascal impulsó la candidatura de Enrique Aranda, su subsecretario encargado de la normatividad de los medios, para dirigir la agencia. Era ostensiblemente un mal modo de iniciar la ruta independiente de la agencia, nombrado a un funcionario del Gobierno. De modo que el cabildeo no prosperó y entonces Fox inició la acción de inconstitucionalidad, con lo que trasladó el tema al sexenio siguiente. Se desacataron de ese modo los términos para realizar la liquidación de la sociedad anónima que daría lugar al órgano descentralizado y para que en consecuencia cesara el dominio de la Secretaría de Gobernación sobre la agencia. Obrando sobre hechos consumados el nuevo subsecretario de Normatividad, Juan María Naveja asumió funciones que no le correspondían, como negociar incrementos salariales con el sindicato y tomando decisiones sobre el personal directivo. Aurelio Bueno, un antiguo reportero que se había especializado en oficinas de prensa y era a la sazón el director provisional de la agencia, recibió el 20 de febrero la instrucción de Naveja de despedir a la directora de Operaciones Nacionales, Beatriz Rojas. Fiel a la disciplina jerárquica pero también a su conciencia, Bueno cumplió la orden de quien se ostentaba como su superior y poco después renunció a su cargo, por lo que Notimex está descabezada desde marzo.
Fundada en agosto de 1968, la agencia obró al servicio del Gobierno y, más directamente del Ejecutivo y de la Secretaría de Gobernación, de que dependía orgánicamente. Al arribo del gobierno panista, y en una de las oscilaciones del ánimo de ese partido, se decidió fortalecerla y encaminarla hacia ser lo que ahora es formalmente, una agencia de Estado. Se confió la dirección al magnífico reportero Francisco Ortiz Pinchetti, que careció del apoyo de su superior el subsecretario José Luis Durán Reveles, quien lo despidió en 2002. Con base en la nueva y revalidada estructura legal debe refundarse la agencia, donde se impida la censura de que fue objeto la periodista Teresa Gurza, sólo por recordar las demoras en la aplicación de la ley.
Junto con los nombres de Aranda y Bueno, funcionarios de prensa del Gobierno, cuando el año pasado se pensó en nombrar al director de Notimex se consideró el de Alejandro Ramos, director editorial de El financiero. Si de independencia se trata, he allí un buen candidato.