EL DESNUDO DE TUNICK Y EL GOBIERNO DE ULTRADERECHA
En el país convertido por la derecha, que manda, gubernamental y eclesiástica, aunque no gobierne. Gobernar pasa por cosas tan primarias como propiciar la seguridad pública y jurídica de los gobernados.
El país convertido por la derecha gubernamental y eclesiástica en el mayor prostíbulo de América, en el paraíso de los pederastas y tratantes de blancas. Tanto así que un estudio exploratorio en Tapachula, Chiapas: La trata de mujeres, adolescentes, niñas y niños, realizado por la Comisión Interamericana de la Organización de Estados Americanos y la Organización para las Migraciones (OIM), se señala que: "se podría decir que el Estado mexicano ha sido rebasado por las organizaciones delictivas, con daños graves para la vida legal nacional y el fenómeno se extiende por el territorio nacional sin disimulo y hay encubrimiento, tolerancia, omisión y debilidad por parte de autoridades federales, estatales y municipales", etc. (El Universal, 6 de mayo de 2007).
En el país que abrió las puertas incluso a los kaibiles. En el México irreconocible si pensamos tan sólo en lo que era nuestro país unos cuantos años atrás.
En este nuestro pobre país cada día un poco más decadente, a un fotógrafo con fama mundial se le prohíbe que en sus fotografías, en las que han decidido participar miles de hombres y de mujeres, ciudadanos mexicanos, desnudos, aparezcan ni la bandera ni la catedral.
En todo el mundo hay sectores de derecha que se oponen a las fotografías de Spencer Tunick y así como los que deciden desnudarse deben gozar de la libertad de hacerlo, en las democracias se garantiza la libertad de que protesten los que no estén de acuerdo. La trampa de la doble moral que da al traste con la democracia es cuando se quiere exigir al otro que haga o deje de hacer lo que le plazca en tanto no afecte a un tercero. Y no deja de ser curioso el que nunca a los que se desnudan les pase por la cabeza reprimir a los que los cuestionan y sí a la inversa. La doble moral de las "buenas conciencias" inquisidora hasta la náusea.
En fin, regreso a lo de la bandera y de la catedral porque además de ser un ejemplo de la doble moral que impera desde que gobierna el PAN, es sobre todo un dato que apunta a la alarmante escasa inteligencia de la derecha. Y en ese contexto es que se da la sentencia inconcebible contra los presos políticos de Atenco, mientras siguen impunes las violaciones policíacas de mujeres, lo que nos remite a las dictaduras más brutales y al fin de la institución impartidora de justicia.
La corrupción mata la inteligencia va quedando, se puede decir que va quedando consignado como dato para cuando se escriba la historia del México actual que quedará impresa dentro de las más ignominiosas del mundo en el siglo que recién empieza. Al lado de la de la agresión a Irak, que ya ubica a ese lugar ocupado por el imperio yanqui como el primer lugar en crímenes contra periodistas, ocupa el segundo lugar el México de la era fecalista que nos dicen que no está en guerra ni supuestamente invadido.
El que la bandera nacional hubiera aparecido en las fotografías de Spencer Tunick, salta a la vista, que le habría dado mayor proyección internacional a México y el beneficiado habría sido Calderón. El respeto a la bandera no tiene nada que ver con mantenerla como bien exclusivo de la inmoral clase política. Si alguien agravia a la bandera es esa clase y para ejemplo histórico quedó impreso lo del águila mocha del foxismo, también prianista.
Un Cardenal con un juicio pendiente como protector de pederastas y con una intervención desastrosa en su haber en lo de la despenalización del aborto durante las 12 primeras semanas de embarazo. Un Cardenal con el que ni el Vaticano sabe qué hacer, aunque le quede claro al Papa Nazi que con su desprestigio basta y que algo va a tener que hacer con el que tanto desprestigio más le imprime a la cada día más decadente iglesia católica, el Cardenal Norberto Rivera habría sido el mayor beneficiado si se hubiera permitido que las fotografías de Spencer hubieran llevado como fondo la Catedral, que además es un monumento nacional de todos los mexicanos, lo que incluye a los muchos miles que salen en las fotografías y a los muchos miles que quedaron fuera por falta de cupo.
En fin, el asunto es trivial, incluso por el lugar elegido para las tomas. Una ciudad, el Distrito Federal, donde la gente no le tiene miedo a su sexualidad. El reto para Specer Tunick habría sido venir a hacer esas fotografías a un lugar como Mérida, con su tan arraigada doble moral, cada vez más perversa, como lo demuestran los jóvenes presos políticos del Estado de Yucatán.