DEL EDITORIAL DE RADIO LIBERTAD
Diario Libertad
La enorme manifestación realizada por los sindicatos independientes --opuestos a los oficalistas, con sus líderes corruptos de siempre a la cabeza y el aval de un PRI desacreditado en extremo-- y los paros en días siguientes nos ofrecen una radiografía nítida de México: En esa radiografía adviértense rupturas en la estructura socioeconómica --el esqueleto, pues-- y cánceres en órganos vitales e inclusive indicios de difuncionalidad glandular. México es un país enfermo. Y gravemente, por añadidura. Por ello, la manifestación a propósito del Día del Trabajo y los paros secuenciales posteriores, si bien se circunscribió al ámbito de los obreros, representó más allá del simbolismo a otros estamentos de la clase trabajadora del país: campesinos, empleados de comercio y bancos y, en general, de todos aquellos que de una forma u otra son parte de la población económicamente activa, dentro o a extramuros de la economía. Nunca antes había habido tanto desempleo en México ni tanta actividad económica informal o subterránea. Sin embargo, la radiografía de un cuerpo tan enfermo no parece ser comprendida por el Estado mexicano ni el gobierno que lo representa, el que preside Felipe del Sagrado Corazón de Jesús. Adviértese incomprensión y, ergo, prejuicios e intolerancia, hijas de la ideología conservadora, oscurantista, antiobrera y anticampesina tanto del gobierno como del mismo Estado cuya vertiente legislativa es cómplice por comisión en la violencia económica desatada contra trabajadores y el pueblo en general. Este gobierno es de los grandes empresarios. Y éstos, por definición, como clase, son ricos. Estamos ante un gobierno de los ricos. A ello se le conoce como plutocracia. No es un gobierno del pueblo que, dada su actuación, está cavando su propia tumba política e institucional.