EL CHAMUCO
Felipe Calderón Hinojosa tiene una relación muy cercana con la caricatura.
Esto se deduce de sus propias declaraciones. En una entrevista publicada el 13 de marzo de 2007 en La Jornada, Calderón declaró: “He aprendido mucho de mis críticos y, sobre todo, de los caricaturistas […] lo que busco es que los cuestionamientos se den en torno a principios de verdad, de veracidad, y tendré una relación respetuosa e indiscriminada con todos”.
En México es poco usual que el inquilino de Los Pinos haga una referencia personalizada a sus críticos (en este caso, se refiere a ciertos caricaturistas críticos que publican en La Jornada y también en El Chamuco, a los que ya se había referido indirectamente en abril de 2006). En los tiempos más oscuros del presidencialismo priísta, una declaración así significaba que el Ejecutivo estaba molesto con las críticas y esto solía entenderse como una amenaza velada. Por fortuna, aquellos tiempos ya pasaron. Sin embargo, hay que hacer notar que, en esta declaración, Calderón condiciona el respeto a los críticos: si los cuestionamientos se dan en torno a principios de verdad y veracidad, habrá respeto, si no…
Los caricaturistas que trabajamos en El Chamuco siempre hemos procurado basar nuestras críticas en hechos documentados. No obstante, en nuestro México, hasta los hechos suelen estar en entredicho, como lo prueba el caso de la muerte de la septuagenaria Ernestina Ascencio, de la sierra de Zongolica. Antes de morir, ella denunció que fue víctima de una brutal agresión por parte de un grupo de soldados y el primer parte médico confirmó que hubo violación y fractura craneoencefálica, de cadera y de costillas. En esa misma entrevista, Calderón afirmó que esta señora había muerto de una “gastritis crónica mal atendida” y José Luis Soberanes, titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), confirmó esta versión con una celeridad que no se le vio en Oaxaca. ¿Quién miente y por qué? ¿Acaso los pobladores de Zongolica buscan desprestigiar al régimen o éste busca encubrir al Ejército? ¿Existe una verdad de Estado? ¿Cuál es la verdad, la del gobierno?
A través del ejercicio sistemático de la duda es posible detectar la mentira, pero nadie es dueño de toda la verdad. Y mucho menos Calderón.
Las verdades de Calderón están llenas de mentiras. En su campaña se anunció como el presidente del empleo y desde su llegada a la presidencia se han perdido más de 160 mil empleos. Calderón también afirmó a La Jornada que respeta a López Obrador, a quien acusó durante meses de ser un peligro para México. ¿Miente ahora que dice que lo respeta o mintió cuando afirmó que era un peligro? A pesar de que el gobierno y los medios insisten en la limpieza electoral ¿Qué certeza podemos tener del resultado de la elección de 2006?
Calderón tiene una relación cercana con la caricatura, pero no con la verdad.
¿Respetará a los críticos cuando los cuestionamientos no se den en torno a su verdad?