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Letras de Cambio


Los enemigos de Calderón en el PAN

En nombre de la democracia se cometen todos los pecados. Amparado en su sagrado nombre Monseñor Abascal ha dado una gran lección sobre la capacidad de traición inherente al poder político.

Y con una celeridad exorbitante, ni siquiera ha cumplido cien días el gobierno de Felipe Calderón, se apresuró a negar la cruz de su parroquia.

Para mal de todos los días en el PAN. Para señalamiento público hasta de su falta de pudor, de tacto. Porque eso de atestar en la jeta, con todas sus letras, que Felipe Calderón no fue el mejor candidato resulta incalificable hasta en estos tiempos modernos de profundo desaseo.

Resulta, digan lo que digan los foxistas incrustados en el partido Acción Nacional, que el verdadero abanderado de ese partido está en el poder. Y que a él, absolutamente, le deben antes que nada respeto. Calderón es el líder del PAN, les duela donde les duela a los foxistas. Es, además, un panista de siempre. Alguien vinculado profundamente con su partido.

Y ahora resulta que Abascal, que como titular del Trabajo primero y después de Gobernación no ganó muchas batallas políticas, puede llenarse la boca con todo tipo de ofensas gratuitas. Que además resultan fuera de tono y de tiempo, que no persiguen sino la descalificación a priori y los reflectores fáciles.

Este es el juego de Vicente Fox hablando en el extranjero, diciendo tal cantidad de estupideces que resulta absurdo que haya quien pague para asistir a sus "conferencias".

Lo que tiene pendiente, una asignatura urgente para la salud de la República como se dijese con anterioridad, Felipe Calderón es la más somera, superficial revisión de las deudas grandes del foxismo con la sociedad.

Y que comienzan con someter a juicio penal a los familiares de Marta Sahagún, a los socios de la familia Fox que (como Roberto Hernández en Quintana Roo) se hicieron multimillonarios bajo el amparo de su mandato sexenal.

Estas fortunas solamente explicables en negocios ilícitos son los que deben investigarse y castigarse.

Tal vez Calderón no haya sido "el mejor" para los foxistas, para los panistas, para millones de mexicanos pero ahora vive en Los Pinos y debe demostrar que sí tiene la fuerza indispensable para enmendar, en alguna medida, tantos años de agravios contra millones de mexicanos.

Hay muchas asignaturas pendientes. Ahí está el tema de los mineros en Coahuila donde Fox exigió, en su día Humberto Moreira lo comentó con muchos en privado, que se inventaran responsabilidades penales en contra de inocentes, entre ellos el líder minero Napoleón Gómez Urrutia que hoy sigue en el exilio.

Corresponde a este gobierno, al nuevo titular de Gobernación actuar al respecto. Y, sobre todo, llevar esta investigación hasta sus más recientes anexos que incluyen la falsificación de firmas oficiales en documentos de la Cámara de Diputados para inculpar falsamente al gobernador Moreira de responsabilidad en el accidente de la mina Pasta de Conchos.

De eso, entre tanto, trata ser el "idóneo", que puede o no ser el mejor, pero que tiene la obligación de ser el que gobierne. Es decir, el que cumpla con sus obligaciones legales.

Como los panistas son, además de tanto, muy tirados hacia el lado cobarde de la vida, el mismo señor Abascal corrió, al día siguiente, a hacerse bolas públicamente frente a los micrófonos del noticiero de Joaquín López Dóriga en una disertación sin pies ni cabeza que no convenció a nadie.

Lo cierto es que las pedradas, jitomatazos y escupitajos de los panistas, de los foxistas contra Felipe Calderón Hinojosa ya son muchos, ya rebasaron cualquier atenuante político-temporal, ya tendrían que haber agotado cualquier paciencia oficial... Y, sobre todo, ya nos tienen hasta la coronilla, tan contentos que estábamos en la ausencia de Vicente Fox para tener que volver a escucharlo, que tragarnos sus barrabasadas y las de quienes fueron sus colaboradores otra vez...