INTINERARIO POLITICO
Desde la casa presidencial se decidió apretar los tornillos necesarios para terminar con una escandalosa guerra intestina
Muy poco tiempo aguantó Manuel Espino, presidente nacional del PAN, su embestida contra Felipe Calderón. Al final de cuentas, a sólo 100 días de instalado el nuevo gobierno federal, el señor Espino parece convencido del poco éxito que reporta pelear con el huésped de la casa presidencial, y sobre todo cuando ese habitante pertenece al mismo partido que el dirigente de Acción Nacional.
En realidad Manuel Espino decidió "tirar la toalla" para detener esa desigual competencia (EL UNIVERSAL, 5 de marzo) al anunciar que no pretende la reelección como dirigente del PAN, en marzo de 2008, y que en ese año se retirará. Pero todo indica que no tomó la decisión solo, sino que lo hizo luego de que su verdadero jefe y promotor a la jefatura partidista, el ex presidente Vicente Fox, le puso el ejemplo, al anunciar que ya no hablaría: "Ya no voy a hablar, me cortaron la lengua... se enoja el señor de arriba", dijo Fox el pasado viernes (EL UNIVERSAL, 3 de marzo).
Queda claro que, sin gritos y sombrerazos, desde la casa presidencial se decidió apretar las tuercas y los tornillos que fueran necesarios para terminar con una escandalosa guerra intestina -entre foxistas vencidos y calderonistas gananciosos-, que de poco le servía al segundo gobierno surgido de las siglas de Acción Nacional. Fox y Espino se retiran de la contienda, y con ello dejan claro quién manda, por lo menos en el PAN.
Pero lo interesante del anuncio que hicieron casi de manera simultánea, tanto Fox como Espino, es que en los primeros 100 días del gobierno de Calderón no lograron los consensos necesarios para arrebatarle el partido al nuevo Presidente, y que en abril próximo el Consejo Nacional del PAN será mayoritariamente calderonista, y que para marzo de 2008 el nuevo presidente del partido pertenecerá a la misma corriente. En pocas palabras, que la extrema derecha fue derrotada, en sólo tres meses, por lo menos en el interior del partido. Pero esa extrema derecha habrá perdido una batalla, no la guerra.
Por lo pronto resulta revelador lo expresado por Fox y Espino en torno de los motivos de su retiro en la contienda por el control del PAN. En primer lugar, se confirma que el de Calderón será un gobierno cuya operación política será de bajo perfil, subterránea, antes que escandalosa y mediática. El ex presidente Fox fue claro cuando dijo: "Me cortaron la lengua... se enoja el señor de arriba". Está claro que debió mediar una fuerza externa para callar a Vicente Fox. ¿Cuál fue esa fuerza? Esa, la del "señor de arriba", la de Calderón.
Espino resultó más diplomático. "Yo no estoy pensando en reelegirme", dijo. Y tiene razón, porque tres o cuatro días antes de esa declaración, si pensaba en reelegirse, pensaba en mantener el control del partido por lo menos hasta 2011, y convertirse en operador privilegiado para la sucesión presidencial de 2012. Pero algo ocurrió, algunas tuercas se apretaron, algunos expedientes debieron desempolvarse, y una señal casi divina hizo que el señor Espino ya no pensara en la reelección. Y en los dos casos, el de Fox y el de Espino, las razones para convencer a uno de callarse y al otro de no reelegirse debieron ser del tamaño de las ambiciones de Fox y Espino.
Espino, decíamos, fue más diplomático. Pero, en la entrevista de nuestra compañera Lilia Saúl, envió señales de por dónde vino el asunto. Dijo. "En los hechos, la gente que está en el gobierno trata de incidir en las decisiones del partido". ¿A quién se refiere cuando dice "la gente" que está en el gobierno? ¿Se refiere al presidente Calderón, al secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña? Aquí señalamos, en distintos momentos, que desde la casona de Covián se operaba todo lo relativo al relevo en el Consejo Nacional del PAN, previsto para abril, y de la dirigencia nacional, estimada para marzo de 2008.
Y todo indica que, en efecto, los señores Fox y Espino no tienen posibilidad alguna de alcanzar mayoría en el Consejo Nacional. Si esa instancia del PAN la tienen perdida, tienen perdida la reelección de Espino para el próximo año. Pero no es ninguna novedad que tanto Fox como Espino pudieran haber sido derrotados nuevamente en el interior del PAN. En realidad el señor Felipe Calderón los derrotó desde 2004, en el Consejo Nacional llevado a cabo en Querétaro, cuando se aprobó que la candidatura presidencial del PAN para 2006 fuera electa sólo por los militantes y adherentes.
¿Por qué entonces perdieron Fox y Espino? Porque no conocen al PAN. Pero se debe aclarar que Fox y Espino se apoderaron de la dirigencia del PAN, en 2005, gracias a que desde la casa presidencial se logró maicear a un par de consejeros, que hicieron la diferencia de la votación que convirtió a Espino en presidente. Pero el maiceo no funcionó en la elección del candidato presidencial, porque los electores eran miles de militantes y adherentes. Con Calderón como Presidente, Fox y Espino intentaron quedarse con el partido, pero de nuevo Calderón les ganó la partida.
¿Pero se quedarán callados Fox y Espino? Eso dependerá del número de vueltas que le hayan dado, desde Los Pinos, a la tuerca. Es decir, del peso de los argumentos esgrimidos.