ESTUDIANTE MEXICANA, AGREDIDA POR ESPAÑOLES EN MADRID
Por: Pablo Hiriart
Por alguna razón los mexicanos que viajan a Madrid tienen una predilección especial por el norte de la ciudad, de La Castellana hacia arriba.
Quizás esa querencia se deba a que ahí está el estadio Santiago Bernabéu, donde se escribieron las glorias del mexicano vivo más querido en la capital española: Hugo Sánchez.
Y por ahí está también el Asador Donostiarra, y El Corte Inglés, que suelen ser muy frecuentados por los viajeros mexicanos que llegan a Madrid. Cuidado. Es zona de peligro. Ahí tienen lugar ataques racistas, de jóvenes cabezas rapadas, contra latinos, incluidos desde luego los mexicanos.
Sí, la España de gobierno socialista, la España que vemos tan nuestra y tan querida luego del asilo brindado a muchos de los suyos durante la dictadura de Franco, de pronto ha comenzado a exhibir brotes de racismo.
Le ocurrió a Lucía —nombre inventado, para proteger su identidad— el pasado viernes 23 de febrero. Ella es originaria del Distrito Federal y se fue a España a estudiar relaciones internacionales, actividad que combina con un trabajo en la fundación Save Democracy. Esa tarde, Lucía subía desprevenida las escaleras de la estación del metro Santiago Bernabéu. Con su acento chilango, platicaba, de todo y de nada, con una amiga estadunidense, con quien iba a cenar.
De pronto sintió algo extraño, anormal, en su espalda: "Entonces yo me giro y le pregunto a quién tengo atrás de mí, que cuál es el problema. En eso siento un golpe, de alguien que no era él. Cuando alcanzo a regresar la cara (hacia adelante), veo que es una chica que me pegó por primera vez. Antes de poder reaccionar, me pega dos veces más la persona que tengo enfrente, directamente a la mandíbula".
Así se lo contó Lucía al corresponsal de Televisa en Madrid, Alberto Peláez. El hecho es que siete cabezas rapadas, seis hombres y una mujer, atacaron a la estudiante mexicana al oír que hablaba con acento latinoamericano.
Después de aturdirla a puñetazos y dejarla bañada en sangre, el saldo para Lucía fue de fractura maxilofacial de segundo grado.
De mala gana fue atendida por una ambulancia que se limitó a limpiarle la sangre con un algodón. Llegó la policía y le pidió a la estudiante mexicana que diera una descripción exacta de los agresores. Ella, todavía sangrante y con mandíbula rota, no estaba en condiciones de hacerlo. "Pues lo siento mucho, esto sucede todos los días y sobre todo en esta zona", le dijeron. Se dieron media vuelta y se fueron.
Alberto Peláez entrevistó al presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, quien apuntó: "Desgraciadamente, este tipo de agresiones son frecuentes en Madrid…" Y el presidente de la Asociación de Mexicanos en España, Alberto Berlín, confirmó: "Nos hemos encontrado con situaciones similares, que han sucedido con cierta xenofobia…"
Bueno, ahí están los hechos. Ahora, la pregunta: ¿debe la Secretaría de Relaciones Exteriores guardar silencio ante este ataque y tomarlo como un incidente inevitable? ¿O debe actuar de manera enérgica, dentro de sus capacidades, para evitar que la siguiente vez la policía diga: "lo siento mucho, pero es habitual que haya ataques racistas contra mexicanos en Madrid"?