EL ORO NEGRO MEXICANO, CODICIADO POR LOS NEOLIBERALES
Al grito de la tercera es la vencida, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas plantea ahora sí aprovechar las vacas gordas de la bonanza petrolera para paliar la temporada de vacas flacas, rompiendo así el círculo de políticas cíclicas de los sexenios de José López Portillo y Vicente Fox
El problema es que la receta del órgano de la Cámara de Diputados, ubicada en el escenario de su propuesta de reforma fiscal, llega cuando la posibilidad de un nuevo boom pareciera un espejismo en el erial en que se ha convertido a Petróleos Mexicanos.
El tren, pues, tardó seis años.
Lo inaudito del caso es que la fórmula mágica para una política anticíclica de gasto público es tan simple como obligar al gobierno a respetar las reglas fijadas por el Congreso.
A contrapelo de éstas, el gobierno foxista, como en su momento lo hizo el lopezportillista, por más que entonces la intuición dictaba la política, metió a gasto corriente el equivalente a 0.99% de 1.40% como porcentaje del Producto Interno Bruto que recibió el país durante 2003 a 2005 por concepto de excedentes petroleros, es decir, el remanente frente al precio previsto por barril.
A quién le importa si al 31 de diciembre del año pasado el Fondo para Estabilización de los Ingresos Petroleros (FEIP) contaba sólo con 34 mil 645 millones de pesos, equivalentes a 65% de los 53 mil 349 previstos como tope máximo.
A quién le importa si olímpicamente el gobierno foxista dispuso de 20 mil millones de pesos de éste para financiar su gasto corriente, y se difirió la aplicación de los recursos destinados para el Fondo de Estabilización para la Inversión en Infraestructura de Pemex (FEIIPM).
A quién le importa si éste, justo cuando más recursos de inversión reclama la paraestatal, esté en ceros pese a que su capacidad planteaba un límite de 26 mil 674 millones.
Más aún, a quién le importa que esté en ceros el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF), cuyo límite de ingresos era similar al anterior.
De acuerdo con el esquema planteado por el Congreso, había dos vertientes para nutrir los fondos: el Derecho sobre Hidrocarburos para el Fondo de Estabilización y el Derecho Extraordinario sobre Explotación de Petróleo.
La mecánica hablaba en el primer caso de destinar de los excedentes en el ingreso petrolero hasta 20 mil millones para programas y proyectos de inversión aprobados en el Presupuesto de Egresos de la Federación, canalizando el resto al FEIP y al FEIIPM.
A su vez, en el segundo caso se planteaba que si el precio del barril alcanzaba hasta 50 dólares los excedentes se destinarían a programas y proyectos de inversión, canalizándose el resto al FEIEF.
Ahora que si sobre las metas previstas para llenar los fondos habría aún un remanente, éste se prorratearía a partes iguales a inversión en infraestructura prevista en el presupuesto de gasto; a inversión, estructura y equipamiento de las entidades federativas; a inversión en infraestructura de Pemex, y a apuntalar el fondo de apoyo para la reestructura de pensiones de la paraestatal.
El esquema está vigente para este año. cuando pareciera en chino un nuevo repunte extraordinario en el precio del crudo y cuando la oferta de México se está achicando dramáticamente.
El problema es que, si nos cayeran hoy las vacas flacas, la proporción habla de que por cada punto porcentual que disminuye el gasto público habría una caída de 0.25% en el Producto Interno Bruto.
Y el problema, además, es que existe una tendencia generalizada a considerar los fondos diseñados para compensar contingencias derivadas de la volatilidad de los precios del petróleo como recursos disponibles y no como riqueza que debe conservarse para la estabilización.
Más aún, las reglas de operación de los fondos son insuficientes al carecer de mecanismos de transparencia y rendición de cuentas que permitan garantizar su uso óptimo.
Lo dramático del asunto es que cuando más excedentes petroleros ha tenido el país más grande ha sido el déficit ingreso-gasto en las finanzas públicas.
Si en 1982, al final del sexenio lopezportillista, llegamos a un inaudito 13%, durante el foxismo se llegó a 0.7 en 2001, tras alcanzar el equilibrio en 1996.
De príncipe a mendigo.
Balance general
Aunque formalmente la fracción priísta en la Cámara de Diputados planteó la propuesta de reforma a la Ley del ISSSTE, en realidad ésta fue confeccionada desde la Secretaría de Hacienda. retomando a la letra los puntos fundamentales de la iniciativa que se congeló hace dos años en el Senado.
La gran diferencia es la aparición en escena de la Administradora de Fondos para el Retiro del organismo, bajo la razón social Pensionissste, cuya exclusividad se mantendrá durante tres años.
La intención original hablaba de una intermediaria de capital mixto, es decir, público y social, cuya participación sin competencia sería de un año.
El problema es que la estrategia exigía que la propuesta fuera planteada directamente por el senador Joel Ayala Almeida, es decir, el líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado.
El caso es que éste desapareció de la escena durante 45 días. lapso en el cual se perdió la coyuntura.
Así de fácil.
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Aunque la interpretación de la resolución de la Comisión Federal de Competencia, condicionando entre otras cosas la operación por medio de la cual Televisa alcanzaría mayoría de capital en Televisión Internacional de Monterrey a la separación de socios que el Acuerdo de Convergencia convertía en rivales, hablaba en estricto sentido de la salida del magnate Carlos Slim del Consejo de Administración de la televisora, hete aquí que la moneda tiene dos caras.
El presidente de Televisa, Emilio Azcárraga Jean, también está obligado a dejar su asiento en el Consejo de Administración de Teléfonos de México.
Dando y dando, pues.
Como recordará usted, la participación de Slim en la firma llegó con carácter de temporal, en tanto se alineaban las finanzas de éste tras los movimientos que le permitieron a Azcárraga alcanzar mayoría absoluta en el capital.
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En su agitado periplo en nuestro país con motivo de los 20 años de presencia de su empresa Microsoft, el presidente de la firma, Bill Gates, fungió como testigo en la firma de un convenio de cooperación tecnológica con el gobierno de la ciudad de México que encabeza Marcelo Ebrard.