ZACATECAS TIENE EL DESHONROSO SEGUNDO LUGAR EN VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
Contralínea
Diana Cordero / Yadira Rivera
Zacatecas es el segundo estado con el mayor número de mujeres víctimas de violencia intrafamiliar, de acuerdo con una encuesta nacional; 47.6 por ciento de las entrevistadas dijo haber sufrido agresiones. La cifra se incrementa en las zonas rurales, donde, además, no existen programas de gobierno para atender el problema.
La violencia familiar tiene sus raíces en la cultura del machismo y el dominio sadista hacia los más débiles. En Zacatecas las estadísticas indican que cinco de cada diez mujeres han sido víctimas de algún tipo de violencia, ya sea física, emocional o económica. Para las autoridades, el problema tiene sus orígenes en la educación, de allí, señalan, que en el ámbito rural, donde el nivel educativo y cultural es menor, la violencia contra las mujeres sea el pan de cada día.
El problema en el estado es tal, que el Instituto para la Mujer Zacatecana (Inmuza) recibe diariamente en promedio unas 15 denuncias de mujeres que han sido abusadas física o psicológicamente, de las cuáles una tercera parte recibe ayuda jurídica para enfrentar a sus agresores mediante una demanda. Tan sólo en el 2006, el Instituto dio atención psicológica a mil 300 mujeres, y asesoría legal a mil 400.
Le llamaremos María, pues no quiere revelar su verdadero nombre por temor a represarías. María, madre de Laura de tres años de edad, cuenta que hace un año que dejó a su pareja, harta de las golpizas diarias y la violencia verbal. Según María, quien ahora vive con sus padres en una humilde colonia del municipio de Guadalupe, nunca recibió atención médica ni psicológica debido al miedo que aún tiene a quien fuera su pareja, el mismo que decía amarla, pero que en pocos meses juntos, le destrozó la vida.
María es la hija mayor de un matrimonio que también ha vivido los estragos de la violencia intrafamiliar:
“Mi papá siempre fue muy estricto, nos gritaba mucho y actualmente lo sigue haciendo”. Ella estudiaba la preparatoria, pero se embarazó y, por lo tanto, abandonó sus estudios para vivir en unión libre con su pareja, de quien un año después se separó debido al maltrato que sufría.
Al filo del suicidio
En entrevista, Ana Hilda Rivera Vázquez, responsable del Inmuza, asegura que la situación de violencia que llegan a padecer las mujeres ha orillado a algunas incluso a pensar en el suicidio; son casos extremos en los que, explica la funcionaria, sólo existe la idea de que la muerte es la única solución para lograr disipar los problemas que padecen, principalmente cuando además de ser blanco de ataques, también son dependientes económicos del agresor.
Hilda Rivera señala la importancia de que las víctimas de violencia intrafamiliar denuncien el maltrato permanente al que están expuestas pues, tras exteriorizar su sufrimiento, las víctimas dejan su estado de masoquismo y sumisión; “una mujer fuerte que está aprendiendo a reconocer sus derechos, y los ejerce, protege su vida así como la integridad de sus hijos, quienes resultan ser también víctimas cuando las agresiones físicas y emocionales afectan a toda la familia”.
Señala que en ocasiones, la presión que vive la mujer en un entorno en el que predomina la violencia, puede terminar en la muerte, ante lo cual se han diseñado estrategias “para tratar de crear conciencia en las personas sobre sus derechos y los valores que representan como seres humanos”.
Lo más grave, señala la funcionaria, es que este tipo de agresiones difícilmente se denuncian porque “muchas veces las propias víctimas, al estar inmersas en ese tipo de dinámica, llegan a considerarla normal”, aunque hay otras, dice, a las que las frena el miedo al agresor, con el temor de que éste pueda tomar venganza en su contra.
O bien, el temor al rechazo social, pues el divorcio o la separación son consideradas como un fracaso y también como una discriminación social.
De acuerdo a un informe obtenido del Inmuza, la violencia se genera tanto en el ámbito público como privado, que por regla general trae consigo un daño emocional que mezclado con creencias sociales de resignación, dan como resultado confusión mental y emocional de lo que ocurre en la vida cotidiana.
Estadísticas del dolor
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, el estado de Zacatecas es una de las zonas donde mayor se registra la cultura del “machismo” y la intolerancia en contra de la mujer y sus hijos. El estudio demuestra con análisis estadísticos la frecuencia y magnitud de la violencia en los hogares, así como las características de la dinámica de las relaciones de pareja.
El levantamiento estadistico que se realizó en 57 mil vihogares, fue aplicada a nivel en 11 estados: Baja California, Coahuila, Chiapas, Chihuahua, Hidalgo, Michoacán, Nuevo León, Quintana Roo, Sonora, Yucatán y Zacatecas, en este último, con una muestra de cuatro mil familias.
Con base en los resultados se determinó que la violencia se puede manifestar en diversas formas, la más común es el conjunto de agresiones psicológicas y físicas que ocasionan algún daño a los integrantes con menor poder o autoridad en el hogar. También está la violencia emocional, la que se refiere a aquellas formas de agresión que no inciden directamente en el cuerpo de la víctima pero sí en su psique o en su estado racional.
También se considera violencia todo acto de agresión intencional en el que se utiliza alguna parte del cuerpo, algún objeto, arma o sustancia, para causar daño a la integridad física, lo que se traduce en una lesión -permanente o temporal- causada por el agresor sobre el cuerpo físico. La violencia sexual se entiende como toda forma de conducta consistente en actos u omisiones ocasionales o reiteradas y cuyas formas de expresión incluye inducir a la realización de las prácticas sexuales no deseadas o que generen dolor, practicar la celotipia para el control, manipulación o dominio de la mujer y que generen un daño.
Los resultados de la Encuesta ubicaron a Zacatecas como el segundo estado en el país con mayores casos de mujeres víctimas de la violencia intrafamiliar. La estadísticas la encabeza Sonora, donde el 49.8 por ciento de las entrevistadas aseguran haber sido golpeadas o vejadas por quienes dicen ser sus seres queridos. Les siguen Zacatecas (47.6 por ciento), Baja California (47.3 por ciento), Chihuahua (46.3 por ciento), Michoacán (45.6 por ciento), Quintana Roo (43.0 por ciento) y Coahuila (42.6 por ciento), entre otras.
Miedo a denunciar
Las cifras indican que la mayoría de las mujeres y niños que son víctimas de agresiones prefieren no enfrentar una demanda legal en contra de sus agresores.
Brenda Gamón Ortiz, asesora del departamento jurídico del Inmuza, esplica los servicios que ofrece la institución: “aquí las escuchamos, las asesoramos y orientamos para, posteriormente, determinar si requieren únicamente atención psicológica o si el caso amerita la intervención de una abogada”.
En la entidad el Código Penal vigente en su Artículo 254, establece que los agresores de niños y mujeres, en caso de resultar culpables podrían recibir de seis meses a seis años de prisión y una multa de cinco a 50 salarios mínimos. Sin embargo, la abogada comenta que la violencia familiar sólo se castiga cuando existe una denuncia, pero se sigue de oficio como delito cuando la víctima es un menor de edad o una persona con discapacidad.
En el caso de las violencia familiar en Zacatecas, según datos del Instituto, los juicios promovidos son en su mayoría para solicitar pensión alimenticia, (siete de cada diez juicios), esto debido a la separación del matrimonio o el abandono de la mujer por parte del hombre. Del total de los casos, el 20 por ciento termina en divorcio necesario, y el uno por ciento en divorcio voluntario.
Para la especialista, al tratarse de víctimas de violencia física grave, se proporciona asesoría legal ante el Ministerio Público mediante la cual se entabla una demanda contra el agresor, la cual procede siempre y cuando las lesiones presentadas por la víctima no rebasen los 15 días de haber sido provocadas. A falta de esta evidencia, la víctima puede presentar testigos para iniciar un proceso en contra del agresor.
En la entidad, conformada por 58 municipios, donde los niveles de violencia aumentan en las zonas rurales, los alcaldes han ignorado los programas de atención al no crear sus centros o institutos para la mujer. En esta situación se encuentran los ayuntamientos de Atolinga, Florencia de Benito Juárez, Cd. Cuauhtémoc, El Salvador, Genaro Codina, Jiménez del Teúl, Luis Moya, Mazapil, Melchor Ocampo, Mezquital del Oro, Miguel Auza, Monte Escobedo, Morelos, Moyahua, Pánuco, Joaquín Amaro, Río Grande, Santa María de la Paz, Susticacán, Tepechitlán, Tepetongo, Teúl de González Ortega, Tlaltenango y Trinidad García de la Cadena.
Procedimiento de atención a víctimas de violencia intrafamiliar:
1. La víctima debe denunciar máximo quince días después de ser objeto de la agresión.
2. Debe buscar ayudar jurídica para establecer una demanda ante el Ministerio Público.
3. La demanda procede siempre y cuando las lesiones no excedan los 15 días.
4. Al momento de levantar la demanda es necesario acompañarse de testigos de la agresión, quienes en caso de que las lesiones ya no sean evidentes, se convierten en el sostén de la demanda.
5. Sin lesiones ni testigos la demanda no llega a juicio.
Fuente: Área Jurídica del Inmuza
Número de casos atendidos en el estado por el Instituto de la Mujer Zacatecana (Imuza), durante el periodo 20005-2006.
AÑO PROMEDIO VIOLENCIA VIOLENCIA VIOLENCIA DE ATENCIÓN DIARIA PSICOLÓGICA FÍSICA ECONÓMICA
2005 16 88 % 12 % 10 %
2006 17 76 % 14 % 10 %
Fuente: Inmuza
Ayuda que otorga el Inmuza a victimas de violencia psicológica, física o sexual:
Orientación legal
Terapia psicológica una vez concluido el proceso jurídico
Pláticas, consejos
Dar a conocer los derechos de las víctimas
Fuente: Inmuza