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jueves, 18 de enero de 2007

TIEMPO DE ALACRANES

Calderón: Soldadito de chocolate


Hugo Sánchez Gudiño, Reportero

Brujos Chivas y matraqueros de Felipe
Año del cerdo: Zedillo da su apoyo a Calderón
Combate al narco: Populista y electorero

“Estamos decididos a recuperar la seguridad, no sólo en Michoacán o Baja California, sino de toda la región de México que esté amenazada por el crimen organizado”.

(Felipe Calderón en el Campo Militar de Apatzingán, Michoacán. 3-enero-2007.)

EL CIRCO MEDIÁTICO Y FUTBOLERO DEL PRESIDENTE

En la agonía del Año del perro (enero 2007) y próximos a recibir el 17 de febrero el Año del cerdo de fuego, y con él la nueva energía, el brujo mayor (Antonio Vázquez de Alba) se desató y basado en el oráculo maya aseguró que la guerra política se congelará en 2007, que no habrá problemas porque Calderón tendrá éxito absoluto con su Gobierno, y que El Peje no será su piedrita en el camino, sino los partidos políticos.

La carta que sacó para Felipe Calderón le augura un buen año, mientras que la carta del dios oscuro para López Obrador, pronostica que el presidente legítimo no tendrá luz, “estará apagado, y lo irán dejando solo”.

Incluso anticipó que seguirán saliéndose perredistas de su partido, sobre todo aquellos que apoyaron al Peje y que no alcanzaron hueso o cargo en el Gobierno capitalino de Marcelo Ebrard. De este último señaló que enfrentará durante 2007 enormes problemas económicos y sindicales, incluso que entre mayo y junio será sometido a un intenso desgaste político.

Sin duda en el Año del cerdo (de fuego), la energía ha comenzado a fluir a través del circo mediático, y de ahí que de nueva cuenta Felipe Calderón le esté comenzando a piratear tesis publicitarias al Ranchero enamorado (hoy, hoy, hoy enclaustrado y con bozal en su feudo vaquero con Martita), seguramente aconsejado por Max Cortazar y Mouriño: Sobresaturar todos los días, a todas horas, todos los medios, con spots del Presidente, a ver si de esta forma agarra estatura y forma.

2007 –el Año del cerdo– inició en la TV con la consabida
videocracia calderonista teatralizada en cuatro pistas:


I) Felipe se vistió de Chiva recibiendo en la residencia oficial de Los Pinos al Guadalajara de Jorge Vergara, actual campeón del futbol mexicano. Al más puro estilo matraquero, Calderón puso como ejemplo de “coraje, carácter, lucha y espíritu ganador” a los jugadores del chiverio (ojo, no son ejemplo de estudio ni de cultura), muchos de los cuales, como el portero Oswaldo Sánchez, figuraron como sus activistas de lujo promoviendo el voto a su favor en las pasadas elecciones entre la fanaticada.

Siguiendo los cánones pamboleros del marketing, Felipe se despojó y olvidó su afición por el Morelia para ponerse la playera rojiblanca del Rebaño sagrado (diría El Perro Bermúdez) con un profundo aroma a Televisa, entregando el gafete de capitán a Ramoncito. Todo esto ocurría, en tanto su pequeño hijo Felipillo se daba vuelo pidiendo autógrafos a los Bofos y Chepos.



ENTRE ZEDILLO Y EL SEGURITO POPULAR: O DE CÓMO
MORIR EN LOS HOSPITALES Y CLÍNICAS PUBLICAS


II) El encuentro en la residencia oficial de Los Pinos de Felipe Calderón con Ernesto Zedillo, ahora flamante miembro del consejo ejecutivo de algunas empresas estadounidenses, entre las que destacan Procter & Gamble, Alcoa y Union Pacific (dueña de los ferrocarriles mexicanos privatizados durante su gestión como primer mandatario). Actualmente se desempeña como director del Centro para el Estudio de la Globalización de la Universidad de Yale, y participa en algunos programas de Naciones Unidas relacionados con el financiamiento a los países en vías de desarrollo.

Responsable directo del error de diciembre de 1994 y actor clave del Fobaproa, Zedillín se tomó la foto con Felipe, quizás para hacer patente el mensaje de los tecnócratas priístas (zedillistas todos) incrustados en el gabinetazo calderonista: La complicidad y el contubernio político del PRIAN.

III) La puesta en marcha del Segurito Popular para bebés, que es una auténtica vacilada. Situación que puede comprobarse fácilmente: Únicamente basta enfermarse o acudir sólo por morbo a cualquier clínica u hospital del ISSSTE y Seguro Social para ser víctima del Frankenstein en que se han convertido los servicios de salud pública en México: Muchas horas de espera, hacinamiento extremo, pésimo trato a los enfermos (especialmente bebés, niños y personas de la tercera edad), mediocres diagnósticos, carencia de medicinas y de instrumental de trabajo de los médicos, una infraestructura que se desmorona y miles de seres humanos revolcándose en su propio dolor sin que nadie pueda curarlos.

¿De qué sirve un Segurito Popular, si por la tarde o cuando se pueda, habrá que llevar al bebé con el médico privado (pagar $$$$ obviamente) para que lo atienda como se debe? ¿Por qué esta simulación presidencial, cuando él, Felipe Calderón con toda certeza y su familia, jamás han puesto un pie en una clínica pública? ¿Cree Calderón que con un Segurito Popular para bebés (por cierto ya existente, como fue publicado y documentado en QUEHACER POLÍTICO 37), se evitará que miles de personas mueran por haber recibido una pésima atención médica o por falta de medicamentos? José Ángel Córdoba Villalobos, el ultraderechista secretario de Salud no lo cree así y con bombo y platillos anunc! ia el programa, que metafóricamente es equivalente a una aspirina para curar un cáncer.


EL SOLDADITO QUE HACE REÍR A LOS NARCOS


IV) Semidisfrazado de militar (chamarra y gorra, por cierto demasiado elegantes para un soldado), el presidente Calderón Hinojosa posó para los fotógrafos escoltado por Lazarito Cárdenas Batel (siempre dispuesto a servir de alfombra de Felipe) y Ramírez Acuña, repitiendo lo dicho hasta el cansancio al inicio de cada sexenio en los últimos 25 años: Habrá mano dura y firmeza contra el narco.

Aunque los expertos en Seguridad Nacional consideren que se trata de una acción espectacular, mediática, costosa y de poca efectividad. Por su parte bufones y cortesanos aplauden los operativos en Oaxaca (donde un kaibil figura como jefe de la Policía del siete vidas Ulises Ruiz), Michoacán, Tijuana y Baja California, queriéndonos convencer de que México es otro desde su llegada a Los Pinos.

El combate al crimen organizado y al narco, convertido en eje de Gobierno de Felipe desde el 1 de diciembre (ha dedicado mayor atención y recursos públicos que a ningún otro programa) ha tomado tintes francamente populistas y electoreros (tan es así, que las ejecuciones siguen. Las dos narcofosas de Michoacán, incluso han jalado la atención de la DEA en busca de algunos de sus agentes desaparecidos).

Baste recordar que no ha habido un solo arresto de funcionario público alguno ya sea municipal o estatal, tampoco de operadores financieros o capos conocidos del narco, y no se ejecutó una sola de las órdenes de aprehensión pendientes como se dijo el 11 de diciembre.

De esta manera, mientras Felipe El Mediático sigue utilizando la misma fórmula foxista de repetir hasta el cansancio una mentira para convencernos de que calderolandia es casi el paraíso, sus esbirros a travës de RTC-Gobernación censuran y bloquean los spots radio-televisivos de Andrés Manuel López Obrador donde asume la Presidencia legítima, mostrando la garra intolerante y rabiosa de la ultraderecha panista en el poder.

Así, Calderón Hinojosa en su papel de soldadito de chocolate dándole a la milicia un protagonismo mayúsculo, juega con fuego sentado en un barril de pólvora social, que le puede estallar (aun con sus mentiras), por su irresponsable triunfalismo en materia de narcotráfico, que paradójicamente avanza triunfante más fuerte que nunca, por encima de las campañas propagandísticas elaboradas en la Presidencia.

Y alrededor de este escenario miliciano, su aliado principal, el PRI, se prepara para el registro de sus aspirantes a dirigirlo (17 enero), en una disputa política (los candidatos son: Alejandro Gárate, Beatriz Paredes, Enrique Jackson, Javier Oliva y Sergio Martínez Chavarría) que anticipa su total resquebrajamiento y pulverización.