EL PROzac ENTREGO LA ENERGIA A EXTRANJERAS
Durante el sexenio de Vicente Fox, el petróleo, la electricidad y el gas fueron cada vez menos de los mexicanos, pero con un agravante: se dejó en manos extranjeras parte del territorio nacional por donde pasan sus ductos y en donde explotan energéticos, y su participación aumentó a través del capital financiero
Fernando Ortega Pizarro
Sarahí Ángeles Cornejo, especialista del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, asegura que el objetivo fundamental de la administración de Vicente Fox fue la consolidación de la reforma neoliberal, llamada estructural, del sector energético y cada uno de sus subsectores.
“Lo que vemos es una aceleración de todos esos procesos que ya se venían dando en cada una de esas industrias, permitiendo la entrada creciente del capital privado y de empresas transnacionales.
“Es decir, el presidente de la República continuó debilitando a las empresas estatales para que sean entregadas al capital trasnacional”, sostiene Ángeles Cornejo, quien cursó maestría y doctorado en Estudios Latinoamericanos en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, y es profesora en dicha institución.
La académica asegura que los presidentes mexicanos, de Miguel de la Madrid a Vicente Fox, y ahora el presidente Felipe Calderón Hinojosa, han mentido al decir que no van a privatizar Petróleos Mexicanos (Pemex) ni la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ni Luz y Fuerza.
“Pero lo han venido haciendo al amparo de esos programas del Banco Mundial que proponen ir privatizando todas las actividades que realizan las empresas estatales en cada una de las industrias petrolera, eléctrica y gas natural”.
Con un postgrado en Economía Energética en el Instituto de Economía Energética en Bariloche, Argentina, Ángeles Cornejo dice que en todo este proceso de privatización el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos fue clave, porque Pemex dividió sus funciones en empresas subsidiarias, con la idea de que en cada una entren inversionistas privados.
Los Estados Unidos se vieron muy “hábiles” con el tratado, porque estableció que sus socios comerciales hagan licitaciones internacionales cuando sean de miles de millones de dólares. “Las que ganan siempre son las empresas trasnacionales, porque en México no hay compañías que sepan desarrollar las actividades petroleras, hasta muy recientemente el Grupo Carso de Carlos Slim, que formó empresas para la construcción de plataformas petroleras”.
Lo mismo sucede con la industria eléctrica y del gas: todas las licitaciones las ganan empresas trasnacionales.
En la industria del gas natural, los inversionistas privados se hacen cargo del transporte, la distribución, el almacenamiento y la comercialización del energético. “Todas estas licitaciones son ganadas para el transporte y la conducción por todo el territorio mexicano”.
Además, Vicente Fox firmó en 2005 la Alianza para la Seguridad de América del Norte, al igual que Canadá, en donde la soberanía del territorio mexicano quedó sujeta a normas y políticas de seguridad antiterroristas de Estados Unidos.
Muchos analistas en el mundo consideraron que lo que hicieron los presidentes de México y Canadá fue acordar la creación de la gran patria estadounidense, señala.
“Este documento tiene un enorme significado porque va a marcar el rumbo de este país al crear una dependencia diferente a la que ya vivíamos en materia comercial, financiera y tecnológica. Se trata de una dependencia muy diferente, profunda, incluso a nivel del control territorial para actividades como las maquiladoras, los ferrocarriles y el sector energético”.
Ángeles Cornejo asegura que la política energética de Fox tuvo tres ejes principales:
Creciente privatización en cada subsector de la industria petrolera, con un aumento de la presencia del capital financiero; desintegración de las principales funciones de cada sector para permitir la inversión trasnacional, y la integración subordinada al TLC con Estados Unidos, que en este sexenio avanzó con el Plan Puebla-Panamá y su alineación con la estrategia mundial de la primera potencia, a través del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas).
Con el presidente Fox, los principales generadores de electricidad son los productores independientes, a los que la CFE garantiza por 20 años el suministro de gas natural para sus plantas de ciclo combinado. Pero eso ha provocado que los precios del gas natural se vayan para arriba, lo que significa grandes ganancias para las empresas, a costa de los consumidores domésticos básicamente.
Además, el gobierno tiene que absorber los costos de embarque por la importación del gas natural. “En todo el periodo de Fox, productores privados o productores externos de energía se hicieron cargo de la expansión de la capacidad de la generación en el país”.
Vicente Fox realizó muchos intentos para abrir el sector eléctrico a los inversionistas privados. Por ejemplo, quiso autorizar la producción ilimitada de electricidad a empresas transnacionales, que entran con el TLC, para que la CFE se las compre, pero su decreto fue rechazado.
Otro intento fue el de la cogeneración de Pemex con empresas privadas que los sectores nacionalistas impidieron en el Congreso.
Fox propuso entonces la creación de un Estado mayorista, a través del cual los consumidores se partían a la mitad: los grandes consumidores que serían atendidos por los productores privados, y los pequeños consumidores, casi 19 millones, serían abastecidos por la CFE y Luz y Fuerza.
Es decir, explica, “todos los costos son para las empresas estatales y los grandes beneficios para la iniciativa privada, en donde juega un papel fundamental el capital financiero”. Esta propuesta ya no se concretó en su sexenio, pero se espera su aprobación en el gobierno de Felipe Calderón.
Cuando la fracción nacionalista del PRI se hizo a un lado, asegura, casi todas las iniciativas privatizadoras empezaron a ser aprobadas. “El accidente de Pasta de Conchos, por ejemplo, se aprovechó para impulsar una iniciativa que permite explotar el gas grisú o gas metano en las minas de empresarios que curiosamente ganaron Altos Hornos de México y 150 empresas aliadas con Carlos Salinas de Gortari”.
Asimismo, la Comisión Federal de Electricidad fue impedida por este gobierno para participar en la generación de energías renovables, reservándosela a los inversionistas privados, los cuales tienen subsidios del Banco Mundial y de Naciones Unidas.
Por otra parte, el Estado financia una cantidad pequeña en petróleo. “Pemex Exploración y Producción sólo aporta el 4 por ciento de la inversión pública presupuestal y los inversionistas privados, a través de Pidiregas, más del 90 por ciento. O sea, todo el grueso de la inversión fundamental está en manos de ese capital financiero”.
La demanda de gas natural que más ha crecido es la de los productores privados de energía eléctrica. Pero la exploración y extracción de gas natural se privatizó, a través de los Contratos de Servicios Múltiples.
“Los distintos bloques en que se dividió la famosa Cuenca de Burgos fueron licitados a través de estos contratos que obtuvieron básicamente empresas extranjeras, como Repsol que tienen tres negocios que controlan la distribución del gas natural”.
Señala una ironía: “Endesa es una compañía española que quiere ser comprada por Alemania. Pero el presidente José Luis Rodríguez Zapatero dice que no es posible venderla a una empresa extranjera, porque están de por medio las inversiones de su país en América Latina y porque son posiciones del gobierno español.
“En cambio, México pierde soberanía territorial con los Contratos de Servicios Múltiples porque en la zona de la Cuenca de Burgos no puede entrar nadie porque está contratada a 20 años por las empresas que trabajan ahí y a las que les dieron una serie de ventajas, porque esa zona ya estaba explorada por Pemex y ya sacan miles de millones de pies cúbicos de gas”.
Pero a pesar de que Pemex ha incrementado su producción de gas, reduciendo sus reservas, no se beneficia de los precios. En otras partes del mundo, asegura, la industria petroquímica compra el gas a 50 centavos de dólar y aquí ha llegado a 13 dólares el millón de BTU de gas, por los precios de transferencia que toman como referencia el que rige a nivel internacional. “¿Qué empresa va a ser competitiva con esos precios?”
La investigadora asegura que el mercado del gas natural en el mundo, sobre todo en América del Norte, es oligopólico y se basa en altos precios.
Y mientras en el mundo las empresas petroleras se fusionan, en México se divide a Pemex y a la CFE para debilitarlas cada vez más. “Las compañías extranjeras tienen ganancias enormes. Venden gas licuado a México y lo traen de otros países en buques tanque, a más de 200 grados bajo cero. Aquí se regasifica y se distribuye a las plantas eléctricas del norte del país que abastecen a Estados Unidos”.
Las plantas de regasificación están cubriendo el territorio nacional y hay nuevos proyectos para poner nuevas plantas. Pero el problema es que el precio del gas se ha disparado en el país, a tal grado que mucha gente ya no consume el energético y volvió a la leña.
Sarahí Ángeles Cornejo afirma que el sector petrolero está súper endeudado y la única veta de donde podrían salir los recursos está en los yacimientos que no se han descubierto. Asegura que hay indicios de que debajo de Cantarell, que ya empezó a declinar, existe otro manto de crudo que podría incrementar las reservas.
Ése es el problema que tendrá que resolver el próximo gobierno de Felipe Calderón.
La investigadora propone seguir defendiendo a como de lugar el patrimonio de los mexicanos. “La gente que ha quedado excluida está generado, de alguna manera, todo ese proceso de oposición a la privatización del sector energético que hoy vivimos”.