MARTA DE LA CAMA .... AL PODER

por Luis Esquivel

Hoy por hoy, la ambición de Marta Sahagún por llegar al poder formal se ha acrecentado. Pero esto no es algo nuevo; hagamos un poco de memoria.

Marta llegó a la vida de Fox en un momento en que él era gobernador del estado de Guanajuato, y cuando recientemente se había divorciado; el momento fue el preciso. Ella era una panista fracasada, que no pudo estar al frente de Celaya. En fin, la telaraña la comenzaba a tejer. Ella (¿sin ningún tipo de interés de por medio?) impulsó a Vicente Fox para llegar a la silla presidencial. Siendo la directora de Comunicación Social del Gobierno de Guanajuato, utilizó dinero del presupuesto público para lograr convenios con diferentes medios de comunicación.

Como quien maneja a un títere, Marta decidía con qué medio de comunicación podía hablar Vicente. Ella decidía, al mero estilo democrático panista, cuáles eran las declaraciones que convenía que la prensa publicara.

El poder de Marta sobre Fox no radicaba en sus ¿grandes? estrategias políticas, sino provenía de su gran habilidad en satisfacer una de tantas necesidades fisiológicas. Sus grandes dotes de mujer sexy fueron parte fundamental para que Fox sucumbiera ante los deseos, no sólo físicos, sino políticos de su entonces compañera de ¿cama? Bien lo dijo José Luis González, ex integrante del gabinete del entonces gobernador Fox en Guanajuato: "Es claro, Vicente, que yo no puedo competir con ocho horas de sábanas".

Marta Sahagún es un ser repugnante, que con el afán de llegar al poder, es capaz de vender su alma al mismo diablo.

¿Recuerdan el toallagate? En ese entonces quien tuvo que renunciar fue el administrador de los recursos financieros, Carlos Rojas, ¿pero quién creen que dio la orden para comprar las toallas? Ha adivinado: la mismísima Martita; esa señora, la que se preocupa tanto por los niños y mujeres de México que se encuentran desamparados. Me pregunto, ¿cuántas despensas podría comprarle a la gente necesitada con el vestido que tiene puesto en este mismo momento? No sé amigo lector, pero algo me dice que los fantasmas de la impunidad no se han ido de los Pinos. ¿Qué me dice de los hijos de esta señora (que de primera dama tiene lo que yo tengo de sangre azul)? Las acusaciones en el libro de Olga Wornat son muy serias. Ya me imagino a los mocosos con su bola de amigos "disfrutando" de las diferentes casas de campo, derrochando el dinero de ¿mami? (¿léase del erario público?) por aquí y por allá.

Es definitivo, el actuar diario del Presidente va en función de lo que la Sra. Sahagún quiera o no quiera hacer. Ella no descansará hasta obtener lo que busca: es obsesiva y es una persona que más que hacerle bien al país le está haciendo muchísimo daño.

Le hace daño desde el momento en que Vicente Fox toma tiempo de su mandato para defender a su esposa, en lugar de lograr diferentes acuerdos y hacer que este país opere de manera más eficiente; en lugar de que la comida y la educación lleguen a los que más la necesitan.

Le hace daño al país desde que tiene acuerdos con otra persona detestable: Elba Esther Gordillo. Ya lo dice un refrán, "Dios los hace y ellos se juntan".

Afecta a nuestro México cuando rinde cuentas dudosas de una fundación que utiliza como plataforma política.

Nos confunde, cuando en aras de obtener un espacio más importante en la vida política de nuestro país, acepta el tema del aborto y el divorcio perteneciendo ella a un partido de derecha. Sus incongruencias son hirientes.

Una persona así no puede ni debe de llegar a la Presidencia de la República. Una persona así (manipuladora, chantajista y oportunista) lo único que merece es estar en el lugar más recóndito donde haga el menor daño. Me preocupa que esta mujer quiera estar cerca de la "silla grande". Ya hemos visto de lo que es capaz.

Le exijo a Vicente Fox que se deje de estupideces y deje de defender a su Martita; que se ocupe de lo que realmente es importante y no de lo que han escrito de esta señora; ya lo he dicho anteriormente, se comporta como un chiquillo defendiendo a su novia. Que se dedique a lo suyo; las acciones hablan más que mil palabras; no hay que andar justificando en anuncios televisivos sus viajes al extranjero.


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