La Suprema Corte: materia de elecciones
Don Genaro David Góngora Pimentel, magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación declara que la SCJN está “facultada para intervenir de oficio en materia electoral cuando hay una evidente violación del voto ciudadano”. En el recuento del 9.07 por ciento de los paquetes electorales la evidencia que se señala en actas es la violación de los paquetes electorales, al menos en el 70 por ciento, que dentro de una lógica, es materia suficiente para la anulación de dichos paquetes electorales. La diferencia de 1.7 a favor de López Obrador, en el universo de la elección, es suficiente también para hacer un recuento general. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tiene una fuerte carga de trabajo para analizar las más de 11 mil actas del recuento, expedir un dictamen y pasar a la segunda parte del proceso donde se investigarán las impugnaciones presentadas por la Coalición y por el PAN. Los posibles escenarios son demasiados como para exteriorizar una opinión. La Fiscalía Especial para Delitos Electorales (Fepade), acaba de recibir la denuncia de la Coalición, de fraude cibernético, expuesto magistralmente por los físicos y matemáticos, especialistas en informática y biólogos: Wolf Luis Mochán Backal, Martin Hardí, Gerardo Horvilleur, Luis Horacio González, Emiliano Calderón, Francisco Portillo, Romero Rochín, Walter R. Mebane Jr., entre otros, estudios que nos permiten deducir que el Instituto Federal Electoral se encuentra bajo sospecha muy a pesar de las argucias declarativas de José Woldenberg, donde al final del proceso, la plantilla de consejeros podría terminar en la cárcel. La crisis electoral se tambalea ante un denominador común: la corrupción: el presidencialismo, el desvío de fondos federales, chantaje de la Secretaría de Desarrollo a los más de 41 millones de beneficiarios, fraude cibernético, fraude del IFE, guerra sucia de los empresarios y medios electrónicos de comunicación masiva. Gandhi hubiera terminado por suicidarse lo mismo que Francisco I. Madero con tantos y pesados poderes terrenales en contra, menos Andrés Manuel, dispuesto a iniciar una cruzada por la transformación de las instituciones y hasta las últimas consecuencias, porque no es posible continuar habitando bajo un sistema donde la población está secuestrada por la oligarquía, las elites del poder y un sistema fuertemente arraigado de componendas y corrupción. Del año 1900 al presente año de 2006, los índices de pobreza siguen siendo los mismos, lo que significa que durante más de cien años hemos estado gobernados por presidentes y gabinetes que no han podido cumplir cabalmente con su función de transformar al país y menos aún de hacer más equitativa la distribución de la riqueza. Actualmente tenemos finanzas sanas por los excedentes petroleros, las remesas de dinero que llegan de los trabajadores indocumentados en Estados Unidos, y el dinero que se distribuye derivado del tráfico de enervantes, sin embargo y a pesar del crecimiento macroeconómico, seguimos expulsando mexicanos, cientos de miles de ciudadanos que tienen que buscar trabajo en Estados Unidos y que en términos de disolución familiar, es una tragedia, un drama que una parte se encuentre en Estados Unidos y la otra arrinconada en su propio país, porque sus gobernantes no son capaces de asegurar un empleo con salario de calidad que les merezca trazar un proyecto de vida estable, con seguridad social y sin altibajos socioeconómicos. El significado del fraude electoral es este, que los panistas y los priístas persisten en continuar con el mismo sistema de explotación, y por la otra parte, una Coalición que se opone y que visualiza una lucha frontal para combatir la pobreza a partir de una transformación profunda de las instituciones.
LA JORNADA DE MORELOS
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