Noticias espaciales…

Marcela Gómez Zalce

En las bagatelas, mi estimado, es cuando el político pone de manifiesto su carácter. Encantador cierre de semana que culmina con la fantástica noticia de que ¡por fin! lo que medio México estaba esperando con ansiedad, ilusión y, of course, emociónnnn… la Comisión de Ciencia y Tecnología de San Lázaro aprobó la minuta enviada por el Senado para crear la AEXA, la cual será un organismo público descentralizado con autonomía técnica y de gestión. De esa forma, el país podrá integrarse a la comunidad espacial internacional y fomentará la actividad científica en México, además que ¡¡¡detonará el crecimiento económico!!! (aplausos) y podrá estar al nivel de otras agencias espaciales en Latinoamérica. Uno de los objetivos de la AEXA será el de promover el efectivo desarrollo de actividades espaciales para ampliar las capacidades del país en las ramas, educativa, industrial, científica y tecnológica. Una vez que se apruebe la creación de este organismo, la propia AEXA deberá proponer la política espacial mexicana…

Espléndido.

Y ahora, my friend, corra por su drink porque después de este anuncio sideral la aterrizada, literalmente, está siendo de emergencia. So buckle up.

Con la novedad de que el cadáver (¡¿oootro?!) de Bucareli, Fernando Gómez Mont, le exigió a los representantes del organizado crimen que no se amparen en agresiones contra inocentes y, cual arrojado machín mecha corta, les espetó que si van a dar la batalla, que lo hagan de frente (al parecer no le entendió al ángulo de la foto de Ismael Zambada en Proceso), porque en el gobierno federal no estamos embozados (nomás medio turulatos ante la “ridícula minoría, yes?), reconociendo que en esta lucha sin cuartel, no se puede escoger el campo de batalla.

Correcto.

Aunque esa última frasecita que se la aclare a los niños asesinados en un retén, a los dos estudiantes ultimados del TEC, a la señora alcanzada en el fuego cruzado, a los muchachos de Ciudad Juárez y a todo aquel inocente etiquetado como daño colateral en esta descontrolada guerra que por mucho ha rebasado las capacidades de este (des)gobierno. El botón es de tal peligrosidad que el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández, tuvo que forzar la conferencia de prensa donde aparece uno de los principales responsables de este descomunal desmadre, Genaro García Luna, para sacar el compromiso de la ayuda federal a Tamaulipas que es un foco rojo, no sólo en el tablero de reclusorios, sino en el estado donde la “ridícula minoría” ha puesto en ridículo a la minoría en el poder (del no poder) que entre tumbo, yerro y traspié lleva y Vive México al caos.

Y documentando que todo está totalmente suelto, ayer en el Congreso los diputados de la PANdilla no defendieron con el pétalo de una arenga al Ejército cuando Jaime Cárdenas del PT reclamaba de la encerrona de los integrantes de la Comisión de Defensa con el alto mando tachándolos de lacayos subordinados, originando que el calor del jaloneo legislativo obligara a los azules a solicitarle a los priistas que, porfa, se subieran a la tribuna para hacerles el coro, mientras Josefina Vázquez Mota mostraba que no coordina ni una kermés.

El ríspido choque confirma la falta de operación política que desencadenó la comparecencia del titular de Sedena ante el Pleno para responderle lo que ya es un escándalo en el asunto de atropellos, abusos y violaciones por la presencia verde olivo en las calles. Lo inédito, amable lector, es la ausencia de la PANdilla, de sus operadores y de una línea clara, precisa y puntual, pero eso sí, Gómez Mont desafía bravucón a la “ridícula minoría”.

Y para aderezar el desconcierto que reina en la arena política del (des)gobierno, el simpático Cordero de Hacienda, quien comparece el próximo miércoles, está agobiado y sus huestes preocupadas por tanto cable de tensión suelto en los charcos del Congreso.

Mal y de malas. El país a la deriva. Las alzas sin control. La violencia desatada y en el poder legislativo (con minúsculas) los partidos políticos, my friend, agarrados del chongo…

Y… y… ¡¿Felipe Calderón, apá?!