La revolución en 2010 será pacífica y desde abajo
En el frontispicio de la Rectoría de la UNAM en Ciudad Universitaria existe un mural emblemático en el que se leen las fechas de 1810, 1910 y después una fecha incierta. Los ciclos históricos en México, a juzgar de muchos analistas, establecen un término de una centuria para producir movimientos sociales de enorme trascendencia, pero también de lucha fratricida y de sangre que son las revoluciones.
El grave deterioro de las condiciones sociales del país, que implican la más dramática situación para las grandes mayorías, nos permitiría suponer que estamos cerca de una nueva revolución; el propio Oswald Spengler, en su Teoría de la historia, habla de los círculos recurrentes.
Sin embargo, tenemos que precisar que las grandes conmociones sociales que se han dado a lo largo de la historia de la humanidad se han realizado en función a condiciones internas y externas; así se desarrollaron la gran Revolución Francesa, la Revolución Soviética, la Revolución Mexicana, la Revolución China y desde luego la Revolución Cubana. Los procesos de cambio se definieron a través de la violencia y fue con las armas en la mano como los pueblos lograron su emancipación social, aunque no siempre con el éxito y la realización de sus aspiraciones que pretendieron sus protagonistas.
En la actualidad, el desarrollo de las fuerzas productivas, el crecimiento exponencial de la industria bélica y la globalización de la economía nos presentan un escenario totalmente distinto al que se vio en el pasado.
El rompimiento de la relación bipolar en el mundo y el establecimiento hegemónico de un nuevo sistema producen condiciones externas en las que un gobierno trasnacional, virtual, impediría por la fuerza, si fuese necesario, la realización de nuevas revoluciones; pues no sólo es la necesidad social y la pobreza el elemento detonante: se requiere la politización, la ideologización, que hoy por hoy, está cancelada por la fuerte influencia de los medios de comunicación que ponen una venda en los ojos de los pueblos, justificando, una y otra vez, el actual sistema neoliberal.
No obstante lo anterior, los llamados globalifóbicos del planeta han demostrado que la inquietud social es creciente y el hartazgo de las condiciones injustas que vivimos es manifiesto; a pesar de ello, actualmente sería difícil concebir un proceso armando de revolución, más aún, en un país que, como el nuestro, se encuentra íntimamente vinculado, comercial, política y económicamente, al imperio norteamericano.
Por eso, es difícil suponer que estamos en el umbral de una nueva revolución, al menos como se concebía anteriormente; esto no quiere decir que los grupos sociales no sean protagonistas de un cambio profundo, al que hoy tendrá un rostro distinto. Ya no se trata de la romántica guerrilla al estilo guevarista, que fracasó en México con los intentos del movimiento del subcomandante Marcos, que sólo sirvieron para ridiculizar lo que podría ser una auténtica revolución.
En el tiempo contemporáneo, las herramientas de la lucha social no pueden ya estar en la guerrilla, pues si esto fuera así bastarían los ejércitos de los narcotraficantes y del hampa organizada para demostrar lo contrario; no es con la violencia como pueden y deben modificarse las estructuras sociales, sino con la política y la expresión popular, que se puede dar en las luchas sindicales y en la resistencia pacífica, como sucedió en la India con el movimiento independentista de Gandhi.
Por ello, no creo que se vislumbre una nueva revolución, pero sí cambios fundamentales que deberán realizarse globalmente desde la lucha social de los millones y millones de seres humanos que viven en la desesperación económica.
Considero que no habrá revolución armada en el 2010, pero sí movimientos cívicos, sociales y políticos que cambien desde abajo las injustas estructuras que hoy padecemos.
La Revolución Mexicana estableció formas jurídicas que aún son válidas, a pesar de las graves contrarreformas que se han dado, los paradigmas constitucionales de libertad, justicia y democracia constituyen bastiones del pueblo de México para defender un nuevo modelo económico y para darle a la nación salidas pacíficas que configuren un sistema de justicia social y de redistribución de la riqueza.
La revolución armada no se dará, pero el cambio social es inevitable, no se le puede dar marcha atrás a la historia.
ZACATECANO, POR ESE Y MUCHOS MOTIVOS MAS, APOYEMOS LA LUCHA DEL LIC. JUAN JOSE QUIRINO SALAS, LIC. TOMAS TORRES MERCADO, ING. RAYMUNDO CARDENAS Y CAMERINO MARQUEZ MADRID, NO PERMITAMOS QUE PASEN LOS PRECANDIDATILLOS GRISES QUE PROPONE AMALIA (con azulito porque son panistas, incluyendo a la sra.), LUCHEMOS POR UN ZACATECAS MEJOR, SAQUEMOS A FLOTE NUESTRO ESTADO, PERO, PIENSA, EL PAN Y EL PRI (PRIAN) NO SON LA OPCION PARA UN MEJOR ZACATECAS, SOLO BASTA RECORDAR LO QUE NOS ESPERA EN EL 2010, LA IMPOSICION DE MAS IMPUESTOS, EL INCREMENTO DE LOS QUE YA EXISTEN, EL INCREMENTO DEL DESEMPLEO, Y LAS DECENAS Y DECENAS DE AVIADORES PRIANISTAS QUE PULULAN EN LAS DIFERENTES DELEGACIONES FEDERALES QUE LO UNICO QUE HACEN ES ROBAR Y ROBAR SIN IMPORTARLES LA POBREZA QUE VIVE EL PAIS Y NUESTRO ESTADO, ASI QUE, POR ESO Y MUCHOS MOTIVOS MAS, DALE UNA PUTA PATADA AL PAN Y DE PASO OTRA AL PINCHE PRI