Doble moral de los gobiernos panistas
Crecieron nómina y contrataron gañanes
Guadalajara.- Se decía en la época de la Roma imperial que ninguna alianza perversa es duradera. Lo demuestran los hechos y la misma historia; hechos que trasladados a nuestro momento político nos permiten observar cómo pierden los panistas tradicionales (quedan pocos) y pretendidamente ganan los advenedizos con los que firmaron esa alianza perversa y que son los más.
Los que peinamos canas y nos dedicamos al periodismo —si tenemos memoria sobre los principios y las buenas intenciones de aquellos idealistas que hablaban de pulcritud en el quehacer político— hoy da pena ajena el comportamiento de sus afiliados, toda vez que rompen las reglas y los pactos de civilidad que se firman cada que hay procesos electorales, faltando a la ética y a la moral que pregonan.
Los ayuntamientos manejados por el PAN, de todos, no se hace uno. Guadalajara el primero: crecieron la nómina, contrataron gañanes a modo, y ahora, para que no se estorben entre ellos, sacan a esos sujetos a la calle con la única encomienda de hacer proselitismo, encargando el changarro a otro, por aquello de no vayan a pasar lista, y no exista quien conteste. Mientras éstos salen a las calles, patrocinan encuestas amañadas y mandan profusamente correos electrónicos llenos de sofismas y mentiras, otros se dedican a llamar a las emisoras de radio para cuestionar desde el anonimato a aquel ciudadano que aspire a una presidencia municipal o a diputación.
A eso le llaman, tal vez llevados de la mano de su gurú de las elecciones, Vicente Fox, ¿guanajuatizar?
Qué pena que un partido, otrora serio, hoy se encuentre en manos de ineptos, omisos y ladrones, a quienes les importa un serenado rábano el tan manido slogan sobre el bien común.
La doble moral con la que se exhiben raya en el cinismo y pretenden taparle el ojo al macho, después de que muchos hemos denunciado sus costos inflados en obras públicas y los subejercicios en que han incurrido, porque ya sea por indolencia o por ineptitud, no pudieron integrar los requisitos que marca la ley como son los proyectos ejecutivos de los que hablamos en varias ocasiones en esta columna.
Pero como es año electoral, a marchas forzadas arrancaron obras y reparaciones donde no hacía falta, y tanto en Zapopan como en Guadalajara si usted piensa venir ¡ni lo intente!, no pasará al centro de ninguno de los dos municipios, se arrancaron “trabajando” en todas las calles del centro de ambo, y si usted tenía que llegar a su trabajo o ir de compras, olvídelo, no hay cómo pueda hacerlo.
Los comerciantes de la zona están que trinan, la gente que vive en medio de ese caos, sufre y ni las banquetas, ni las calles están habilitadas para que usted pueda transitar. Por ello la cita del primer párrafo: “ninguna alianza perversa es duradera”, y les fallaron los cálculos y las obras no se terminarán hasta dentro de cuatro meses a unos días de las elecciones. ¿Votarán por ellos? ¡Ja!
Guadalajara.- Se decía en la época de la Roma imperial que ninguna alianza perversa es duradera. Lo demuestran los hechos y la misma historia; hechos que trasladados a nuestro momento político nos permiten observar cómo pierden los panistas tradicionales (quedan pocos) y pretendidamente ganan los advenedizos con los que firmaron esa alianza perversa y que son los más.
Los que peinamos canas y nos dedicamos al periodismo —si tenemos memoria sobre los principios y las buenas intenciones de aquellos idealistas que hablaban de pulcritud en el quehacer político— hoy da pena ajena el comportamiento de sus afiliados, toda vez que rompen las reglas y los pactos de civilidad que se firman cada que hay procesos electorales, faltando a la ética y a la moral que pregonan.
Los ayuntamientos manejados por el PAN, de todos, no se hace uno. Guadalajara el primero: crecieron la nómina, contrataron gañanes a modo, y ahora, para que no se estorben entre ellos, sacan a esos sujetos a la calle con la única encomienda de hacer proselitismo, encargando el changarro a otro, por aquello de no vayan a pasar lista, y no exista quien conteste. Mientras éstos salen a las calles, patrocinan encuestas amañadas y mandan profusamente correos electrónicos llenos de sofismas y mentiras, otros se dedican a llamar a las emisoras de radio para cuestionar desde el anonimato a aquel ciudadano que aspire a una presidencia municipal o a diputación.
A eso le llaman, tal vez llevados de la mano de su gurú de las elecciones, Vicente Fox, ¿guanajuatizar?
Qué pena que un partido, otrora serio, hoy se encuentre en manos de ineptos, omisos y ladrones, a quienes les importa un serenado rábano el tan manido slogan sobre el bien común.
La doble moral con la que se exhiben raya en el cinismo y pretenden taparle el ojo al macho, después de que muchos hemos denunciado sus costos inflados en obras públicas y los subejercicios en que han incurrido, porque ya sea por indolencia o por ineptitud, no pudieron integrar los requisitos que marca la ley como son los proyectos ejecutivos de los que hablamos en varias ocasiones en esta columna.
Pero como es año electoral, a marchas forzadas arrancaron obras y reparaciones donde no hacía falta, y tanto en Zapopan como en Guadalajara si usted piensa venir ¡ni lo intente!, no pasará al centro de ninguno de los dos municipios, se arrancaron “trabajando” en todas las calles del centro de ambo, y si usted tenía que llegar a su trabajo o ir de compras, olvídelo, no hay cómo pueda hacerlo.
Los comerciantes de la zona están que trinan, la gente que vive en medio de ese caos, sufre y ni las banquetas, ni las calles están habilitadas para que usted pueda transitar. Por ello la cita del primer párrafo: “ninguna alianza perversa es duradera”, y les fallaron los cálculos y las obras no se terminarán hasta dentro de cuatro meses a unos días de las elecciones. ¿Votarán por ellos? ¡Ja!