De augurios, lambiscones y desastre
Jorge Lara Rivera
No, ciudadano titular del Ejecutivo federal, no se trata de hacerla de agorero catastrofista, ni de predecir el diluvio o el Apocalipsis. Contrario a lo que supone, la terca realidad, tan grosera y descortés con hechos es la que tiene en vilo a la sociedad cuyo bienestar quedó bajo encargo suyo en 2006.
Por eso no hay modo de excusar que usted abrió el camino para el irrespeto de su régimen a las libertades de pensamiento, expresión y de imprenta y a la inobservancia del derecho social a la información con sus monsergas de censor trasnochado.
Y sin embargo, por muy novedosas marcas que de indignidad establezcan, de ninguna manera se justifica que lambiscones de usted como ese despistado reno (Rodolfo) Elizondo, quien quiere hacernos creer el cuento de que la culpa de los males que afectan la imagen del país -por tanta impunidad y corrupción- es imputable a la crítica, mientras financiaba la autopromoción de una subsecretaria de esa dependencia para hacerla diputada federal por Yucatán; o con la inconsistente versión propalada por otra de sus "pinches", la acaso desinformada pero nada ingenua canciller en Relaciones Exteriores, intentando infructuosamente disimular los efectos de su guerra contra el narco (emprendida de modo diligentemente oficioso pero imprevisivo para servir a sus amos estadounidenses) reduciéndolos a sólo tres entidades federativas, cuando los partes cotidianos la dejan en evidencia.
Lo cierto es que las cosas dicen que la verdad es muy otra. Al respecto no mejora en nada la percepción social de su gestión el que, conociendo desde inicios de agosto de 2008, el dato sobre la reserva petrolera probada de enormidad histórica en Chicontepec, su gobierno se haya "reservado" (léase: haya ocultado al pueblo) el dato que fue dado a conocer circunstancialmente en una entrevista por Carlos Morales Gil, director de PEMEX Exploración y Producción.
Ni siquiera tiene uno que ser suspicaz para maliciar que el régimen panista ocultó deliberada y perversamente esos informes técnicos para apoyar su embestida privatizadora y evitar que se intentaran imaginar propuestas alternativas a la del Ejecutivo.
Sin embargo, el descaro, rayano en cinismo sigue siendo el expediente al cual acude la Administración federal de tinte neoliberal panista, tratando de culpar a la reforma energética aprobada por el H. Congreso misma que frenó la intentona vendepatrias, por la falta de recursos tecnológicos para beneficiarnos de esa "desconocida" riqueza.
En ese tenor, por lo pronto se ubica el curioso clon Germán Martínez Cazares cuando se atreve a reclamar, ante las limitantes y obstáculos que el aprovechamiento nacionalista de esa riqueza deberá sortear que, "de haberse aprobado la -entreguista- propuesta original presentada por el titular del Ejecutivo para 'modernizar a PEMEX' se hubiera podido sacar de ahí, de Chicontepec, ese petróleo". Sólo que en esas declaraciones omite el nada irrelevante detalle de que la tecnología que se requiere para realizar esa extracción NO existe, pero no sólo en México, sino ¡en todo el mundo! ¿Qué validez queda, entonces, para su demanda entreguista y servil con el gran capital privado y extranjero?
Tampoco se han presentado argumentos oportunos que expliquen porqué se ha dejado de lado la cuestión relativa a la exploración de la paraestatal en las llamadas "aguas someras" -mucho más económica y con grandes probabilidades de éxito, además de que se cuenta sobradamente con la tecnología requerible. Esa revisión no tendría que estar detenida ¡¿Por qué, entonces, se desecha?!
No hay respuestas. Pero tampoco las han obtenido de Alberto Alafita Vázquez, coordinador regional Sur de PEMEX, ni de Silvia Whizar Lugo, secretaria de Recursos Naturales y Protección Ambiental -pese al acuerdo compromiso del 12 de enero de que en 10 días a lo sumo se resolvería el asunto- los campesinos tabasqueños integrantes de la Sociedad de Solidaridad Social quienes demandan compensación por las afectaciones que sus tierras con cultivos agrícolas, pastizales y cocoteros en la Costa Grande (comunidades de Villa Benito Juárez, Ejido Arrozal, San Rafael, Ranchería La Guadalupe, Palmeras, El Carmen, Ojoshal, El Barí, El Retiro, San Ramón, entre otras) han sufrido por la operación de los campos petroleros Magallanes, San Ramón, Rodador, Cinco Presidentes, Ogarrio y el complejo Procesador de Gas La Venta.
Esa falta de verismo, de honestidad, ciudadano titular del Ejecutivo federal, es la verdadera catástrofe y el auténtico desastre de México.
No, ciudadano titular del Ejecutivo federal, no se trata de hacerla de agorero catastrofista, ni de predecir el diluvio o el Apocalipsis. Contrario a lo que supone, la terca realidad, tan grosera y descortés con hechos es la que tiene en vilo a la sociedad cuyo bienestar quedó bajo encargo suyo en 2006.
Por eso no hay modo de excusar que usted abrió el camino para el irrespeto de su régimen a las libertades de pensamiento, expresión y de imprenta y a la inobservancia del derecho social a la información con sus monsergas de censor trasnochado.
Y sin embargo, por muy novedosas marcas que de indignidad establezcan, de ninguna manera se justifica que lambiscones de usted como ese despistado reno (Rodolfo) Elizondo, quien quiere hacernos creer el cuento de que la culpa de los males que afectan la imagen del país -por tanta impunidad y corrupción- es imputable a la crítica, mientras financiaba la autopromoción de una subsecretaria de esa dependencia para hacerla diputada federal por Yucatán; o con la inconsistente versión propalada por otra de sus "pinches", la acaso desinformada pero nada ingenua canciller en Relaciones Exteriores, intentando infructuosamente disimular los efectos de su guerra contra el narco (emprendida de modo diligentemente oficioso pero imprevisivo para servir a sus amos estadounidenses) reduciéndolos a sólo tres entidades federativas, cuando los partes cotidianos la dejan en evidencia.
Lo cierto es que las cosas dicen que la verdad es muy otra. Al respecto no mejora en nada la percepción social de su gestión el que, conociendo desde inicios de agosto de 2008, el dato sobre la reserva petrolera probada de enormidad histórica en Chicontepec, su gobierno se haya "reservado" (léase: haya ocultado al pueblo) el dato que fue dado a conocer circunstancialmente en una entrevista por Carlos Morales Gil, director de PEMEX Exploración y Producción.
Ni siquiera tiene uno que ser suspicaz para maliciar que el régimen panista ocultó deliberada y perversamente esos informes técnicos para apoyar su embestida privatizadora y evitar que se intentaran imaginar propuestas alternativas a la del Ejecutivo.
Sin embargo, el descaro, rayano en cinismo sigue siendo el expediente al cual acude la Administración federal de tinte neoliberal panista, tratando de culpar a la reforma energética aprobada por el H. Congreso misma que frenó la intentona vendepatrias, por la falta de recursos tecnológicos para beneficiarnos de esa "desconocida" riqueza.
En ese tenor, por lo pronto se ubica el curioso clon Germán Martínez Cazares cuando se atreve a reclamar, ante las limitantes y obstáculos que el aprovechamiento nacionalista de esa riqueza deberá sortear que, "de haberse aprobado la -entreguista- propuesta original presentada por el titular del Ejecutivo para 'modernizar a PEMEX' se hubiera podido sacar de ahí, de Chicontepec, ese petróleo". Sólo que en esas declaraciones omite el nada irrelevante detalle de que la tecnología que se requiere para realizar esa extracción NO existe, pero no sólo en México, sino ¡en todo el mundo! ¿Qué validez queda, entonces, para su demanda entreguista y servil con el gran capital privado y extranjero?
Tampoco se han presentado argumentos oportunos que expliquen porqué se ha dejado de lado la cuestión relativa a la exploración de la paraestatal en las llamadas "aguas someras" -mucho más económica y con grandes probabilidades de éxito, además de que se cuenta sobradamente con la tecnología requerible. Esa revisión no tendría que estar detenida ¡¿Por qué, entonces, se desecha?!
No hay respuestas. Pero tampoco las han obtenido de Alberto Alafita Vázquez, coordinador regional Sur de PEMEX, ni de Silvia Whizar Lugo, secretaria de Recursos Naturales y Protección Ambiental -pese al acuerdo compromiso del 12 de enero de que en 10 días a lo sumo se resolvería el asunto- los campesinos tabasqueños integrantes de la Sociedad de Solidaridad Social quienes demandan compensación por las afectaciones que sus tierras con cultivos agrícolas, pastizales y cocoteros en la Costa Grande (comunidades de Villa Benito Juárez, Ejido Arrozal, San Rafael, Ranchería La Guadalupe, Palmeras, El Carmen, Ojoshal, El Barí, El Retiro, San Ramón, entre otras) han sufrido por la operación de los campos petroleros Magallanes, San Ramón, Rodador, Cinco Presidentes, Ogarrio y el complejo Procesador de Gas La Venta.
Esa falta de verismo, de honestidad, ciudadano titular del Ejecutivo federal, es la verdadera catástrofe y el auténtico desastre de México.