Hastío de legisladores, cuando aún no se llega a la mitad de los debates petroleros
Arturo Cano
■ Cansancio y hasta arrepentimiento de haber aceptado los términos de la discusión
■ La consulta pública y el tesorito, pesada losa sobre las espaldas de los panistas
Los legisladores están cansados. Todavía no se llega a la mitad de los debates y el hastío y el alud de cifras caen como pesadas losas sobre los próceres, cada vez más pocos en el patio del Senado, cada vez menos atentos.
Priístas y panistas parecen arrepentidos de haber aceptado los términos de un debate que ahora les parece demasiado largo. Y por si fuera poco, se ven obligados, sobre todo los panistas, a bailar al son que les toca el Frente Amplio Progresista, al menos en términos discursivos: desde la semana pasada, al son de la consulta pública sobre el futuro de Petróleos Mexicanos.
Claro, el Partido Revolucionario Institucional lanzará pronto su propio vals.
Otros, mientras tanto, salen a la pista a decir que nada de danzas: “Si tenemos un Congreso plural y que fue electo democráticamente, ¿por qué habría necesidad de consultar a nadie?”, pregunta Carlos Morales Gil, director de Pemex Exploración y Producción.
Gracias a su larga experiencia en la empresa petrolera nacional, Morales nos revela que la decisión de permitir la inversión privada y extranjera no es un asunto financiero, ni mucho menos político: “Los problemas técnicos deben ser resueltos con base en las opiniones de los expertos y confiando en el juicio de quienes elegimos para diseñar las leyes que rijan a este país”.
Y además es cobardía política: “La consulta popular es rehuir nuestra responsabilidad como legisladores”, dice el panista Juan José Rodríguez Prats.
Antes, Morales asegura al menguado respetable público que ir a las aguas profundas es, en resumen, un desafío histórico: “No es un tema que deba ser sometido a elección, es una obligación, es una cuestión de responsabilidad con las nuevas generaciones”.
Es una suerte de respuesta a los técnicos contrarios a las reformas, quienes han insistido en que Pemex tiene otras alternativas antes de ir en busca del tesorito del fondo del mar.
¿Alguien se opone a ir por el tesorito?
Dante Delgado, senador veracruzano, dice que no: “Estamos en favor de explotar en aguas profundas, pero que lo hagamos nosotros, y ustedes quieren que lo hagan exclusivamente compañías privadas y extranjeras”.
La consulta y las aguas profundas, temas que han rebasado las paredes del oráculo de los técnicos, van y vienen en el patio senatorial.
Arturo Vega, del Partido Verde, también se lanza contra la consulta, porque la “verdadera consulta” fue en 2006, y porque además en México se participa poco y se manipula.
Ya, pero un hilillo de la madeja queda suelto. Los panistas, el senador verde y el funcionario de Pemex insisten en que la consulta no vale, además de ser ilegal, porque es imposible allegar a los ciudadanos la información técnica complejísima para que puedan tomar una decisión razonada.
Los ciudadanos que acudan a la consulta, dice el panista Jorge Ocejo, no lo harán de “manera consciente e informada”.
Es de suponerse que la millonaria campaña mediática de Pemex para convencer a los mexicanos de las bondades de ir por el tesorito no ha tenido más objeto que el solaz y esparcimiento de las pupilas nacionales con las imágenes marítimas.
Lajous: el sindicato se queda con la renta petrolera
¿Quién debate en el debate? Viejos técnicos de Pemex, miembros de un grupo cuyo nombre no deja lugar a dudas de su postura: Grupo de Ingenieros Pemex Constitución de 1917.
Son antiguos adversarios de otro de los debatientes, Adrián Lajous, director de Pemex con Ernesto Zedillo, quien viene a bendecir la mayor parte de las iniciativas de Felipe Calderón.
María Fernanda Campa y otros ingenieros traen a cuento decisiones de Lajous, particularmente en Cantarell, que, dicen, han costado miles de millones de pesos al país. Y lo señalan como funcionario y accionista de la empresa Schlumberger, que cuenta con contratos “sin licitación”, como en el caso de los pozos de Chicontepec, “con grandes pérdidas para Pemex”.
Lajous rechaza “descender a ese tipo de discusiones”. Lo suyo es ofrecer su apoyo profesional y técnico, “por definición crítico”, a los contratos de servicios incentivados y a la propuesta de dar “mayor flexibilidad” a Petróleos Mexicanos en la contratación de obras y servicios. Igualmente manifiesta su apoyo al crecimiento de la inversión privada en “los sistemas logísticos de la industria petrolera”, aunque lo sujeta a que se cumplan condiciones como mayor autonomía al órgano regulador. Rechaza, aunque apoyaría con una condición, la maquila en refinación. “Sería preferible hacer las reformas constitucionales del caso, dado el rezago histórico acumulado en este ramo.”
Otro rezago ve Lajous en un aliado de algunos de los presentes: “El sindicato petrolero ha logrado apropiarse, directamente, de una parte de la renta económica del petróleo a través de remuneraciones y prestaciones generosas y a altos niveles de sobrempleo; también ha contribuido a disipar renta económica al exigir e imponer prácticas laborales que afectan la eficiencia operativa de la empresa”.
Que se sepa, durante el sexenio de Zedillo nada cambió en las relaciones laborales de Pemex. Pero ni así aparece el priísta que salga a defender a Carlos Romero Deschamps, el nuevo aliado de su ex correligionaria Elba Esther Gordillo.
Los priístas tienen, por lo pronto, otras preocupaciones. Una intervención encendida del ex gobernador de Hidalgo Jesús Murillo Karam es precedida de una conferencia de prensa conjunta con Francisco Labastida Ochoa, quien informa que diputados y senadores trabajan con la dirección de su partido para presentar en la primera quincena de julio reformas a las iniciativas de Felipe Calderón, y “probablemente una o dos iniciativas nuevas modificando totalmente lo que fue presentado por el Ejecutivo”.
En realidad, los priístas quieren presentar su postura formal antes de ese plazo, sobre todo para echar a perder la consulta de Marcelo Ebrard. Su cálculo es que el FAP ya no podrá formular una pregunta simple a los ciudadanos (“¿está de acuerdo o no con las iniciativas del Presidente?”), porque habrá sobre la mesa al menos una propuesta más.
Elementos de esparcimiento
¿Quién debate en el debate? Arnaldo Córdova dijo en este patio que no se explicaba por qué invitaron a Héctor Aguilar Camín, “si no sabe nada” del asunto.
No se puede decir lo mismo del ingeniero Carlos Morales Gil, con larga experiencia en la paraestatal.
Como director de Pemex Exploración y Producción, por ejemplo, le tocó afrontar el accidente en la plataforma Usumacinta, que costó la vida a 22 trabajadores. En febrero de este año daba entrevistas radiofónicas para explicar el avance de las indagatorias: “Pemex Producción y Exploración no es parte de las investigaciones… es quien (sic) está aportando toda la información, dado que fue la entidad donde se tuvo (sic) lugar el accidente; entonces, en ese sentido, estamos procurando mejorar nuestras condiciones, mejorar las condiciones en que vive la gente, la comunidad que están instaladas en las plataformas, los elementos de esparcimiento que deben tener los trabajadores”.
Dado el interés marcadamente a la baja, pronto alguien pedirá que, con su experiencia, la filial de Petróleos Mexicanos mejore los “elementos de esparcimiento” en el Senado.
■ Cansancio y hasta arrepentimiento de haber aceptado los términos de la discusión
■ La consulta pública y el tesorito, pesada losa sobre las espaldas de los panistas
Los legisladores están cansados. Todavía no se llega a la mitad de los debates y el hastío y el alud de cifras caen como pesadas losas sobre los próceres, cada vez más pocos en el patio del Senado, cada vez menos atentos.
Priístas y panistas parecen arrepentidos de haber aceptado los términos de un debate que ahora les parece demasiado largo. Y por si fuera poco, se ven obligados, sobre todo los panistas, a bailar al son que les toca el Frente Amplio Progresista, al menos en términos discursivos: desde la semana pasada, al son de la consulta pública sobre el futuro de Petróleos Mexicanos.
Claro, el Partido Revolucionario Institucional lanzará pronto su propio vals.
Otros, mientras tanto, salen a la pista a decir que nada de danzas: “Si tenemos un Congreso plural y que fue electo democráticamente, ¿por qué habría necesidad de consultar a nadie?”, pregunta Carlos Morales Gil, director de Pemex Exploración y Producción.
Gracias a su larga experiencia en la empresa petrolera nacional, Morales nos revela que la decisión de permitir la inversión privada y extranjera no es un asunto financiero, ni mucho menos político: “Los problemas técnicos deben ser resueltos con base en las opiniones de los expertos y confiando en el juicio de quienes elegimos para diseñar las leyes que rijan a este país”.
Y además es cobardía política: “La consulta popular es rehuir nuestra responsabilidad como legisladores”, dice el panista Juan José Rodríguez Prats.
Antes, Morales asegura al menguado respetable público que ir a las aguas profundas es, en resumen, un desafío histórico: “No es un tema que deba ser sometido a elección, es una obligación, es una cuestión de responsabilidad con las nuevas generaciones”.
Es una suerte de respuesta a los técnicos contrarios a las reformas, quienes han insistido en que Pemex tiene otras alternativas antes de ir en busca del tesorito del fondo del mar.
¿Alguien se opone a ir por el tesorito?
Dante Delgado, senador veracruzano, dice que no: “Estamos en favor de explotar en aguas profundas, pero que lo hagamos nosotros, y ustedes quieren que lo hagan exclusivamente compañías privadas y extranjeras”.
La consulta y las aguas profundas, temas que han rebasado las paredes del oráculo de los técnicos, van y vienen en el patio senatorial.
Arturo Vega, del Partido Verde, también se lanza contra la consulta, porque la “verdadera consulta” fue en 2006, y porque además en México se participa poco y se manipula.
Ya, pero un hilillo de la madeja queda suelto. Los panistas, el senador verde y el funcionario de Pemex insisten en que la consulta no vale, además de ser ilegal, porque es imposible allegar a los ciudadanos la información técnica complejísima para que puedan tomar una decisión razonada.
Los ciudadanos que acudan a la consulta, dice el panista Jorge Ocejo, no lo harán de “manera consciente e informada”.
Es de suponerse que la millonaria campaña mediática de Pemex para convencer a los mexicanos de las bondades de ir por el tesorito no ha tenido más objeto que el solaz y esparcimiento de las pupilas nacionales con las imágenes marítimas.
Lajous: el sindicato se queda con la renta petrolera
¿Quién debate en el debate? Viejos técnicos de Pemex, miembros de un grupo cuyo nombre no deja lugar a dudas de su postura: Grupo de Ingenieros Pemex Constitución de 1917.
Son antiguos adversarios de otro de los debatientes, Adrián Lajous, director de Pemex con Ernesto Zedillo, quien viene a bendecir la mayor parte de las iniciativas de Felipe Calderón.
María Fernanda Campa y otros ingenieros traen a cuento decisiones de Lajous, particularmente en Cantarell, que, dicen, han costado miles de millones de pesos al país. Y lo señalan como funcionario y accionista de la empresa Schlumberger, que cuenta con contratos “sin licitación”, como en el caso de los pozos de Chicontepec, “con grandes pérdidas para Pemex”.
Lajous rechaza “descender a ese tipo de discusiones”. Lo suyo es ofrecer su apoyo profesional y técnico, “por definición crítico”, a los contratos de servicios incentivados y a la propuesta de dar “mayor flexibilidad” a Petróleos Mexicanos en la contratación de obras y servicios. Igualmente manifiesta su apoyo al crecimiento de la inversión privada en “los sistemas logísticos de la industria petrolera”, aunque lo sujeta a que se cumplan condiciones como mayor autonomía al órgano regulador. Rechaza, aunque apoyaría con una condición, la maquila en refinación. “Sería preferible hacer las reformas constitucionales del caso, dado el rezago histórico acumulado en este ramo.”
Otro rezago ve Lajous en un aliado de algunos de los presentes: “El sindicato petrolero ha logrado apropiarse, directamente, de una parte de la renta económica del petróleo a través de remuneraciones y prestaciones generosas y a altos niveles de sobrempleo; también ha contribuido a disipar renta económica al exigir e imponer prácticas laborales que afectan la eficiencia operativa de la empresa”.
Que se sepa, durante el sexenio de Zedillo nada cambió en las relaciones laborales de Pemex. Pero ni así aparece el priísta que salga a defender a Carlos Romero Deschamps, el nuevo aliado de su ex correligionaria Elba Esther Gordillo.
Los priístas tienen, por lo pronto, otras preocupaciones. Una intervención encendida del ex gobernador de Hidalgo Jesús Murillo Karam es precedida de una conferencia de prensa conjunta con Francisco Labastida Ochoa, quien informa que diputados y senadores trabajan con la dirección de su partido para presentar en la primera quincena de julio reformas a las iniciativas de Felipe Calderón, y “probablemente una o dos iniciativas nuevas modificando totalmente lo que fue presentado por el Ejecutivo”.
En realidad, los priístas quieren presentar su postura formal antes de ese plazo, sobre todo para echar a perder la consulta de Marcelo Ebrard. Su cálculo es que el FAP ya no podrá formular una pregunta simple a los ciudadanos (“¿está de acuerdo o no con las iniciativas del Presidente?”), porque habrá sobre la mesa al menos una propuesta más.
Elementos de esparcimiento
¿Quién debate en el debate? Arnaldo Córdova dijo en este patio que no se explicaba por qué invitaron a Héctor Aguilar Camín, “si no sabe nada” del asunto.
No se puede decir lo mismo del ingeniero Carlos Morales Gil, con larga experiencia en la paraestatal.
Como director de Pemex Exploración y Producción, por ejemplo, le tocó afrontar el accidente en la plataforma Usumacinta, que costó la vida a 22 trabajadores. En febrero de este año daba entrevistas radiofónicas para explicar el avance de las indagatorias: “Pemex Producción y Exploración no es parte de las investigaciones… es quien (sic) está aportando toda la información, dado que fue la entidad donde se tuvo (sic) lugar el accidente; entonces, en ese sentido, estamos procurando mejorar nuestras condiciones, mejorar las condiciones en que vive la gente, la comunidad que están instaladas en las plataformas, los elementos de esparcimiento que deben tener los trabajadores”.
Dado el interés marcadamente a la baja, pronto alguien pedirá que, con su experiencia, la filial de Petróleos Mexicanos mejore los “elementos de esparcimiento” en el Senado.