Gobierno y Plutocracia

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Todos los discursos de Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa sobre la igualdad de los mexicanos ante la ley y el estado de derecho que, según él, impulsa vigorosamente, se evidencian como piezas discursivas sexenales, con la disímbola reacción ante los cuatro mexicanos asesinados por el Ejército de Colombia en Sucumbíos, Ecuador, por órdenes de Álvaro Uribe Vélez , y el anuncio de Hugo Rafael Chávez Frías para nacionalizar “en el corto plazo toda la industria cementera” del país petrolero.

Enseguida del discurso del presidente de Venezuela, la secretaria Patricia Espinosa Cantellano entró en comunicación con Caracas, convocó al embajador Roy Chaderton-Matos y se comprometió “a proteger los intereses legítimos” de Cemex, la muy exitosa trasnacional del regiomontano Lorenzo Hormisdas Zambrano Treviño .

Al día siguiente, reaccionaron como un solo hombre Calderón Hinojosa, Guillermo Ortiz Martínez , Guillermo Prieto Treviño y una larga lista de burócratas de la iniciativa privada. Y sigue la mata dando.

36 días después de la masacre de 21 guerrilleros colombianos y que también cobró la vida de cuatro connacionales y heridas a Andrea Lucía Morett Álvarez , Calderón guarda silencio y Espinosa Cantellano se resiste a no privilegiar la indemnización económica para los padres de los universitarios por el gobierno de Uribe. ¿Cuánto costará la vida de un hijo de la gris secretaria?

También empieza a quitarse el acento de la tesis ministerial, presumiblemente de José Luis Santiago Vasconcelos : “¿Qué hacían los cinco mexicanos en el campamento de las FARC?”. Con timidez, el gobierno se reorienta a la defensa de los derechos de los estudiantes asesinados en territorio de Ecuador por tropas de Colombia, con apoyo del gobierno de George Walker Bush . La tenacidad de la troika más afamada y conservadora de América, explica pero no justifica la complicidad del abogado michoacano.

Con el mismo rasero con que se miden las vidas de cuatro universitarios destacados frente a las tres cementeras de Zambrano Treviño en tierras bolivarianas, y el destino de todos los mexicanos por plutocrática decisión de Claudio X González, presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, 21 de los 37 dueños de México cerraron filas frente al “líder electo por la nación para señalarse rumbo en sus aspectos políticos, económicos y sociales”.

Como los rumbos los decide el economista que despacha en Los Pinos, gracias al aún discutido .56 por ciento y merced al apoyo más ilícito que lícito de los dueños de “las compañías de mayoría de capital mexicano más importantes del país”, y que por si no fuera suficiente invertirán --en 2008-- 23 mil 600 millones de dólares y darán empleo a un millón 300 mil asalariados, están seguros de que el jefe del grupo gobernante procederá “con certeza, coraje y visión de futuro” en la reforma energética.

Los más que exitosos propietarios de la banca española, estadunidense, británica y canadiense no están tan seguros como la plutocracia mexicana, y en voz de su empleado Enrique Castillo Sánchez Mejorada exigen al Ejecutivo y al Legislativo, sin reparar en el discurso favorito del estado de derecho: “romper tabús y prejuicios que nos han rezagado, nos han hecho perder competitividad” y constituyen un factor clave, “que impide mejorar la calidad de vida de millones de mexicanos que viven en condiciones de pobreza inaceptable”.

Son los mismos argumentos cínicos del último cuarto de siglo, pero en voz de los que más esquilman a los ahorradores mexicanos.

Cinismo que también se apoderó de Carlos Aguiar Retes pues quiere corresponder a “las generosas limosnas” de los narcotraficantes con una ley que proteja a los que quieran “dejar ese oficio”.

Los poderes fácticos rebasan a los institucionales.