La plaza de los 10 millones
Vladimir Galeana
La periodista Anabel Hernández ha sido bastante acuciosa en torno a la investigación que diversas instancias oficiales han realizado en torno al presunto enriquecimiento ilícito de la “pareja presidencial” del sexenio pasado. Creo que con ello la comisión creada en la Cámara de Diputados tendrá bastante material para seguir el hilo de lo que puede ser uno de los casos de corrupción más grandes de la historia del país. Aquella generación de “comaladas de millonarios” sexenales que se adjudicaba a los priístas, puede palidecer cuando se conozca a profundidad la forma en que se favoreció a los empresarios que aportaron recursos para sostener una campaña de tres años que sacara al PRI de Los Pinos. Si hiciéramos una revisión de los nombramientos que “recomendaron” los Head Hunters contratados por el equipo de Vicente Fox para justificar la exclusión de la clase política panista del gabinete, encontraremos el pago de cuotas para las grandes firmas que se “comprometieron” con el entonces candidato.
Sin pretender minimizar las diversas líneas de investigación que han emprendido la Procuraduría General de la República y la Secretaría de la Función Pública, creo que uno de los cabos sueltos ha sido la celebración de los sorteos de lotería instantánea que organizó la Fundación Vamos México a través del empresario Miguel Moreno Vélez. La periodista Anabel Hernández presentó en Reporte Indigo una serie de evidencias contractuales en las que se observa la forma en que se operó lo que puede ser uno de los mayores filones que se explotaron para la generación de “fondos”, con el pretexto de que la señora no contaba con un salario para sus gastos. El relato que hace de la reunión celebrada en el Salón Venustiano Carranza de la Residencia Oficial de Los Pinos, a la que fueron invitados empresarios de la talla de Vitalino Nafria, Roberto González Barrera, Javier Sarro Cortina, Javier González Torres, Angel Lozada, Claudio X. González, Ricardo Salinas Pliego, Olegario Vázquez Raña, Enrique Molina sobrino, Alberto Bailleres y Carlos Slim, es una muestra de la importancia que se le dio al proyecto de las loterías instantáneas.
Según empresarios que se han dedicado durante los últimos 10 años a la organización y venta de este tipo de sorteos, el mercado era próspero cuando se realizaban de 60 a 70 sorteos por año, entre los que se incluían los que hacían los partidos políticos para ministrarse fondos, así como la mayor parte de las organizaciones de asistencia privada. El número de boletos emitidos en ese periodo era de aproximadamente 150 millones, los que se ponían a disposición del público tanto en establecimientos manejados por los billeteros de la Lotería Nacional, como en cadenas de tiendas departamentales y restauranteras.
El primero que realizó la Fundación Vamos México fue de 25 millones de boletos, y ante el éxito obtenido por la colaboración encontrada con empresarios que ofrecían pagar hasta 10 millones de boletos, lo que sumaba 50 millones de pesos para “quedar bien” con la primera dama, se procedió a la solicitud de un número mayor de permisos ante la Dirección General Adjunta de Juegos y Sorteos dependiente de la Secretaría de Gobernación, en ese entonces a cargo de Santiago Creel Miranda, quien desde luego otorgó las facilidades necesarias. Esta circunstancia saturó el mercado, y quienes salieron perdiendo fueron esas instituciones dedicadas a la asistencia privada además de los partidos políticos.
Para la realización de un sorteo de lotería instantánea se requiere cumplir diversos requerimientos, entre los que destaca la entrega de una fianza para garantizar la totalidad de los premios, pues aquellos que no son reclamados tienen que ser pagados a la propia Secretaría de Gobernación. Resultaría bastante interesante conocer la forma en que Vamos México justificó el pago de los premios, pero más interesante saber el procedimiento que realizaron para la liquidación de cada uno de los sorteos, pues existe la versión de que aquellos boletos que no se vendieron fueron “raspados” por los mismos interventores de Juegos y Sorteos, con lo que se evitó que la dependencia se quedará con las utilidades. Según declaraciones del empresario Miguel Moreno Vélez, de un solo sorteo se dejaron de vender cerca de dos millones de boletos, lo que significaría que Vamos México debió entregar a Gobernación los 10 millones de pesos de su importe.
Por eso se menciona que los integrantes de la comisión conformada ex profeso en la Cámara de Diputados, solicitarán al actual Director General Adjunto de Juegos y Sorteos, Roberto Correa Méndez, que detalle cuantos fueron los sorteos autorizados a la Fundación Vamos México, los requisitos que se le impusieron, y la forma en que fueron liquidados. Los mismos cuestionamientos le harán al senador Santiago Creel Miranda ya que era el titular de la dependencia durante el periodo en que los permisos fueron concedidos. Ese puede ser el hilo de la madeja de una serie de decisiones discrecionales que se siguen instrumentando en el campo de los juegos y los sorteos. Ojala también explicaran que es lo que ocurre en Monterrey, donde a cada rato surge un nuevo casino, y que yo sepa este tipo de establecimientos están prohibidos. ¿Quién será el que los apadrina
¿Será aquel que de ser un simple abogado ha pasado a ser un potentado de los centros de apuestas y que cuando le llama por teléfono a un alto funcionario de Juegos y Sorteos le coloca el apodo de “culito”
Por lo que corresponde al título de esta columna, es en razón de que corre el rumor de que ese fue el precio de la plaza, pero en dólares. Al tiempo.
La periodista Anabel Hernández ha sido bastante acuciosa en torno a la investigación que diversas instancias oficiales han realizado en torno al presunto enriquecimiento ilícito de la “pareja presidencial” del sexenio pasado. Creo que con ello la comisión creada en la Cámara de Diputados tendrá bastante material para seguir el hilo de lo que puede ser uno de los casos de corrupción más grandes de la historia del país. Aquella generación de “comaladas de millonarios” sexenales que se adjudicaba a los priístas, puede palidecer cuando se conozca a profundidad la forma en que se favoreció a los empresarios que aportaron recursos para sostener una campaña de tres años que sacara al PRI de Los Pinos. Si hiciéramos una revisión de los nombramientos que “recomendaron” los Head Hunters contratados por el equipo de Vicente Fox para justificar la exclusión de la clase política panista del gabinete, encontraremos el pago de cuotas para las grandes firmas que se “comprometieron” con el entonces candidato.
Sin pretender minimizar las diversas líneas de investigación que han emprendido la Procuraduría General de la República y la Secretaría de la Función Pública, creo que uno de los cabos sueltos ha sido la celebración de los sorteos de lotería instantánea que organizó la Fundación Vamos México a través del empresario Miguel Moreno Vélez. La periodista Anabel Hernández presentó en Reporte Indigo una serie de evidencias contractuales en las que se observa la forma en que se operó lo que puede ser uno de los mayores filones que se explotaron para la generación de “fondos”, con el pretexto de que la señora no contaba con un salario para sus gastos. El relato que hace de la reunión celebrada en el Salón Venustiano Carranza de la Residencia Oficial de Los Pinos, a la que fueron invitados empresarios de la talla de Vitalino Nafria, Roberto González Barrera, Javier Sarro Cortina, Javier González Torres, Angel Lozada, Claudio X. González, Ricardo Salinas Pliego, Olegario Vázquez Raña, Enrique Molina sobrino, Alberto Bailleres y Carlos Slim, es una muestra de la importancia que se le dio al proyecto de las loterías instantáneas.
Según empresarios que se han dedicado durante los últimos 10 años a la organización y venta de este tipo de sorteos, el mercado era próspero cuando se realizaban de 60 a 70 sorteos por año, entre los que se incluían los que hacían los partidos políticos para ministrarse fondos, así como la mayor parte de las organizaciones de asistencia privada. El número de boletos emitidos en ese periodo era de aproximadamente 150 millones, los que se ponían a disposición del público tanto en establecimientos manejados por los billeteros de la Lotería Nacional, como en cadenas de tiendas departamentales y restauranteras.
El primero que realizó la Fundación Vamos México fue de 25 millones de boletos, y ante el éxito obtenido por la colaboración encontrada con empresarios que ofrecían pagar hasta 10 millones de boletos, lo que sumaba 50 millones de pesos para “quedar bien” con la primera dama, se procedió a la solicitud de un número mayor de permisos ante la Dirección General Adjunta de Juegos y Sorteos dependiente de la Secretaría de Gobernación, en ese entonces a cargo de Santiago Creel Miranda, quien desde luego otorgó las facilidades necesarias. Esta circunstancia saturó el mercado, y quienes salieron perdiendo fueron esas instituciones dedicadas a la asistencia privada además de los partidos políticos.
Para la realización de un sorteo de lotería instantánea se requiere cumplir diversos requerimientos, entre los que destaca la entrega de una fianza para garantizar la totalidad de los premios, pues aquellos que no son reclamados tienen que ser pagados a la propia Secretaría de Gobernación. Resultaría bastante interesante conocer la forma en que Vamos México justificó el pago de los premios, pero más interesante saber el procedimiento que realizaron para la liquidación de cada uno de los sorteos, pues existe la versión de que aquellos boletos que no se vendieron fueron “raspados” por los mismos interventores de Juegos y Sorteos, con lo que se evitó que la dependencia se quedará con las utilidades. Según declaraciones del empresario Miguel Moreno Vélez, de un solo sorteo se dejaron de vender cerca de dos millones de boletos, lo que significaría que Vamos México debió entregar a Gobernación los 10 millones de pesos de su importe.
Por eso se menciona que los integrantes de la comisión conformada ex profeso en la Cámara de Diputados, solicitarán al actual Director General Adjunto de Juegos y Sorteos, Roberto Correa Méndez, que detalle cuantos fueron los sorteos autorizados a la Fundación Vamos México, los requisitos que se le impusieron, y la forma en que fueron liquidados. Los mismos cuestionamientos le harán al senador Santiago Creel Miranda ya que era el titular de la dependencia durante el periodo en que los permisos fueron concedidos. Ese puede ser el hilo de la madeja de una serie de decisiones discrecionales que se siguen instrumentando en el campo de los juegos y los sorteos. Ojala también explicaran que es lo que ocurre en Monterrey, donde a cada rato surge un nuevo casino, y que yo sepa este tipo de establecimientos están prohibidos. ¿Quién será el que los apadrina
¿Será aquel que de ser un simple abogado ha pasado a ser un potentado de los centros de apuestas y que cuando le llama por teléfono a un alto funcionario de Juegos y Sorteos le coloca el apodo de “culito”
Por lo que corresponde al título de esta columna, es en razón de que corre el rumor de que ese fue el precio de la plaza, pero en dólares. Al tiempo.