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lunes, 10 de septiembre de 2007

LOS INTOCABLES


WARNER, TELEVISA:
Censores que aman y odian lo que censuran

FEDERICO ARREOLA

El director de Warner Bros., Juan Manuel Borbolla, y el de Videocine-Televisa, Fernando Pérez Gavilán, han dicho que no fue por censura que se negaron a distribuir el documental de Luis Mandoki sobre el proceso electoral de 2006, sino porque esta obra cinematográfica no iba a representar una oportunidad de negocio para ellos.

Luis y yo (soy el productor de la cinta) recibimos, durante el tiempo que duró la negociación con Warner Bros., diversos comunicados del señor Borbolla afirmando exactamente lo contrario. Cito uno de ellos, del 17 de julio de 2007 dirigido a Mandoki:

“En cuanto a lo del Peje, por favor también coméntame la idea general, distribución, adelanto, etc., para hacer lo mismo. Como te comenté lo platiqué con Los Angeles y no existe ningún conflicto, al contrario, lo vemos como una buena oportunidad de negocio”.

Hay más correos electrónicos como el anterior, que en su momento usaremos en las demandas legales que estamos analizando.

Está clara la mentira de Warner Bros. (que en México distribuye películas a través de Videocine-Televisa). Por esa razón, el miércoles 5 de agosto el director de esa distribuidora no acudió a un debate en con Luis Mandoki en los estudios del programa de Carmen Aristegui de CNN en Español.

El jueves 6 de agosto, en una columna de negocios del diario Reforma, se leía lo siguiente:Ruge como el león de la Metro el capitán de Cinépolis, Alejandro Ramírez.

El empresario michoacano anda de viaje en China, y hasta allá le llegó el chisme de que Juan Manuel Borbolla, director de Warner en México, le echó la culpa de la dizque censura al documental lopezobradorista de Luis Mandoki.

Según la versión del cineasta, Warner desechó la idea de distribuir el documental por dos razones: una, porque no es negocio, y la otra, porque Ramírez le habría dicho que era amigo personal de Felipe Calderón y no lo exhibiría en su cadena. El de Cinépolis está que truena, pues jura que lo dicho por Borbolla es completamente falso.

Dicen por ahí que en estos días le va a exigir, así sea por larga distancia, que se retracte públicamente.

Aunque es confusa esa nota de Reforma, tiene su lado interesante. Es confusa porque el columnista no entendió lo que Mandoki y yo dijimos en una conferencia de prensa. Nosotros simplemente citamos las palabras del director de Warner Bros. El señor Borbolla, en diversas ocasiones, nos dijo que, si bien él veía en el documental un excelente negocio, no lo iba a exhibir por presiones de Televisa, y nos dio a entender de varias maneras que la televisora se oponía al proyecto porque en el filme se hace referencia al presidente y al vicepresidente de Televisa, Emilio Azcárraga Jean y Bernardo Gómez, respectivamente. El director de Warner también nos contó que había hablado con Alejandro Ramírez acerca de la posibilidad de que en Cinépolis se exhibiera el documental, y que este empresario le dijo que no le interesaba exhibirlo para no molestar a su amigo Felipe Calderón.

Desde luego, lo que el empresario Ramírez tendría que hacer, más que pedirle a Borbolla que se retracte, es aceptar distribuir el documental sobre el proceso electoral del 2 de julio en cuanto esté terminado, independientemente de si cuestiona o no a su amigo Calderón. Por cierto, los directivos de otras cadenas exhibidoras, como Cinemex, nos han confirmado que ellos programarán el documental en cuanto nosotros estemos listos.

El psicoanalista Alberto Sladogna me ha enviado algunas reflexiones acerca de ese episodio de censura, que en su opinión concierne a los ciudadanos y también al análisis. Me ha contado que Freud indicó, al igual que Jacques Lacan, los componentes eróticos y amorosos jugados en la censura. Estamos ante una figura psicológica, pues: el amor del censor.

En México, dice Sladogna, esa figura tiene una singularidad específica: el amo…r del censor. La posición discursiva del amo manifestada por esos empresarios (los de Warner, Televisa, Cinépolis) revela que no son capitalistas, sino amos, pues al no tener competencia comercial, ellos pueden “decidir” qué se ve y qué no se ve, a diferencia de un capitalista moderno quien no se guía por el amor a lo que censura, sino por el amor al dinero. Todo aquello que le deja dinero lo hace y no impide su circulación. Alberto Sladogna me envió, también, un libro acerca de eso: El amor del censor. Ensayo sobre el orden dogmático (Anagrama, 1979).

Alejandro Ramírez de Cinépolis: “Soy amigo personal de Felipe Calderón y no puedo exhibir una película que lo cuestione”

En México, el amo…r del censor articula un singular amor-odio hacia la figura de un contrincante político: Andrés Manuel López Obrador. Para Sladogna, esa singularidad ha llevado a Warner, Televisa y Cinépolis a cometer un asesinato de ideas. La censura, pues, es un crimen pasional, un crimen del amor, del odio y del deseo. Sladogna me ha informado que eso se muestra en el filme argentino El censor.

Un asesinato de ideas (1995), película biográfica que muestra el amor del censor de la dictadura militar, Miguel Paulino Tato. Él gustaba del cine, mismo que censuraba y coleccionaba los fotogramas de una extra muy atractiva. El grupo musical Sui Generis, de Nito Mestre y Charly García, le dedicó una canción: Las increíbles aventuras del señor Tijeras,

a la que el censor le censuró una estrofa: “Yo detesto a la gente que tiene el poder / de decir lo que es bueno y lo que es malo también / sólo el pueblo, mi amigo, es capaz de entender / los censores de ideas temblarían de horror / ante el hombre libre con su cuerpo al sol”.

Sladogna piensa que los hechos del inconsciente también son parte de la política. Con relación a la censura del documental de Mandoki, al psicoanalista le ha llamado la atención lo declarado por uno de los censores, Alejandro Ramírez de Cinépolis: “Soy amigo personal de Felipe Calderón y no puedo exhibir una película que lo cuestione”. ¿Cuál es la causa de la censura? Ramírez- Cinepolis no acepta que se “cuestione” a un amigo de él, que se le haga una pregunta. ¿Cómo explicar que no se acepte una cuestión, una interrogación a un amigo? Nada más por un acto de amor.
Sladogna está consciente

Sladogna está consciente de que se le puede llamar exagerado por afirmar eso, “pues en psicoanálisis y ante los hechos inconscientes todos es una exageración, salvo la verdad allí contenida”. Y a su juicio la verdad ahí contenida es la del amor del censor. En el caso del documental de Mandoki, los censores tienen un amor muy alto por aquello que censuran.

Sladogna lo prueba recordando la forma en que opera un censor: él debe ver lo que otros no verán, el objeto censurado será sólo para sus ojos, debe estudiar con cuidado, por ejemplo, una película o su argumento, está obligado a escudriñar cada detalle. Esa es la actividad que se despliega en la actividad amorosa: ella o el enamorado no deja nada de su objeto de amor sin revisar y esculcar, para luego impedir que otros pueden tener a ese objeto como objeto de amor pues lo quieren para ellos solos, trata de aprisionarlo para que otros no lo puedan llegar a amar.

Es así que Sladogna concluye que si no tuviesen tanto amor, junto con el odio que suele en cada caso acompañarlo, ¿por qué les afectaría una película que, según ellos, nadie vería? El amor de este y los otros censores revela una gran paradoja, propia de la actividad inconsciente: ellos revelan su amor por Andrés Manuel López Obrador, el tipo al que odian. Si no, ¿para qué emplean el chantaje? “Si distribuyes la película, te enemistarás con Bernardo Gómez y perderás tu chamba”. El chantaje y las amenazas ocupan un lugar más que interesante en los avatares de la vida amorosa, de eso puede dar cuenta cualquier enamorado.

En este caso, además, se trata de un “amor de amo”, dice Sladogna. En efecto, Borbolla,(Warnes Bros.), Bernardo Gómez y Emilio Azcárraga (Televisa), Ramírez (Cinépolis) y otros, no se comportan como industriales de la época del neoliberalismo para quienes la posibilidad de la ganancia está más allá del amor y de las simpatías. Nuestros censores son otra cosa: los amos del mercado, no tienen competencia y por ende, aman de acuerdo a su condición.

Hasta ahí lo dicho por el psicoanalista Sladogna. Yo agregaría que en Televisa aman y odian a López Obrador porque le sobra lo que a ellos les falta: credibilidad. Creo que la disputa no es por el amor de López Obrador, sino por el amor de la gente, que en el año 2000 aplaudió lo que hicieron Azcárraga y Gómez: informar con decencia acerca del proceso electoral en el que el PRI perdió la presidencia. Televisa está censurando por un amor, el del público, que la televisora perdió en 2006, simplemente porque sus propietarios y comentaristas no fueron capaces de actuar con objetividad después de la jornada electoral del 2 de julio.

Televisa, pues, lo que quiere es censurar a la gente, que es, mucho más allá de López Obrador, el personaje central del documental de Mandoki.