DEL EDITORIAL DE LA REVISTA EL CHAMUCO
Los actos de censura cometidos recientemente en nuestro país son innumerables... 1. el caso del encubrimiento de Norberto Rivera a un reconocido pederasta, 2. la ignominiosa hipocresía sobre el fraude electoral de 2006, 3. la prohibición al recuento que le dé legitimidad al proceso, 4. la evidente censura al discurso de la presidenta de la Cámara de Diputados. Y finalmente, 5. las presiones para que no se distribuya el nuevo documental de Luis Mandoki sobre el fraude. Todos ellos abonan, como cualquier estiércol, a certificar que la libertad de expresión en México no existe.
Esto permite a Calderón continuar con la pantomima titulada “Yo soy el presidente constitucional”. El único camino que le queda a este menudo usurpador es armar sus propios espectáculos, como la ya famosa “Lucha contra el narco” y, ahora, la reedición del “Día del presidente”, haciendo del Palacio Nacional un circo de carpa (al menos, a eso remitían las franjas rojas y blancas en el escenario) repleto de paleros. Una de las más añejadas tradiciones de los priistas o de su precedente caudillo, que quizás también dijo más de una vez: “Censúralos en caliente…”