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viernes, 1 de junio de 2007

LA IZQUIERDA EN ZACATECAS

Izquierda liberal y transformación profunda

La Jornada Zacatecas
Jorge Alvarez Máynez

Debo decir, para que quede claro, que si me formé en la izquierda fue precisamente por personas como José Luis Pinedo y Atanasio Campos, a quienes crecí escuchando, directa e indirectamente.

José Luis es un hombre culto, admirable como ser humano e increíblemente agradable. Es una de esas personas a quien siempre da gusto encontrarse y escuchar; a Atanasio no lo pude conocer mucho porque durante mi infancia sus estancias en Zacatecas siempre fueron cortas; siempre supe de él por su amistad con mi padre y con Raymundo Cárdenas. Conocí mejor a su hermano Flavio, quien para mí es el más lúcido de todos los comunistas “setenteros” y, sin duda, el más brillante de los integrantes del Gabinete del gobierno estatal.

Digo eso porque cuando discuto sus ideas no pretendo lastimar a quienes formaron en mí una conciencia revolucionaria, ni mucho menos descalificarlos en términos generacionales, como si lo nuevo siempre fuera mejor que lo viejo.

De hecho, siempre he dicho, fuerte y despacio, que me decepciona que mi generación, en México y el mundo, sea incapaz de organizarse y establecer metas en la lucha social, como hicieron ellos (la generación del 68), consiguiendo libertades políticas que por cientos de años se le habían negado a los excluidos. Por eso creo que tanto José Luis como Atanasio tienen un sesgo cuando me leen. Creen que mi inicio en la política se da formando parte de una “izquierda de vitrina” y que lo hago impetuoso, atrabancado y con ganas de ocupar espacios, más que de impulsar ideas.

Comprendo que piensen así, yo también lo haría en su lugar. El asunto es que cuando menos lean lo que aquí se ha establecido sobre la izquierda liberal:

1. No se trata de una izquierda que gane elecciones. Yo nunca he aplaudido los términos “izquierda moderada” o “izquierda moderna” para definir en lo que creo. Creo que esos juegos de palabra no nos dicen nada más que darle a la izquierda un matiz “fresco y atractivo”, que no es de lo que se trata.

En cuanto a lo moderno, he defendido una transición a la modernidad porque creo que en México tenemos una estructura mental pre-industrial, no sólo las personas de izquierda, sino todos, incluyendo por supuesto a los maestros y a los empresarios, producto de un sistema de educación básica obsoleto.

He sostenido que creo en una izquierda liberal que defienda los temas en los que cree, sean o no “rentables” electoralmente, y que si gana defendiendo esos temas, ¡enhorabuena!, al tiempo de que si pierde, habrán perdido las ideas en las que realmente se creía.

Por ejemplo, creo que la izquierda en Zacatecas debiera defender la despenalización del aborto o la instauración de las sociedades de convivencia, que son batallas de corte liberal, sin temer a los costos electorales. Creo que debemos de dar un debate integral en torno al sistema de pensiones, y no simplemente oponernos, eso sí, con la esperanza de capitalizarlo electoralmente.

José Luis conoce de manera pormenorizada el debate público francés. Se llevaría una sorpresa al conocer los proyectos de reforma que el PAN (Partido Acción Nacional) y el PRD (Partido de la Revolución Democrática) impulsan en materia laboral y de pensiones; es mucho más parecida la derecha mexicana al socialismo francés que el PRD.

Sostengo que las alianzas que la izquierda mexicana tiene con algunos movimientos sindicales y campesinos ni siquiera son de “izquierda”, porque se defienden privilegios que imposibilitan una justa distribución de la riqueza. Los números así lo demuestran.

Por cierto, dice José Luis que Ségolène Royal fue mala candidata por haber perdido. Quisiera recordar que 25.84 por ciento de los votos que obtuvo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia es una votación tan sólo ¡60 por ciento mayor! a la que Lionel Jospin obtuvo en 2002, a quien calificó de elefante por sus ideas, no por su edad.

2. El relevo generacional al que convoco tiene que ver con un asunto de ideas. Los jóvenes no pueden seguir haciendo política con las banderas de los 60, exigiendo más espacios, más democracia o libertades políticas. Me parece un contrasentido.

Creo que la izquierda en el mundo ha ampliado sus horizontes y ahora debemos discutir una amplia gama de temas en los que tenemos posición y propuesta: el cuidado al medio ambiente, los derechos de los consumidores, la construcción de ciudadanía o los derechos de las minorías, que son algunos ejemplos. No se trata de “desplazar” a nadie, sino de trazar metas de largo aliento para una generación desorientada, desubicada, apática y altamente ignorante.

3. No creo que la izquierda, en su conjunto, haya leído a Marx antes que aprender economía. Creo que muchos, incluyéndome a mí, fuimos introducidos primero a los conceptos de alienación y lucha de clases que a la posibilidad de demostrar un teorema. No sé si la evolución académica de José Luis fue al revés, pero no lo creo.

4. Dice José Luis que seguramente José Luis Rodríguez Zapatero no estaría de acuerdo con ser denominado como un militante de la “izquierda liberal”. Apostaría a que se equivoca rotundamente.

La declaración de principios del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) establece como el número uno y más importante de todos la “libertad para que toda persona pueda llevar a cabo su proyecto personal de vida”, en una frase muy acorde a lo que aquí he escrito sobre las ideas de Amartya Sen y su definición de la pobreza, con base en las restricciones que el entorno genera a los individuos para el desarrollo de las capacidades.

5. Sobre mi nivel de estudios. Por supuesto que me seguiré preparando y lucharé por obtener altos grados, como los que José Luis obtuvo en su estancia en Francia. A los 21 años no me ha dado tiempo más que para estudiar la maestría que José Luis desprecia, aprendiendo de los mejores economistas de este país, por cierto, en su mayoría de izquierda. A propósito, el libro que presenté se llama Ideas de izquierda, y no La izquierda a debate, como han mencionado.

6. Termino con una serie de propuestas de izquierda liberal, para que se entienda que lo que se busca es una transformación de fondo, que ahora mismo el PRD no propone por estar concentrado en sus disputas internas: despenalización del aborto, aprobación de las sociedades de convivencia, seguro de desempleo, un impuesto a las herencias, reforma al impuesto predial, prohibición para que se contrate tiempo en radio y televisión con fines electorales, establecimiento de cuotas en universidades públicas, impuesto a las ganancias de capital, becas a madres con hijos que estudian, otorgar mayores potestades a la Comisión Federal de Competencia, esquemas de eficiencia regulatoria municipal, mecanismos de acceso público a las nuevas tecnologías y la instauración de escuelas de ciudadanía.

Terminaría por invitar a todos a que revisemos continuamente nuestras creencias. Lo que en los 70 fue revolucionario hoy podría estar significando la defensa a ultranza de grupos que tienen privilegios a costa del Estado.