ASTILLERO

Julio Hernández López


Cinismo institucional

*Ceguera parcial en la Corte
*¡Viva la alianza Felipe-Ulises!
*"¿Qué está pasando con México?"

El cinismo como moneda corriente. El represor de Atenco, Ciudad Lázaro Cárdenas y Oaxaca, Eduardo Medina Mora, acusa a los gringos de cínicos por la política contra el tráfico de drogas que asumen, cual si no fueran ellos consumidores y productores de lo que culpan sólo a sus vecinos del sur, que a su vez usan cínicamente tal "guerra" contra el mercadeo de drogas para blindar socialmente a un presidente impugnado y para realinear un mercado de exportación y consumo interno que produce altos réditos económicos utilizables en campañas electorales y en enriquecimientos personales. A tal paso, en esa feria de descaros y desvergüenzas, el procurador federal calderonista Medina Mora podría acusar de cínico al foxista secretario federal de Seguridad Pública Medina Mora. Entre cínicos te veas.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación vive entre claroscuros. El resultado neto del debate sobre la ley Televisa es positivo en cuanto frenó un proceso de abuso extremo de las dos grandes empresas televisoras, pero al mismo tiempo fue un acto de consolidación de la fuerza de un presidencialismo que por más miniaturizado que pudiera estar siempre tendrá la estructura y la plataforma adecuadas para condicionar, chantajear y volver a cobrar favores a concesionarios que creían que ya no deberían nada a este condómino de Los Pinos, sino a la pareja anteriormente inquilina. ¿Qué vuelco sustancial podría haberse producido en el interior de esa Corte como para que de pronto los ministros sabidamente derechistas y oficialistas se volvieran críticos de lo que antes aplaudían, como sucedió con el empanizado Salvador Aguirre? ¿De pronto, nada más porque sí, el segmento conservador escuchaba la voz del pueblo y se erguía valeroso frente a los poderosos que pretendían cercenar voluntad y riqueza colectivas? Pues no. Como en el episodio del intento de desafuero contra Andrés Manuel López Obrador, cierta corriente de jurisperitos escuchó la instrucción del encargado del despacho presidencial y actuó en concordancia con esos intereses que, en la especie del expediente Televisa, tratan de evitar que el poder de las empresas mediáticas electrónicas supremas avasallen a un Presidente LegaL (PLL), que de haber permitido la revisión judicial aprobatoria de la citada ley habría quedado convertido en simple actor de reparto de un reality show llamado Querida, encogí el sexenio.

Pero no podía durar tanto tiempo la belleza presuntamente justiciera de la Corte tomada por asalto en su mayoría numérica por el foxismo y ahora por el calderonismo. La corriente conservadora y oficialista vuelve a manifestarse frente al caso Oaxaca, con Mariano Azuela, Guillermo Ortiz Mayagoitia y Salvador Aguirre como discapacitados malabaristas de palabrería jurídica que alegan y alegan desde sus asientos de privilegio para tratar de que no haya indagación real, menos justicia, en un asunto extremo, histórico, de desfondamiento del orden jurídico y social a causa de gobernantes tiranos y frívolos. Cinismo extremo se necesita para afirmar, como lo ha hecho el ministro panista, Aguirre, que el conflicto oaxaqueño no fue ocasionado "por el ejercicio ilimitado de la fuerza pública, sino por los grupos que violentaron la paz pública". Pobrecito ministro, convenientemente ciego y sordo, que sólo atiende la realidad virtual de los salones de lujo en que sesiona y que prefiere ignorar la cruda verdad de lo que realmente ha sucedido y sucede en esa Oaxaca diariamente violentada por un gobernador que resulta angelical y defendible a ojos de jueces nada salvadores, que en realidad abonan el camino para que se sostenga la alianza política entre Felipe Calderón y gobernadores despreciables pero muy necesarios para apuntalar una Presidencia aislada y repudiada.

En ese concierto de desatinos destaca la voz firme, históricamente rescatable, del ministro Genaro Góngora y Pimentel. "¿Qué está pasando en México?", preguntó el ex presidente de la Corte, quien afirmó: "Si bien Oaxaca no continúa en llamas, está ardiendo internamente. Las consecuencias del conflicto siguen presentes. La sociedad oaxaqueña está esperando justicia. Hay heridas que no han cerrado y es un foco que en cualquier momento puede estallar. El trance social no ha concluido; es necesaria nuestra intervención".

Astillas

Empleados de la secretaría que está a cargo de Agustín Carstens han hecho llegar a esta hacendosa columna la versión de que un pariente político de Carlos Salinas de Gortari es candidato a jinetear oficialmente la Afore del ISSSTE. José Antonio González Anaya es jefe de la Unidad de Coordinación con Entidades Federativas de la Secretaría de Hacienda. Según su hoja de servicios, "en 1991 fue director de área en el staff del presidente de México (que era Carlos Salinas de Gortari). Bajo la dirección de Ana Paula Gerard trabajó en la oficina del jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, José Córdoba Montoya. Entre sus responsabilidades estaba escribir las minutas de las reuniones del gabinete económico y redactar las propuestas para el mismo, entre las que estuvo la del cambio de horario para ahorrar energía y la privatización de puertos. González estudió la licenciatura en economía e ingeniería mecánica en el Instituto Tecnológico de Massachussets; obtuvo maestrías en economía internacional y comercio y en organización industrial y regulación, así como el doctorado en economía en la Universidad de Harvard". El citado González es pariente político de Ana Paula Gerard, actual esposa de Carlos Salinas de Gortari, y es impulsado por Carstens para que se encargue de la suculenta Afore del ISSSTE... Y, mientras el gobernador Terminator recomienda en California a los "hispanos" que no vean televisión en español para que así puedan aprender rápido inglés, y en tanto la CNDH, en su campaña publicitaria de lavado de cara, da a conocer la violación de dos menores de edad en Michoacán por parte de soldados, ¡hasta el próximo lunes!