MEXICO, S.A.
Carlos Fernández-Vega
Orgullo y pasión por el subdesarrollo
La ''continuidad'', sin plan alternativo ante la desaceleración en EU
La ''cultura del jardinero''
No muy bien amaneció ayer el inquilino de Los Pinos, cuando buena parte de su tiempo lo invirtió en lanzar flores a su archienemigo de la lengua larga y las ideas cortas, y a utilizar el micrófono para "combatir" la desaceleración económica estadunidense, que ya empuja a la tan presumida estabilidad mexicana.
Mal debe estar si cree que con piropos detendrá el desbocado cuan delirante proceder de su antecesor en la residencia oficial, y con discursos "combatir" el nocivo efecto de la susodicha desaceleración en el de por sí enclenque comportamiento de la economía mexicana.
Al igual que seis años atrás, en el arranque del "cambio", al gobierno calderonista lo agarran con los dedos en la puerta, no obstante que de tiempo atrás se encendió la señal de alerta por la inminente desaceleración de la economía estadunidense y su consecuente impacto en la mexicana.
También al igual que Fox, la "continuidad" no tiene mayor plan alternativo para hacer frente a dicha circunstancia que el micrófono, y por medio de él minimizar la enfermiza dependencia que nuestro país tiene de su vecino del norte, y subrayar "la fuerza de los mexicanos, sus recursos naturales y una posición estratégica en el mundo para superar los problemas".
Los piropos dedicados Fox llevaron a Calderón a repetir el discurso de su antecesor en Los Pinos. No hay ningún plan de contingencia para enfrentar la desaceleración estadunidense, pero "México apostará por sí mismo; México tiene todo el potencial para salir adelante y la fuerza del país está no sólo en sus recursos naturales, no sólo en su posición estratégica en el mundo, sino y, sobre todo, en su gente, en su identidad, en el carácter gallardo y trabajador de su pueblo".
En efecto, "todo el potencial para salir adelante", depende en 85 por ciento de lo que suceda en el vecino del norte. Años atrás, el entonces secretario de Hacienda y hoy empleado de trasnacional telefónica, Francisco Gil Díaz, hizo sus cuentas: por cada punto porcentual que cae la economía estadunidense, el impacto para la mexicana es de medio punto. Si la estimación de crecimiento para 2007 resulta, a estas alturas 1.5 puntos porcentuales menor a la de 2006, entonces la resta aún no concluye, por mucho que México apueste a sí mismo (Calderón dixit).
Lo más atractivo del discurso presidencial es que refleja su orgullo y pasión por el subdesarrollo. Aquel sueño de un México industrializado, sólido, independiente y soberano es considerado como pesadilla, porque orgullosamente, según presume el inquilino de Los Pinos, "la economía de México al igual que la economía del mundo, será pronto una economía fundamentalmente de servicios, una economía donde los procesos productivos, primarios, agrícolas y aún los industriales irán poco a poco cediendo terreno a otras actividades, básicamente el comercio y los servicios que requieren y aportan mayor calidad humana y un enorme valor agregado al país", o lo que es lo mismo la "cultura del jardinero" que tanto gustaba a su antecesor.
Mientras Calderón lanza flores a su archienemigo, éste recibe premios, le apesta el supuesto acercamiento con Caracas, y cabalga hacia el sur para "defender a Venezuela del gobierno autoritario, demagogo y dictatorial del presidente Hugo Chávez y promover, al mismo tiempo, una economía con rostro humano en el conjunto de los gobiernos de América Latina" (el caballo debe estar muerto de la risa, sobre todo por aquello de la demagogia y la economía "con rostro humano"). A pesar de ello, el de la lengua larga y las ideas cortas dice: "no veo por qué razón mi labor a favor de la democracia en países como Venezuela pueda afectar al gobierno de México".
Más allá de la anunciada cabalgata y la risa de su caballo, al Instituto de las Américas no se le ocurrió mejor idea que galardonar a Vicente Fox con el "Premio a la paz y la democracia". Buen ojo el de esa organización, que decidió laurear justo a un personaje que llevó a su país al peor escenario de inseguridad, campeando el crimen organizado, y lo dejó en medio de una guerra política por, entre otros factores, su ilegal y antidemocrática intervención en los comicios del año pasado.
No es casual, sin embargo, porque entre quienes decidieron premio y personaje destacan prohombres de la "democracia" foxista ("de, por y para empresarios"), como Manuel Arango, quien con su gruesa chequera financió "cambio" y "continuidad" (Fox y Calderón) y promovió una "cadena" de empresarios para que procedieran en igual sentido. También aparece Pedro Aspe Armella, secretario de Hacienda con Salinas de Gortari y cabeza visible de Protego, muy cercano a ese concepto de "democracia" y también fiel impulsor del "cambio" con "continuidad". No podía faltar un representante de la familia Robinson Bours (Enrique, en este caso, cabeza visible de Bachoco), enriquecida con el PRI, pero fiel a las causas panistas. Gastón Luken, ex de Operadora de Bolsa y consejero de Almacenes Coppel (el de la "carta a mis empleados" en apoyo a Calderón, que a cambió recibió un banco chatarra). Aparecen Diego E. Arría, un contumaz antichavista, y Jeffrey Davidow, el ex embajador estadunidense en México.
Esa es la "paz", esa la "democracia".
Las rebanadas del pastel
Si de galardones se trata, un resbalón adicional: el foro Económico Mundial ubica a México en la quinta posición latinoamericana como "mejor país" para invertir (capital privado, desde luego) en infraestructura. Comparte posición con Uruguay y El Salvador, y Guatemala no está muy alejada. Chile, Brasil y Colombia ocupan las tres primeras posiciones.
La ''continuidad'', sin plan alternativo ante la desaceleración en EU
La ''cultura del jardinero''
No muy bien amaneció ayer el inquilino de Los Pinos, cuando buena parte de su tiempo lo invirtió en lanzar flores a su archienemigo de la lengua larga y las ideas cortas, y a utilizar el micrófono para "combatir" la desaceleración económica estadunidense, que ya empuja a la tan presumida estabilidad mexicana.
Mal debe estar si cree que con piropos detendrá el desbocado cuan delirante proceder de su antecesor en la residencia oficial, y con discursos "combatir" el nocivo efecto de la susodicha desaceleración en el de por sí enclenque comportamiento de la economía mexicana.
Al igual que seis años atrás, en el arranque del "cambio", al gobierno calderonista lo agarran con los dedos en la puerta, no obstante que de tiempo atrás se encendió la señal de alerta por la inminente desaceleración de la economía estadunidense y su consecuente impacto en la mexicana.
También al igual que Fox, la "continuidad" no tiene mayor plan alternativo para hacer frente a dicha circunstancia que el micrófono, y por medio de él minimizar la enfermiza dependencia que nuestro país tiene de su vecino del norte, y subrayar "la fuerza de los mexicanos, sus recursos naturales y una posición estratégica en el mundo para superar los problemas".
Los piropos dedicados Fox llevaron a Calderón a repetir el discurso de su antecesor en Los Pinos. No hay ningún plan de contingencia para enfrentar la desaceleración estadunidense, pero "México apostará por sí mismo; México tiene todo el potencial para salir adelante y la fuerza del país está no sólo en sus recursos naturales, no sólo en su posición estratégica en el mundo, sino y, sobre todo, en su gente, en su identidad, en el carácter gallardo y trabajador de su pueblo".
En efecto, "todo el potencial para salir adelante", depende en 85 por ciento de lo que suceda en el vecino del norte. Años atrás, el entonces secretario de Hacienda y hoy empleado de trasnacional telefónica, Francisco Gil Díaz, hizo sus cuentas: por cada punto porcentual que cae la economía estadunidense, el impacto para la mexicana es de medio punto. Si la estimación de crecimiento para 2007 resulta, a estas alturas 1.5 puntos porcentuales menor a la de 2006, entonces la resta aún no concluye, por mucho que México apueste a sí mismo (Calderón dixit).
Lo más atractivo del discurso presidencial es que refleja su orgullo y pasión por el subdesarrollo. Aquel sueño de un México industrializado, sólido, independiente y soberano es considerado como pesadilla, porque orgullosamente, según presume el inquilino de Los Pinos, "la economía de México al igual que la economía del mundo, será pronto una economía fundamentalmente de servicios, una economía donde los procesos productivos, primarios, agrícolas y aún los industriales irán poco a poco cediendo terreno a otras actividades, básicamente el comercio y los servicios que requieren y aportan mayor calidad humana y un enorme valor agregado al país", o lo que es lo mismo la "cultura del jardinero" que tanto gustaba a su antecesor.
Mientras Calderón lanza flores a su archienemigo, éste recibe premios, le apesta el supuesto acercamiento con Caracas, y cabalga hacia el sur para "defender a Venezuela del gobierno autoritario, demagogo y dictatorial del presidente Hugo Chávez y promover, al mismo tiempo, una economía con rostro humano en el conjunto de los gobiernos de América Latina" (el caballo debe estar muerto de la risa, sobre todo por aquello de la demagogia y la economía "con rostro humano"). A pesar de ello, el de la lengua larga y las ideas cortas dice: "no veo por qué razón mi labor a favor de la democracia en países como Venezuela pueda afectar al gobierno de México".
Más allá de la anunciada cabalgata y la risa de su caballo, al Instituto de las Américas no se le ocurrió mejor idea que galardonar a Vicente Fox con el "Premio a la paz y la democracia". Buen ojo el de esa organización, que decidió laurear justo a un personaje que llevó a su país al peor escenario de inseguridad, campeando el crimen organizado, y lo dejó en medio de una guerra política por, entre otros factores, su ilegal y antidemocrática intervención en los comicios del año pasado.
No es casual, sin embargo, porque entre quienes decidieron premio y personaje destacan prohombres de la "democracia" foxista ("de, por y para empresarios"), como Manuel Arango, quien con su gruesa chequera financió "cambio" y "continuidad" (Fox y Calderón) y promovió una "cadena" de empresarios para que procedieran en igual sentido. También aparece Pedro Aspe Armella, secretario de Hacienda con Salinas de Gortari y cabeza visible de Protego, muy cercano a ese concepto de "democracia" y también fiel impulsor del "cambio" con "continuidad". No podía faltar un representante de la familia Robinson Bours (Enrique, en este caso, cabeza visible de Bachoco), enriquecida con el PRI, pero fiel a las causas panistas. Gastón Luken, ex de Operadora de Bolsa y consejero de Almacenes Coppel (el de la "carta a mis empleados" en apoyo a Calderón, que a cambió recibió un banco chatarra). Aparecen Diego E. Arría, un contumaz antichavista, y Jeffrey Davidow, el ex embajador estadunidense en México.
Esa es la "paz", esa la "democracia".
Las rebanadas del pastel
Si de galardones se trata, un resbalón adicional: el foro Económico Mundial ubica a México en la quinta posición latinoamericana como "mejor país" para invertir (capital privado, desde luego) en infraestructura. Comparte posición con Uruguay y El Salvador, y Guatemala no está muy alejada. Chile, Brasil y Colombia ocupan las tres primeras posiciones.