DEL CORREO DEL BLOG
Víctor Raúl Huamán, aula.magna.apra@gmail.com
Carta al Plenario del Comité Ejecutivo Distrital de La Victoria a realizarse en el sector 13º “A”, Luís López Aliaga.
Se acaba de dar algunas disposiciones internas en nuestra organización aprista, especialmente en la composición del nuevo CEN. Pero existe una línea introductoria a esta Resolución Nro. 43-2007-SG-PAP que dice en su primer artículo: se deberá implementar “lo dispuesto por el 57° Plenario, con cargo a dar cuenta al XXIII Congreso Nacional, recuperando la nomenclatura de SECRETARIAS en reemplazo de las actuales Direcciones”. Indirectamente se alude a la denominada “Modernización y Nueva Estructura Orgánica del PAP”, propuesta en base a dimensiones del 8 de Noviembre del 2003 y aprobada en el XXII Congreso Nacional del 2004.
Modernidad o crisis de identidad:
Hemos retornado a la estructura anterior porque la base social aprista nunca entendió aquella “Nueva Estructura”. Al interior del país tuvo visos de tragedia esa peligrosa ausencia organizacional. Muchos aún no entienden que el APRA es un partido político con características propias y singulares en Latinoamérica, que se funda en una historia y en su experiencia. Somos el producto de una constante generación de ideas (principio básico de toda organización política que aspira el poder) y no una máquina de producción en línea; somos una estructura heterodoxa a nivel nacional y, como toda organización popular, priorizamos lineamientos doctrinarios matrices para exponenciar los problemas nacionales y canalizar e integrar - sobre nuestro pensamiento ideológico de izquierda - a una sociedad que ignora que es el Estado.
Hemos modificando inversamente el crecimiento social del aprismo. Hoy tenemos que ir de las partes al todo y no al revés. Ese facilismo al que hemos llegado bajo el entendido de la “modernidad” es lo único que puede explicar la aparición de otras opciones - con gran éxito - como el llamado Voluntariado, que de alguna forma hay que incorporar como metodología de trabajo institucional y no como organización portátil marginal. Y en cuanto al enunciado de las dimensiones jamás iban a funcionar sin la voluntad política de los dirigentes nacionales y mucho menos sin una agresiva y adecuada capacitación.
La Doctrina Javier Morán:
Llama la atención la facilidad con que se dan estos hechos sin una capacidad de respuesta o crítica constructiva de la militancia a través de los mecanismos existentes: asambleas funcionales o plenarios distritales. La teoría del menor esfuerzo o el paternalismo heredado nos ha reducido a un desconocimiento de la hermenéutica partidaria, los reglamentos y el Estatuto.
Pero la doctrina “Javier Moran”, Director de Gobierno Interior, va mucho más allá de la categoría del “error” por omisión, últimamente de moda como método de gobierno. El responsable administrativo de dirigir, orientar y defender al gobierno aprista, a través de los gobernadores y tenientes gobernadores en todo el Perú, se atreve a dar precisiones a los designados en esta función pública para que no se vinculen ni den informes políticos a las bases partidarias a las que pertenecen.
Se dice además, que los tenientes gobernadores y gobernadores son apristas en un 99% y menores de 25 años, sin embargo puedo dar fe que en la misma proporción porcentual han sido rechazadas y no atendidas las propuestas legítimas de los Comités.
No creo que el c. Javier Morán sea el autor de esta gran conspiración contra el APRA. El es un escriba, un intérprete, un tecnócrata que cumple órdenes. Pero entonces ¿aquí está la mano del actual Ministro del Interior, c. Luis Alva Castro? ¿O todo esto es, justamente, consecuencia de un vacío metodológico en la estructura partidaria?
Este maltrato a la esencia del aprismo desde la Dirección de Gobierno Interior que representa casi 5,000 ciudadanos a nivel nacional, se origina desde la pasividad de la dirigencia del CEN, quien luego de tres años aún no puede designar a un Secretario Nacional de Juventudes para que haga respectar al joven y no se busque manipularlo con fines personales y electorales de corto plazo. Estamos en el gobierno, impulsando en todos los niveles la presencia del joven, y no tenemos en el CEN una persona capaz de dirigir la Secretaría Nacional de Juventudes.
La Organización en Lima y los gurús urbanos:
Una de las mejores bases organizadas es la Región Lima Metropolitana, la misma que tomaremos como ejemplo para tener una visión general e imaginar cual es la situación en las bases provincianas.
Si bien los Comités Distritales en Lima tienen la categoría de provincia, no se especifica en ningún documento o directiva en que condición quedan los Comités Sectorales. Debemos entender que asumen la categoría distrital, pero no está dicho en ningún documento; 23 Comités de Lima (distritales con categoría de provincia) han fenecido su periodo de dos años para el que fueron electos; no funcionan los Órgano de Coordinación Sub Regional de Lima; y, existen resoluciones que acomodan y reacomodan juntas directivas, pero no hay ni el preámbulo de una próxima elección democrática. Esto en el plano organizacional, pero ahora veamos la definición doctrinal del aprismo dicho hace tres años por las autoridades del partido:
“La estructura orgánica del Partido responde a un modelo del siglo pasado, que ha devenido en anacrónico y burocratizada sin establecer una división del trabajo que antifuncional; la organización del partido se encuentra responda a criterios de especialización de nuestros militantes, siendo la burocratización una de las causas más frecuentes del conflicto interno y a la vez generando entrampamiento de la acción política partidaria; la organización del Partido es centralista y por ende antidemocrática; se encuentra desconectado de la sociedad civil al no haber sido capaz de crear espacios de articulación con esta; no ha logrado desarrollar en los últimos años una estrategia tendiente a la captación de nuevos militantes jóvenes; ha perdido espacio en el ámbito del desarrollo intelectual del país, reduciéndose a tener opiniones solo en torno a la coyuntura”.
Este texto es copia fiel del diagnóstico-documento “modernización y nueva estructura orgánica del PAP con base a dimensiones del 8 de Noviembre del 2003” que se difundió por Internet en su oportunidad y con el que se declaró los funerales gloriosos de la antigua estructura orgánica en base a Secretarías Ejecutivas Nacionales, al que curiosamente hemos retornado.
Al margen de la crítica a la acción bien intencionada de hacer las cosas de arriba hacia abajo - en el entendido que eso significaba estar a la vanguardia de la modernidad en organizaciones populares – ésta es la mejor prueba de un gran esfuerzo de esa burocracia aprista que solo evidenció la existe de gurús metropolitanizados o urbanos del aprismo, es el gran desencuentro entre lo que decimos y lo que hacemos, entre la teoría y la práctica.
Lo más grave a todo esto es ¿Cuál ha sido la respuesta de la base social militante? Ninguna. Nadie dice ¿y ahora como superamos los enunciados del diagnóstico del 2003 que son válidos desde todo punto de vista? ¿Cómo generar los puentes entre la teoría ideológica del aprismo y la práctica cotidiana o norte del futuro del APRA?
Los Paradigmas del APRA y la Acción Política:
Hemos llegado a una parálisis política y organizacional que necesita una explicación. Hay que decir claramente que la ideología aprista está más vigente que nunca. El gran problema es la deficiente interpretación que hacemos de nuestra sociedad actual y cuyos cambios acelerados van más rápido que nuestros reflejos políticos.
Vivimos una crisis doctrinal, es decir, las reglas con las que queremos llevar el mensaje ideológico. En la acción política de la mayoría de nuestros dirigentes solo existe el objetivo personal. Esto es lícito desde la funcionabilidad política a la que ha arribado nuestro partido. Eso se llama crisis moral. Pero el mayor peligro es que las bases se conducen bajo esas premisas e institucionalizamos esa conducta como algo natural.
La mejor prueba es que una gran mayoría de dirigentes del partido están pendientes de procesos disciplinarios, resoluciones, directivas de elecciones, de candidaturas, de Congreso Nacional y, si la virgencita lo acompaña, de una chambita. Salvo raras excepciones, esta es “la praxis revolucionaria actual del aprismo”. Y cuando surgen las aisladas propuestas de las bases, es lo último que se discute o se remite al rincón del sueño de los archivos.
Los Congresos Nacionales:
Desde 1980 somos productores de Congresos Nacionales cada 2.5 años ¿En cuál de ellos se ha aprobado una propuesta seria de nueva organización y reorganización acorde con las necesidades de un nuevo estado? ¿Acaso no terminamos priorizando la elección de los miembros del nuevo CEN en función a personalidades, a quienes endosamos nuestras pequeñas cuotas de poder de base? Por otro lado ¿Qué discutimos en los Comités cuando se reúnen las bases partidarias? ¿Lo sabemos? Claro que lo sabemos.
Pero no se trata de decir no al Congreso Nacional, sino de exigirlo pero en su verdadera dimensión y jerarquía, con la presencia de calificados líderes de base para generar una forma científica de hacer política como se quiso desde la fundación del aprismo y no el parto de convincentes discursos del jurásico. Un próximo Congreso Nacional debe significar un parte aguas que toque sin temores la raíz del problema: una nueva propuesta doctrinaria, la praxis política, la nueva táctica y estrategia de ser partido de gobierno.
Si no se reúne el nuevo pensamiento en función a nuevos paradigmas no vamos a tener una acción política partidaria seria. Solo seremos los continuadores de acciones personalistas con objetivos distintos a los que fuimos creados como organización política. Desde la década de los 80 solo existe buena intención, éxitos electorales, pero no una metodología que rompa con el tradicionalismo que estamos arrastrando. Ni siquiera hemos previsto, a nueve meses de gobierno aprista, como generar un sistema que defina lo que debe ser el enlace Partido-Gobierno.
La Teoría Política:
La reorganización y modernización del partido debe hacerse prioritariamente en base a objetivos. El diagnóstico lo tenemos y seguramente el hecho de ser gobierno a generado cierto desconcierto en nuestra acción de enlace con la base social militante: las políticas de Estado, sus alcances y objetivo final. En esta labor no se puede recortar el desarrollo políticos de los jóvenes gobernadores y tenientes gobernadores ¿Quién está detrás de esto c. Luis Alva Castro?
Creo que nuestra organización debe aprovechar aquellos atributos estructurales que tiene para relanzar una nueva praxis doctrinaria con comprometa una agresiva capacitación a la bases social aprista con contenidos que incluyan a la sociedad civil. Se debe trabajar una conciencia política más elaborada, integradora e incluyente, ante la demanda de la propia realidad. Por ejemplo el concepto Planes de Desarrollo Concertado, Presupuesto Participativo, Seguridad Ciudadana, las Juntas Vecinales, acción concertada con las autoridades apristas designadas o elegidas (Regidores, Alcaldes, Consejeros, Congresistas) exigiéndoles informes periódicos.
Todo diagnóstico errado lleva a conclusiones erradas y quisiera que se me desmienta si no he sido lo suficientemente claro con lo que está sucediendo al interior del PAP. Pero, antes de concluir, permítanme proponer en todas las bases partidarias a nivel nacional, por más pequeña que esta sea, la creación de la Comisión Política como parte de la organización de base, cuya principal responsabilidad deberá ser una permanente generación de acciones políticas en su jurisdicción que integre a la sociedad; el pilar de una mayor fluidez en la relación Partido-Gobierno que no se siente; que sea un ente elaborador de propuestas para el próximo Congreso Nacional y vele el cumplimiento de los mismos.
Este es mi mensaje de saludo, presentación y propuesta a mi Distrito, al Plenario Distrital de La Victoria en mi calidad de ex Regidor.
Viva el APRA
Viva Víctor Raúl Haya de la Torre.
Muchas gracias.
Lima, Abril 20 del 2007.
Víctor Raúl Huamán
aula.magna.apra@gmail.com