MEXICO, S.A.
Carlos Fernández-Vega
México, paraíso bancario
Con el "cambio", 500% más de utilidades: 63 mil 420 pesos por segundo
Para el capital bancario trasnacional, el sexenio del "cambio" fue espléndido: no sólo consolidó la extranjerización del sistema de pagos que opera en México, sino que le procuró un crecimiento cercano a 500 por ciento en utilidades netas (limpias de polvo y paja, más 110 mil millones en pagarés Fobaproa), o lo que es lo mismo alrededor de 200 mil millones de pesos en el periodo, de los que casi 67 mil millones corresponden a 2006.
Nada en este país, salvo la fortuna de Carlos Slim y la impunidad, crece a ese ritmo, aunque hay de bancos a bancos. En el caso de Banamex-Citigroup sus utilidades netas en el sexenio foxista reportaron un escalofriante incremento de 5 mil por ciento (al pasar de 423.2 millones de pesos en 2001 -año en que la trasnacional estadunidense compró la institución otrora mexicana- a 21 mil 160.2 millones en diciembre de 2006); en el de BBVA-Bancomer, el crecimiento en ganancias netas fue de mil 200 por ciento (de mil 468.49 millones en diciembre de 2000 a 17 mil 926.5 millones en igual mes de 2006).
En el sexenio del "cambio", Banamex acumuló cerca de 49 mil millones de pesos en utilidades netas (incluidas las obtenidas en el último año de administración mexicana), mientras Bancomer atesoró más de 50 mil millones. Entre ambas se comieron, se comen la mitad de las ganancias del sistema bancario que opera en el país.
Para aderezar el ambiente de la 70 Convención Bancaria (que arranca mañana en Acapulco), la Comisión Nacional Bancaria y de Valores divulgó el informe 2006 sobre los resultados de la banca privada que opera en México, y entre los datos más destacados se cuenta el de las utilidades netas: 66 mil 749 millones de pesos, casi 40 por ciento más que en 2005.
De cada peso de utilidad neta obtenido por la banca que opera en el país, casi 59 centavos correspondieron a Banamex y Bancomer, hasta acumular 39 mil 86.7 millones de pesos en 2006, mientras ambas instituciones mantienen un adeudo fiscal por impuestos diferidos superior a 9 mil 200 millones de pesos (el 77 por ciento del total en este renglón), un saldo que debieron finiquitar en diciembre de 2003, pero que la autoridad hacendaria les ha permitido posponer "hasta que el negocio prospere". Al cierre de 2001, primer año del "cambio", las filiales de Citigroup y BBVA en México acapararon 45 centavos de cada peso de utilidad neta reconocida por el sistema bancario "nacional".
Lo cierto es que casi nadie, salvo la banca extranjerizada que opera en México (Slim puede presumir más) puede presumir que sus utilidades netas crecieron a un ritmo de 63 mil 420 pesos por segundo a lo largo del sexenio del "cambio". Ello sin considerar los 110 mil millones de pesos por la puntual cobertura de los pagarés Fobaproa que contra viento, marea y progenitora amortizó el gobierno foxista, no sin la intervención del altruista Francisco Gil Díaz, ex secretario de Hacienda, fallido consejero de HSBC y actual presidente de la trasnacional Movistar.
Dicho sea de paso, con ese personaje en Hacienda y Fox sentado en Los Pinos se extranjerizó alrededor del 65 por ciento del sistema bancario que opera en el país hasta llegar a 90 por ciento, a un ritmo casi tres veces superior al registrado durante la administración Zedillo, amén de "enterrar" expedientes comprometedores, ocultar información relativa al "rescate", "desaparecer" créditos relacionados y "borrar" cartera chatarra ilegalmente asumida por el Fobaproa, especialmente de Banamex, y tantas otras gracias.
Ya está aquí la convención bancaria, y como sucede año tras año, en los días previos alguien "recuerda" que la banca que opera en México es una de las más onerosas y voraces del mundo, y de inmediato aparece el presidente en turno de los barones para jurar y perjurar que eso no es cierto, que el cobro indiscriminado de comisiones "va a la baja" y que las trasnacionales financieras están presentes en el país porque "confían en sus instituciones".
Pues bien, en su informe la CNBV destaca que entre los principales factores que determinaron las abultadas utilidades de la banca privada destacan "los ingresos recurrentes por margen financiero y comisiones netas... Los ingresos no financieros presentaron un crecimiento anual de 16.12 por ciento, derivado principalmente del aumento de las comisiones netas en 16.16 por ciento, con un saldo de 71 mil 234 millones de pesos a diciembre de 2006" (trece veces más que seis años atrás).
Será el sereno, pero mientras los banqueros y las autoridades financieras "arreglan" las cosas con discursos, de los usuarios de la banca privada salieron cerca de 195 mil millones de pesos en el sexenio foxista para pagar las comisiones de los barones del dinero, quienes se reúnen para celebrar lo bien que les va en un país con un gobierno como el mexicano.
Lo mejor del caso es que el presidente (saliente) del gremio, Marcos Gavica, no se explica por qué "no mejora la imagen de los bancos".
Las rebanadas del pastel
Lástima, pero no alcanza para todos: con la misma celeridad sospechosa con la que otros trajes a la medida recibieron luz verde, las comisiones de Hacienda y de Seguridad Social de la Cámara de Diputados palomearon el dictamen para "reformar" la ley del ISSSTE. Sólo falta el pleno y, después, al Senado. Mientras, Michelle Bachelet, presidenta de Chile (primer país en privatizar las pensiones, con el genocida Pinochet), explicaba en San Lázaro que retomará el régimen de solidaridad para garantizar pensiones dignas a los ciudadanos, es decir, lo contrario a lo que se hace en México. Los trabajadores afectados lanzan ajos y cebollas, pero la gente decente aplaude a rabiar, como el ministro Mariano Azuela, quien cobrará una "compensación por decanato" (un millón 314 mil pesos del erario), pues es el ministro de mayor edad en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Con el "cambio", 500% más de utilidades: 63 mil 420 pesos por segundo
Para el capital bancario trasnacional, el sexenio del "cambio" fue espléndido: no sólo consolidó la extranjerización del sistema de pagos que opera en México, sino que le procuró un crecimiento cercano a 500 por ciento en utilidades netas (limpias de polvo y paja, más 110 mil millones en pagarés Fobaproa), o lo que es lo mismo alrededor de 200 mil millones de pesos en el periodo, de los que casi 67 mil millones corresponden a 2006.
Nada en este país, salvo la fortuna de Carlos Slim y la impunidad, crece a ese ritmo, aunque hay de bancos a bancos. En el caso de Banamex-Citigroup sus utilidades netas en el sexenio foxista reportaron un escalofriante incremento de 5 mil por ciento (al pasar de 423.2 millones de pesos en 2001 -año en que la trasnacional estadunidense compró la institución otrora mexicana- a 21 mil 160.2 millones en diciembre de 2006); en el de BBVA-Bancomer, el crecimiento en ganancias netas fue de mil 200 por ciento (de mil 468.49 millones en diciembre de 2000 a 17 mil 926.5 millones en igual mes de 2006).
En el sexenio del "cambio", Banamex acumuló cerca de 49 mil millones de pesos en utilidades netas (incluidas las obtenidas en el último año de administración mexicana), mientras Bancomer atesoró más de 50 mil millones. Entre ambas se comieron, se comen la mitad de las ganancias del sistema bancario que opera en el país.
Para aderezar el ambiente de la 70 Convención Bancaria (que arranca mañana en Acapulco), la Comisión Nacional Bancaria y de Valores divulgó el informe 2006 sobre los resultados de la banca privada que opera en México, y entre los datos más destacados se cuenta el de las utilidades netas: 66 mil 749 millones de pesos, casi 40 por ciento más que en 2005.
De cada peso de utilidad neta obtenido por la banca que opera en el país, casi 59 centavos correspondieron a Banamex y Bancomer, hasta acumular 39 mil 86.7 millones de pesos en 2006, mientras ambas instituciones mantienen un adeudo fiscal por impuestos diferidos superior a 9 mil 200 millones de pesos (el 77 por ciento del total en este renglón), un saldo que debieron finiquitar en diciembre de 2003, pero que la autoridad hacendaria les ha permitido posponer "hasta que el negocio prospere". Al cierre de 2001, primer año del "cambio", las filiales de Citigroup y BBVA en México acapararon 45 centavos de cada peso de utilidad neta reconocida por el sistema bancario "nacional".
Lo cierto es que casi nadie, salvo la banca extranjerizada que opera en México (Slim puede presumir más) puede presumir que sus utilidades netas crecieron a un ritmo de 63 mil 420 pesos por segundo a lo largo del sexenio del "cambio". Ello sin considerar los 110 mil millones de pesos por la puntual cobertura de los pagarés Fobaproa que contra viento, marea y progenitora amortizó el gobierno foxista, no sin la intervención del altruista Francisco Gil Díaz, ex secretario de Hacienda, fallido consejero de HSBC y actual presidente de la trasnacional Movistar.
Dicho sea de paso, con ese personaje en Hacienda y Fox sentado en Los Pinos se extranjerizó alrededor del 65 por ciento del sistema bancario que opera en el país hasta llegar a 90 por ciento, a un ritmo casi tres veces superior al registrado durante la administración Zedillo, amén de "enterrar" expedientes comprometedores, ocultar información relativa al "rescate", "desaparecer" créditos relacionados y "borrar" cartera chatarra ilegalmente asumida por el Fobaproa, especialmente de Banamex, y tantas otras gracias.
Ya está aquí la convención bancaria, y como sucede año tras año, en los días previos alguien "recuerda" que la banca que opera en México es una de las más onerosas y voraces del mundo, y de inmediato aparece el presidente en turno de los barones para jurar y perjurar que eso no es cierto, que el cobro indiscriminado de comisiones "va a la baja" y que las trasnacionales financieras están presentes en el país porque "confían en sus instituciones".
Pues bien, en su informe la CNBV destaca que entre los principales factores que determinaron las abultadas utilidades de la banca privada destacan "los ingresos recurrentes por margen financiero y comisiones netas... Los ingresos no financieros presentaron un crecimiento anual de 16.12 por ciento, derivado principalmente del aumento de las comisiones netas en 16.16 por ciento, con un saldo de 71 mil 234 millones de pesos a diciembre de 2006" (trece veces más que seis años atrás).
Será el sereno, pero mientras los banqueros y las autoridades financieras "arreglan" las cosas con discursos, de los usuarios de la banca privada salieron cerca de 195 mil millones de pesos en el sexenio foxista para pagar las comisiones de los barones del dinero, quienes se reúnen para celebrar lo bien que les va en un país con un gobierno como el mexicano.
Lo mejor del caso es que el presidente (saliente) del gremio, Marcos Gavica, no se explica por qué "no mejora la imagen de los bancos".
Las rebanadas del pastel
Lástima, pero no alcanza para todos: con la misma celeridad sospechosa con la que otros trajes a la medida recibieron luz verde, las comisiones de Hacienda y de Seguridad Social de la Cámara de Diputados palomearon el dictamen para "reformar" la ley del ISSSTE. Sólo falta el pleno y, después, al Senado. Mientras, Michelle Bachelet, presidenta de Chile (primer país en privatizar las pensiones, con el genocida Pinochet), explicaba en San Lázaro que retomará el régimen de solidaridad para garantizar pensiones dignas a los ciudadanos, es decir, lo contrario a lo que se hace en México. Los trabajadores afectados lanzan ajos y cebollas, pero la gente decente aplaude a rabiar, como el ministro Mariano Azuela, quien cobrará una "compensación por decanato" (un millón 314 mil pesos del erario), pues es el ministro de mayor edad en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.