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martes, 13 de marzo de 2007

MEXICO, S.A.

Patrones repiten embustes para no aumentar salarios

De la población ocupada, 73% gana menos de 250 pesos al día

Carlos Fernández-Vega

Marcha del SME al Zócalo por la soberanía energética y el salario, realizada el pasado 8 de marzo Foto: Carlos Ramos Mamahua De tanto repetir la mentira, el sindicato de patrones ya la da por verdad. La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) "rechaza que exista una necesidad real" de incrementar el salario mínimo, "pues sólo 3.4 por ciento de la población" obtiene ese ingreso o, lo que es lo mismo (de acuerdo con sus cifras) 400 mil mexicanos.

La anterior es la justificación más trillada y embustera que la Coparmex, año tras año y siempre de la mano del gobierno federal, utiliza en el seno de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos a la hora de "revisar" el porcentaje de "incremento" al mini ingreso. "No es más que un indicador que se usa en 75 por ciento de la legislación mexicana, pues las multas, los impuestos o sanciones se fijan en montos que tienen como base esta cifra".

A menos que la degradación llegue a esos niveles y que millones de mexicanos ya sean considerados "multas, impuestos o sanciones", el descaro del organismo patronal y sus voceros alcanza grado de perversidad. En algo sí tiene razón: como el 50 por ciento de los que habitan este heroico país obtiene un "ingreso" menor a 22 pesos diarios, la cifra de personas que obtienen el salario mínimo se reduce sustancialmente, pero nunca en la proporción que sostiene la Coparmex.

Dice el presidente de la comisión laboral de la Coparmex, Tomás Natividad Sánchez (con asiento en la mencionada Comisión Nacional) que "es absurdo" un incremento de emergencia, porque "no hay condiciones para fijar un incremento al salario mínimo, sólo cuando se justifica, ya que éste es uno de los detonadores más importantes de la inflación". El aumento de precios en los productos no es inflacionario, según él, y 50 pesotes diarios de salario mínimo "no justifica" alzas.

Que no sea tan burdo. Más decente, y la Coparmex presume de serlo, sería que abiertamente diga que los patrones se niegan a incrementar los salarios, porque ese sería el camino más seguro para sacrificar las elevadas utilidades, y que no salga con que en este país "ya casi nadie" es mexicano, por creciente que sea la emigración al dorado norte.

Dice la Coparmex, pues, que en México "sólo cerca de 400 mil personas están registrados ante el IMSS como trabajadores que perciben el salario mínimo; sin embargo, esto es un hecho que ha quedado superado por la realidad, ya que este tipo de personas tienen percepciones extras que complementan su sueldo". Según Tomás Natividad Sánchez, "lo que se necesita en estos momentos es incrementar el número de empleos formales que contribuyan al crecimiento de la economía; el ejemplo más claro de que no se requiere un incremento salarial es lo que ocurre en la informalidad, donde todos los que reciben propinas se llevan a la bolsa entre 100 y 150 pesos diarios".

Pues bien. La más reciente estadística oficial (INEGI, febrero de 2007) revela que al cierre del año pasado 42 millones 846 mil 141 mexicanos estaban empleados (formal e informal); de ellos, casi 5.6 millones obtenían hasta un salario mínimo (50 pesos y menos por día) y poco más de 8.7 millones entre uno y dos (de 50 a 100 pesos). Más de 14 millones de mexicanos que para efectos de la Coparmex equivalen a "cerca de 400 mil registrados en el IMSS", o lo que es lo mismo 35 veces más que el registro patronal.

Aquí se presentó el balance de la información divulgada por el INEGI: 40 de cada 100 mexicanos en edad y condiciones de laborar sobreviven entre el desempleo abierto, la subocupación y la informalidad: 1.6 millones en el primero de los casos; 3 millones en el segundo, y 12 millones en el tercero. A los anteriores deben sumarse 4.9 millones de personas "disponibles" ("para trabajar que han desistido de buscar empleo" o "para trabajar que no buscan empleo por considerar que no tienen posibilidades", de acuerdo con la explicación oficial), con lo que la proporción se incrementa a 50 de cada cien.

La población económicamente activa en el país cerró 2006 en poco más de 44.4 millones de personas, de las 42.85 millones se cataloga como ocupada, incluyendo a 3 millones que no reciben ningún tipo de remuneración. Cerca de 60 por ciento del empleo se registran en el sector servicios (comercio, principalmente), 26 por ciento en la industria, y 14 por ciento en el sector primario (agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca).

Para el registro de la Coparmex: 13.05 por ciento de los trabajadores obtiene hasta un salario mínimo; 20.35 por ciento más de uno y hasta dos; 21.75 por ciento de dos a tres; 18.04 por ciento de tres a cinco; 11.95 más de cinco; 8.96 no recibe ingresos, y 5.9 no especificó el monto obtenido. En resumidas cuentas, 73.19 por ciento de la población ocupada gana (en el mejor de los casos) menos de 250 pesos diarios, independientemente de que casi 63 por ciento de ellos no tiene acceso a las instituciones de salud y la mayoría carece de contrato.

Entonces, si el representante de la Coparmex asegura que el salario mínimo resulta más que suficiente, que intente sobrevivir una semana con esa cantidad, para no cargarle la mano.

Las rebanadas del pastel

No había necesidad de patentizarlo, porque siempre ha sido obvio, pero Calderón insiste en demostrar su falta de colmillo: hubiera recibido al terrorista Bush en la Secretaría de la Defensa Nacional o el Campo Militar Número 1, y asunto resuelto. Con ello, habría evitado el estado de excepción y la militarización (made in USA) en Yucatán, así como la violación de las garantías constitucionales de sus habitantes, el toque de queda y el ridículo de la institución presidencial. Más cómodo aún, que el inquilino de Los Pinos se apersonara en la Casa Blanca y allí recibiera instrucciones... Se equivocó, también, al haber recibido a Fox en la residencia oficial: qué mejor lugar para el encuentro que la Arena México.