DE LA REVISTA EL CHAMUCO VIRTUAL

Los ricos y los muy ricos
Por Federico Arreola

Con la fortuna de Carlos Slim, según la revista Expansión, se podrían comprar 260 mil camas de hospital, más del triple de las 76 mil 420 que hay en la actualidad en México; alcanzaría para financiar 1 millón 903 mil 707 casas “tipo Infonavit”, equivalente al total de hogares del Distrito Federal; se resolvería el problema de abasto de agua de 66 millones de mexicanos, o se podría enviar a toda la población de Baja California Sur a estudiar una maestría en Harvard.

Qué de cosas se dicen sobre los dueños del dinero en México. En un chat de internet alguien preguntó: “¿Cuántos Ferraris tiene Lorenzo Zambrano y qué modelos son? Yo sabía que era coleccionista del único Ferrari clásico que había, que era uno de los dos Ferraris de la carrera Panamericana”.

Obtuvo respuesta: “Pues tiene algo así como 15 Ferraris Vintage. El más nuevo es el mencionado 1962 que pertenecía a Nuccio Bertone, también tiene uno de los cuatro Ferraris 340 México (Panamericana). De lo que sí no sé nada es de si también compra Ferraris mundanos de esos que se venden en cualquier agencia”.

El mismo participante en el chat añadió información de otro multimillonario mexicano: “La otra colección impresionante en México es la de Carlos Hank, quien también tiene unos 15 Ferraris. Uno o dos Testa Rossa de los años 50, un rarísimo 275 Nart Spider, el último de los hyper-carros 250 GTO y también tiene modernos: F50, 333 y Enzo”.

Una persona más, en ese chat, recordó que una vez vio en la revista Billionaire que Rómulo O´Farril había puesto a la venta su colección de autos en 85 millones de dólares.

Por lujos no paramos

El yate Princess Mariana, de Carlos Peralta, es uno de los 30 más grandes del mundo, lo dicen todas las publicaciones especializadas en la materia. Tiene más de 70 metros de largo y cuenta con su propio helicóptero. El vestidor para la señora de la embarcación mide más de 200 metros cuadrados y está equipado con cabinas para refrigerar abrigos de pieles. Peralta, por lo demás, es propietario de una residencia en Indian Creek, Miami Beach, de 45 millones de dólares. Y por aire se transporta en su BB Jet, que es un Boeing de 70 millones de dólares, capaz de transportar a 37 pasajeros y con autonomía de 15 horas de vuelo.

Son de leyenda los excesos de los mexicanos inmensamente ricos, 10 de los cuales aparecen en la lista de multimillonarios de Forbes.

El Banco Mundial ha dicho que, durante el gobierno de Fox, la riqueza de las familias mexicanas económicamente más poderosas pasó de representar el 4 por ciento del PIB en 2004 a 6 por ciento en 2006, mientras que la mitad de la población de México siguió en la pobreza.

Historias y estadísticas como las precedentes han llevado a la errónea conclusión de que en México hay más ricos que, por ejemplo, en Suiza. No es verdad. En México muy pocas personas tienen dinero.

Según las estimaciones más confiables, que parecen ser las de la empresa Datamonitor, en 2006 había en México 3 mil 200 mexicanos que tenían, cada uno de ellos, más de 3 millones de euros (casi 3 millones 900 mil dólares) en activos líquidos dentro del territorio nacional. ¿Qué son los activos líquidos? Efectivo, depósitos bancarios, acciones, fondos de inversión, etcétera. Si se suma el dinero de estas 3 mil 200 personas, el resultado es escandaloso: el 0.003 por ciento de la población mexicana concentra en sus manos valores líquidos por alrededor de 21 mil 100 millones de euros (27 mil millones de dólares, aproximadamente), sin contar lo depositado fuera del país.

El problema no es que haya mexicanos millonarios, sino que sean una parte muy pequeña de la población total de México las personas con la cantidad mínima de dinero que se necesita para ser consideradas “ricas” según estándares internacionales.

Los datos que he mencionado, y los que analizaré enseguida, son del estudio Wealth management in Mexico 2005, publicado en septiembre de 2006 por Datamonitor, una consultora con sede en Londres que brinda servicios de “inteligencia de negocios” a las 5 mil más grandes empresas del mundo. Tal análisis está disponible en internet (en www.datamonitor.com) y tiene un costo de 2 mil 750 dólares. Obviamente, los únicos interesados en adquirirlo son los administradores de riqueza o de fortunas que, sobre todo, trabajan para las instituciones bancarias de Europa y Estados Unidos y que siempre están disponibles para manejar el dinero de los mexicanos acaudalados.

Datamonitor distingue entre los ricos a secas (mass afluent individuals) y los muy ricos (high networth individuals). Los ricos a secas son aquellos que poseen en activos líquidos dentro del país entre 50 mil y 300 mil euros. Es decir, son los que tienen en efectivo o en depósitos entre 700 mil y 4 millones 250 mil pesos. El muy rico, en cambio, es el que tiene activos líquidos por encima de los 300 mil euros (4.25 millones de pesos). No se está hablando solamente de los potentados que coleccionan coches de lujo o compran yates, sino de todos los mexicanos con una mínima capacidad de ahorro como para vivir, digámoslo así, con cierta tranquilidad.

En 2004 había en México 233 mil individuos pudientes (ricos a secas y muy ricos) que poseían en conjunto alrededor de 72 mil millones de euros (poco menos de 100 mil millones de dólares) en activos líquidos en el país, es decir, el 0.22 por ciento de la población. Eso contradice la idea, tan difundida, de que México es el tercero o cuarto país con más millonarios en el mundo. Está lejos de serlo.

Según otros estudios de Datamonitor, en 2004 el 9 por ciento de la población francesa, esto es, alrededor de 5 millones de individuos –21 veces más que en México, pero con una población mucho menor–– habían conseguido ahorrar al menos 50 mil euros. En Suiza eran el 22 por ciento de la población. En Alemania, el 11 por ciento. En Italia, el 9.8 por ciento. En Holanda y Bélgica, el 13 por ciento. En España, el 6 por ciento. En Inglaterra, el 10 por ciento de la población.

Y ni para qué hablar sólo de las personas que en 2004 tenían en activos líquidos superiores a los 300 mil euros. De los 233 mil mexicanos pudientes, sólo 49 mil eran muy ricos. ¿Cuántos había, ese año, en otros países? Alrededor de 500 mil franceses eran muy ricos. En Italia el número era un poco mayor. En Inglaterra, en 2004, los muy ricos casi llegaban al millón de individuos. Y en Estados Unidos más de 8 millones de sus ciudadanos poseían por lo menos 300 mil euros.

Los ricos a secas (los que tenían entre 50 mil y 300 mil euros) poseían en 2004, en conjunto, 21 mil 600 millones de euros (casi 28 mil millones de dólares). Y los muy ricos (más de 300 mil euros cada uno) tenían en total, ese año, 50 mil 400 millones de euros (65 mil millones de dólares) en activos líquidos en el país.

De los 233 mil mexicanos pudientes que había en 2004, sólo el 21 por ciento eran muy ricos, es decir, 49 mil ciudadanos. Ricos a secas eran los restantes 184 mil.

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No habrá muchos millonarios en México, pero cómo gastan. Se sabe que son propiedad de mexicanos 5 mil de las 10 mil “tarjetas negras” de American Express que hay en el mercado. Son las tarjetas con las que uno puede comprar un avión o cualquier cosa más cara.

Sintetizo una crónica de la revista Quién: Mara Hank, guapa mexicana, se robó el corazón del suizo Marc Moret. La boda civil se celebró en el principado de Mónaco y el matrimonio religioso en Tijuana, ciudad de la que es alcalde el papá de la novia, Jorge Hank Rhon. Ella lució “radiante en una creación de Victorio&Lucchino”. Consagraron la unión Rafael Romo, arzobispo de Baja California; Onésimo Cepeda, obispo de Ecatepec, y Abelardo Alvarado, obispo auxiliar de la arquidiócesis de México. Cantaron los mismísimos Niños Cantores de Viena, con sus 13 integrantes. El banquete se sirvió en el Hipódromo Agua Caliente, propiedad de Jorge Hank. Estuvo presente la fotógrafa personal de la familia, Ivonne Venegas, gemela de la cantante Julieta. “Transcurría la velada tranquilamente cuando las luces se apagaron y, con los invitados aún sorprendidos, llegó el Sol para iluminar la noche. Luis Miguel…” Días antes se efectuó la preboda en una plaza de toros. La figura fue el matador Eloy Cavazos y, al concluir la corrida, hubo peleas de gallos y antojitos mexicanos. Fue una fiesta para 2 mil 500 invitados que costó 3 millones de dólares. Una baba de perico.

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El estudio de Datamonitor es muy completo. En el año 2000 había en México 124 mil 500 individuos ricos a secas y 29 mil 700 muy ricos. Entre 2001 y 2002 se desplomó el mercado de capitales en el mundo, lo que provocó que en México el número de personas pudientes decreciera, pero no declinó la riqueza de éstas. En esos años el país no generó nuevos ricos a secas, pero hubo más muy ricos. De hecho, hubo 3 mil 100 nuevos muy ricos y 2 mil 100 ricos a secas dejaron de serlo. De acuerdo a esta lógica, en el futuro se espera que aumente más el número de los muy ricos que el de los ricos a secas. En 2009 habrá 269 mil 400 ricos a secas y 75 mil muy ricos.

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No me atrevo a criticar a Liliana Sada Melo, la regiomontana que se ha ganado a pulso el honor de ser considerada la invitada “más importante del happening social de la Ciudad de México”, según R.S..V.P., el suplemento de frivolidades del diario Excélsior. Esta mujer, hija de Federico Sada, presidente de Vitro en la actualidad, es una de las clientes principales de la casa Christian Dior en París, lo que es decir. Ella gasta en Dior verdaderas fortunas cada vez que la exclusiva tienda de modas y de bisutería lanza al mercado una nueva colección. Respetuoso de su derecho a vestirse como se le pegue la gana, no me atrevo a considerar ni siquiera mínimamente incorrecto lo que hace esta dama que se educó en Canadá, Suiza y Estados Unidos y que tiene dos carreras terminadas: Arqueología, en la Universidad de Boston, y Fashion Marketing, en la Parsons School of Design de Nueva York.

Tampoco me atrevo a criticar lo que hace su padre, Federico Sada, amigo personal de George Bush, aficionado a la cacería, un hombre ciertamente amable. El avión de Federico puede volar desde Monterrey, donde él reside, hasta el corazón de África. Dicen que a veces hace paradas en España para recoger al Rey Juan Carlos, al que también le fascina dar de balazos a los leones y a los elefantes. El prietito en el arroz es que el avión no es de mi tocayo, sino de la compañía que administra, Vitro, en la que hay muchos socios molestos porque la empresa atraviesa hoy en día por las peores condiciones financieras de su centenaria historia. “Empresas pobres, empresarios ricos”, dijo López Portillo. ¿O la frase es de Echeverría? Sabrá Dios. En cualquier caso, a mí no me corresponde cuestionar a Federico Sada que es, sin duda, una persona educada que siempre me ha tratado muy bien. Si sus accionistas y acreedores le permiten darse la gran vida, felicidades. Su avión, un Bombardier BD 700-1A10 Global Express, de los más caros del mundo, ha sido fotografiado por internautas en aeropuertos de Austrialia, Portugal, Suiza, Gran Bretaña, Nueva Zelanda y de muchos otros países del mundo.

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El problema no es que los potentados mexicanos anden por la vida como reyes magos, sino que en México haya muy pocos individuos muy ricos con espíritu emprendedor.

En el estudio de Datamonitor se cita una investigación de la Asociación Latinoamericana de Capital de Riesgo, según la cual el mercado de riqueza mexicano se caracteriza por la ausencia de inversionistas del tipo “Ángel”, que son aquellos muy ricos ya retirados que invierten en pequeños negocios de jóvenes empresarios que inician sus carreras. Estos muy ricos, en vez de ponerse a contar sus ganancias, destinan parte de sus fortunas a proyectos empresariales riesgosos pero con un alto potencial de crecimiento, sobre todo en los sectores en los que ellos han invertido en el pasado.

Como normalmente se trata de proyectos de alto riesgo, los muy ricos retirados esperan un elevado rendimiento que alcanzan estableciendo condiciones de salida muy bien definidas desde el principio, que típicamente consisten en vender el negocio a un tercero o en ir al mercado de valores. La Asociación Latinoamericana de Capital de Riesgo atribuye la inexistencia de inversionistas “Ángel” en México a la inequitativa distribución del ingreso que hay en este país, que ayuda muy poco a estimular la creación de nueva riqueza. Además, buena parte de los muy ricos mexicanos no acumularon sus fortunas emprendiendo negocios, sino que son producto de herencias. Se trata de individuos que no tienen espíritu emprendedor porque nunca han emprendido nada. Otro factor tiene que ver con los valores culturales mexicanos que enfatizan la unidad familiar. Esto significa que muchos muy ricos prefieran entregar su riqueza a sus parientes cercanos, aunque no tengan espíritu emprendedor, antes que invertirla en proyectos más rentables de personas a las que no conocen

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La política es una gran fuente de riqueza en México. Hasta la familia del más modesto de los últimos presidentes mexicanos, Ernesto Zedillo, se coló al jet set. Su hijo, Ernesto Jr., ha sido durante años protagonista frecuente de las revistas sociales. Cito una de tantas notas: “Arquitecto por la Universidad Anáhuac, es miembro de tres importantes despachos de construcción… Viste mucho ser hijo de un ex presidente y por añadidura, ama el lujo y la buena vida: su ropa es diseñador y cuando invita a su casa, el servicio está a cargo de un chef que trabaja sólo para él. Sus cenas íntimas son con velas, platillos de la alta cocina y los mejores vinos. Por si eso no bastara, se transporta en helicóptero y avión privado”. Y Chico Ché preguntaría: “¿Quén pompó?”

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Datamonitor subraya que los mexicanos muy ricos reparten sus activos líquidos entre Estados Unidos y México. Pero los que tienen más de 5 millones de dólares en depósitos (más que más que muy ricos son inmensamente ricos) tienden a buscar el mercado de Estados Unidos más que el de México para invertir. Los que poseen entre 1 millón y 5 millones de dólares se fijan también en los dos países, pero generalmente dejan la mayor parte de su ahorro en México. A los mexicanos pudientes les interesa más preservar su riqueza que buscar oportunidades de inversión en las que haya riesgo.

Hasta aquí se ha hablado del dinero que los mexicanos con recursos tienen en México. ¿Cuánto se han llevado fuera del país? El monto es incalculable. Para dar una idea de esto, Datamonitor dice que 75 mil millones de dólares salieron del país entre 1980 y 1995.

Houston es el lugar al que más acuden los mexicanos con dinero para invertir su patrimonio. Y, por lo tanto, es el sitio al que más recurren los administradores de riqueza para dar servicio a los mexicanos pudientes. En 2002, BBVA Bancomer transfirió su oficina internacional bancaria de Los Ángeles y Nueva York a Houston. La División Internacional de Banca Privada de Bank of America tiene su oficina central en Houston. Y la banca privada de Citigroup sirve a sus clientes latinoamericanos desde Houston, Nueva York y Miami.

Según Julius Baer, Suiza, Luxemburgo y Gran Bretaña son también ubicaciones preferidas por el dinero mexicano. La firma Julis Baer manejó parte del dinero de Raúl Salinas de Gortari en Suiza.

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México es uno de los países en donde las diferencias entre el 10 por ciento más rico de la población y el resto son mayores. En un estudio de Miguel Székely, entre 10 países seleccionados de América Latina, México ocupó el quinto lugar en desigualdad y se ubicó entre las 12 sociedades más desiguales del mundo.

La nuestra es tierra de concesiones y de monopolios, un lugar en el que viven decenas de millones de pobres y muy pocos ricos. Pero los que en México alcanzan el estatus de millonarios poseen fortunas de fábula, que han acumulado normalmente en complicidad con el poder político.

En nuestra nación, un solo grupo (Carso) controla el 90 por ciento de los aparatos de teléfono existentes, dos compañías (Televisa y TV Azteca) poseen el 90 por ciento de las frecuencias de televisión, dos empresas (Modelo y Cuauhtémoc-Moctezuma) se reparten el 100 por ciento del mercado de la cerveza, un productor (Maseca) es el dueño de casi todo el maíz para elaborar las tortillas de los mexicanos.

Son unos cuantos los apellidos de los dueños del dinero: Slim, Arango, Salinas, Bailleres, Aramburuzabala, Hernández, Zambrano, Fernández, Azcárraga, Harp, González, Vázquez, Saba, Sada, Garza, Hank, Peralta, Aspe, Coppel, Alemán, Camil, Senderos, Beckmann.

Lo malo no es que tengan mucho ni que se la pasen tan bien, sino lo que hacen para mantener sus privilegios: concentrar el dinero y sacarlo del país, acaparar la producción, disminuir los salarios y también, lo mero principal, asegurarse de que en los principales cargos del gobierno no habrá jamás estadistas, sino sólo gerentes al servicios de ellos. El 2 de julio de 2006 resultó paradigmático al respecto.