INDICE POLITICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
EL OPERADOR DE MARTA (2 de 2)
QUIEN PIENSE QUE Gonzalo Bustamante, el operador de Marta Sahagún para sus millonarios enjuagues, fue una suerte de Rasputín influenciando a la actual esposa de Vicente Fox como aquél lo hacía con la zarina, está muy lejos de la realidad. Bustamante se desempeñaba más bien como el empleado de confianza que, por ejemplo, actuaba como "dama de compañía" de Manuel Bribiesca Sahagún, y lo acompañaba por instrucciones de su mamá, a depositar dinero en cajas de seguridad en bancos de Houston, Texas.
O como ujier "de luxe", cuando Marta quería recibir a alguien en Los Pinos, pasando por alto las medidas de seguridad implantadas por el Estado Mayor Presidencial. Para que no quedara registro de ninguna de esas visitas, generalmente empresarios en alguna bronca a las que la controversial michoacana arreglaba sus asuntos a cambio de numerario, Bustamante se reunía con esos ellos en algún lugar cercano a la residencia oficial, y ella avisaba al EMP que Gonzalo y dos o tres personas más –de quienes no daba nombres-- tenían cita con ella y que les franquearan el paso. Ingresaban por la puerta lateral de Los Pinos, directamente a la cabaña, y nadie se enteraba quiénes eran, aunque sí todo el personal del lugar sabían a que iban.
Gonzalo Bustamante fue, también, quien presentó a Marta al director general de Tupperware. Obviamente lo sablearon, al estilo de la casa. Y nunca le cumplieron. Como hicieron con muchos otros empresarios.
El multifacético Bustamante también fue investigador privado.
Y es que según narra en largas sobremesas –de donde proviene la mayor parte de la información aquí presentada— fue él quien se encargó, a pedido especial de su "socia", de recopilar los documentos que se le requerían para tramitar, primero, su divorcio y, luego, la anulación religiosa del vínculo matrimonial que durante más de 25 años mantuvo con el veterinario celayense Manuel Bribiesca.
Y por supuesto, Bustamante también dio a Marta muestras sobradas de que seguir siendo experto en el manejo de medios, ya que le consiguió que una empresa que se dedica a comercializar productos por TV realizara y pagara las encuestas que encargó Marta para medir su popularidad y poder venderle al Presidente que ella podía ser la candidata del PAN a la Presidencia sin que nadie en Los Pinos se enterara.
En fin siempre fue un personaje oscuro al servicio incondicional de Marta.
Pero, para no variar, Sahagún le pagó mal. O no le pagó. Nunca tuvo, tampoco alguno de sus allegados, una posición.
Hoy se queja de que sus ingresos se reducían a sólo una parte de lo que "ganaban" vendiendo citas con Marta, y la iguala que le daba Arturo Sánchez.
Fue maltratado. Por ejemplo, en el primer viaje que, ya como esposos, hicieron Fox y Marta a Europa estaba invitado Gonzalo. Sin embargo, de ultima hora, llegó Emilio Azcárraga con un amigo y tuvieron que bajar del avión a Bustamante, quien ni siquiera tuvo tiempo de bajar su equipaje del avión. Sólo sus maletas hicieron el periplo.
Y hoy casi todas las tardes, se queja de su mala suerte.
QUIEN PIENSE QUE Gonzalo Bustamante, el operador de Marta Sahagún para sus millonarios enjuagues, fue una suerte de Rasputín influenciando a la actual esposa de Vicente Fox como aquél lo hacía con la zarina, está muy lejos de la realidad. Bustamante se desempeñaba más bien como el empleado de confianza que, por ejemplo, actuaba como "dama de compañía" de Manuel Bribiesca Sahagún, y lo acompañaba por instrucciones de su mamá, a depositar dinero en cajas de seguridad en bancos de Houston, Texas.
O como ujier "de luxe", cuando Marta quería recibir a alguien en Los Pinos, pasando por alto las medidas de seguridad implantadas por el Estado Mayor Presidencial. Para que no quedara registro de ninguna de esas visitas, generalmente empresarios en alguna bronca a las que la controversial michoacana arreglaba sus asuntos a cambio de numerario, Bustamante se reunía con esos ellos en algún lugar cercano a la residencia oficial, y ella avisaba al EMP que Gonzalo y dos o tres personas más –de quienes no daba nombres-- tenían cita con ella y que les franquearan el paso. Ingresaban por la puerta lateral de Los Pinos, directamente a la cabaña, y nadie se enteraba quiénes eran, aunque sí todo el personal del lugar sabían a que iban.
Gonzalo Bustamante fue, también, quien presentó a Marta al director general de Tupperware. Obviamente lo sablearon, al estilo de la casa. Y nunca le cumplieron. Como hicieron con muchos otros empresarios.
El multifacético Bustamante también fue investigador privado.
Y es que según narra en largas sobremesas –de donde proviene la mayor parte de la información aquí presentada— fue él quien se encargó, a pedido especial de su "socia", de recopilar los documentos que se le requerían para tramitar, primero, su divorcio y, luego, la anulación religiosa del vínculo matrimonial que durante más de 25 años mantuvo con el veterinario celayense Manuel Bribiesca.
Y por supuesto, Bustamante también dio a Marta muestras sobradas de que seguir siendo experto en el manejo de medios, ya que le consiguió que una empresa que se dedica a comercializar productos por TV realizara y pagara las encuestas que encargó Marta para medir su popularidad y poder venderle al Presidente que ella podía ser la candidata del PAN a la Presidencia sin que nadie en Los Pinos se enterara.
En fin siempre fue un personaje oscuro al servicio incondicional de Marta.
Pero, para no variar, Sahagún le pagó mal. O no le pagó. Nunca tuvo, tampoco alguno de sus allegados, una posición.
Hoy se queja de que sus ingresos se reducían a sólo una parte de lo que "ganaban" vendiendo citas con Marta, y la iguala que le daba Arturo Sánchez.
Fue maltratado. Por ejemplo, en el primer viaje que, ya como esposos, hicieron Fox y Marta a Europa estaba invitado Gonzalo. Sin embargo, de ultima hora, llegó Emilio Azcárraga con un amigo y tuvieron que bajar del avión a Bustamante, quien ni siquiera tuvo tiempo de bajar su equipaje del avión. Sólo sus maletas hicieron el periplo.
Y hoy casi todas las tardes, se queja de su mala suerte.