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lunes, 18 de diciembre de 2006

POR QUIEN VOTARON LOS MAESTROS EL 2 DE JULIO?

Carlos Tello Díaz


La deuda

“La reforma educativa es central y vital para México”, reflexionaba en una entrevista Lorenzo Meyer. “Pero esa reforma no es viable. ¿Quién es uno de los grandes apoyos de Calderón? El sindicato de maestros. ¿Quién fue uno de los grandes instrumentos para la victoria de Calderón? La maestra Elba Esther Gordillo, quien le dio a Calderón más de un millón de votos. Ahí están las cifras. Fue una operación quirúrgica, muy bien planeada: le doy a mis legisladores todo el apoyo del mayor sindicato de México y de América Latina, pero los votos para la Presidencia se los doy a Calderón” (“Entrevista a Lorenzo Meyer”, Fernando Botero, Estilo, noviembre de 2006).

Quiero en primer lugar anotar una coincidencia fundamental: la reforma educativa es en efecto central y vital para México. Sin inversión en capital humano, más y mejor, el país no podrá ser el que quiere y puede ser en el siglo XXI. Pero quiero también señalar una discrepancia con respecto del tamaño de la deuda que tiene el presidente Calderón con la maestra Elba Esther Gordillo. La deuda existe, sin lugar a dudas. El excandidato del PAN ganó la elección del 2 de julio con muy pocas deudas: una con la maestra Elba Esther, otra con su propio partido y una más, que ya pagó, con los empresarios más identificados con el Consejo Coordinador Empresarial (esta deuda la pagó con la derrota a López Obrador). La deuda con el PAN está reflejada sobre todo en el gabinete social. La deuda con Elba Esther en las posiciones que personas muy cercanas a ella recibieron en el gobierno: Miguel Ángel Yunes en la Dirección del ISSSTE, Francisco Yáñez en la Dirección de la Lotería Nacional y Roberto Campa en la Secretaría Técnica del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Y ahora la deuda con ella se ha visto reflejada en el ámbito de la educación, con el nombramiento de Fernando González Sánchez, yerno de la maestra, en la Subsecretaría de Educación Básica. ¿Es así de grande la deuda con ella?

Es común dar por hecho que Elba Esther Gordillo transfirió cerca de un millón y medio de votos al candidato del PAN –y que esta acción refleja la dimensión de la deuda que tiene con ella Calderón. Me gustaría dedicar este espacio a matizar esta cuestión. Elba Esther habló por teléfono con todo mundo (lo sabemos) el domingo de la elección. Su partido, Nueva Alianza, había contratado una encuesta a una firma con sede en Guanajuato, Mirac, que tenía relaciones con el SNTE. Cuando recibió el primer corte, hacia las dos de la tarde, Elba Esther no perdió más tiempo: empezó a operar a favor del candidato del PAN. Habló, entre muchos otros, con el gobernador de Tamaulipas. “Hay que saber cómo actuar y aquí sí viene la decisión de fondo”, sabemos que le dijo, “porque la información que hay acá de los estados de nuestros amigos de Tamaulipas y Coahuila es que están con todo con el PRI, y van a hablar. No sé si ya hablaron. Más vale que ustedes se adelanten, si así lo deciden, con Felipe, para vender lo que tengan... No sé por dónde anden, si por azul o por amarillo, pero si es por azul, que es lo que pensamos, vale más hablarle a Felipe y decirle algo, ¿no? Para no quedar mal”. La grabación fue una de las pruebas que presentó, para impugnar la elección, la Coalición Por el Bien de Todos, pero el Tribunal Electoral respondió que era “una grabación de una conversación entre particulares respecto de la cual no existen elementos para sostener que se obtuvo legalmente, por lo que carece de todo valor jurídico” (TEPJF, Dictamen relativo al cómputo final de la elección de presidente de los Estados Unidos Mexicanos, México, 5 de septiembre de 2006, p. 315).

Es imposible saber el efecto que tuvo, en términos de los votos en Tamaulipas, la llamada de Elba Esther. Lo cierto es que Roberto Campa, el candidato de Nueva Alianza, obtuvo una votación muy inferior a la de los candidatos postulados por su partido para el Congreso. Hubo alrededor de 1.4 millones de personas cercanas al Panal, generalmente del SNTE, que votaron por sus aspirantes para la Legislatura, pero no por Campa para la Presidencia de la República. ¿Por qué candidato, entonces, sufragaron ese día? Los maestros tendían naturalmente hacia López Obrador, pero hubo línea de votar a favor de Calderón. Es ingenuo suponer, como muchos creyeron y dijeron, y dicen todavía, quizás ya sin creer, que a causa de la línea todos esos votos –cerca de un millón y medio– fueron transferidos hacia el candidato del PAN. Las cosas no son así de fáciles: no todo el mundo fue manipulado. Una encuesta de voto diferenciado realizada por Consulta Mitofsky, por ejemplo, muestra que los panalistas votaron un poco más por el PRD que por el PAN: 0.8% de los que sufragaron, según la encuesta, votaron por Nueva Alianza para el Congreso y por Calderón para la Presidencia, y 1.1%, por Nueva Alianza para el Congreso y por López Obrador para la Presidencia. Así lo sugieren otros estudios. Federico Berrueto, por ejemplo, publicó un ensayo que trata entre otros temas el del voto diferenciado del Panal: “En el caso de Campa, los distritos con mayor voto diferenciado, que en su mayoría trasladaron su preferencia hacia López Obrador, son Mazatlán, General Escobedo, Palenque y Tuxtla Gutiérrez; la diferenciación por Calderón se presentó en Huixquilucan, y se dividió entre ambos en Puebla y Culiacán” (“Elecciones de la discordia”, Voz y voto, julio-agosto de 2006).

Los maestros votaron por todos los candidatos, hasta por Madrazo, a pesar de su pleito con Elba Esther. Los sufragios a favor de López Obrador fueron mayoritarios, pero pudieron haber sido abrumadores de no ser por la línea de la maestra para votar a favor de Calderón. Alrededor de medio millón de los que no votaron por Campa, según los datos que podemos deducir de las encuestas de salida, favorecieron al candidato del PAN. ¿Cuántos de ese medio millón pensaban votar originalmente por otro candidato, pero votaron al final por Calderón? En ellos radica la deuda del presidente con la maestra el 2 de julio. No puede ser tan grande como el problema de la educación en México.