La Nación y el País víctimas de narcos y la guerra

Alvaro Cepeda Neri

Una y otra vez, machaconamente, el señor Calderón (que hace “cambios” entre sus empleados directos para tener el máximo control de su presidencialismo autocrático y absolutista), nos ha dicho a los mexicanos que no dará un paso atrás en su decisión de militarizar el combate a los narcotraficantes y demás delincuencias que se han apoderado de la paz social para convertirla, unos y otros, en un terrorismo donde lo mismo se matan entre ellos que cometen otros homicidios (van más de 30 mil contabilizados oficialmente, pero rebasan los 300 mil, sin que existan averiguaciones para deslindar responsabilidades si éste es, como parece, un Estado de Derecho), donde las víctimas inocentes son niños, estudiantes y ciudadanos que ejercen su derecho al libre tránsito.

Y como no hay la suspensión de derechos y garantías, conforme a lo dispuesto en el Art. 29 de la Constitución, entonces lo que tenemos los mexicanos es una guerra ilegal que un gobierno, el calderonista, además de ser un gobierno fallido, de facto, por su puro autoritarismo, ha emprendido una lucha que ha sido criticada dentro y fuera del país, ya que carece de resultados y solamente ha prolongado una sangrienta represión en la que los narcos y sus matones han impuesto la violencia criminal por encima de las leyes para mantener a la Nación atemorizada y enlutada, en un clima de miedo y sin que impere la mínima racionalidad. Y por todo el territorio todos los días aparecen cadáveres, balaceras a plena luz del día y, ahora, los “carros-bomba” para homicidios colectivos.

Los militares obedecen ciegamente a Calderón por temor a ser destituidos (y los cargos reditúan, para la élite uniformada, como para los jerarcas policiacos, ganancias exorbitantes) y están llevando al país a casi una “guerra de todos contra todos”, como si el nuestro fuera un Estado de Naturaleza donde la “ley de la selva” es lo que impera. Los mexicanos ya estamos más que angustiados. Tenemos pavor, ya que la delincuencia presume de su poder para matar impunemente y dispara a discreción, ejecuta a sus cómplices, asesina a sus rivales y se enfrenta a soldados y policías, a pesar de sus bajas humanas y captura de sus arsenales y dinero, con la mayor altanería.

No debe el calderonismo continuar con su guerra donde las principales víctimas son la Nación y el País. Los gobernantes gozan de vigilancia extrema, mientras los mexicanos no tenemos la menor defensa. Estamos en las manos criminales y los abusos militares y policiacos. Estamos sobreviviendo en medio del combate cruzado entre las fuerzas gubernamentales y los matones del narcotráfico. Calderón insiste en su irracional estrategia y dice que es a muy largo plazo la guerra intestina.

Esto ya parece un circo romano, en donde la arena está ocupada por los mexicanos víctimas del fuego cruzado. Eso se llama abuso y falta de inteligencia para combatir a las delincuencias. Y finalmente miles de mexicanos mueren por las balas de unos y otros. Por eso estamos sobreviviendo en permanente angustia lo cual es irracional.