Amalia, con la derrota a cuestas

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♦ Amalia García Medina se va de Zacatecas con una pesada losa a cuestas.

La estrepitosa derrota de los candidatos de la alianza Zacatecas nos Une (PRD-Convergencia) no puede explicarse sin los resultados de la gestión de la gobernadora del estado.

La corrupción, el nepotismo y el autoritarismo con que actuó son las razones fundamentales del fracaso, y éstas hicieron evidente lo que para unos es una personalidad doble, pues Amalia, siendo extremadamente gentil en el trato aparente y con un discurso político que parece impecable, es también una persona autoritaria y aficionada a los lujos con cargo al erario. Logra sobrellevar esta forma común de ser en los políticos, pues siempre tiene su brazo golpeador en sus más cercanos colaboradores, particularmente en su hija, Claudia Corichi García.

El brazo golpeador

En 2004, al inicio del sexenio, Claudia y un grupo de amigos que conoció cuando estudiaba economía en la UNAM ocuparon las carteras más importantes del gobierno y fueron apodados inmediatamente como “la legión extranjera”. Entre ellos destacan Daniel Fajardo Ortiz, de Michoacán; Iulisca Bautista Arreola y Eduardo Ruiz Fierro, del DF, y Sonia Villarreal Silguero, de Tamaulipas. Éstos son los más poderosos y destacados por ser el grupo que toma, junto con Claudia Corichi, muchas de las decisiones de un estado al que llegan sin conocer. Además, se hacen del control del PRD local y cobran fama por sus decisiones equívocas, su prepotencia y su afición por el dispendio.

El brazo económico

En Zacatecas se sabe quiénes se beneficiaron económicamente este sexenio. Destacan Salvador Galván y Luis Galarza, dos “constructores” a quienes se les encargaron las obras más importantes, como el Palacio de las Convenciones y la Plaza Bicentenario, las cuales resultaron con presupuestos inflados y numerosas observaciones de los auditores local y federal.

Además, para afianzar su poder en el estado, la senadora Corichi fungió hasta diciembre de 2009 como presidenta honoraria del DIF, el cual se convirtió en la caja chica para cumplir los caprichos más exóticos de la hija de la gobernadora y sus amigos. Están documentados múltiples viajes a Miami, España y Francia, y la compra de ropas de marca y joyas que eran usadas en las fotografías donde aparecía la gobernadora, junto con su madre y su hija, en espectaculares por toda la capital. Todo, obviamente, con cargo al erario.

El brazo cultural

Una nueva forma de hacer política se inauguró con el gobierno de Amalia García: los eventos culturales. Fue la manera de hacer popular al gobierno al organizar continuamente festivales de cine, teatro, musicales y hasta deportivos, pagados con cargo al presupuesto de uno de los cinco estados más pobres del país y muy por encima de su valor real.

Sobresale el pago para el concierto de Alejandro Sanz, que cobró poco más de un millón de dólares por su presentación, más 10 millones de pesos en viáticos. También están en la lista las presentaciones de Miguel Bosé, Bob Dylan, Plácido Domingo, Pepe Aguilar, Eugenia León, Yes y Chicago.

Todos esos conciertos fueron gratuitos y, permanentemente, el área de Comunicación del gobierno del estado insistía en que los zacatecanos debían estar agradecidos con la gobernadora por traer estos eventos.

Un ejemplo claro del dispendio fue la organización de los premios Oye!, en donde el gobierno de Zacatecas pagó más de 28 millones de pesos a Ocesa por la organización del evento y la promoción de la figura de la gobernadora en Televisa.

El PRD, destruido

Otra razón del fracaso fue el debilitamiento del sol azteca en Zacatecas, debido a la imposición de candidaturas con personajes que no tenían el peso ni la trayectoria política en el estado, pero sí la cercanía suficiente con la gobernadora.

En cada proceso electoral, un grupo de perredistas abandonaba el partido por esa forma tan particular de elegir a sus candidatos.

En 2007 se registró uno de los cismas más fuertes para el PRD, cuando un grupo encabezado por Ricardo Monreal dejó el partido cuando Amalia García impidió que su hermano David Monreal compitiera por la presidencia de Fresnillo, el municipio más grande del estado.

Así, los Monreal y su grupo se fueron al PT, y ganaron la elección por un amplio margen.

En ese tiempo, Miguel Alonso, quien había sido secretario particular de Ricardo Monreal como gobernador, presidente municipal de la capital y secretario de Turismo con Amalia García, ganó la diputación local como candidato del PRD, y empezó a construir las redes necesarias para competir por la gubernatura del estado.

Desde que fue alcalde, los rumores de que sería gobernador se conocían, pues su popularidad en las encuestas siempre se mantuvo.

Sin embargo, los mensajes que Alonso Reyes recibía de palacio de gobierno eran en sentido contrario al trabajo que él estaba haciendo. Sabía que con el PRD no tendría ninguna posibilidad de llegar a la candidatura, pues Amalia y Claudia tenían otros planes.

Entonces, en marzo de 2009, Miguel Alonso y cuatro diputados locales anunciaron su salida del sol azteca, y un par de meses después su integración a la bancada del PRI.

Los priistas históricos del estado le abrieron las puertas a Miguel, quien en esos momentos ya tenía alrededor de 30% de las preferencias electorales.

El PRI lo cobijó y le ofreció su estructura para competir, lo cual fue considerado como una alta traición a la gobernadora.

El exceso más escandaloso ocurrió en la elección del candidato del PRD a gobernador, que provocó en diciembre de 2009 una severa ruptura en el partido, con la salida de figuras políticas locales como Tomás Torres Mercado, Raymundo Cárdenas, Felipe Álvarez, Camerino Márquez y Juan José Quirino, quienes cuestionaron el método para elegir a Antonio Mejía Haro.

De nueve precandidatos, ocho fueron excluidos con el argumento de ir abajo en encuestas que nadie vio nunca, mientras otras encuestadoras daban resultados totalmente distintos a los que la gobernadora invocó para excluirlos.

El senador Tomás Torres Mercado, quien encabezaba las preferencias en encuestas que sí se hicieron públicas, fue hecho a un lado en la primera ronda que anunció la gobernadora. Semanas después, otro miembro distinguido y quien también punteaba en las encuestas sufrió la misma suerte: Raymundo Cárdenas Hernández.

Los más populares aspirantes a suceder a Amalia García, todos miembros del PRD, como Miguel Alonso Reyes, Tomás Torres y Raymundo Cárdenas, coincidieron más tarde en el PRI.

Mientras tanto, el candidato oficial de la “legión extranjera” y del PRD, Antonio Mejía Haro, inició una campaña que nunca prendió. Las causas se atribuyen, primero, a un fuerte voto de castigo de la población a un gobierno calificado en muchas ocasiones como “frívolo y corrupto”; segundo, al desprendimiento de importantes figuras del PRD local, y tercero, la figura poco carismática de Antonio Mejía Haro.

Los resultados finales fueron una historia anunciada por muchos y produjeron una aplastante victoria y el regreso del PRI al poder en Zacatecas, luego de 12 años de perredismo. Como advirtió Leopoldo Trueba Vázquez, director de la encuestadora Laboratorio de Estadística y Matemática Aplicada de la UAZ: “hubo sorprendidos, no sorpresas”.

El 4 de julio sucedió lo que ya muchos esperaban. Miguel Alonso logró una votación histórica, con más de 271 mil sufragios a su favor, casi 40 mil más que los obtenidos por Amalia en 2004.

Ahora viene la etapa más complicada para las García, pues Miguel Alonso ya lo dijo: “No habrá venganza, pero tampoco impunidad”.