Calderón, fichar mexicanos

Antonio Cerda Ardura

La nueva Cédula de Identidad Ciudadana, cuya creación fue anunciada por el presidente Felipe Calderón el pasado 28 de julio, y que, supuestamente, será garantía de personalidad legal y jurídica única para cada mexicano, es motivo actualmente de agrias discusiones.

Esta identificación, prevista en el capítulo VII de la Ley General de Población, es uno de los compromisos del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, firmado en agosto de 2008 por autoridades federales, estatales y de los tres poderes de gobierno, y será la base para que la Secretaría de Gobernación integre, antes del 2011, en un solo sistema, el Registro Nacional de Personas (Renapo).

Utilizada de manera obligatoria en la mayoría de los países de habla hispana, pero no en las naciones que poseen un sistema jurídico basado en el derecho anglosajón, la cédula costará 3 mil millones de pesos, lo que representan un gasto totalmente inútil en estos tiempos de crisis, más aún cuando la población utiliza como identificación, de manera generalizada, la credencial de elector expedida por el Instituto Federal Electoral (IFE).

En tanto la Cédula de Identidad Nacional llevará las huellas dactilares y la fotografía del rostro e iris de su poseedor, las autoridades estiman que servirá como un mecanismo para combatir a la delincuencia, además de que ahorrará esfuerzos administrativos y trámites innecesarios a la población.

Sin embargo, muchos ciudadanos creen que esta tarjeta significará un instrumento inconstitucional para espiar, que coartará el derecho a la privacidad, y es una herramienta propia de gobiernos autoritarios y fascistas para el control de la población, similar a los sistemas de marcaje que utilizó Hitler durante la represión y el exterminio de los judíos.

Entrevistado por Siempre!, Rafael Hernández Estrada, secretario técnico del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, y representante del mismo partido ante el Consejo General del IFE, afirma que esta cédula será en realidad una especie de ficha policial de cada mexicano, impuesta al gobierno calderonista por los Estados Unidos.

Ex diputado federal y organizador, en 1999, junto con Jesús Ortega, de la corriente Nueva Izquierda, de la que forma parte, Hernández Estrada indica que esta tarjeta será un gasto inútil, ya que duplicará las funciones que tiene la credencial de elector.

Confianza en el IFE

¿Qué tan necesario es contar con la nueva Cédula de Identidad que se pretende expedir y que, incluso, podría ser usada para votar?

Desde 1991 contamos en México con una identificación oficial que es aceptada universalmente en los bancos, por los notarios públicos, en asuntos de juzgados y mercantiles, o en civiles o laborales, etcétera, que es la credencial para votar expedida por el IFE. En esta instancia, el IFE, que es un órgano autónomo, los partidos políticos están representados y, a lo largo de todos estos años, han intervenido en la fijación de criterios que garantizan la seguridad de los datos personales que están inscritos en ese padrón. La confianza que le han dado la ciudadanía y todas las instituciones a la identificación del IFE, ha sido ganada a pulso y se ha ido incrementando pese a que han ocurrido casos de falsificación. De manera que uno se pregunta por qué quiere el gobierno de Felipe Calderón sacar otra credencial.

El argumento que usa el régimen es que la Constitución establece como una obligación del Estado dotar de identificación a las personas, pero ocurre que esa facultad nunca se ha ejercido. Sin embargo, ahora Calderón señala que la Ley General de Población le exige que expida una identificación. Si recordamos, en la década de los 70 no había ni credencial para votar ni IFE. Las elecciones las organizaba el gobierno, que hacía una serie de trampas.

Las boletas ni siquiera tenían fotografía.

No tenían foto. En lugar de credencial para votar se utilizaba un cartoncito llenado a mano. En la década de los 90, el Estado, a través del IFE, dotó a la mayoría de los ciudadanos con la credencial. Y una de las razones del éxito de esta credencial es su cobertura: el 99 por ciento de los mexicanos, mayores de 18 años, la tienen hoy.

A la gente le gusta pensar que con la credencial adquiere ciudadanía.

Cuando un joven va a cumplir 18 años, a lo mejor no le interesa votar, pero sí le interesa su uso como identificación. ¿Para qué se quiere expedir otra credencial?

¿Y cuál es la razón?

No ha habido una explicación clara ni de Calderón ni del gobierno. Los argumentos son muy confusos y el principal indica que la cédula va a evitar la portación de muchas credenciales. ¡Eso no es cierto! Si alguien es beneficiario del Seguro Social, por ejemplo, el IMSS lo tiene que identificar y le va a expedir una credencial. Si alguien requiere de un crédito bancario, el banco lo va a identificar con su credencial para votar y después le va a otorgar su tarjeta de crédito con su nombre.

La cédula sería, entonces, una duplicidad.

Exacto. Y hay una razón que no dice claramente el gobierno de Calderón, pero tiene qué ver con la seguridad pública y con una presión de los Estados Unidos: nos quieren fichar. El gobierno ha dicho que se calcula que en México hay 500 mil personas vinculadas al crimen organizado. Bueno, pues en lugar de fichar a esos 500 mil delincuentes, quieren fichar a 105 millones de mexicanos, incluidos los niños. Prácticamente es un fichaje y lo único que falta es que nos saquen la foto con un número al pie, como las fichas policiales, aunque lo que va a llevar la cédula es peor: las fotos del iris y de las diez huellas digitales.

La gente asocia una medida así con los regímenes represores que hubo en Latinoamérica o España, cuando se inició el uso del famoso carné o carnet de identidad. A los judíos, los nazis llegaron a marcarlos. Si es por razones de seguridad, la estrategia parece mal planteada, cuando se ha hablado, en cambio, de un sistema nacional para identificar a policías y delincuentes.

¿Cuántas décadas tenemos escuchando ese plan de que habrá un padrón de policías y delincuentes? ¡No hay en México ni siquiera una base de datos de quienes están en la cárcel presos y condenados por delitos! Todos sabemos que hay policías que se vinculan con el crimen y se corrompen. Si, por ejemplo, despiden a malos policías del Estado de México, meses después ya están en los cuerpos de seguridad de Baja California. Y la respuesta es siempre: “Vamos a hacer una base de datos”. Desde hace veinte o treinta años se viene diciendo lo mismo. Y en lugar de hacer eso, que es factible y que no sé en qué radique la dificultad, quieren ficharnos a todos.

Deberían, primero, fichar a los cuerpos policíacos y a la delincuencia. Este en realidad no es un intento por identificar a los mexicanos. ¿Por qué? Porque los mexicanos tenemos con qué identificarnos, ¡ya estamos identificados todos!

Condicionamiento de EU

¿En el fondo de esto existe, entonces, una motivación política? Con esta ficha el Estado podría tener cierto control de los que considere sus enemigos políticos.

Yo creo que tiene que ver con esto, con cuestiones de seguridad pública y, sobre todo, con algún condicionamiento por parte de Estados Unidos que el gobierno de México no ha hecho público. De otra forma, no me explico por qué razón se empeñan en ese plan, que ha sido rechazado, incluso, por la Cámara de Diputados. El Congreso negó recursos a ese proyecto. Puso en cero pesos el presupuesto que se habían solicitado para el año siguiente. El gobierno va a distraer recursos de otros programas para hacerlo y ya no es resultado de una licitación, porque están por firmar contratos. Así que no veo la razón, si no es que los gringos lo impusieron. Han de haber condicionado recursos para el Plan Mérida u otras cosas, a cambio de que nos fichen a todos.

Por otra parte, en la Unión Americana no existe una ficha así. Es más, todos sabemos que en muchos estados los mexicanos pueden sacar su licencia de conducir sin tener una sola identificación oficial expedida por ese gobierno.

Ahora que se ha referido a la licitación para imprimir esta cédula, se hablaba de la participación de una compañía venezolana que ha tenido problemas legales.

Hay muchas dudas. La empresa se llama Smartmatic y en los documentos con los que se inscribió en esta licitación su domicilio se ubica en Holanda, pero, en realidad, su dueño es venezolano. La compañía se ha dedicado a vender implementos que se utilizan en cuestiones electorales, particularmente urnas electrónicas o máquinas para votar. En México se vota en papel, pero hay países en donde el sufragio se emite en forma electrónica, es decir, a través de una máquina, de una especie de computadora. Las máquinas que comercializa esta empresa han sido muy cuestionadas. Se utilizaron en Venezuela y en el estado norteamericano de Florida, cuando George Bush hijo se reeligió.

Esa elección de estuvo atorada mucho tiempo.

Exacto. Estuvo atorada en Florida, donde gobernaba el hermano de Bush.

¿Esto nos podría indicar que el gobierno adquiriría en esta empresa algún paquete que le permitiera controlar las elecciones?

No lo sé. Es posible. Pero la licitación está ya impugnada. Algunas empresas participantes alegan que hicieron mejores ofertas y cuestionan que, a pesar de que existía un vendedor muy fuerte, la licitación benefició a Smartmatic.

Derecho humano básico


Eso despierta sospechas.

Así es, despierta sospechas. Y, por cierto, entre las patas, como se dice coloquialmente, salió a relucir un organismo llamado Transparencia Mexicana, que fungió, entre comillas, como testigo social. Este organismo cobra por esos servicios de testigo y firmó un testimonio de que la licitación había sido transparente. Pero no fue nada transparente. Y, a final de cuentas, desde mi punto de vista, este plan está destinado al fracaso, ya que aparte de las dudas que se generaron en la licitación, muchos mexicanos nos vamos a negar a ir a que nos fichen. Yo como gente de izquierda que sufrió represión y de cárcel durante la dictadura priísta, me niego a que me fichen. Los datos personales son de las personas, no del gobierno. La identidad, que está formada por los datos, es un derecho humano básico. Y ya sabemos los abusos que se dan cuando hay un mal manejo de nuestros datos. De repente, de la nada, uno recibe llamadas de gente que le ofrece productos, tarjetas de crédito o propaganda política.

No sabe uno cómo nos conocen.

No se sabe de dónde sacaron la información o el teléfono, pero los consiguen a través de esas bases de datos. No hace mucho, México tuvo una mala experiencia de una empresa norteamericana llamada ChoicePoint. Esta empresa estuvo involucrada en el fraude electoral de Florida que favoreció la reelección de Bush. ChoicePoint fue contratada por ese estado, es decir, por el hermano de Bush, para rasurar el padrón. Supuestamente, lo que iban a hacer era dar de baja a las personas condenadas por delitos, que no tenían derecho a votar por ese motivo. Pero arrasaron con el padrón, particularmente con la población negra y de origen mexicano. ChoicePoint hizo esa trampa, que fue la razón por la que Bush obtuvo la reelección en Florida. Y por allá del 2003, ChoicePoint compró una copia de la base de datos del Registro Federal de Electores. Esto se supo porque, a su vez, la empresa estaba ofreciendo esa base de datos a sus clientes. ¿Quiénes eran sus clientes? Los servicios de inteligencia mexicanos o de Estados Unidos; empresas publicitarias, despachos de abogados, etcétera.

Hacían negocio con los datos de los mexicanos.

Así es. Imagine que usted tenga un problema de cualquier tipo con una empresa o un tercero, y que ese tercero tenga acceso a la base de datos electorales para saber no sólo dónde vive usted, sino toda su familia: su hermana, su hermano, su papá, su mamá… ¿En dónde se puede obtener esa información? En una base de datos del Registro Federal de Electores.

Siendo así, la utilización de una empresa, como esta venezolana que está en duda, nos puede acarrear ese tipo de problemas.

Exactamente. Ya ocurrió en México. Ya se investigó, hubo gente que fue a la cárcel y hubo sentencias y multas. Un empleado del Registro Nacional de Población, es decir, de la dependencia que tiene que expedir esta Cédula de Identidad, tuvo acceso al padrón, en virtud de un convenio que el IFE había firmado con la Secretaría de Gobernación. Desde 1999, como parte de los trabajos para expedir la Clave Única de Registro de Población (CURP), el IFE proporcionó su base de datos a Gobernación, la cual se ha ido actualizando porque siempre hay movimientos de altas y bajas. Esta persona sustrajo la base de datos y la vendió a una empresa mexicana que, a su vez, la vendió, por muchos millones de dólares, a ChoicePoint.

Entonces, en resumen, ¿qué debemos pensar sobre esta nueva identificación.

Todos debemos rechazar la pretensión del gobierno mexicano de ficharnos. La Cámara de Diputados debe de insistir en el rechazo a este proyecto, que distraerá recursos de otras partidas para su financiamiento. Si es que el gobierno pone los módulos para obtener esa identificación, la última palabra la tenemos todos los mexicanos: negarnos a concurrir a que se nos fiche.

ZACATECANO, POR ESE Y MUCHOS MOTIVOS MAS, APOYEMOS LA LUCHA DEL LIC. JUAN JOSE QUIRINO SALAS, LIC. TOMAS TORRES MERCADO, ING. RAYMUNDO CARDENAS Y CAMERINO MARQUEZ MADRID, NO PERMITAMOS QUE PASEN LOS PRECANDIDATILLOS GRISES QUE PROPONE AMALIA (con azulito porque son panistas, incluyendo a la sra.), LUCHEMOS POR UN ZACATECAS MEJOR, SAQUEMOS A FLOTE NUESTRO ESTADO, PERO, PIENSA, EL PAN Y EL PRI (PRIAN) NO SON LA OPCION PARA UN MEJOR ZACATECAS, SOLO BASTA RECORDAR LO QUE NOS ESPERA EN EL 2010, LA IMPOSICION DE MAS IMPUESTOS, EL INCREMENTO DE LOS QUE YA EXISTEN, EL INCREMENTO DEL DESEMPLEO, Y LAS DECENAS Y DECENAS DE AVIADORES PRIANISTAS QUE PULULAN EN LAS DIFERENTES DELEGACIONES FEDERALES QUE LO UNICO QUE HACEN ES ROBAR Y ROBAR SIN IMPORTARLES LA POBREZA QUE VIVE EL PAIS Y NUESTRO ESTADO, ASI QUE, POR ESO Y MUCHOS MOTIVOS MAS, DALE UNA PUTA PATADA AL PAN Y DE PASO OTRA AL PINCHE PRI