¡Sí fue atentado!
Lilia Arellano
Para políticos, funcionarios de todos los niveles e incluso para quienes tienen que ver con el renglón seguridad, así como para militares retirados, es ya una certeza que el avión en el que viajaban Juan Camilo Mouriño y sus acompañantes fue blanco de un atentado, lo que provocó su desplome. Una a una van descartando, con los propios elementos que han dado las autoridades, la posibilidad de que se trate de un accidente, y se hace clara referencia a que en ningún momento, en ninguna de sus apariciones y, obviamente, de sus mensajes, Felipe Calderón ha mencionado la palabra accidente, sino tragedia, aunque el lenguaje en otros casos lo ha traicionado y ha permitido ver claramente que el campechano resulta una víctima también de todo el acertijo que vinieron formando durante años los panistas para engañar a todos y en todos los ámbitos.
El despliegue de información que tanto celebran varios medios, sobre todo los televisivos, no es sino una clara intentona de ocultar la verdad con supuestas verdades y muestras de que no se quiere mantener nada en secreto. Las investigaciones, que se sepa, deben hacerse con sigilo para no caer en lo que han caído: las severas contradicciones. El lenguaje y sostener las mentiras se les viene complicando hasta con el número de pasajeros en el avión y ni qué decir con lo que se refiere a quienes fallecieron en el lugar de los hechos por el simple hecho de encontrarse en el lugar y hora totalmente equivocados.
La primera de las palabras que dicen más de lo que literalmente significan la utilizó al hacer un llamado a los miembros de su gabinete para redoblar esfuerzos, los llamó a no DOBLEGARSE, cuando él término bien pudo ser acongojarse. Sólo se cita esa palabra ante la amenaza que significa la penetración del narcotráfico en México, a la guerra que emprendieron sin los elementos mínimos que les garantizaran el triunfo, a los descubrimientos de infiltración en los más altos mandos de la política. No hay que bajar la guardia, fue la siguiente frase que completa la posibilidad de que se estuviese dirigiendo más, que a sus funcionarios, a quienes provocaron la caída de la aeronave.
Ahora bien, ¿qué significaría para la vida institucional, para la vida del país, para la política y los políticos actuales que se conociera realmente la verdad? No es difícil pensar que vendría una hecatombe... sería el derrumbe de todo el sistema; vendría a cerrar el círculo de crímenes, de asesinatos, que de una u otra forma se han relacionado con el narcotráfico en las dos últimas décadas. Ahí está sin aclarar el de Luis Donaldo Colossio, nadie, absolutamente nadie ha creído la versión de que el Aburto de Almoloya es un asesino solitario. El tiempo es el que se encargó de acallar muchas voces, incluyendo la de su propia familia.
El Cardenal José de Jesús Posadas Ocampo y el supuesto de haber sido confundido con un capo y aparecer en el centro de dos fuegos, cuando estaba en el aeropuerto esperando al entonces Nuncio Apostólico Jerónimo Priggione, quien había recibido en la representación del Vaticano en México nada menos que a los Arellano Félix, e incluso pretendió ser intermediario para una entrevista directa de los capos con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.
Recordamos que otro campechano, Jorge Carpizo, a la sazón Procurador General de la República, fue informado a tiempo de esa presencia y se justificó diciendo que no actuó en la captura para no provocar un escándalo internacional, cuando la lucha contra el narco tiene precisamente esa particularidad: es internacional.
Los asesinatos de procuradores, subprocuradores, comandantes, ministerios públicos, policías ministeriales, todos ligados a las mafias de la droga, no han sido aclarados, ninguno de ellos ha conocido un buen fin. Ni que decir del de Ramón Martín Huerta, caso que tampoco ha sido aclarado a plenitud y todavía permanece con la averiguación previa abierta. Ahora que en medio de todo lo anterior sobresale la muerte del hermano del ex presidente Salinas de Gortari, su inmediata cremación con lo cual se canceló cualquier indagación a fondo, eso sí, aparecieron los cadáveres de quienes se dijo intentaban o lo estaban extorsionando.
En todo esto se ha caído en la trampa de las mentiras. En todos los casos han mentido, ya sea por ocultar la verdad o tal vez revelando su incapacidad e inexperiencia para aclarar cada uno de estos casos. José Luis Santiago Vasconcelos hace tiempo que sabía que su vida pendía de un hilo, de ahí su séquito de seguridad, de ahí que lo cuidaran hasta elementos del Ejército, de ahí que su familia viviera en el extranjero, de ahí que, incluso, su cadáver fuese velado en un crematorio de la Secretaría de la Defensa Nacional, lo cual también encierra otro mensaje para sus probables atacantes.
Atentado, palabra mil veces pronunciada
Los más preocupados por que el gobierno federal de una vez acepte que se trató de un atentado son los propios panistas. Felipe González, hombre clave para el gabinete foxista en los tiempos de Santiago Creel como titular en Gobernación, sostuvo que de ninguna manera es posible que pueda o deba descartarse que se trató de un ataque. Dijo que solamente un tonto puede creer a pie juntillas que se trató de un accidente ya que, de nueva cuenta, volvió a elogiar la seguridad de un avión que incluso a él lo transportó en varias ocasiones a su natal Aguascalientes, de donde fue gobernador y en donde actualmente también reina el narcotráfico.
Marko Cortés, senador, sostuvo que dentro de Acción Nacional y, en particular, en la bancada en el Senado, la inquietud de que no se trate de un accidente los tiene a todos muy nerviosos, sobre todo por la expresión presidencial citada: “doblegarse”.
Tendrán que informar, sostuvo, si fue un asesinato o un atentado. O sea que de ninguna manera consideró que pudiera tratarse de un accidente. ¿Qué hay detrás de todo esto?, se preguntó al igual que muchos mexicanos dentro y fuera de su partido.
Los diputados blanquiazules tampoco pudieron sustraerse a la hipótesis sobre el atentado. Exigieron en su mayoría que el asunto quede debidamente aclarado, dando por descontado que se trate de un mero accidente provocado por fallas en el avión, lo cual ha sido descartado; mal tiempo, que también ha quedado fuera tras las declaraciones que incluyen hasta al servicio meteorológico; impericia del piloto, que resulta prácticamente imposible ante las horas de vuelo que ya tenía realizadas Alvaro Sánchez; la supuesta bolsa de aire del Boeing que antecedía en el aterrizaje al Lear Jet, lo cual el propio director de Aeronáutica Civil dio por descartado en su conferencia de prensa donde presentó en pantalla que hasta la ruta que seguían y la velocidad era la correcta e indicada por la torre de control.
Por su parte, los del PRD han solicitado la comparecencia de los titulares de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, de la Procuraduría General de la República y la del encargado de la investigación de Aeronáutica Civil para que informen claramente sobre las causas del accidente en cuestión. Señalaron que ante este hecho, Felipe Calderón debe tomar severas medidas precautorias para evitar que ahora cualquier ataque pueda dirigirse a su persona y recomendaron la suspensión de su flota aérea a fin de que le practiquen una minuciosa revisión y se garantice así la seguridad de los pasajeros y tripulantes.
Apuntaron lo sospechoso de que la tripulación hubiese perdido contacto con la torre de control y que no se registre ninguna solicitud de auxilio que reflejara cualquier falla, ya fuese de tipo técnico o humano. Así, también, recalcaron el hecho de que el avión hubiese desaparecido “mágicamente” de la pantalla del radar de los aerocontroladores.
En medio de todo lo anterior llama la atención el hecho de que se cambien las versiones y que ahora se diga que el piloto no cumplió con la orden de reducir su velocidad, lo cual se contradice con el hecho de que el controlador de vuelo no le llamase la atención por este desacato, sobre todo cuando se tienen en fila varias aeronaves a punto también de descender.
A lo anterior se suma, en resumen, la versión ofrecida desde el principio por Luis Téllez y el propio Agustín Arellano, director de Servicios en el Espacio Aéreo: No registró el Lear Jet ningún problema previo al desplome; trayectoria de vuelo, altitud y mantenimiento, así como las inspecciones, estaban en orden; el Lear Jet no iba por arriba de la velocidad instruida y autorizada; se escuchó toda la grabación de la conversación entre el piloto y el controlador de vuelo completa y sin interrupción y no reflejaron ninguna alteración hasta el momento en que el silencio resultó, en verdad, sepulcral: “Víctor March Charly, contacto 18’1. Víctor March Charly, ¿me escucha?...”, no hay respuesta; “Víctor March Charly, me escucha…”, silencio.
Mensaje de mensajes
Hoy se sabe ya que hubo una consigna: transparentar las investigaciones para no despertar suspicacias. Y tal supuesta transparencia y los errores en las declaraciones cometidas no han hecho sino, en efecto, despejar las dudas sobre la causa real del desplome: un atentado.
Pese a todo lo anteriormente señalado, Luis Téllez insiste en que se trató de un accidente e incluso se advierte que la precipitación ocurrió a una velocidad de más de 300 kilómetros por hora. Tal parece que la tal transparencia gira más en torno a proteger la permanencia de Téllez en el gabinete, ocultando todos los defectos y la falta de mantenimiento en los radares y hasta la necesidad de hacer permanecer al aeropuerto de la capital de la República en una categoría que no le corresponde y bajo un certificado de eficiencia que no merece, que de aclarar el atentado o de mantener con las normas de seguridad con las que operan casi todas las terminales aéreas en el mundo a la instalada en la mexicana.
También hace apenas 24 horas que asomó la nariz la PGR. Contrario a lo que sucede en este tipo de eventos, tanto el Procurador General de la República, Eduardo Medina Mora, como el titular de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, se han mantenido ocultos, lo cual también es otro mensaje, ya que ellos están también, en extremo, involucrados en los asuntos del narcotráfico, y habrá que recordar que es en la SSP y en la propia PGR en donde se han detectado funcionarios que han brindado protección a los capos de la droga y de ellos se advierte que los mantenían informados sobre todos los operativos a realizar.
Tanto don Eduardo como don Genaro tuvieron mucho que ver con José Luis Santiago Vasconcelos, hombre-bomba, y de los cambios en la PGR, muchos se han preguntado cuál era la fórmula de quien durante años estuvo involucrado en el combate a las drogas para permanecer en su cargo, ya sea en mandatos priístas o panistas, estando siempre del lado de quien ganaba en los conflictos que se han dado desde antaño entre ambas corporaciones policíacas y sus titulares, al grado de llegar al enfrentamiento entre los agentes y subalternos.
Es precisamente la PGR quien, junto con el Ejército, de ninguna manera solos, se hacen cargo de investigar qué sucedió durante el tiempo en el que estuvo estacionado en el aeropuerto de San Luis Potosí el avión en el que viajaban Juan Camilo y José Luis. Se levantan, hasta donde se sabe, constancias ministeriales de todas y cada una de las diligencias que se vienen practicando.
Hasta la terminal Ponciano Arriaga arribó todo un laboratorio para determinar todos los movimientos de personas, de vehículos que se hubiesen considerado sospechosos en sitios y actos en donde participaron tanto Mouriño como Santiago Vasconcelos, y se recaban declaraciones de testigos, videos y fotos de las cinco horas que duró la estancia del equipo que acompañaba al ex titular de Gobernación durante las cinco horas que duró su estancia en esa Entidad.
Están siendo sometidos a severos interrogatorios los federales que custodiaron la aeronave y están determinando las tareas que cada uno de estos elementos realizó en los alrededores del aparato aéreo.
Desde ahí están efectuando análisis de genética e imágenes y se levantan registros de huellas dactilares.
Revisan a fondo hangares, talleres y salas de espera de ese aeropuerto.
Otro de los mensajes clave está registrado desde la misma Casa Blanca. El vocero sostuvo que después de los golpes dados al narcotráfico, en clara referencia a las detenciones de quienes están al mando del cártel de los Zambada y del propio Arellano Félix, sobrevendría una fuerte reacción de estos grupos sobre México. Y así ha sido. Fue casi, casi, premonitoria esa declaración ¿o tenían información? Y el ataque era dirigido a Vasconcelos o de plano una reacción hacia el propio Felipe Calderón asestándole un duro golpe al eliminar al hombre clave de su gabinete y por ende conocedor de todas las tácticas que se estaban ejerciendo en este ámbito que incluye la, por todos vista, protección al fugado Chapo Guzmán.
No hubo, hasta donde se sabe, solicitud alguna para que peritos de EU indagaran sobre lo ocurrido la noche del martes, fueron los de allá los que ofrecieron una ayuda que fue aceptada de inmediato. La empresa que realiza las investigaciones sobre el accidente depende, se dice, del Congreso de Estados Unidos. También llegaron tres investigadores del Reino Unido, estos por el renglón terrorismo que tanto los afecta en las últimas fechas.
Se acumulan las mentiras
En principio se dijo que sólo eran seis los pasajeros. Posteriormente, resultó que eran ocho, lo cual se sostuvo aún y cuando el Procurador capitalino indicó, al salir del Servicio Médico Forense, que se trataba de nueve personas en el interior de la aeronave, que las pruebas realizadas y los motivos del fallecimiento así lo indicaban. Siguieron sosteniendo que se trataba de ocho. Hasta que, al fin, aparecieron nueve féretros. Ocho de caoba y uno metálico, en el que se veló a José Luis Santiago Vasconcelos. Sus restos, si los había, fueron trasladados a otro igual al del resto de los fallecidos para la ceremonia en el Campo Marte.
Otra mentira gira en torno a la caja negra. Se dijo que era una pese a que se informó, aquí mismo, que estos aviones poseen una grabadora de voz, considerada también como “caja negra”, pero sólo por los mexicanos ya que en realidad es eso, una grabadora. Ahora nos hablan de dos y de la posibilidad de que pese a lo afectada, la de voz contenga algunas revelaciones sobre las conversaciones del piloto que ayuden a aclarar los hechos.
Respecto a quienes perdieron la vida por encontrarse en las cercanías del lugar del desplome, se dijo en principio que sólo eran cinco los muertos y 40 los heridos. Los diarios extranjeros hablaron de más de 50 fallecidos y otro tanto de heridos. La información, pese a la transparencia que divulgan, fue alterada. La propia Procuraduría del Distrito Federal vuelve de nuevo a ponerlos en jaque al informar que son 100 los desaparecidos, lo cual concuerda más con lo dicho en medios de comunicación de otros países que en lo asegurado por las autoridades federales. Su información abunda y se respalda con el hecho de contar con otras partes de diferentes cuerpos humanos que les está siendo difícil ensamblar e identificar. Por lo pronto ya entregaron dos cuerpos más a deudos de víctimas de los hechos del 4 de noviembre.
Los sepelios de quienes fallecieron por encontrarse en las cercanías de donde se produjo el desplome del Lear Jeat han sido costeados por el Gobierno del Distrito Federal, cuyos funcionarios han recomendado a los familiares enviar cartas y documentación a la Presidencia de la República, a fin de que les sea entregada una indemnización, ya que algunos de ellos eran jefes de familia, otros tantos aportaban su salario para el gasto familiar y otros más eran responsables de padres y hermanos.
Hasta ahora el gobierno federal ha mostrado, una vez más, su total desinterés por quienes resultan afectados por acciones ya sea emprendidas o, como en este caso, provocadas, por inexperiencia y soberbia de los funcionarios.
Una más se encuentra en la difusión de las llamadas que supuestamente hizo Felipe Calderón a dirigentes políticos y legisladores de los distintos partidos para poner en marcha una estrategia con el fin de no perder nada de lo hasta ahora logrado por Mouriño Terrazo. Los telefonemas se hicieron, dicen, durante la mañana del miércoles y le llevó toda la mañana realizarlos. Eso no es cierto. Calderón, o mejor dicho sus secretarios, secretaria y asistentes, no tuvieron tiempo de descanso por tener que contestar el teléfono; las llamadas recibidas se multiplicaron; todos dejaron mensajes de condolencia para el Ejecutivo; salvo dos de esos telefonemas, los demás no fueron respondidos, Calderón estaba sumido en la congoja. Mandó el recado de que necesitaba tiempo para asimilar lo ocurrido y sólo aceptaría llamadas que tuvieran gran relevancia en las investigaciones sobre los hechos.
Así, una a una van cayendo no sólo las mentiras sino los propósitos de ocultar una verdad que, de tan drástica, indudablemente que transformaría la vida política e incluso la económica nacional. Con esos elementos en contra, ¿nos la revelarán algún día?
Ceremonia luctuosa
Visiblemente acongojado, e incluso derramando lágrimas en el momento en el que, durante tres minutos, quienes acudieron al Campo Marte despidieron los féretros de los fallecidos el pasado martes 4 de noviembre, Felipe Calderón de nuevo cayó en la trampa del lenguaje, de esas palabras que dejan ver el fondo, muy el fondo de las intenciones, de las acciones y de la misma verdad. Ofreció que los lamentables acontecimientos se esclarecerán a fondo. ¿No dijeron lo mismo Salinas, Zedillo, Fox, con los crímenes en sus armarios?
Jamás se refirió a un accidente; todo el tiempo sostuvo “tragedia”. Dijo que es el primer interesado en que surja la verdad y que se esclarezcan las causas de estos hechos en su calidad de presidente de la República, como amigo y como compañero del licenciado Mouriño. Ahora, ¿esa verdad es para él o para informar a los mexicanos? ¿Cómo amigo y compañero de Mouriño? ¿Y que nos dice del titular de Gobernación?
Sin el afán de dañar ninguna trayectoria pero ¿alguien sabe el pasado de Alvaro Sánchez, de Martín de Jesús Oliva, de la propia Gissel Carrillo, o del capitán Julio César Ramírez? Porque si don Juan Camilo ignoraba esos protocolos que impiden que viajen dos funcionarios de alto nivel en un mismo avión, o de lo que significaba hacerlo con un hombre amenazado de muerto como lo era José Luis Santiago Vasconcelos, seguramente que quienes integraban su equipo de seguridad tenían perfectamente investigados a quienes, de una forma o de otra, contaban con tiempos y maniobras de las cuales dependía la vida del funcionario federal, ¿o no?
De ellos así como de cada uno de los fallecidos hizo una referencia Felipe Calderón durante su discurso en el Campo Marte. Ahí estuvieron reunidos no sólo los integrantes de la clase política nacional de todos los niveles, sino empresarios, representantes de la sociedad civil, embajadores, representantes de la Curia, familiares y amigos de los fallecidos.
Se supo, merced a ese mensaje, que pese a mantenerse ya sin tantos reflectores como respuesta a las constantes críticas hacia sus decisiones, Juan Camilo Mouriño mantenía una férreo control sobre los miembros del gabinete y era el hombre que dictaba las órdenes en y sin ausencia del titular del Ejecutivo.
Fue también quien realizó, como aquí mismo se denunció, todo el cabildeo para sacar adelante la reforma petrolera e incluso estuvo modificando la relativa a seguridad y justicia de acuerdo con sugerencias que provenían de José Luis Santiago Vasconcelos.
De lo fuerte de estas acciones, Calderón inesperadamente saltó al asunto de los maestros en Morelos y eso constituyó también un mensaje a las fuerzas sindicales en pugna y muy particularmente a la propia Elba Esther Gordillo, quien perdió a su principal interlocutor.
Con las palabras dichas también se entendió que no se aceptarán más presiones por parte de la chiapaneca para intentar que sea Miguel Angel Yunes quien pueda suplir en el cargo al fallecido ex funcionario. Quedó suficientemente claro que Mouriño Terrazo era el sucesor de Calderón. Se refirió a que representaba a una nueva generación de políticos que, dijo, se formaron en la pluralidad y la absoluta lealtad a la democracia, a los jóvenes que reivindican el valor del dialogo y la negociación.
De esta parte del mensaje Calderón pasó a otra etapa que también resultó extraña al convertir el podium en púlpito y citar pasajes bíblicos modificados para el momento: “sabemos que son bienaventurados los limpios de corazón, bienaventurados los pacíficos, bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, bienaventurados los que por causa de lo alto son insultados y se diga toda clase de calumnias en su contra porque su recompensa será grande. Y por muy larga que sea la noche de nuestra adversidad, sabemos que un día vendrá la luz, y lo supimos desde el día en que nos decidimos juntos, en la plenitud de la vida, a romper las sombras de nuestro México y a encender nuevas esperanzas”. ¿Cuántas veces se ha olvidado Calderón de que representa a todos los mexicanos, de distinto color, partido, raza, condición social y credo?
Las cenizas de Juan Camilo Mouriño recibieron el último adiós en una ceremonia realizada en la catedral de Campeche. Ahí mismo serán depositadas.
De los pasillos
De once disparos mataron al comandante de la policía municipal de León, Guanajuato, Alejandro Parada Pérez. La ejecución se llevó a cabo cuando llegó a su domicilio en la colonia Los Angeles de esa ciudad. En los últimos cinco días han sido asesinados cinco elementos de seguridad, cuatro de ellos policías ministeriales… En Chihuahua ejecutaron a siete personas, una más apareció colgada en un puente y su cabeza abandonada en plena plaza del periodista de Ciudad Juárez; dos de los ejecutados eran policías municipales y los ultimaron a la salida de un supermercado dejando un mensaje en clave: junto a los cadáveres, un cerdo. En los otros cinco cadáveres dejaron mensajes escritos.
Lo dicho, México crecerá solo al 0.9 por ciento. Ahora sí que los funcionarios mexicanos tendrán que creerlo pues lo declararon sus jefecitos, los del Fondo Monetario Internacional…El peso reciente de nuevo otra caída al cotizarse al menudeo en 13 pesos con 18 centavos, todo ello, se afirma, producto del sacudimiento en los mercados a raíz del atentado contra el ex titular de Gobernación y la debilidad que se observa en los principales mandos… Rahm Emmanuel será el jefe del gabinete del virtual presidente de EU, Barack Obama. Hasta ahora Rahm de solo 48 años se desempeñaba como jefe del grupo parlamentario demócrata en la Cámara de Representantes.
Un error involuntario nos llevó a escribir Guadalajara en lugar de Guanajuato, ciudad ésta última en donde el alcalde de Benito Juárez, Cancún, Gregorio Sánchez, recibió un premio al que se había hecho acreedor su antecesor, ya que, explicado quedó en líneas anteriores que no pudo inscribirse en una convocatoria de esta naturaleza con tan solo unos días en el cargo y la premiación corresponde a la labor, mínimo del último año. Hoy se sabrá si de nueva cuenta Greg Sánchez mintió sobre la cancelación de su viaje a Barcelona, España, en donde también recogería otro reconocimiento que corresponde a Alor Quezada. Todo esto se tramitó a través del IMPLAN, cuyo titular no ha sido removido del cargo desde el trienio anterior. Es más, muchos de los planes y hasta las obras que deberían hacerse con los presupuestos del ramo 33 estaban en esa dependencia y fueron creadas el año próximo pasado. El vuelo, si lo tomó, salió en la noche del jueves. ¿Será esta otra de las mentiras que conformen la cadena que a diario les receta Greg a los benitojuarenses?
Para políticos, funcionarios de todos los niveles e incluso para quienes tienen que ver con el renglón seguridad, así como para militares retirados, es ya una certeza que el avión en el que viajaban Juan Camilo Mouriño y sus acompañantes fue blanco de un atentado, lo que provocó su desplome. Una a una van descartando, con los propios elementos que han dado las autoridades, la posibilidad de que se trate de un accidente, y se hace clara referencia a que en ningún momento, en ninguna de sus apariciones y, obviamente, de sus mensajes, Felipe Calderón ha mencionado la palabra accidente, sino tragedia, aunque el lenguaje en otros casos lo ha traicionado y ha permitido ver claramente que el campechano resulta una víctima también de todo el acertijo que vinieron formando durante años los panistas para engañar a todos y en todos los ámbitos.
El despliegue de información que tanto celebran varios medios, sobre todo los televisivos, no es sino una clara intentona de ocultar la verdad con supuestas verdades y muestras de que no se quiere mantener nada en secreto. Las investigaciones, que se sepa, deben hacerse con sigilo para no caer en lo que han caído: las severas contradicciones. El lenguaje y sostener las mentiras se les viene complicando hasta con el número de pasajeros en el avión y ni qué decir con lo que se refiere a quienes fallecieron en el lugar de los hechos por el simple hecho de encontrarse en el lugar y hora totalmente equivocados.
La primera de las palabras que dicen más de lo que literalmente significan la utilizó al hacer un llamado a los miembros de su gabinete para redoblar esfuerzos, los llamó a no DOBLEGARSE, cuando él término bien pudo ser acongojarse. Sólo se cita esa palabra ante la amenaza que significa la penetración del narcotráfico en México, a la guerra que emprendieron sin los elementos mínimos que les garantizaran el triunfo, a los descubrimientos de infiltración en los más altos mandos de la política. No hay que bajar la guardia, fue la siguiente frase que completa la posibilidad de que se estuviese dirigiendo más, que a sus funcionarios, a quienes provocaron la caída de la aeronave.
Ahora bien, ¿qué significaría para la vida institucional, para la vida del país, para la política y los políticos actuales que se conociera realmente la verdad? No es difícil pensar que vendría una hecatombe... sería el derrumbe de todo el sistema; vendría a cerrar el círculo de crímenes, de asesinatos, que de una u otra forma se han relacionado con el narcotráfico en las dos últimas décadas. Ahí está sin aclarar el de Luis Donaldo Colossio, nadie, absolutamente nadie ha creído la versión de que el Aburto de Almoloya es un asesino solitario. El tiempo es el que se encargó de acallar muchas voces, incluyendo la de su propia familia.
El Cardenal José de Jesús Posadas Ocampo y el supuesto de haber sido confundido con un capo y aparecer en el centro de dos fuegos, cuando estaba en el aeropuerto esperando al entonces Nuncio Apostólico Jerónimo Priggione, quien había recibido en la representación del Vaticano en México nada menos que a los Arellano Félix, e incluso pretendió ser intermediario para una entrevista directa de los capos con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.
Recordamos que otro campechano, Jorge Carpizo, a la sazón Procurador General de la República, fue informado a tiempo de esa presencia y se justificó diciendo que no actuó en la captura para no provocar un escándalo internacional, cuando la lucha contra el narco tiene precisamente esa particularidad: es internacional.
Los asesinatos de procuradores, subprocuradores, comandantes, ministerios públicos, policías ministeriales, todos ligados a las mafias de la droga, no han sido aclarados, ninguno de ellos ha conocido un buen fin. Ni que decir del de Ramón Martín Huerta, caso que tampoco ha sido aclarado a plenitud y todavía permanece con la averiguación previa abierta. Ahora que en medio de todo lo anterior sobresale la muerte del hermano del ex presidente Salinas de Gortari, su inmediata cremación con lo cual se canceló cualquier indagación a fondo, eso sí, aparecieron los cadáveres de quienes se dijo intentaban o lo estaban extorsionando.
En todo esto se ha caído en la trampa de las mentiras. En todos los casos han mentido, ya sea por ocultar la verdad o tal vez revelando su incapacidad e inexperiencia para aclarar cada uno de estos casos. José Luis Santiago Vasconcelos hace tiempo que sabía que su vida pendía de un hilo, de ahí su séquito de seguridad, de ahí que lo cuidaran hasta elementos del Ejército, de ahí que su familia viviera en el extranjero, de ahí que, incluso, su cadáver fuese velado en un crematorio de la Secretaría de la Defensa Nacional, lo cual también encierra otro mensaje para sus probables atacantes.
Atentado, palabra mil veces pronunciada
Los más preocupados por que el gobierno federal de una vez acepte que se trató de un atentado son los propios panistas. Felipe González, hombre clave para el gabinete foxista en los tiempos de Santiago Creel como titular en Gobernación, sostuvo que de ninguna manera es posible que pueda o deba descartarse que se trató de un ataque. Dijo que solamente un tonto puede creer a pie juntillas que se trató de un accidente ya que, de nueva cuenta, volvió a elogiar la seguridad de un avión que incluso a él lo transportó en varias ocasiones a su natal Aguascalientes, de donde fue gobernador y en donde actualmente también reina el narcotráfico.
Marko Cortés, senador, sostuvo que dentro de Acción Nacional y, en particular, en la bancada en el Senado, la inquietud de que no se trate de un accidente los tiene a todos muy nerviosos, sobre todo por la expresión presidencial citada: “doblegarse”.
Tendrán que informar, sostuvo, si fue un asesinato o un atentado. O sea que de ninguna manera consideró que pudiera tratarse de un accidente. ¿Qué hay detrás de todo esto?, se preguntó al igual que muchos mexicanos dentro y fuera de su partido.
Los diputados blanquiazules tampoco pudieron sustraerse a la hipótesis sobre el atentado. Exigieron en su mayoría que el asunto quede debidamente aclarado, dando por descontado que se trate de un mero accidente provocado por fallas en el avión, lo cual ha sido descartado; mal tiempo, que también ha quedado fuera tras las declaraciones que incluyen hasta al servicio meteorológico; impericia del piloto, que resulta prácticamente imposible ante las horas de vuelo que ya tenía realizadas Alvaro Sánchez; la supuesta bolsa de aire del Boeing que antecedía en el aterrizaje al Lear Jet, lo cual el propio director de Aeronáutica Civil dio por descartado en su conferencia de prensa donde presentó en pantalla que hasta la ruta que seguían y la velocidad era la correcta e indicada por la torre de control.
Por su parte, los del PRD han solicitado la comparecencia de los titulares de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, de la Procuraduría General de la República y la del encargado de la investigación de Aeronáutica Civil para que informen claramente sobre las causas del accidente en cuestión. Señalaron que ante este hecho, Felipe Calderón debe tomar severas medidas precautorias para evitar que ahora cualquier ataque pueda dirigirse a su persona y recomendaron la suspensión de su flota aérea a fin de que le practiquen una minuciosa revisión y se garantice así la seguridad de los pasajeros y tripulantes.
Apuntaron lo sospechoso de que la tripulación hubiese perdido contacto con la torre de control y que no se registre ninguna solicitud de auxilio que reflejara cualquier falla, ya fuese de tipo técnico o humano. Así, también, recalcaron el hecho de que el avión hubiese desaparecido “mágicamente” de la pantalla del radar de los aerocontroladores.
En medio de todo lo anterior llama la atención el hecho de que se cambien las versiones y que ahora se diga que el piloto no cumplió con la orden de reducir su velocidad, lo cual se contradice con el hecho de que el controlador de vuelo no le llamase la atención por este desacato, sobre todo cuando se tienen en fila varias aeronaves a punto también de descender.
A lo anterior se suma, en resumen, la versión ofrecida desde el principio por Luis Téllez y el propio Agustín Arellano, director de Servicios en el Espacio Aéreo: No registró el Lear Jet ningún problema previo al desplome; trayectoria de vuelo, altitud y mantenimiento, así como las inspecciones, estaban en orden; el Lear Jet no iba por arriba de la velocidad instruida y autorizada; se escuchó toda la grabación de la conversación entre el piloto y el controlador de vuelo completa y sin interrupción y no reflejaron ninguna alteración hasta el momento en que el silencio resultó, en verdad, sepulcral: “Víctor March Charly, contacto 18’1. Víctor March Charly, ¿me escucha?...”, no hay respuesta; “Víctor March Charly, me escucha…”, silencio.
Mensaje de mensajes
Hoy se sabe ya que hubo una consigna: transparentar las investigaciones para no despertar suspicacias. Y tal supuesta transparencia y los errores en las declaraciones cometidas no han hecho sino, en efecto, despejar las dudas sobre la causa real del desplome: un atentado.
Pese a todo lo anteriormente señalado, Luis Téllez insiste en que se trató de un accidente e incluso se advierte que la precipitación ocurrió a una velocidad de más de 300 kilómetros por hora. Tal parece que la tal transparencia gira más en torno a proteger la permanencia de Téllez en el gabinete, ocultando todos los defectos y la falta de mantenimiento en los radares y hasta la necesidad de hacer permanecer al aeropuerto de la capital de la República en una categoría que no le corresponde y bajo un certificado de eficiencia que no merece, que de aclarar el atentado o de mantener con las normas de seguridad con las que operan casi todas las terminales aéreas en el mundo a la instalada en la mexicana.
También hace apenas 24 horas que asomó la nariz la PGR. Contrario a lo que sucede en este tipo de eventos, tanto el Procurador General de la República, Eduardo Medina Mora, como el titular de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, se han mantenido ocultos, lo cual también es otro mensaje, ya que ellos están también, en extremo, involucrados en los asuntos del narcotráfico, y habrá que recordar que es en la SSP y en la propia PGR en donde se han detectado funcionarios que han brindado protección a los capos de la droga y de ellos se advierte que los mantenían informados sobre todos los operativos a realizar.
Tanto don Eduardo como don Genaro tuvieron mucho que ver con José Luis Santiago Vasconcelos, hombre-bomba, y de los cambios en la PGR, muchos se han preguntado cuál era la fórmula de quien durante años estuvo involucrado en el combate a las drogas para permanecer en su cargo, ya sea en mandatos priístas o panistas, estando siempre del lado de quien ganaba en los conflictos que se han dado desde antaño entre ambas corporaciones policíacas y sus titulares, al grado de llegar al enfrentamiento entre los agentes y subalternos.
Es precisamente la PGR quien, junto con el Ejército, de ninguna manera solos, se hacen cargo de investigar qué sucedió durante el tiempo en el que estuvo estacionado en el aeropuerto de San Luis Potosí el avión en el que viajaban Juan Camilo y José Luis. Se levantan, hasta donde se sabe, constancias ministeriales de todas y cada una de las diligencias que se vienen practicando.
Hasta la terminal Ponciano Arriaga arribó todo un laboratorio para determinar todos los movimientos de personas, de vehículos que se hubiesen considerado sospechosos en sitios y actos en donde participaron tanto Mouriño como Santiago Vasconcelos, y se recaban declaraciones de testigos, videos y fotos de las cinco horas que duró la estancia del equipo que acompañaba al ex titular de Gobernación durante las cinco horas que duró su estancia en esa Entidad.
Están siendo sometidos a severos interrogatorios los federales que custodiaron la aeronave y están determinando las tareas que cada uno de estos elementos realizó en los alrededores del aparato aéreo.
Desde ahí están efectuando análisis de genética e imágenes y se levantan registros de huellas dactilares.
Revisan a fondo hangares, talleres y salas de espera de ese aeropuerto.
Otro de los mensajes clave está registrado desde la misma Casa Blanca. El vocero sostuvo que después de los golpes dados al narcotráfico, en clara referencia a las detenciones de quienes están al mando del cártel de los Zambada y del propio Arellano Félix, sobrevendría una fuerte reacción de estos grupos sobre México. Y así ha sido. Fue casi, casi, premonitoria esa declaración ¿o tenían información? Y el ataque era dirigido a Vasconcelos o de plano una reacción hacia el propio Felipe Calderón asestándole un duro golpe al eliminar al hombre clave de su gabinete y por ende conocedor de todas las tácticas que se estaban ejerciendo en este ámbito que incluye la, por todos vista, protección al fugado Chapo Guzmán.
No hubo, hasta donde se sabe, solicitud alguna para que peritos de EU indagaran sobre lo ocurrido la noche del martes, fueron los de allá los que ofrecieron una ayuda que fue aceptada de inmediato. La empresa que realiza las investigaciones sobre el accidente depende, se dice, del Congreso de Estados Unidos. También llegaron tres investigadores del Reino Unido, estos por el renglón terrorismo que tanto los afecta en las últimas fechas.
Se acumulan las mentiras
En principio se dijo que sólo eran seis los pasajeros. Posteriormente, resultó que eran ocho, lo cual se sostuvo aún y cuando el Procurador capitalino indicó, al salir del Servicio Médico Forense, que se trataba de nueve personas en el interior de la aeronave, que las pruebas realizadas y los motivos del fallecimiento así lo indicaban. Siguieron sosteniendo que se trataba de ocho. Hasta que, al fin, aparecieron nueve féretros. Ocho de caoba y uno metálico, en el que se veló a José Luis Santiago Vasconcelos. Sus restos, si los había, fueron trasladados a otro igual al del resto de los fallecidos para la ceremonia en el Campo Marte.
Otra mentira gira en torno a la caja negra. Se dijo que era una pese a que se informó, aquí mismo, que estos aviones poseen una grabadora de voz, considerada también como “caja negra”, pero sólo por los mexicanos ya que en realidad es eso, una grabadora. Ahora nos hablan de dos y de la posibilidad de que pese a lo afectada, la de voz contenga algunas revelaciones sobre las conversaciones del piloto que ayuden a aclarar los hechos.
Respecto a quienes perdieron la vida por encontrarse en las cercanías del lugar del desplome, se dijo en principio que sólo eran cinco los muertos y 40 los heridos. Los diarios extranjeros hablaron de más de 50 fallecidos y otro tanto de heridos. La información, pese a la transparencia que divulgan, fue alterada. La propia Procuraduría del Distrito Federal vuelve de nuevo a ponerlos en jaque al informar que son 100 los desaparecidos, lo cual concuerda más con lo dicho en medios de comunicación de otros países que en lo asegurado por las autoridades federales. Su información abunda y se respalda con el hecho de contar con otras partes de diferentes cuerpos humanos que les está siendo difícil ensamblar e identificar. Por lo pronto ya entregaron dos cuerpos más a deudos de víctimas de los hechos del 4 de noviembre.
Los sepelios de quienes fallecieron por encontrarse en las cercanías de donde se produjo el desplome del Lear Jeat han sido costeados por el Gobierno del Distrito Federal, cuyos funcionarios han recomendado a los familiares enviar cartas y documentación a la Presidencia de la República, a fin de que les sea entregada una indemnización, ya que algunos de ellos eran jefes de familia, otros tantos aportaban su salario para el gasto familiar y otros más eran responsables de padres y hermanos.
Hasta ahora el gobierno federal ha mostrado, una vez más, su total desinterés por quienes resultan afectados por acciones ya sea emprendidas o, como en este caso, provocadas, por inexperiencia y soberbia de los funcionarios.
Una más se encuentra en la difusión de las llamadas que supuestamente hizo Felipe Calderón a dirigentes políticos y legisladores de los distintos partidos para poner en marcha una estrategia con el fin de no perder nada de lo hasta ahora logrado por Mouriño Terrazo. Los telefonemas se hicieron, dicen, durante la mañana del miércoles y le llevó toda la mañana realizarlos. Eso no es cierto. Calderón, o mejor dicho sus secretarios, secretaria y asistentes, no tuvieron tiempo de descanso por tener que contestar el teléfono; las llamadas recibidas se multiplicaron; todos dejaron mensajes de condolencia para el Ejecutivo; salvo dos de esos telefonemas, los demás no fueron respondidos, Calderón estaba sumido en la congoja. Mandó el recado de que necesitaba tiempo para asimilar lo ocurrido y sólo aceptaría llamadas que tuvieran gran relevancia en las investigaciones sobre los hechos.
Así, una a una van cayendo no sólo las mentiras sino los propósitos de ocultar una verdad que, de tan drástica, indudablemente que transformaría la vida política e incluso la económica nacional. Con esos elementos en contra, ¿nos la revelarán algún día?
Ceremonia luctuosa
Visiblemente acongojado, e incluso derramando lágrimas en el momento en el que, durante tres minutos, quienes acudieron al Campo Marte despidieron los féretros de los fallecidos el pasado martes 4 de noviembre, Felipe Calderón de nuevo cayó en la trampa del lenguaje, de esas palabras que dejan ver el fondo, muy el fondo de las intenciones, de las acciones y de la misma verdad. Ofreció que los lamentables acontecimientos se esclarecerán a fondo. ¿No dijeron lo mismo Salinas, Zedillo, Fox, con los crímenes en sus armarios?
Jamás se refirió a un accidente; todo el tiempo sostuvo “tragedia”. Dijo que es el primer interesado en que surja la verdad y que se esclarezcan las causas de estos hechos en su calidad de presidente de la República, como amigo y como compañero del licenciado Mouriño. Ahora, ¿esa verdad es para él o para informar a los mexicanos? ¿Cómo amigo y compañero de Mouriño? ¿Y que nos dice del titular de Gobernación?
Sin el afán de dañar ninguna trayectoria pero ¿alguien sabe el pasado de Alvaro Sánchez, de Martín de Jesús Oliva, de la propia Gissel Carrillo, o del capitán Julio César Ramírez? Porque si don Juan Camilo ignoraba esos protocolos que impiden que viajen dos funcionarios de alto nivel en un mismo avión, o de lo que significaba hacerlo con un hombre amenazado de muerto como lo era José Luis Santiago Vasconcelos, seguramente que quienes integraban su equipo de seguridad tenían perfectamente investigados a quienes, de una forma o de otra, contaban con tiempos y maniobras de las cuales dependía la vida del funcionario federal, ¿o no?
De ellos así como de cada uno de los fallecidos hizo una referencia Felipe Calderón durante su discurso en el Campo Marte. Ahí estuvieron reunidos no sólo los integrantes de la clase política nacional de todos los niveles, sino empresarios, representantes de la sociedad civil, embajadores, representantes de la Curia, familiares y amigos de los fallecidos.
Se supo, merced a ese mensaje, que pese a mantenerse ya sin tantos reflectores como respuesta a las constantes críticas hacia sus decisiones, Juan Camilo Mouriño mantenía una férreo control sobre los miembros del gabinete y era el hombre que dictaba las órdenes en y sin ausencia del titular del Ejecutivo.
Fue también quien realizó, como aquí mismo se denunció, todo el cabildeo para sacar adelante la reforma petrolera e incluso estuvo modificando la relativa a seguridad y justicia de acuerdo con sugerencias que provenían de José Luis Santiago Vasconcelos.
De lo fuerte de estas acciones, Calderón inesperadamente saltó al asunto de los maestros en Morelos y eso constituyó también un mensaje a las fuerzas sindicales en pugna y muy particularmente a la propia Elba Esther Gordillo, quien perdió a su principal interlocutor.
Con las palabras dichas también se entendió que no se aceptarán más presiones por parte de la chiapaneca para intentar que sea Miguel Angel Yunes quien pueda suplir en el cargo al fallecido ex funcionario. Quedó suficientemente claro que Mouriño Terrazo era el sucesor de Calderón. Se refirió a que representaba a una nueva generación de políticos que, dijo, se formaron en la pluralidad y la absoluta lealtad a la democracia, a los jóvenes que reivindican el valor del dialogo y la negociación.
De esta parte del mensaje Calderón pasó a otra etapa que también resultó extraña al convertir el podium en púlpito y citar pasajes bíblicos modificados para el momento: “sabemos que son bienaventurados los limpios de corazón, bienaventurados los pacíficos, bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, bienaventurados los que por causa de lo alto son insultados y se diga toda clase de calumnias en su contra porque su recompensa será grande. Y por muy larga que sea la noche de nuestra adversidad, sabemos que un día vendrá la luz, y lo supimos desde el día en que nos decidimos juntos, en la plenitud de la vida, a romper las sombras de nuestro México y a encender nuevas esperanzas”. ¿Cuántas veces se ha olvidado Calderón de que representa a todos los mexicanos, de distinto color, partido, raza, condición social y credo?
Las cenizas de Juan Camilo Mouriño recibieron el último adiós en una ceremonia realizada en la catedral de Campeche. Ahí mismo serán depositadas.
De los pasillos
De once disparos mataron al comandante de la policía municipal de León, Guanajuato, Alejandro Parada Pérez. La ejecución se llevó a cabo cuando llegó a su domicilio en la colonia Los Angeles de esa ciudad. En los últimos cinco días han sido asesinados cinco elementos de seguridad, cuatro de ellos policías ministeriales… En Chihuahua ejecutaron a siete personas, una más apareció colgada en un puente y su cabeza abandonada en plena plaza del periodista de Ciudad Juárez; dos de los ejecutados eran policías municipales y los ultimaron a la salida de un supermercado dejando un mensaje en clave: junto a los cadáveres, un cerdo. En los otros cinco cadáveres dejaron mensajes escritos.
Lo dicho, México crecerá solo al 0.9 por ciento. Ahora sí que los funcionarios mexicanos tendrán que creerlo pues lo declararon sus jefecitos, los del Fondo Monetario Internacional…El peso reciente de nuevo otra caída al cotizarse al menudeo en 13 pesos con 18 centavos, todo ello, se afirma, producto del sacudimiento en los mercados a raíz del atentado contra el ex titular de Gobernación y la debilidad que se observa en los principales mandos… Rahm Emmanuel será el jefe del gabinete del virtual presidente de EU, Barack Obama. Hasta ahora Rahm de solo 48 años se desempeñaba como jefe del grupo parlamentario demócrata en la Cámara de Representantes.
Un error involuntario nos llevó a escribir Guadalajara en lugar de Guanajuato, ciudad ésta última en donde el alcalde de Benito Juárez, Cancún, Gregorio Sánchez, recibió un premio al que se había hecho acreedor su antecesor, ya que, explicado quedó en líneas anteriores que no pudo inscribirse en una convocatoria de esta naturaleza con tan solo unos días en el cargo y la premiación corresponde a la labor, mínimo del último año. Hoy se sabrá si de nueva cuenta Greg Sánchez mintió sobre la cancelación de su viaje a Barcelona, España, en donde también recogería otro reconocimiento que corresponde a Alor Quezada. Todo esto se tramitó a través del IMPLAN, cuyo titular no ha sido removido del cargo desde el trienio anterior. Es más, muchos de los planes y hasta las obras que deberían hacerse con los presupuestos del ramo 33 estaban en esa dependencia y fueron creadas el año próximo pasado. El vuelo, si lo tomó, salió en la noche del jueves. ¿Será esta otra de las mentiras que conformen la cadena que a diario les receta Greg a los benitojuarenses?