Novedosa consulta democrática
Francisco Luna Kan
En la actualidad una de las graves preocupaciones que tienen las naciones gira alrededor del petróleo. Aunque existen otras fuentes de energía para procurar el desarrollo económico, por muchos años más los hidrocarburos de origen fósil continuarán siendo la base para obtenerlo.
En el caso mexicano desde 1938, con la expropiación de los bienes de las compañías extranjeras, para ponerlos al servicio de la nación, nuestro desarrollo económico ha avanzado notablemente. Constituyó el eje del progreso tanto en el campo como en la industria. Trabajadores y técnicos nacionales aprendieron procedimientos del proceso exploratorio, de extracción, refinación, conducción y comercialización que culminaron con la modernización de la explotación y la consolidación de la empresa específicamente creada para tal fin: PEMEX.
La política económica diseñada históricamente para contribuir al bienestar de los mexicanos operó con algunos tropiezos, pero encauzó la evolución progresiva de la población, no del todo equitativa, para facilitar la capitalización de la empresa mexicana. Etapa en la que demostraron sentimiento patriótico empresarios con espíritu nacionalista.
Se superaron con buen éxito las crisis recurrentes en el país. Gobernantes, políticos, industriales y trabajadores, conjugaron experiencias para proteger la economía nacional. Se vivió una larga etapa de desarrollo compartido.
Sin embargo, el país no pudo sustraerse de la preponderancia de las naciones económicamente más poderosas, que en el consenso de Washington diseñaron el desarrollo al través de la globalización, término que desde 2005 Adrián Sotelo definió como: “proceso real de expansión del capitalismo en escala mundial” y que ha logrado imponer “un modelo de producción agrícola destinado a la exportación”.
Traducidos estos conceptos al ámbito mexicano, donde comenzaron a aplicarse a partir del sexenio salinista, trajeron graves consecuencias: el mayor empobrecimiento de grandes sectores sociales como el de los ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios. Todos ellos sucumbieron ante la nueva fase del desarrollo capitalista internacional. Como resultado, el campo comenzó a abandonarse y la emigración de los campesinos fue incrementándose hasta terminar con la construcción del muro de contención en la frontera Norte del país, por parte del gobierno de Estados Unidos.
Por otra parte, el crecimiento poblacional, no obstante la aplicación de normas demográficas en la mayoría de los países, el aumento observado en China e India, sobrepasa la expectativas de su planeación con la consiguiente repercusión en sus economías, que trascienden sus fronteras. En el caso de China varios técnicos mexicanos contribuyeron al desarrollo de su industria petrolera, la cual, pese a su progreso, no es suficiente para cubrir sus requerimientos.
Con base en las necesidades de nuestro país la producción que ahora se tiene no es suficiente para cubrir las demandas de energéticos. Razón por la cual estamos ante un imperativo: aumentar la producción de crudo y a la vez transformarlo para su aprovechamiento, satisfaciendo los volúmenes de refinación y promover el desarrollo petroquímico, sin olvidar la investigación reforzando al Instituto Mexicano del Petróleo.
De ahí la importancia de adoptar una nueva legislación para normar la explotación de los hidrocarburos fósiles. Para el efecto el presidente Calderón envió las multicitadas iniciativas al Senado de la República. Sitio este en donde se efectuaron comparecencias de estudiosos para exponer desde puntos de vista legal, legislativo, económico, social, político, administrativo, científicos, docente. De impacto ambiental, investigación, seguridad y patriótico. Externaron diversas opciones que el país debe adoptar en beneficio de su desarrollo y de bienestar para los mexicanos.
Independientemente de otras comparecencias en universidades, asociaciones civiles y organizaciones gremiales. Discusiones en diversos sectores y publicaciones en diarios y revistas; de propaganda en radio, televisión; la alianza integrada por PRD, PT y Convergencia ha contribuido en el análisis del problema que es de primera prioridad para el desarrollo del país y para ajustar las políticas de crecimiento compartido proporcionalmente.
En varios estados y municipios del país se llevará al cabo una consulta popular, programada para efectuarse el domingo 27. En el Distrito Federal se instalarán mesas para captar la expresión de la Consulta Popular. No serán tantas como en las elecciones, pero sí serán muchas, ubicadas en puntos estratégicos de diferentes colonias y delegaciones de esa entidad.
Se trata de una nueva experiencia organizada por parte de la sociedad civil. Es necesario estar pendiente del comportamiento de los habitantes de la Ciudad de México, por tener la mayor población. Se pondrá a prueba el nivel cívico de participación ciudadana para recoger la opinión pública sobre un problema de la magnitud del petróleo.
Si la asistencia fuera copiosa constituiría la expresión significativa de la percepción popular y tendrá que considerarse en la conformación de la nueva ley sobre el petróleo. No podría quedar solamente como la concreción de novedoso procedimiento de manifestación colectiva.
En varias elecciones constitucionales se ha notado escasa presencia de votantes. El triunfo se otorga con la mayoría simple de los sufragios emitidos y sin embargo tiene validez el resultado. En esta nueva modalidad, que ha demostrado tener validez constitucional, no podrá desdeñarse el sentido positivo o negativo de la consulta.
Sus expresiones tendrán que ser consideradas en forma seria por legisladores, partidos y sus militantes; por los líderes sindicales; por los empresarios responsables, concientes de su participación social.
Es obvio que el gobierno, en sus diversos niveles, tendrá que considerar la expresión ciudadana que de esta manera influirá en la decisión sobre el destino del petróleo.
La alternativa es el SI y el NO. Quienes participen podrán expresar su voluntad. Que cuenta para el desarrollo de la conciencia y decisión colectiva. El pueblo estará atento a los acontecimientos de la consulta popular de mañana. Este servidor, en su interpretación decisiva, manifestará su deseo de preservar a PEMEX como patrimonio del pueblo mexicano. ¡No a la privatización!
Finalmente, una súplica a Don Mario Menéndez, Director de POR ESTO! y dilecto amigo:
su comprensión, para que este colaborador se tome unas vacaciones. Su ausencia será compensada con mayor número de lectores.
En la actualidad una de las graves preocupaciones que tienen las naciones gira alrededor del petróleo. Aunque existen otras fuentes de energía para procurar el desarrollo económico, por muchos años más los hidrocarburos de origen fósil continuarán siendo la base para obtenerlo.
En el caso mexicano desde 1938, con la expropiación de los bienes de las compañías extranjeras, para ponerlos al servicio de la nación, nuestro desarrollo económico ha avanzado notablemente. Constituyó el eje del progreso tanto en el campo como en la industria. Trabajadores y técnicos nacionales aprendieron procedimientos del proceso exploratorio, de extracción, refinación, conducción y comercialización que culminaron con la modernización de la explotación y la consolidación de la empresa específicamente creada para tal fin: PEMEX.
La política económica diseñada históricamente para contribuir al bienestar de los mexicanos operó con algunos tropiezos, pero encauzó la evolución progresiva de la población, no del todo equitativa, para facilitar la capitalización de la empresa mexicana. Etapa en la que demostraron sentimiento patriótico empresarios con espíritu nacionalista.
Se superaron con buen éxito las crisis recurrentes en el país. Gobernantes, políticos, industriales y trabajadores, conjugaron experiencias para proteger la economía nacional. Se vivió una larga etapa de desarrollo compartido.
Sin embargo, el país no pudo sustraerse de la preponderancia de las naciones económicamente más poderosas, que en el consenso de Washington diseñaron el desarrollo al través de la globalización, término que desde 2005 Adrián Sotelo definió como: “proceso real de expansión del capitalismo en escala mundial” y que ha logrado imponer “un modelo de producción agrícola destinado a la exportación”.
Traducidos estos conceptos al ámbito mexicano, donde comenzaron a aplicarse a partir del sexenio salinista, trajeron graves consecuencias: el mayor empobrecimiento de grandes sectores sociales como el de los ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios. Todos ellos sucumbieron ante la nueva fase del desarrollo capitalista internacional. Como resultado, el campo comenzó a abandonarse y la emigración de los campesinos fue incrementándose hasta terminar con la construcción del muro de contención en la frontera Norte del país, por parte del gobierno de Estados Unidos.
Por otra parte, el crecimiento poblacional, no obstante la aplicación de normas demográficas en la mayoría de los países, el aumento observado en China e India, sobrepasa la expectativas de su planeación con la consiguiente repercusión en sus economías, que trascienden sus fronteras. En el caso de China varios técnicos mexicanos contribuyeron al desarrollo de su industria petrolera, la cual, pese a su progreso, no es suficiente para cubrir sus requerimientos.
Con base en las necesidades de nuestro país la producción que ahora se tiene no es suficiente para cubrir las demandas de energéticos. Razón por la cual estamos ante un imperativo: aumentar la producción de crudo y a la vez transformarlo para su aprovechamiento, satisfaciendo los volúmenes de refinación y promover el desarrollo petroquímico, sin olvidar la investigación reforzando al Instituto Mexicano del Petróleo.
De ahí la importancia de adoptar una nueva legislación para normar la explotación de los hidrocarburos fósiles. Para el efecto el presidente Calderón envió las multicitadas iniciativas al Senado de la República. Sitio este en donde se efectuaron comparecencias de estudiosos para exponer desde puntos de vista legal, legislativo, económico, social, político, administrativo, científicos, docente. De impacto ambiental, investigación, seguridad y patriótico. Externaron diversas opciones que el país debe adoptar en beneficio de su desarrollo y de bienestar para los mexicanos.
Independientemente de otras comparecencias en universidades, asociaciones civiles y organizaciones gremiales. Discusiones en diversos sectores y publicaciones en diarios y revistas; de propaganda en radio, televisión; la alianza integrada por PRD, PT y Convergencia ha contribuido en el análisis del problema que es de primera prioridad para el desarrollo del país y para ajustar las políticas de crecimiento compartido proporcionalmente.
En varios estados y municipios del país se llevará al cabo una consulta popular, programada para efectuarse el domingo 27. En el Distrito Federal se instalarán mesas para captar la expresión de la Consulta Popular. No serán tantas como en las elecciones, pero sí serán muchas, ubicadas en puntos estratégicos de diferentes colonias y delegaciones de esa entidad.
Se trata de una nueva experiencia organizada por parte de la sociedad civil. Es necesario estar pendiente del comportamiento de los habitantes de la Ciudad de México, por tener la mayor población. Se pondrá a prueba el nivel cívico de participación ciudadana para recoger la opinión pública sobre un problema de la magnitud del petróleo.
Si la asistencia fuera copiosa constituiría la expresión significativa de la percepción popular y tendrá que considerarse en la conformación de la nueva ley sobre el petróleo. No podría quedar solamente como la concreción de novedoso procedimiento de manifestación colectiva.
En varias elecciones constitucionales se ha notado escasa presencia de votantes. El triunfo se otorga con la mayoría simple de los sufragios emitidos y sin embargo tiene validez el resultado. En esta nueva modalidad, que ha demostrado tener validez constitucional, no podrá desdeñarse el sentido positivo o negativo de la consulta.
Sus expresiones tendrán que ser consideradas en forma seria por legisladores, partidos y sus militantes; por los líderes sindicales; por los empresarios responsables, concientes de su participación social.
Es obvio que el gobierno, en sus diversos niveles, tendrá que considerar la expresión ciudadana que de esta manera influirá en la decisión sobre el destino del petróleo.
La alternativa es el SI y el NO. Quienes participen podrán expresar su voluntad. Que cuenta para el desarrollo de la conciencia y decisión colectiva. El pueblo estará atento a los acontecimientos de la consulta popular de mañana. Este servidor, en su interpretación decisiva, manifestará su deseo de preservar a PEMEX como patrimonio del pueblo mexicano. ¡No a la privatización!
Finalmente, una súplica a Don Mario Menéndez, Director de POR ESTO! y dilecto amigo:
su comprensión, para que este colaborador se tome unas vacaciones. Su ausencia será compensada con mayor número de lectores.