Cómplice del narcotráfico es el usurpador
María Teresa Jardí
Si le quedara a mi mente un pequeño resquicio de duda con relación a que la violencia evidenciada en las impunes ejecuciones tiene como autor al crimen organizado y no a la clase política, habría acabado con ese resquicio el usurpador al afirmar el lunes que “los medios son los cómplices del narco”, en clara referencia, como salta a la vista —no creo que se haya referido a Televisa—, al POR ESTO! y a La Jornada y, quizá, teniendo en la mira también a algún otro medio que en provincia haya logrado mantenerse independiente. Aunque debo reconocer que los a modo del usurpador, a los que evidentemente no se refería, luego de la última racha de asesinatos de altos mandos, —a manos de otros policías, como ya se empieza a establecer— no me hubieran convencido antes con sus “denuncias, declaraciones y escritos” sobre la necesidad de poner fin al “crimen organizado”. Curiosamente, al mismo tiempo que en el imperio yanqui se exige acelerar el envío de dinero para que empiece a operar ya de lleno el Plan México, que no por estar disfrazado de Iniciativa Mérida, deja de ser un plan maldito contra México.
Efectivamente, el crimen organizado se ha apoderado de México. Comisores del delito de asociación delictuosa son los Fox, los Sahagún y los Bribiesca, los Salinas y los Zedillo, los Calderón y los Zavala, Mario Marín y Ulises Ruiz, Gil Díaz y Guillermo Ortiz, los ministros de la Corte y el presidente de la CNDH, los legisladores a modo incluidos “Los Chuchos”. Y, no me podrá nadie decir, sin mentir, que no es evidente hasta para las piedras que delincuentes de ligas mayores son Roberto Hernández, Mouriño, la Gordillo y, dando el salto de lo local a lo nacional, Patrón Laviada, El Pato, tan pato, en todos sentidos, sin ofender a los patos, animales que merecen, como es obvio, todo el respeto del nada respetable animal humano.
Por nombrar a unos cuantos delincuentes de ligas mayores que en el país están vinculados al crimen organizado en todas sus vertientes. Los narcos, por sí solos, como es evidente hasta para las piedras también, no pueden convertir a un país en un narcoestado y mentirá también quien diga que México hoy no es un narcoestado, y si no lo es ¿entonces para qué y por qué el Plan México? ¿Y, peor aún, luego de la lamentable experiencia del Plan Colombia. Muchas explicaciones le debe ya el usurpador al país, traidor a la patria que es.
Ni en la mega biblioteca, útil para hacerse de unos cuantos millones más, junto con el centro ¿cultural era? no, ya sé, para exhibir algo de lo mucho robado a la nación, por Fox, tan ladrón y apátrida también, pensado para el mismo fin de la anterior, vamos, que ni en todas las bibliotecas del país cabrían la cantidad de tomos necesarios para documentar a los políticos y empresarios que, hoy en México, cometen con impunidad absoluta el delito de asociación delictuosa y como salta a la vista no alcanza con todo el territorio de la exrepública mexicana para guardar las investigaciones del resto de delitos en los que incurren aquí los que se han apoderado del país con un usurpador, de momento, como cabeza visible de las familias mafiosas que controlan el poder mientras entregan el país y dejan, ellos se van a ir del país, como ya se están yendo tantos, la “seguridad” de los mexicanos de plano en manos del CIA, de la DEA, del ejército gringo y, claro, para eso tienen que acabar con lo poquísimo que queda de prensa independiente y ya se apresta, el fecalismo usurpador, a asesinar a los periodistas que no pueden comprar para luego decir “que fue un ajuste de cuentas entre narcos”.
Si le quedara a mi mente un pequeño resquicio de duda con relación a que la violencia evidenciada en las impunes ejecuciones tiene como autor al crimen organizado y no a la clase política, habría acabado con ese resquicio el usurpador al afirmar el lunes que “los medios son los cómplices del narco”, en clara referencia, como salta a la vista —no creo que se haya referido a Televisa—, al POR ESTO! y a La Jornada y, quizá, teniendo en la mira también a algún otro medio que en provincia haya logrado mantenerse independiente. Aunque debo reconocer que los a modo del usurpador, a los que evidentemente no se refería, luego de la última racha de asesinatos de altos mandos, —a manos de otros policías, como ya se empieza a establecer— no me hubieran convencido antes con sus “denuncias, declaraciones y escritos” sobre la necesidad de poner fin al “crimen organizado”. Curiosamente, al mismo tiempo que en el imperio yanqui se exige acelerar el envío de dinero para que empiece a operar ya de lleno el Plan México, que no por estar disfrazado de Iniciativa Mérida, deja de ser un plan maldito contra México.
Efectivamente, el crimen organizado se ha apoderado de México. Comisores del delito de asociación delictuosa son los Fox, los Sahagún y los Bribiesca, los Salinas y los Zedillo, los Calderón y los Zavala, Mario Marín y Ulises Ruiz, Gil Díaz y Guillermo Ortiz, los ministros de la Corte y el presidente de la CNDH, los legisladores a modo incluidos “Los Chuchos”. Y, no me podrá nadie decir, sin mentir, que no es evidente hasta para las piedras que delincuentes de ligas mayores son Roberto Hernández, Mouriño, la Gordillo y, dando el salto de lo local a lo nacional, Patrón Laviada, El Pato, tan pato, en todos sentidos, sin ofender a los patos, animales que merecen, como es obvio, todo el respeto del nada respetable animal humano.
Por nombrar a unos cuantos delincuentes de ligas mayores que en el país están vinculados al crimen organizado en todas sus vertientes. Los narcos, por sí solos, como es evidente hasta para las piedras también, no pueden convertir a un país en un narcoestado y mentirá también quien diga que México hoy no es un narcoestado, y si no lo es ¿entonces para qué y por qué el Plan México? ¿Y, peor aún, luego de la lamentable experiencia del Plan Colombia. Muchas explicaciones le debe ya el usurpador al país, traidor a la patria que es.
Ni en la mega biblioteca, útil para hacerse de unos cuantos millones más, junto con el centro ¿cultural era? no, ya sé, para exhibir algo de lo mucho robado a la nación, por Fox, tan ladrón y apátrida también, pensado para el mismo fin de la anterior, vamos, que ni en todas las bibliotecas del país cabrían la cantidad de tomos necesarios para documentar a los políticos y empresarios que, hoy en México, cometen con impunidad absoluta el delito de asociación delictuosa y como salta a la vista no alcanza con todo el territorio de la exrepública mexicana para guardar las investigaciones del resto de delitos en los que incurren aquí los que se han apoderado del país con un usurpador, de momento, como cabeza visible de las familias mafiosas que controlan el poder mientras entregan el país y dejan, ellos se van a ir del país, como ya se están yendo tantos, la “seguridad” de los mexicanos de plano en manos del CIA, de la DEA, del ejército gringo y, claro, para eso tienen que acabar con lo poquísimo que queda de prensa independiente y ya se apresta, el fecalismo usurpador, a asesinar a los periodistas que no pueden comprar para luego decir “que fue un ajuste de cuentas entre narcos”.