El tesorito de la emoción presidencial
Diario Libertad / Marcela Gómez Zalce
• Prometes y prometes y nada..
• El agarrón espotero
Si la inteligencia, mi estimado, es una capacidad para anticipar la incertidumbre del entorno, Felipe Calderón ha demostrado con creces que no califica para ser considerado un hombre con juicio, talento y/o razón. Finaliza la semanita donde los protagonistas políticos se encuentran en estado de beligerancia total mientras el país, con el peligroso botón de Ciudad Juárez, muestra que ese discursillo de la recuperación de los espacios públicos es para el ocurrente micrófono.
Aunque si recuperamos algunas de las temeridades presidenciales, my friend, no cabe duda que en el top five de estos casi 16 meses de (des)gobierno, se encuentra aquella joya escupida en la 12 Conferencia Anual latinoamericana del Grupo Santander, allá en Acapulco, Guerrero, donde el inquilino de Los Pinos ante banqueros y representantes de gobiernos del cono Sur afirmó que su gobierno está preparado para enfrentar cualquier escenario ante la recesión económica estadunidense, remember?
Y ya encarrerado, les aseguró a cerca de 500 banqueros e inversionistas de 25 países, que a mí esto del escenario preocupante de 2008 realmente hasta me emociona un poquito, insistiendo en más de una ocasión que su equipo de trabajo está forjado para la adversidad y que les acomoda bien, y nos gusta, y nos agudiza el desempeño de trabajar en un escenario bajo presión.
Fenomenal.
Porque si algo ha habido en estas últimas semanas es exactamente eso: un contexto de adversidad y de presión, aderezado con colosales pendejadas federales ante la estrategia más importante de la reforma más cacareada del sexenio sobre el rescate del tesorito. Y no, my friend, el sonriente respetable no habla del tesorito en Bucareli hundido gracias al misil amarillo de López Obrador entregado por algunos pícaros de la simpática famiglia azul, sino del referido en ese ridículo spot.
El panorama para la reforma energética, estará de acuerdo, es el ideal para detonar las emociones presidenciales, considerando además, el ingrediente fundamental como la desgracia política del cabecilla del Gymboree, Juan Camilo Mouriño.
Uno de los saldos del increíble desmadre es que el PRI, con los héroes de la película, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, está en ese original mood primaveral que da la espléndida oportunidad de seguir manteniendo de rehén a Felipe Calderón y su bunch of morons, hasta que este tricolor comience su fase II de la operación “gobernar de facto”. Porque si en Los Pinos no han leído bien las señales priístas del sonorense, es que su soberbia les impide percibir el tamaño de la crisis que va a desencadenar algo más que emoción al capitán Felipe del barco de gran calado…
Sobre todo porque las lacritas tricolores ya se pegaron a la pared y están dejando solitos al PAN donde Creel, haciendo gala de su cualidad de babosear estupideces más los dimes y diretes alrededor de una iniciativa, hasta hoy desconocida, son epicentro de discordia.
La preguntita para masticar cómodamente este fin mi estimado, es ¿porqué el súbdito cambio de señal en el ánimo priísta..? Tan curioso como el de salir a “legitimar” las protestas del simpático tabasqueño que causaron diarrea colectiva en Los Pinos. Ambas. La declaración de Beltrones como la multitudinaria concentración de López Obrador.
La respuesta está en que, una vez más, el gobierno no le cumplió, en tiempo y forma, el wish list tricolor para aventarse el tiro energético. Porque no se me confunda, ruta crítica existía... el hecho es que Felipe, entre que no entregará la cabeza de su tesorito superpoderoso a Andrés Manuel y tampoco quiere someterse… más… a Manlio Fabio, se encuentra entrando a un callejón sin salida.
Sumándole, of course, que en su partido la presión arrecia por el affaire Juan Camilo, por la incertidumbre del reformón y por recientes y muy serias discordias internas…
En suma, porque Germán Martínez está perdiendo el control, pero no emocional no, no... el control, my friend, pero del juguete azul.
• Prometes y prometes y nada..
• El agarrón espotero
Si la inteligencia, mi estimado, es una capacidad para anticipar la incertidumbre del entorno, Felipe Calderón ha demostrado con creces que no califica para ser considerado un hombre con juicio, talento y/o razón. Finaliza la semanita donde los protagonistas políticos se encuentran en estado de beligerancia total mientras el país, con el peligroso botón de Ciudad Juárez, muestra que ese discursillo de la recuperación de los espacios públicos es para el ocurrente micrófono.
Aunque si recuperamos algunas de las temeridades presidenciales, my friend, no cabe duda que en el top five de estos casi 16 meses de (des)gobierno, se encuentra aquella joya escupida en la 12 Conferencia Anual latinoamericana del Grupo Santander, allá en Acapulco, Guerrero, donde el inquilino de Los Pinos ante banqueros y representantes de gobiernos del cono Sur afirmó que su gobierno está preparado para enfrentar cualquier escenario ante la recesión económica estadunidense, remember?
Y ya encarrerado, les aseguró a cerca de 500 banqueros e inversionistas de 25 países, que a mí esto del escenario preocupante de 2008 realmente hasta me emociona un poquito, insistiendo en más de una ocasión que su equipo de trabajo está forjado para la adversidad y que les acomoda bien, y nos gusta, y nos agudiza el desempeño de trabajar en un escenario bajo presión.
Fenomenal.
Porque si algo ha habido en estas últimas semanas es exactamente eso: un contexto de adversidad y de presión, aderezado con colosales pendejadas federales ante la estrategia más importante de la reforma más cacareada del sexenio sobre el rescate del tesorito. Y no, my friend, el sonriente respetable no habla del tesorito en Bucareli hundido gracias al misil amarillo de López Obrador entregado por algunos pícaros de la simpática famiglia azul, sino del referido en ese ridículo spot.
El panorama para la reforma energética, estará de acuerdo, es el ideal para detonar las emociones presidenciales, considerando además, el ingrediente fundamental como la desgracia política del cabecilla del Gymboree, Juan Camilo Mouriño.
Uno de los saldos del increíble desmadre es que el PRI, con los héroes de la película, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, está en ese original mood primaveral que da la espléndida oportunidad de seguir manteniendo de rehén a Felipe Calderón y su bunch of morons, hasta que este tricolor comience su fase II de la operación “gobernar de facto”. Porque si en Los Pinos no han leído bien las señales priístas del sonorense, es que su soberbia les impide percibir el tamaño de la crisis que va a desencadenar algo más que emoción al capitán Felipe del barco de gran calado…
Sobre todo porque las lacritas tricolores ya se pegaron a la pared y están dejando solitos al PAN donde Creel, haciendo gala de su cualidad de babosear estupideces más los dimes y diretes alrededor de una iniciativa, hasta hoy desconocida, son epicentro de discordia.
La preguntita para masticar cómodamente este fin mi estimado, es ¿porqué el súbdito cambio de señal en el ánimo priísta..? Tan curioso como el de salir a “legitimar” las protestas del simpático tabasqueño que causaron diarrea colectiva en Los Pinos. Ambas. La declaración de Beltrones como la multitudinaria concentración de López Obrador.
La respuesta está en que, una vez más, el gobierno no le cumplió, en tiempo y forma, el wish list tricolor para aventarse el tiro energético. Porque no se me confunda, ruta crítica existía... el hecho es que Felipe, entre que no entregará la cabeza de su tesorito superpoderoso a Andrés Manuel y tampoco quiere someterse… más… a Manlio Fabio, se encuentra entrando a un callejón sin salida.
Sumándole, of course, que en su partido la presión arrecia por el affaire Juan Camilo, por la incertidumbre del reformón y por recientes y muy serias discordias internas…
En suma, porque Germán Martínez está perdiendo el control, pero no emocional no, no... el control, my friend, pero del juguete azul.
posted by H2AGUA at
9:01 p.m.
